Cuñada (6)

Mi nueva cuñada hace realidad su promesa.

MI CUÑADA CUMPLE SU PROMESA

al regresar al apartamento y entrar en mi cuarto encuentro una cajita y una nota, la nota dice: lo que hay dentro de la caja lo compre para nuestro próximo encuentro, te dejo también un recuerdo mío para que no olvides los momentos disfrutados, un beso. Abrí la caja y encontré un juego de ligueros y un panty transparente negro y junto a ellos un aceite para masajes, unas velas, un encendedor, unas cuerdas y un vibrador

Ahora solo ansió volver a Cali.

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Si ustedes recuerdan la última vez que les conté mis historias, tenía una nueva cuñada y en una viaje de negocios de mi novia las cosas pasaron y los dos nos dimos una cogida del carajo, motivo por el cual mi cuñada Beatriz me sentencio que el próximo viaje de mi novia, me iba dejar disfrutar de su cuerpo, he regresado ha Cali y lo primero que he hecho es entregarle a mi cuñada los ligueros y el panty, diciéndole al oído que quiero ver su cuerpo únicamente cubierto por estos dos objetos, bueno para mi fortuna llegó el día.

Mi novia tuvo que viajar a la capital, a lo cual yo me ofrecí a llevarla al aeropuerto en mi auto, a eso de las 2 de la tarde, pase por su casa a recogerla, al llegar casualmente iba llegando Beatriz, ese día un vestido negro, con un hermosos y sutil escote que dejaba ver solo la parte superior de sus redondas tetas, terminaba este vestido en una minifalda que le llegaba solo a la mitad de su muslo, todo su vestido iba milimétricamente ajustado a su cuerpo, mostrándole al mundo su maravillosa figura, además resguardaba sus bien contorneadas piernas unas medias veladas para finalizar sus extremidades en un par de zapatos negros. Baje del carro y la salude con un beso en la mejilla muy cerca de sus labios, le pregunte que de donde venía tan hermosa y que con quien me estaba engañando, soltando una pícara sonrisa me contesto que había tenido una presentación en la universidad y que solo me engañaba con su novio, pero que eso no contaba.

Entramos a la casa y llamó a su hermana, para que atendiera mí visita, como Beatriz me dijo en un tono de ironía, mi novia bajo de una vez con la maletas, pues el vuelo partía a las 3:30 p.m. y nos encontrábamos algo distantes del aeropuerto, nos despedimos de mis suegros y al salir de la casa, Beatriz nos dijo que la esperáramos que ella deseaba acompañarnos, al subirse ella al carro pude ver a través del espejo retrovisor sus entrepierna, mientras que yo disimulaba tratando de colocarlo en la mejor posición, al observar de manera furtiva su entrepierna, pude observar que traía puestos el panty negro transparente y el juego de ligueros, sentí como un corrientazo recorría mí cuerpo a la vez que iba aumentando el tamaño de mi verga dentro de mis pantalones, arrancamos y en el trayecto hasta el aeropuerto dialogamos y nos reímos de todo un poco, esperamos que mi novia se fuera en el avión y nos dispusimos a regresar a casa.

Al tomar la vía que nos conduciría a la ciudad, no aguante las ganas que tenía de tocar las piernas de mi cuñis y puse mi mano en su muslo, ella accedió a mis deseos y acercando sus labios en mi oreja la acaricio con su lengua para luego decirme mira lo que tengo para ti , alejando su cuerpo de mi cuerpo y levantando con sus manos lentamente su minifalda dejo ver el liguero que agarraba sus medias veladas, continuando así hasta enseñarme el panty negro, que era hecho como lo había descrito antes de un material transparente, lo que me permitió ver nuevamente sus carnosos labios vaginales, ahora sí la corriente que recorría mi cuerpo estaba a mil y mi verga luchaba ansiosa por salir de mi pantalón, pues su tamaño iba en aumento con la visión que iba teniendo, subí mi mano hasta su coño y corriendo un poco el panty negro acaricie con mis dedos el clítoris y sus labios, ella solo reclinó el asiento hacia atrás, abrió sus piernas y emitió un pequeño gemido que retumbo dentro del coche, yo ante la situación, lo único que hice fue detener el coche a un lado de la vía, a aparcar y apagar el vehículo, aprovechando lo polarizado de los vidrios, me acerque a ella para poseerla nuevamente, allí dentro del coche.

