Curioso fin de semana de boda

Un amigo me pago por acompañarle a una boda y alli me follaron su padre, su tio y su primo

Hola, me llamo Ángela y tengo veinticinco años. Me considero una mujer del montón, resultona, mido metro setenta y tengo buen culo y buenas tetas. El año pasado un compañero de trabajo me propuso un negocio, me pidió que le acompañara un fin de semana al pueblo donde vivía su familia a una boda, iba a pagarme una buena pasta por fingir que era su novia. Acepte al oír la cantidad y ese fin de semana el viernes al salir del trabajo nos fuimos para allí.

Llegamos por la noche, el sitio parecía tranquilo aunque se notaba que tenían dinero, la casa era enorme tipo rancho y la boda de su prima iba a celebrarse allí.

Los familiares más cercanos se alojaban allí, al llegar me presento a sus padres, a los dos hermanos del padre y a un par de primos. Todos con sus parejas. Más tarde llego la novia, una chica simpática, pero poco femenina.

Cenamos todos y al final de la noche, tomaron unos tragos y luego nos dirigimos cada uno a su habitación.

Ya en la habitación le dije a Mario que podía dormir en la cama, él se ofreció a dormir en el suelo.

-no seas tonto, me fio de ti. Además con lo que me pagas por fingir ser tu novia, casi cubre compartir cama –le dije a modo de broma-

Mario era muy serio y estaba nervioso, intentaba con la broma relajarle. No era del todo feo, creo que hasta me parecía atractivo, pero no tenía éxito con las mujeres por ese carácter retraído.

-lo siento no estoy acostumbrado a tratar con mujeres y menos con las que son como tu

-y como soy yo?

-muy guapa

-gracias.

Decidí dejar el tema ahí y fingí dormirme, al rato lo hizo él y yo me dormí también, a media noche no podía dormir y baje a por agua. Cuando cerré la nevera vi al padre de Mario y me asuste.

-lo siento no quería asustarte

-no pasa nada

Intente irme pero se interpuso en mi camino, me toco la mejilla y yo me retire.

-qué hace?

-me pareces una putita muy guapa

-respéteme soy la novia de su hijo

-no lo eres, os he oído, solo te paga para que nos engañes, con lo contenta que estaba mi mujer.

Al sentirme descubierta, pedí perdón.

-no importa, que tendría que pagarte un viejo como yo para sobarte un poco?

Me dejo helada y le dije indignada.

-no soy una puta, trabajamos juntos y me pidió el favor, no follamos.

-él es tonto, yo si quiero follarte

Me dijo el viejo mientras con dos dedos me froto un pezón, que se puso duro al momento.

-yo no follo por dinero, se lo repito no soy una puta.

-y no podrías hacer una excepción? Además si me dejaras tocarte un poco fingiría que no se nada, te daré dinero yo más el de mi hijo y todos contentos.

Que me tratara como una puta estaba calentándome un montón, me gustaba sentirme usada así. Cuando se acercó y volvió a acariciar mi pezón no me separe y el notándolo agarro el otro también.

-tus tetas me parecieron preciosas desde el primer momento, deja que las vea.

Me bajo un tirante del camisón, luego el otro y este callo a mi cintura, el jadeo acercándose a mis tetas, las sobaba con las dos manos y allí estaba yo mojadísima mientras ese viejo babeaba tocando mis tetas en una casa repleta de toda su familia.

-que buenas tetas, hacía años que no tocaba nada tan suave, voy a probarlas

Su cabeza descendió y empezó a mamar mis pezones, chupaba uno mientras pellizcaba el otro, iba de uno a otro y yo tenía ya el coñito encharcado. Oímos ruido y me dijo:

-metete bajo la mesa

Me puse de rodillas bajo la mesa y él se sentó con un vaso de leche, era la novia, que cogió un vaso de agua. La situación era de lo más rara, note un leve movimiento y vi cómo se bajaba lentamente la cremallera mientras la chica le hablaba de espaldas a él. Al momento saco su polla, grande, larga y gorda como no había visto ninguna así. Empezó a meneársela ante mis ojos, yo no dejaba de mirar como aun crecía más. La chica se despidió y el me ayudo a ponerme en pie.

-te gusta mi polla putita? Me dejas frotarla por tu rajita?

Yo no hablaba, no dije sí, pero tampoco dije no y el me ayudo a subir a la mesa, me quito la braga y abriéndome empezó a pasear su tronco de carne por mi raja.

-puedes no querer, pero nena tu coñito está chorreando. Voy a tener que follármelo

Yo como en una nube, más caliente que nada deje que empezara a empujar su polla dentro de mí, me abrí para facilitar la entrada, ya me había metido media

-vaya coñito tienes, normalmente necesito más tiempo para meterle tanta a mi parienta.

Me agarro las caderas y empujo clavándomela enterita

-sabía que entraría toda, que calentito lo tienes, que gusto me das putita

Empujaba sin salir más, más y yo jadeaba, gemía flojito a cada empujón, notando como me partía esa gran polla.

-ves putita, como te gusta, sabía que iba a gustarte, toma nena, toma polla.

Me corrí varias veces, ese hombre había sacado la putita que hay en mí y no podía hacer nada más que gozar con esa polla que taladraba mi coñito. Un ruido nos alertó y al momento vi en la puerta al hermano del dueño de la polla que aun tenia dentro.

-anda hermanito, estaba fuera fumando y no he podido evitar ver toda la escena, quiero mi parte apártate y deja que también yo pruebe a esta hembra que ha traído tu hijo.

Para mi sorpresa salió de mí y al momento el otro ya sacando su polla algo más pequeña la metía en mi hueco, bombeando donde antes lo había hecho el.

