Curando una impotencia

Elena resuelve un problema de su novio, fijándole como pareja.

CURANDO UNA IMPOTENCIA.

Vida en pareja 1.

El hombre, tumbado en la cama, mira como se desnuda la mujer.

Morena , con melena lisa y corta. Los ojos negros, con cejas bien delineadas. Tiene la cara afilada, destacando los pómulos. La nariz recta , como la boca normales. Al sonreír maliciosa deja ver unos dientes un poco de conejo. Ahora ,sin ropa, da unos pases de baile juguetona. No es alta , no llegará al 1,60. Es delgada y los senos semejan manzanas en las que los pezones , de un marrón oscuro son como porotos marcando la cima de las montañas de carne.

Tiene una buena cola y lo sabe, dura , levantada , pequeña . En el pubis , un reguero de vello negro camina hacia el sexo. Las piernas bonitas y lo sabe. Le gustaría tener más busto, llegar a los 90, pero se sabe atractiva y por eso se ríe con la mirada del hombre.

El está desnudo , es moreno, el pelo largo intenta ocultar las entradas de la frente. La barba escasamente cuidada permite ver unos labios sensuales .

No es un atleta , pero no tiene mal cuerpo , quizás necesitaría bajar algún kilo. El tobillo izquierdo está vendado. El pene descansa sobre el escroto.

A ella le gusta su polla , ahora flácida. Le gusta la piel que cubre el glande. Tuvo un novio judío que le mostraba una ciruela al final del miembro y prefiere los hombres no circuncisos. El placer de descubrir la cabeza juguetona cuando retira la piel le gusta. Le gusta ver como reluce cuando el hombre está caliente, y sobre todo tocar casi arañando la piel replegada que bordea la cabeza del pene.

"Parece que no te alegras de saber que estoy contigo durante unos días"- es una broma privada con doble sentido, un homenaje a Mae West, a ambos les gusta el cine.

"Cariño, estoy hecho una mierda. Me duele el tobillo que me he jodido y no estoy para bromas"

"Pues yo estoy contenta, durante una semana me quedo contigo, te cuido, te mimo. Has tenido que tener un esguince para que pueda vivir en tu apartamento. Voy a abusar de vos. Así que preparáte"

" Cielo, te agradezco mucho que me cuides. Estoy solo en Buenos Aires y sin ti estaría en la puta miseria, apenas me puedo mover. Pero me han metido un chute de tranquilizantes para que no me duela el tobillo que me tienen K. O. Así que no pongas esa cara de viciosa, que a manolín no le sacas nada de nada. Por lo menos hoy"

La mujer se ríe, es su oportunidad y la quiere aprovechar. Se conocen hace tres meses, empezaron a acostarse a la semana de ser presentados, ambos se gustaban, pero él siempre ha querido ser independiente. Ella no ha pasado nunca en su apartamento veinticuatro horas, la ha mandado a su casa después de cogerla, aunque hayan estado un rato jugando o haciéndose mimos tras hacer el amor.

Ahora la necesita , el medico ha mandado unos días de reposo, y ella le va a cuidar. Sabe que está en sus manos, no le conviene moverse ni apoyar el pié, así que depende de ella.

Le gusta , es divertida, alegre y folla como los ángeles , bueno como los ángeles no, como una diablilla que le ameniza la vida. Está solo en un país extranjero, y de verdad es su único apoyo. Quería su independencia, huía de una relación posesiva, y buscaba su espacio vital, pero aquel puñetero resbalón ( ojalá arreglaran las veredas en Buenos Aires) le ha puesto en sus manos.

La mujer se acuesta a su lado, acomoda el cuerpo al del hombre . Le besa en el cuello, y luego le lame desde el hombro hasta la oreja. Muerde el lóbulo.

Ha decidido no moverse , dejarla hacer, ver que se le ocurre.

La lengua juguetea dentro del oído, después marcha camino de la boca. Recorre los labios que luego mordisquea. Le besa , los labios mullidos del hombre se pliegan a los mas finos de la mujer, esta penetra en su boca para batirse las lenguas.

Tiene una mano en su pija flácida. Le agarra el capullo con los dedos y empieza a acariciárselo, sólo la punta . El beso es largo, jadeante, otras veces con menos estímulo la tendría como un mástil. Los tranquilizantes hacen que no se le pare. De todas formas la caricia sabia hace que vaya aumentando su tamaño.

Ella le lame el pecho, le pasa la lengua por los pezones con habilidad, pero apenas despuntan sobre el pectoral. De pronto muerde el izquierdo, fuerte, haciendo daño.

"Coño, Elena, me duele"

"Te voy a morder hasta que te vuelvas a sensibilizar, hasta que te pase el dolor del tobillo a estas tetas de macho que tenés"

Le vuelve a morder , cambia de pecho y cuando lo hace restriega su piel contra la del hombre.

El dolor empieza a ser placentero, es cálido, y le va inundando el cuerpo.

"Sigue, eres una sádica, pero me gusta"

"Vos un masoca, verás lo que es bueno"

Le sigue mordiendo, turna los mordiscos cortos , fuertes y rápidos con otros en los que aprieta la carne del hombre durante bastantes segundos.