Mientras la besaba mi manos empezaron a meter sus manos bajo su blusa para alcanzar sus tetas, las cuales rozaban libremente en su blusa, al alcanzarlas, las apreté y ella instantáneamente me propino un mordisco en mi boca, lo cual me produjo mucho placer, así mismo sus tetas iban endureciéndose poco a poco con las caricias que mis manos le propinaban, ella se aparto de mí permitiéndome dejar al aire esas hermosas y redondas par de tetas que al sentirse libres buscaban el infinito con sus pezones, yo por mi parte me dedique al besar ese pedazo de torso desnudo que se entregaba a mis caricias, besos y mordiscos, propinados centímetro a centímetro, mientras que el aire se iba llenando de gemidos de placer y satisfacción.

Beatriz al sentirme recorriendo su cuerpo solo atino a poner sus manos sobre mi cabeza para guiarla en la exploración de su cuerpo ardiente y sediento de sexo, primero acerco mi rostro hasta su rostro para que yo besará sus labios, y procedió a quitarse el vestido mientras me besaba, luego con sus manos en mi cabeza me condujo a sus mejillas, orejas, mentón, cuello, senos y ombligo, los cuales yo llene de besos, mordiscos y lamidas ansiosas de su sudor, de su aroma, su sabor extasíate y enviciante. Así mientras mi cabeza era arrastrado por sus manos a recorrer su cabeza y su torso una y otra vez, mis manos se deleitaban recorriendo sus piernas deslizándose por sus medias y finalizando su loca carrera en su húmedo sexo, el cual al sentir mis dedos próximos a el, se iba abriendo para ser penetrado por mis dedos, los cuales se enredaban en sus pelos, acariciaban en ocasiones y pellizcaban en otras ese enorme clítoris y entraban de manera rítmica a su coñito húmedo, ardiente, deseoso de ser poseído. Ya en ese instante mi verga me tallaba por su enorme tamaño en mis pantalones, por lo cual aprovechando que en ese instante mi lengua jugaba en la boca de mi cuñada con su lengua en una guerra sin cuartel en la cual no existía vencedor ni vencido, abrí la bragueta de mi pantalón, y sentí como mi verga alcanzaba su máximo tamaño al sentir la libertad, y se excitaba más al sentir el aroma a sexo que circundaba el ambiente.

Liberando mi cabeza de las manos de Beatriz, logre acomodarme mejor entre sus piernas, las cuales sin resistencia se iban haciendo un lado, de acuerdo al movimiento que les daban mis manos y por sentir la cercanía de mi verga que acechaba su conchita cual león hambriento en busca de su presa, desesperada por el olor expelido de sus profundidades, las cuales se preparaban lubricándose para recibir mi miembro ansioso, excitado, duro y deseoso de brindarle placer, al ritmo de sus cadenciosos gemidos que a estas alturas opacaban el sonido del tráfico que circulaba a nuestro alrededor.

Al cruzar mi verga sus húmedos pelos y labios, Beatriz se apretó a mí fuertemente, para en ese instante correrse y recibir mi miembro con sus líquidos, yo aprovechando ese desfogue lo introduje de un solo empujón en las entrañas de mi cuñada, ahh! Que placer, que sensación tan agradable encontrarme allí, dentro de mi carro, con una espectacular mujer medio desnuda, excitada, deseosa de mí, empuje mi verga varias veces dentro de la conchita de mi cuñis con el placer de un sediento caminante del desierto al llegar a un oasis, ella en mi espalda iba dejando marcas de sus uñas, mientras me acercaba más y más a ella, me detuve para cambiar de posición y mientras yo quedaba sentado, mi cuñis que ya estaba encima frente a mí, agarró mi verga y la condujo nuevamente a su coñito, descendió su cuerpo lentamente hasta sentirse al tope con mi cuerpo, con sus manos agarró sus tetas y las apretaba mientras empezó a cabalgarme con lujuria, lo que propinó que luego de un instante me corriera dentro de ella, corrida que fue acompañada por mi cuñis quien tuvo su segundo orgasmo, nos besamos apasionadamente y nuestros cuerpos se rozaban mutuamente compartiendo su sudor, su aroma y su éxtasis.

