CURRO. El paseíllo

Me depilo, me doy crema en cuerpo y cara, me arreglo el pelo, lavo algo de ropa interior o plancho la que me voy a poner por la noche, toda la ropa es de marca y cuesta una pasta pero me la pago yo: tengo 20 años, soy chapero y me llamo Curro.

CURRO

El paseíllo

Nota: esta historia se desarrollará en partes como si de una corrida de toros se tratara: tercios y suertes. Este es el primero, por eso le he titulado "paseíllo". En donde los maestros se muestran y se dan a conocer.

A las doce en punto de mediodía suena mi despertador. La casa está vacía porque mis padres están trabajando: el en la obra y ella limpiando casas. Me levanto, desayuno y hago pesas en el patio de casa ( tengo que estar mazas). Luego me ducho y me arreglo. Me explico: me depilo, me doy crema en cuerpo y cara, me arreglo el pelo, lavo algo de ropa interior o plancho la que me voy a poner por la noche, toda la ropa es de marca y cuesta una pasta pero me la pago yo: tengo 20 años, soy chapero y me llamo Curro.

Antes de ir a ver a mi novia, me visto como considero que va a ir la noche. Hoy he decidido que me voy a poner una camiseta de tirantes blanca, unos pantalones de cuero negro y unas botas motoretas. Encima me pondré una chupa negra, sin olvidarme de las gafas rayban clásicas y el casco adornado de llamas, porque tengo una moto que flipas. Me la regaló Peter. Luego os lo cuento.

Mi novia se llama Yazira (se pronuncia Llasira). Un día le pregunté que quería decir ese nombre y ella me contestó: - Y yo que sé. Y Curro ¿qué quiere decir ¡Eh!?-. Francisco le respondí, y ella me contestó: -¿Porqué?. ¿Porqué quiere decir Francisco?-. Y yo que sé- le respondí. - Pués eso. Me respondió. Y así se quedó la conversación. Nunca supe porque se llamaba Yazira.

Tengo novia pero no me gusta nada, pero hay que disimular en el barrio. Yo soy chapero, puto. Me encantan los tíos. Me lo monto de miedo con ellos y encima me pagan. Es la hostia.

La culpa de todo (por decir algo), la tuvo un amiguete que un día, a mis dieciséis años, al oír que me quejaba de que no tenía un duro, se acercó a mi en los servicios y me dijo que porqué no me hacía chapero. -¿El qué?- le respondí. - Chapero, puto...follar con tíos...mamarla...pelarséla...-

-Tu estas tonto o qué...por quién me has tomado.

  • ¿Por quién te he tomado?. ¿Has visto mi moto?. ¿Has visto como visto, idiota?. ¿Sabes donde vivo?. Si quieres pasta te la ganas y en el andamio, como tu padre, no lo vas a conseguir. Si quieres hacerme caso, vale, y si no , que te den.

Esa conversación se me quedó grabada en el cerebro y me daba vueltas y vueltas. La siguiente vez que me encontré con Yos (Jhosua se llamaba el cabrón y acabó llamándose Yos. ¡No te jode!). Aproveché que fue a baño y le seguí. No voy a reproducir la conversación palabra a palabra pero el contenido fue que quería saber a que se refería con lo que me había dicho el otro día. Me contó que era fácil pero que había que practicar antes: mamar era fácil, al principio podría dar asco pero luego se cogía el gusto, lo mismo que besar a un tío (piensas en una tía y ya está), pero luego te llega a gustar (mi cara de asco le hizo sonreir), lo mismo pensé yo, me dijo y ahora...ya ves. Follar no tiene problema, siguió, es como con una tía pero por detrás y eso si, siempre con condón y lubricante...

...Pero lo peor es que te follen, porque eso duele. Y al principio, mucho. Luego menos, según el tamaño de la polla. Si quieres que te diga la verdad a mi me pone que me la metan. Me gusta un huevo y encima te pagan una pasta. Piénsatelo.

-Pero, ¿Cómo lo hago?. ¿Cómo aprendo?. ¿Quién me enseña?.

-Yo mismo. Si quieres...yo mismo. No hay problema. Luego vamos juntos, ligamos y te forras.

Se me quedó mirando con cara de interrogación y yo con cara de incredulidad. El cabrón de Yos me estaba diciendo que me iba a mamar y yo a él, a follarme yo a él, a besarle...a meterle la lengua???.

-Tu mismo- Me respondió.

