Curiosilla (segunda parte
Mi hermana, la curiosilla, trata de quitarme el enfado que ella misma ha provocado.
Una tele QLed de sesenta pulgadas, conexión a internet con fibra óptica y los padres ausentes son tres factores necesarios para una reunión de amigotes. Hemos quedado para ver una sesión de videos de los gamers más famosos en los juegos que nos tienen enganchados.
Luego hemos buscado los videos de Katy Perry, Lady Gaga y otros que nos molan mucho. Estimulados por las imágenes de mujeres bonitas bailando, alguien ha propuesto buscar algún video picante. De aquí a buscar porno duro solo ha sido cuestión de tiempo.
Camilo ha tomado posesión de la butaca y el mando a distancia. Rodolfo se sienta en un extremo del sofá y yo en el otro. Llegado a este punto hay que mantener las distancias por tenemos claro que somos muy machotes y cada cual juega con la suya, sin mezclarse ni tocarse.
Pronto los videos hacen su efecto y tras tocarnos por encima del pantalón, necesitamos darle salida al exterior para aligerar la presión.
El primero en sacársela es Camilo, al estar solo en la butaca y un poco retirado de nosotros, parece que tiene algo más de libertad. Rodolfo y yo lo observamos con se acomoda, se baja el pantalón y con todo el desparpajo del mundo se pone a darle a la zambomba con alegría.
Enseguida Rodolfo le imita y entre grandes risotadas se la empieza a machacar también. Un poco asustado por el rumbo que ha tomado nuestra inocente reunión de amigos para ver la tele, les advierto encarecidamente que sobre todo tengan mucho cuidado de no manchar nada.
Los dos me aseguran que tendrán mucho cuidado, pero no me quedo convencido por el ritmo y la alegría con que se la menean. Las imágenes en la tele son espectaculares y hay momentos que parece que los cuerpazos de las modelos están a nuestro alcance.
Yo también me animo, me bajo el pantalón y hago lo que mis amigos… pellejo arriba, pellejo abajo estimulado por lo que va saliendo en pantalla.
Cuando la cámara enfoca sus coños humedecidos los tres abrimos la boca y tragamos saliva. Si la actriz abre la boca con intención de hacer una felación, instintivamente dirigimos la punta de nuestras pollas hacia la pantalla.
Estamos tan ensimismados con los videos y con darle gusto a nuestras pollas que no nos damos cuenta que alguien ha llegado y se ha plantado en el comedor donde nos ve a los tres dale que te pego.
Con mucho sigilo, como hacen las gatitas que salen a cazar un ratoncillo, mi hermana mayor ha entrado en la casa y se ha acercado al salón con intención de sorprendernos en aquello que estemos haciendo, que siempre suele ser reprobable, según ella.
En casa la llamamos “la curiosilla”, pues desde pequeñita le ha gustado saber de todo y sobre todos, lo cual a mí me resulta bastante incómodo, y lo de hoy es un claro ejemplo.
- “Uy, Uy,yui! Querido hermano… esta vez sí que te has pasado”, “cuando se entere mamá te castiga sin Play de por vida”.
Mis dos amigos se sorprenden mucho por la aparición de mi hermana mayor, pero tras un primer instante de parálisis, en vez de intimidarse se animan un poco más. Los dos me han confesado en repetidas ocasiones que mi hermana les pone mucho y que en su opinión tiene un cuerpo excepcional.
Laura no se corta y tras criticar duramente el porno indiscriminado y al libre acceso de los jóvenes, se exhibe ante nosotros para hacernos ver que el sexo al natural es mucho mejor que la fantasía de los videos.
Mis amigotes aplauden con entusiasmo las frases de Laura y la animan a que pase de la teoría a los hechos, todo esto sin dejar de manosearse la polla.
Dicho y hecho, en medio de nuestra expectación mi hermana se soba las tetas por encima de la camiseta y nos enseña las braguitas por delante y por detrás levantándose la faldilla de modo provocativo. Rodolfo y Camilo ya no caben dentro de sí, y en su euforia no dejan de pedirle que vaya más lejos.
En cambio yo cada vez estoy más enfadado por cómo está discurriendo la tarde. Mis amigos se pajean alegres mientras gozan de mi hermana, y esta parece que disfruta exhibiendo su cuerpo. Interiormente pensaba que mi hermana era mía y solo para mí, y compartirla con ellos me está generando mucho disgusto.
Laurita va de uno a otro mostrando sus virtudes. Se quita la camiseta para enseñarnos su vistoso sostén blanco lleno de encajes que retiene con dificultad sus globos perfectos. Se lo desabrocha pero lo mantiene un instante pegado al pecho sin terminar de mostrarlo.
Ante la petición entusiasta de mis amigos se desprende de él, sus tetas quedan la aire ganándole el pulso a la gravedad. ¡¡¡Guau, vistas así que ricas son la tetas de mi hermana!!!.
Me siento incomodo porque mis amigos las disfruten tan fácilmente pero por otra parte me siento muy orgulloso de tener una hermana tan guapa y además como simple espectador, también estoy a tope.