Invite a mi cuñis a mi apartamento, a lo cual accedió con gusto, al llegar le dije que me esperara un instante en el vehículo mientras yo preparaba el lugar, saque la caja donde se encontraban el aceite para masajes, unas velas, un encendedor, unas cuerdas y un vibrador, preparé la sala, dejándola a oscuras y solo alumbrando por la luz de las velas, las cuales hacían un sendero a mí cuarto donde tenía preparado sobre la cama el consolador, las cuerdas y el aceite para masajes, dispuesto todo esto la invite a entrar.

Al entrar al apartamento me miró y en sus ojos se vislumbraba el brillo de la pasión, y procedió a quitarse inmediatamente su vestido negro, dejando a mi vista ese hermoso cuerpo deseado solo cubierto con el panty negro transparente, el liguero, las medias veladas y sus zapatos de tacón negro, inmediatamente me acerque a ella dejando apoyada su espalda hacia la pared y recorrí con mis manos y mis labios todo su cuerpo, luego con mis manos buscaron su entre pierna, su cadera y al encontrar el borde del panty lo retire lentamente, mientras que mi boca cruzaba su cuerpo en búsqueda de saciar mi sed de sexo con sus líquidos vaginales, al llegar a su vagina y acercar mis labios en pos de su clítoris, levanto sus piernas poniéndolas sobre mis hombros, permitiéndome a mi lengua recorrer con mayor facilidad toda su entrepierna, lo que yo aproveche para chupar desde su clítoris hasta su ano, hasta sentir que ella temblada de placer con la llegada de un nuevo orgasmo, disfrutando nuevamente de sus deliciosos sabores.

Ella aun con las piernas temblorosas, las bajo de mis hombros y agarrándome del cabello me acerco a su rostro para limpiar con su lengua los restos de sus flujos vaginales que allí se encontraban, al terminar con mi rostro procedió a desnudarme y agarrándome de la mano me llevo hacia la cama donde me acostó boca abajo, sacó de la caja el aceite para masajes y empezó a dejar caer gotas del mismo sobre mi espalda, haciéndome que me arqueara al sentirlas, luego montándose encima mío empezó a acariciar mi espalda, mientras en mis nalgas sentía como rozaba su vagina al ritmo de los movimientos de sus manos, lo que me tenía a mil, luego acercando sus labios a mi oído derecho empezó a jugar dentro de ella con su lengua, lo cual hizo que mi cuerpo se erizará por completo, y así procedió con su lengua a recorrer mi espalda lo que produjo en mí la sensación de que un corrientazo atravesaba todo mi cuerpo por lo cual arquee mi cuerpo y sentí como mi verga ya erecta empezaba a botar líquido seminal, ya no resistiendo más esas caricias en mi espalda me voltee rápidamente para buscar con desespero esa lengua excitadora e incitadora fundiéndonos en un profundo beso mientras mi verga se acercaba cada vez más a su sexo, ella giro quedando yo encima de ella, besaba con pasión desbordante sus labios, sus senos, sus hombros mientras en su entrepierna ni verga jugaba con sus labios vaginales y su clítoris que estaba hinchado de tanto placer, estire sus brazos y primero el derecho, luego el izquierdo los ate a la cama para poder poseerla, ella solo sonreía, con una sonrisa morbosa, lujuriosa, que llenaba de libido el cuarto, comencé a descender por sus senos, su abdomen, hasta llegar a su sexo, allí mientras mi lengua jugaba con su clítoris sentí un nuevo torrente, un nuevo orgasmo, ella no podía más de placer solo pedía que la poseyera, que la hiciera suya, yo me levante de la cama, ella maldecía, me insultaba por no hacerla mía, yo sentado al borde de la cama buscaba el consolador, el cual empezó a recorrer su cuerpo desde sus pies, sus muslos, su entrepierna, a lo que ella solo respondía abriendo sus piernas más y más, jadeando, exigiéndome que la penetrara, baje con el vibrador a la entrada de su negro ano, una nueva oleada de líquidos vaginales inundó mi mano y lubrico el vibrador, que de inmediato entro a llenar su cavidad anal, deje el consolador en su ano y lubrique su cuerpo con el aceite para masajes, acerque mis labios a su boca y ella mordiéndome fuertemente mis labios me exigió que la penetrará, lo que me toco hacer de inmediato porque el dolor en mis labios era ya insoportable.