Le miré. El chico no estaba nada mal. Era un chuleta del que ya me había fijado por su forma de vestir, de andar y de pasear por el barrio en su motazo. Tendría mi edad o algo más, como de dieciocho. Alto, fuerte, moreno, camisetas ajustadas, presumiendo de paquete bajo sus vaqueros gastados y rotos en zonas estratégicas desde las que se podía ver una parte del culo, o del muslo en la zona más comprometida, deportivas caras pero desgastadas, etc. etc. En fin, un auténtico chulazo.

Pensé que si me lo tenía que montar con algún tío, Yos era de lo mejor.

  • Vale- le dije. -Qué tengo que hacer?.

  • La verdad es que estás bastante bien, pero te haría falta hacer ejercicio para aumentar musculatura y marcar abdominales. Si quieres podemos empezar mañana en mi casa. Tengo un pequeño gimnasio y si te apetece...

Miré al suelo pensativo. La verdad es que no me apetecía nada...pero qué tenía que perder...nadie lo sabría y ganaría pasta...

-Vale. Mañana comenzamos. Dime donde y cuando (parece un bolero pensé y me sonreí de mi ocurrencia: bolero...bolas...¡Vamos a dejarlo!).

Los días siguientes fueron duros. La iniciación no fue fácil.

El primer día fue el más duro para mi porque tuve que romper todos los tabúes que tenía. Me recibió en su ático en pantalones de chándal cortos, camiseta de tirantes (casi inexistentes), y zapatillas deportivas (muy caras) desgastadas por el uso diario. Corte de pelo de peluquería cara, cuerpo que te cagas, moreno de rayos ultra etc. etc.

  • Veo que vienes preparado- me dijo. Como era primavera, iba vestido con camiseta, pantalón de chándal largo y deportivas.

Lo primero que hicimos fue una sesión de ejercicios para ejercitar la musculatura y luego de abdominales. La verdad es que me costó bastante. Era la primera vez que hacía esos ejercicios. Estaba delgado y bien formado pero no musculado. Cuando acabamos me ordenó que fuéramos a la ducha.

Eso fue lo más duro para mi. Cuando me estaba enjabonando, entró Yos en la ducha completamente desnudo y comenzó a enjabonarme. Yo me quedé paralizado. - Tranquilo...- me susurró - Te voy a enjabonar y a excitar...y va a ser lo más suave que te voy a hacer...osea que...tranquilízate y disfruta.

Me fue enjabonando todo el cuerpo mientras se arrimaba a mi por la espalda, la esponja pasaba por mi pecho, mi vientre, mi espalda, mi culo (di un respingo), -Tranqui - y continuó por mis genitales. - Cierra los ojos y disfruta del masaje...- Los cerré y disfruté del masaje que me estaba dando con maestría por el pubis, los genitales...metía la esponja entre las piernas hasta llegar a ano y me estaba excitando. El roce de su cuerpo contra el mío, el aliento de su boca en mi oreja, el agua templada corriendo por los valles de mi cuerpo y el masaje jabonoso por las zonas más sensibles me gustaba y gozaba con los ojos cerrados. Me dio la vuelta y apretando su cuerpo al mío me besó en los labios. Abrí los ojos de repente y el me volvió a susurrar: -Cierra los ojos...tranquilo...disfruta.

Intenté relajarme. El contacto con su piel me gustaba. Su actitud era educada y cariñosa...no me estaba forzando....y sus labios eran cálidos y suaves. Sin darme cuenta abrí los míos para recibir la humedad de su lengua en mis dientes y, sin pensarlo, dejé que la mía tocase la suya. Un estremecimiento me recorrió el cuerpo y entonces me dejé llevar por la situación. Le besé, le comí la boca, le lamí la lengua y él me mordía el labio inferior cada vez que sacaba la lengua, cosa que me volvía loco. Como besaba el cabrón. Nadie me había besado de esa manera. Me puse a mil y mi polla reaccionó irguiéndose y abrazando la suya que ya estaba como un mástil. Me apretó a él para que sintiera esa dureza en la mía mientras me dejaba llevar por las mordidas que me daba.

  • Niño...- me dijo al oído- Ahora te la voy a mamar...luego me la mamarás tu.

En un momento me quedé petrificado. ¡Me iba a hacer una mamada un tío!.

  • Relájate...tranquilo...te va a gustar...