No sabía que tenía tanta sensibilidad en los pezones y que iba a sentir un placer como el que le invadía. Seguía quieto pero el ver a la joven moverse sobre él, impúdica, lasciva le iba excitaba mentalmente aunque la carne no le acabara de responder.

Elena dejó de morderle para recorrer con una mezcla de besos, lametones y mordiscos el camino hacia su bajo vientre. Se detiene en el ombligo, con la lengua excava su oquedad. Le gusta lo que hace la mujer, ha dejado de molestarle el tobillo. Sin dejar de masturbarlo, con la otra mano y la boca juega con el vello próximo a un miembro que ha engrosado su tamaño y endurecido su músculo.

Lo sujeta con una mano y lo lame.

" Lalo, ves como vas siendo vos. Si es que te gusta mucho el vicio"

Su nombre es Ladislao , pero le llaman Lalo. Esta excitado y ve como su polla empieza a responder. Elena se mete una mano en la boca y la saca totalmente mojada, la cierra alrededor del pene de Lalo y empieza un movimiento de arriba y abajo. Con la saliva se desliza haciendo la felicidad del hombre.

La lengua sigue su camino por sus huevos y el entremuslo.

Los dedos van del escroto al ano.

"Gírate" Le fuerza a ponerse de lado sobre la pierna buena. Elena está a su espalda , no puede verla pero la siente pegada a él.

Le lame y le mordisquea la espalda siguiendo la columna vertebral. Cuando llega a las nalgas sólo muerde. Se separa y le da unos azotes.

"Coño, Elena , me haces daño"

"Pero mira como estás"

No ha dejado de masturbarle y el miembro está endurecido y dispuesto.

Lalo vuelve apoyarse sobre su espalda , Elena sin soltar su presa se arrodilla con la pija apuntando a su blanco. Se va dejando caer, tragando la herramienta del hombre. Está sentada sobre su vientre , penetrada , quieta.

Comienza a moverse arriba y abajo, los dedos de su mano derecha buscan su clítoris para acariciarse, piensa que con el tratamiento que le ha hecho el hombre se irá rápidamente y no quiere quedarse caliente y sin acabar.

Eso a Lalo le excita aun más. Nota la vagina de la mujer apretando su miembro, la ve acariciarse y la desea con locura. Pero sigue quieto, otras veces la ha agarrado por la estrecha cintura para obligarla a llevar el ritmo de sus embestidas. Ahora es un tarugo de madera donde la mujer se aplica con placer.

Elena empieza a gemir, deja de tocarse el clítoris y sus manos se aprietan los senos. Se los acaricia con fuerza mientras se mueve cada vez más deprisa.

"¡¡¡Dios mío!!!¡¡ ¡ Qué gustooooo!!!"

Sus subidas y bajadas se han vuelto frenéticas.

"¡¡Yaaaaaaaaaa!."

Ha notado las contracciones del orgasmo de ella con toda claridad.

Se tumba sobre el torso del hombre y le besa alocadamente.

"Te quiero"- apenas descansa unos segundos cuando nota que el hombre endurecido y bravo sigue dentro de ella.

" Tu , todavía no te has corrido".- sonríe picarona.

Está totalmente empalada, su clítoris en contacto con el vello de Lalo. El roce la excita aún más.

Vuelve a moverse , esta vez adelante y atrás. Muy despacio, disfrutando. El hombre la mira y se divierte con el goce de ella. Tiene los ojos cerrados y está cubierta de sudor, que hace brillar la piel.

Los vaivenes se hacen más rápidos.

Ronronea como una gata.

Jadea.

El querría correrse pero no puede, decide concentrarse en el placer continuado que le recorre la espalda y le llega a los riñones.

Elena comienza a chillar, los movimientos se hacen espasmódicos hasta que para con un:

"¡Qué lindo!"

Se levanta y se tumba al lado del hombre. Se abraza a él. Restriega su rostro por el pecho velludo del hombre. Besa mimosa sus pezones. Todavía siente un pequeño dolor, ahora sólo los ensaliva y lame . El descanso dura apenas unos minutos, muy pocos.

"Hay que curar esa calentura "- le dice riendo señalando el mástil de Lalo.

Con agilidad se levanta y se sienta en el pecho del hombre. Le agarra el pene con la mano derecha y empieza a masturbarlo.

El ve la espalda de la muchacha, las nalgas duras , redondas contra su carne. Ella tiene un color tostado , apenas se nota la marca del bikini, están en invierno y ha tomado sol hace tiempo, pero la piel es morena , aunque Elena no lo diga , y quizás no lo sepa , en sus antepasados debe haber alguna india, negra no piensa Lalo porque no tiene el vello púbico ensortijado.

La mano desliza cada vez más rápida, los jugos de ella actúan de lubricante. No sabe cuanto tiempo llevan , está en una nirvana.

Nota como ya no puede más. Ella se ha levantado , quiere ver la cara de él cuando se corra. Está reclinada en la cama , meneándosela a toso ritmo.

"Hostiaaaas!"- grita el hombre cuando nota que el semen le recorre camino de la salida.

Salta en chorros que mojan a la mujer, la cara , los senos , el pelo.

Se la ve feliz.

"Creo que estos días no se te van a olvidar"- le comenta entre risas.