Al sentir ya mi verga dentro de su vagina soltó mis labios, de inmediato puse sus piernas en mi pecho para hacer más profunda la penetración y empecé a entrar y salir de su cuevita de manera rítmica, cadenciosa y aumentando paulatinamente la penetración hasta que nuestros líquidos quedaron fundidos en uno solo, mi pene solo eyaculaba en grandes cantidades mientras sentía como el cuerpo iba llenándose de una relajante paz. Bajo sus piernas de mi pecho y así aún con mi verga dentro de su conchita y el consolador en el ano nos dormimos, una hora más tarde ella me despertó pidiéndome que la desatara, lo hice y de inmediato nos giro hacia un lado para sacar el vibrador de su ano, se retiró de mí y poniéndose en posición de perrito me invitaba a culparla mientras ya su clítoris era atendido por el vibrador, al ver esa escena tan insinuante mi miembro de nuevo recobro sus fuerzas e inmediatamente puse la punta de mi verga sobre la entrada aún dilatada de su ano para de un solo empujón penetrarla, mientras una de mis manos entraba a su entrepierna para jugar en su vagina y la otra apretaba su seno, ella movía su cuerpo como poseída, por lo cual rápidamente alcanzamos nuestro punto cúspide, mi mano fue premiada con una gran cantidad de líquido vaginal llevándola a mi boca para saciarme plenamente y su culo fue llenado de toda mi leche ampliamente, ella se giro y pude ver como sus labios fueron limpiando cada centímetro de mi verga hasta quedar sin una gota de semen, para finalmente fundir nuestros labios e intercambiar nuestros líquidos.

Al llegar la noche, a las 9:30 pm, le pedí que se quedará, que pasará la noche conmigo, que llamará a su casa e inventara una excusa, pero me dijo que a salir con el novio, que ya era imposible echar atrás la cita, nos acomodamos, nos vestimos y la lleve a su casa, allí al estacionarme, me acerque a sus labios para despedirme de ella, pero ella tenía otras intenciones, reclinó nuevamente el asiento y al abrir sus piernas me dijo despídete de tus labios , yo al sentir ese embriagante aroma a sexo que expelía su conchita, corrí su panty, introduje uno de mis dedos y localizando su clítoris lo introduje a mi boca por unos instantes, me retire y entonces ella, acercando su rostro a mi pantalón, abrió la bragueta, tomo mi verga en sus manos y empezó a mamármela con ansiedad, yo por mi parte apretaba sus senos por encima de su blusa con una mano, mientras que la otra introducía sus dedos en su conchita y en su culito, lo que nos excitó de una forma tal que en unos pocos minutos mi leche llenaba toda su cavidad bucal, que era disfrutada, cuidada y recogida por los labios y la lengua de mi cuñis hasta que dejó sin rastros de semen mi verga, mis manos fueron llenados a su vez por su caliente líquido vaginal, líquido que yo disfrutaba al limpiar mis dedos en mi boca en repetidas ocasiones, Beatriz, retiró su cabeza de mi entrepierna con una gran sonrisa de satisfacción, acercó su rostro a mi rostro, besándome con desenfreno mientras continuaba acariciando sus senos, en ese momento sentimos el coche de su novio que iba llegando, estacionándose de frente a mi carro, mientras el terminaba de aparcarse, mi cuñis se acomodo su vestido, pinto los labios, puso una menta en su boca y descendió de mi carro para encontrarse con su amado, yo prendí mi coche, hice sonar el pito en señal de saludo, arranque mi vehículo para tomar rumbo hacia mi casa totalmente satisfecho y extasiado por lo que ese día había vivido junto a mi cuñis.