Se arrodilló frente a mi y comenzó su juego...que fue magnífico...era un auténtico maestro. La baja presión me había causado la notificación de la mamada, subió a signo de alerta ante la maestría de mi querido Yos. Como manejaba la lengua, como utilizaba las manos, como se metía la verga hasta el fondo mientras me masajeaba los huevos y las nalgas hizo que me pusiera como una bestia a gemir de placer. Se dio cuenta y siguió con su juego hasta que me descargué dentro de su boca sin avisarle... Cuando salí del trance le pedí perdón.

  • No te preocupes...no importa...pero no lo vuelvas a hacer con nadie sin su permiso...Ahora te toca a ti...ya sabes como hacerlo.

Me arrodillé, como todo el, tenía una tranca preciosa, no demasiado grande ni gorda pero muy morena, rodeada de un vello corto, lo mismo que sus oscuros cojones, me fije en su vientre firme y velludo. Noté su mano en mi cabeza indicando que debía comenzar. Miré su capullo oscuro me dió reparo, cerré los ojos, no se para que, bajé la piel del prepucio que aún le arropaba parte del glande y le lamí la punta del capullo, luego el resto del fruto y luego me lo metí en la boca. No me desagradó en absoluto y pensando en el placer que me había dado, decidí corresponderle con lo mismo. Le mamé el glande y fui bajando la boca por su oscuro tronco mientras le sobaba los huevos. Fui cogiendo confianza en mi y gusto en lo que hacía hasta que me encontré mamándosela con intensidad y con gusto. Me gustaba mamársela. Me daba placer darle gusto a aquel hombre tan hermoso (no se como pude pensar aquello, pero lo pensé), y quería que se corriera en mi boca como yo lo había hecho y sentir cómo sabía su semen como el había degustado el mío. Me amorré a su pene y le mamé y le sobé hasta que me gritó que se corría. Quiso apartar mi cara de su polla pero resistí hasta que su leche fluyó en mi boca una y otra vez. Al principio su sabor fue raro, extraño, desconocido, pero no fue desagradable. En absoluto. Se vació en mi y luego me levantó y me besó.

  • Esto ha sido la iniciación, pero te falta mucho que aprender...Tengo fe en ti...tu mamada ha sido gloriosa...cabronazo...eres un buen alumno.

Después de aquel primer día, Yos se portó como lo que era, un gran maestro y un mejor amigo. La dulzura y cariño que demostró hizo que confiara en que todo lo que me enseñaría lo haría con cariño. No me equivoqué. Mi amigo tenía la meta de que me gustara y disfrutara de lo que hacía y lo consiguió. ¡Vaya si lo consiguió!.

Me enseñó a vestir con las prendas que les gustaba a los hombres del ambiente que frecuentaba, me enseñó prendas que desconocía como los suspensorios, me enseño la colección de instrumentos que podrían pedirme utilizar en algún momento como los dildos de diferentes tamaños y formas (siempre podría negarme, no era un esclavo, era un trabajador autónomo del sexo), me llamaron la atención los anillos que se ajustaban a los huevos y la polla. Alguna vez lo intentaría. Me apeteció probarlos (hoy lo llevo puesto, no se porqué pero me da seguridad en mi sexualidad. Es un amuleto).

Me enseñó a cuidar mi aspecto a darme cremas, a depilarme...Un día me abrazó frente al espejo de cuerpo entero y nuestras imágenes se reflejaron en el. - Habrás notado que tu cuerpo ha cambiado para bien ¿No?.

Le respondí con un gesto afirmatorio y el continuó -Pero hay una cosa que debes cuidar. El vello de tu cuerpo-. Miré nuestros cuerpos en el espejo y realmente Yos tenía un cuerpo cubierto con un vello en las zonas perfectas, tórax, vientre, axilas, brazos y piernas, todo en su sitio. Perfecto. El maestro continuó - El vello te crece en sitios caprichosos y nada atractivos. Tienes una mata en el esternón, unas hebras en los pezones, demasiado en los sobacos, el del vientre está bien pero en la polla y los cojones tienes unos matojos que puedes ahogar a cualquiera, habría que podarlos un poco, lo mismo que en el culo, que te sobra cantidad. Eso tienes que cuidarlo. La imagen del cuerpo es fundamental a la hora de poderlo vender. Es nuestro producto en venta. Hay que cuidarlo al máximo. Me dejé hacer y desde entonces me depilo o me afeito las zonas más afectadas o menos atractivas.

De todas las enseñanzas, la que más me costó fue la penetración (es la asignatura más dura como sabréis todos), pero como siempre, Yos fue el mejor.

  • Hoy te voy a follar- me dijo nada más entrar por la puerta.

CONTINUARÁ.