Yo iba a quejarme cuando empecé de nuevo a correrme, jadeando como una perra sin poder evitar mi calentura por el morbo de ser follada por esos dos hombres. El padre de Mario me la metió en la boca y agarrándome de la nuca me hizo tragarme media tranca. Que placer, que bueno se sentía.

-que rico coño tienes princesa –decía el hermano sin parar de entrar y salir-

-chupa putita, así que bien la mamas, dale fuerte hermano esta putita quiere polla, va a correrse de nuevo.

Y lo hice, se turnaron metiéndomela del coñito a la boca, intercambiándose hasta que ambos se corrieron sobre mi uno a cada lado se la meneo hasta llenarme de semen las tetas, el cuello y hasta los muslos.

-no te muevas, voy por algo para limpiarte. –Dijo el padre de Mario-

Oímos pasos en la escalera y vi aparecer al primo de Mario, que se quedó parado al verme con el camisón en la cintura y llena de semen mientras esos dos se limpiaban y escondían las pollas.

-vaya, que ha pasado aquí?

Yo no sabía que decir, me prepare para el espectáculo que se iba a montar, cuando vi el bulto de su pijama. Ellos también lo notaron.

-que pasa no te gusta la putita de tu primo? –Le dijo el padre de Mario-

-si me gusta, pero…

Yo vi la oportunidad de que no se armara una gorda, me baje de la mesa, me arrodille y se la saque, la tenía tan gorda como el tío, pero no tan larga. Me la metí entre los labios y fui tragándomela. Los otros dos se sentaron a mirar, como a fuerza de lamer vencí sus barreras y empezó a gemir, yo mame más fuerte, le cogí los testículos y empecé a sobarlos, estaban gordos, los lamí y mordisquee antes de meterlos en mi boca y succionarlos, mientras lo masturbaba, sus jadeos eran más fuertes, estaba a punto.

-quiero follarte antes de correrme. –me dijo entrecortadamente-

Me levante y el me apoyo a la mesa, se puso detrás de mí y me la clavo con rabia, me penetro de un solo movimiento y me agarro del pelo mientras entraba y salía de mí.

-que buena estas zorrita, es la primera vez que le pongo los cuernos y pienso disfrutarlo al máximo.

Me follaba tan fuerte que mi coñito pegaba contra la mesa, él puso la mano para que no me hiciera daño y siguió. Me gire y esos dos volvían a estar con las pollas entre las manos, se masturbaban mientras nos miraban follar. Me corrí viendo la morbosa escena.

-así, córrete zorrita, mójame bien la polla.

Mientras me dijo eso, note su dedo hurgando mi culito, me lo metió y me queje

-no te quejes zorrita, te dije que iba a aprovechar los cuernos, ella no me deja follármela por el culo y voy a follarme el tuyo.

Yo no era virgen pero su polla era gorda, la iba a notar bien, tras varios movimientos con sus dedos, apoyo su polla y fue entrando despacio hasta el final.

-cuidado, capullo, cuidado

-calla zorrita, que culo tienes.-decía sin dejar de empujármela-

Empezó a moverse, entraba y salía, partiéndome en dos, me agarro de las caderas y me hizo andar hacia su tío sin salir de mi culo.

-abre las piernas zorrita

Me abrí y me ayudo a sentarme sobre la gran tranca del padre de Mario, que ya estaba a tope otra vez, empezó de nuevo a empujar y cada envite suyo me mandaba más adentro la polla del tío, me corrí como una loca.

-así zorrita, córrete golfa, voy a llenarte de leche.

Al momento note los fuertes chorros de su semen llenándome el culito, se quedó un minuto y salió, yo notaba su semen escurrir por mis muslos pero no dejaba de moverme sobre el padre de Mario que agarrándose a mi culo ahora me movía sobre él.

-papa fóllale tú también el culo, veras que rico lo tiene

Se puso donde estaba su hijo y me la metió de un golpe, era la más pequeña de las tres y de nuevo los dos viejos me follaban a la vez, yo gemía poseída, no sabía cuántas veces me habían hecho correr.

-zorrita, límpiame bien la polla

-se puso a mi lado y me la metió en la boca, se la chupe como pude mientras las otras dos pollas me envestían fuertemente. De nuevo se le puso dura en mi boca.

Los otros dos se corrieron dentro de mí entre jadeos. Me puse de pie y el primo de Mario, subiéndome una pierna me la metió en la rajita llena de semen, que me escurría por todo de los tres, penetro en mi coñito lleno. Ambos de pie, yo con una sola pierna casi no me tenía, el embestía.

-que jugosa estas zorrita, como me gusta follarte.

Siguió un rato, hasta que poniéndome de rodillas, se apoyó en mis hombros y me dijo:

-chupa como al principio ahora si quiero correrme en tu boca

Y cogiéndome de la cara metió su gorda polla y empezó a correrse. Estaba llenita de semen que se escurría por mis muslos del coñito y del culo y ahora de mi boca.

-vamos preciosa, te acompañare a darte una ducha antes de volver a la cama. –Me dijo el padre de Mario-

Me di una ducha y los tres estaban aún en la cocina. Volví a dar las buenas noches

-buenas noches

-buenas noches preciosa, has sido espectacular –me dijo el padre de Mario-

-realmente encantadora princesa –dijo el hermano-

-si guapa, ya me muero por volver a follarte –me dijo el primo-

Subí despacio y dolorida la escalera, me metí a oscuras en la habitación y en la cama.

-de dónde vienes? Me pidió Mario

-de beber duérmete

Y yo me dormí cansada y dolorida, pero con una enorme sonrisa en los labios.