Ante tan bella exhibición mis amigos no pueden aguantar más tiempo sentados, por lo que se levantan con intención de sobarle las tetas y el culete que de momento ha quedado en segundo plano, pero que a mí también me pone mucho.
Laurita se deja querer y toquetear, correspondiendo a mis amigos jugueteando con sus pollas. Esto ya colma mi paciencia y me voy al baño para no ver lo que se avecina.
Los tres se quedan en el salón y no dudo que mi hermana conseguirá que se corran pocos meneos más tarde. Eso no lo quiero ni ver ni pensar.
Dejo pasar unos minutos antes de volver al salón. Cuando lo hago, solo permanece allí mi hermana que me espera solamente con la braguita puesta. Al ver que regreso se levanta y viene a mi encuentro.
- “Vamos hombre, no te enfades”, “lo he hecho sin mala intención, pensaba que os ibais a divertir”. “En vez de sexo basura de internet quería que vieras los bonito que es con personas”.
- “sabes que lo hacía por ti… eres todavía muy joven y tienes muchas cosas que aprender, y mejor aprenderlo en casa, no?”
- “¿Qué puedo hacer para que me perdones?... me siento mal por lo sucedido”
Sigo malhumorado y sus razonamientos no logran calmarme. Nos sentamos muy juntos mientras sigue tratando de convencerme.
Me pone la mano sobre la pierna sin intención aunque yo doy un respingo al sentir el contacto. Mi querida hermana se da cuenta de lo mucho que me he alterado y dulcemente repite las mismas cosas pero esta vez su mano va haciendo camino.
Disimuladamente va subiendo por el muslo hasta que su dedos se pierden por la pernera del pantalón corto que llevo.
Miro de reojo para convencerme que es verdad lo que siento, y rápidamente levanto la cabeza, lo que no se ve no sucede, me dice el subconsciente. Mi propia hermana me ha puesto a cien y la erección ya no cabe debajo del pantalón.
Ella, muy pícara se pega a mi más y más dándome calor, aplasta su pecho desnudo contra mi brazo, me susurra con dulzura sus disculpas y no pierde el tiempo con su mano que cada vez está más cerca de mi paquete. Veo que mi hermana es una guarrilla pero me tiene loco, me encanta verla y todo lo que me hace.
Toma mis manos entre las suyas atrayéndolas hacia su cuerpo, muy despacio hasta que las posa sobre sus pechos. ¡Qué sensación tan placentera! Nunca antes había sentido algo así al tocar las tetas de mis amigas. Mi hermana las tiene preciosas, son de mediano tamaño pero muy plenas y firmes.
Son blandas y a la vez duras, igual que la propaganda de los colchones visco elásticos y para mí son simplemente deliciosas, coronadas por un pezón que es como una media cereza rodeado por una aureola de color tostado.
Tengo presente que le estoy sobando las tetas a mi hermana y esto me retrae un poco, pero a medida que va pasando el tiempo cada vez la veo más como una mujer que me excita y que tengo al alcance, lo que hace que se disipe el sentido de culpabilidad que había asomado.
Laurita se siente aliviada al ver como disfruto tocándole las tetas. Ha conseguido hacerme pasar el enfado y le gusta mucho hacerme feliz prestándome su cuerpo.
Yo lo aprovecho para manosearla bien como he visto hacer en los videos y a continuación me atrevo a chupetearle los pezones. La excitación que siento nada tiene que ver con lo que se ve en la tele.
Así me podría pasar horas, mi hermana que tiene más experiencia, da un paso más. Se retira hacia atrás para poder mirarme a los ojos y decirme:
- “Lo ves, querido hermano… jugar con nuestros cuerpos está muy bien… y mejor con personas y no con videos”, dicho esto, alarga la mano hasta cogerme el paquete con determinación.
Tras sobarlo un poco, reconociendo el tamaño y la firmeza acumulada, añade:
- “no podemos dejar esto así… yo sé cómo solucionarlo y estoy deseando que mi hermanito sepa lo mucho que lo quiero y lo que soy capaz de hacer por él”
Mi respuesta es inmediata, abro los ojos como platos y le murmuro:
- “Si, sí.. Laurita, por favor… hazlo ya… no puedo esperar… te quiero… te quiero querida hermana.
Acto seguido me deshace el botón del pantalón y este cae a mis pies. Todavía se entretiene unos instantes en sobarme el inmenso bulto que hay tras el slip, como lo que mi excitación e impaciencia crecen a la par.
Mete los dedos entre el slip y mi cadera para arrastrarlo hacia abajo. Aparece mi polla totalmente erecta dirigida hacia el techo con un ángulo imposible. Mi hermana la coge con naturalidad y la soba muy lentamente. Siento que me voy a correr ya.
Antes de que eso suceda acerca su boca al capullo totalmente descubierto, lo lame, lo llena de saliva y finalmente se lo introduce en la boca.
Siento la calidez de su lengua envolviéndolo, y como su garganta lo succiona provocándome una sensación hasta ahora desconocida. Me cuesta describirlo pero espero lo sepáis imaginar.
En otro relato os sigo contando cómo evoluciona mi relación con mi hermana “la curiosilla”.
Deverano .