Currando en Mallorca
Soy camarero en un hotel en Mallorca
Aunque debería estar a estas alturas trabajando ya en mi hotel, me encuentro en casa a la espera de saber si habrá temporada o no este año. Tengo 26 años mido 188 y peso unos 75. Creo que estoy bien fiísicamente, o eso dicen, y suelo lucir un moreno de playa. Me considero bisexual y algo fetichista.
Trabajo medio año en la temporada estival en un pequeño hotel de mallorca, de 2 estrellas, donde he visto mil cosas a lo largo de estos 6 años que llevo trabajando en el mismo hotel. Mi trabajo consiste en llevar la barra de la piscina, reponer las neveras de las habitaciones, y a diferentes horas cualquier cosa que la gerencia nos mande, pues es un hotel pequeño y barato y no somos muchos empleados trabajando.
Mi perdición siempre ha sido la ropa deportiva y si está sudada mucho mejor.
Estaba yo en la piscina, después de comer y aparecieron 3 sevillanos que acababan de alojarse en el hotel. Llegaron a la piscina y pidieron uno de los cócteles gratuitos que el hotel ofrece en el Todo Incluido. Se los puse seguidamente de fijarme en uno de ellos, mediría 1,90-1,92 muy muy fibrado y con un bañador turbo packet que marcaba un paquete generoso. Sus dos amigos no estaban mal pero nada que ver con él.
Al tercer coctail que me pidió, sin cortarme le pregunté acerca de sus vacaciones y me comentó que habían llegado para pasar 5 noches. Estuvimos hablando un rato, me preguntaron sitios para salir a cenar y las mejores discotecas para cazar "conejos frescos".
Al día siguiente, fui a ver como tenían su nevera del minibar, pues aunque el hotel es modesto y sencillo, tiene refrescos, agua y alguna cerveza a precios muy asequibles. Al entrar en la habitación me comentaron que no habían gastado nada de la nevera pero que si podía ponerle más "jaboncitos". Cuando les llevé algunos amenities me fijé en unas air max blancas muy desgastadas que había encima del escritorio donde está la TV. Automáticamente me puse muy cachondo pensando en cómo olerían y por el tamaño deberían ser de Rubén, (al segundo día ya supe como se llamaba el más fibrado).
Llevaban menos de 24horas en el hotel y ya tenía planes en mi cabeza para acabar oliendo esas zapas.