Cuñada (3)
Relato de como me goce a la menor de mis cuñadas.
LA MENOR DE MIS CUÑADAS
Para todos los fanáticos de los relatos sexuales esta es la última historia de mi trilogía, para hacer un recuento ya les había contado como me había cojído a mi segunda cuñada en su casa y a mi primera cuñada junto con mi novia.
La menor de mis cuñadas se llama Claudia, es una mujer de 1.65, cabello rubio, blanca, ojiclara, que al igual que sus hermanas posee unos labios carnosos, un par de prominentes tetas y un culo perfecto. Yo sabía que le gustaba porque en una ocasión que terminé con mi novia, y que me toco ver como su nuevo amigo la recogía en la universidad, yo tuve que regresar a casa en compañía de Claudia, pues a los dos nos servía la misma ruta de bus, en esa ocasión, sentados uno junto al otro y charlando de muchas cosas, por un instante me detuve a contemplar su hermosa sonrisa, ella se quedo muda y sin mediar palabras me beso, salimos un par de semanas a escondidas de su hermana y su familia, semanas en las cuales de manera furtiva ella me permitió besar sus hermosos senos, pero esa relación no prospero por todo lo que teníamos en contra, además a los dos meses volví con mi novia, después de una acalorada noche de placer en la cual ella me manifestó que extrañaba mi sexo.
Bueno, como les contaba ya había tenido una aventurilla con mi cuñada y había saboreado sus tetas, entonces después de haberme cogido a mis otras hermanas, se me metió en la cabeza que Claudia no se me podía escapar, fue así como empecé a realizar mi cometido de gozar del cuerpo de la menor de mis cuñadas.
Un día en que ella me pidió que le colaborara con un trabajo que le habían dejado en la universidad, yo le dije que claro, que si quería arrimará a la casa que yo le ayudaba, entonces acordamos que iría al siguiente día, debido a que yo me encontraba ese día "muy ocupado", el día llego y yo aprovechando que estaba solo en la casa, prepare todo, pues sabía que esa era mi mejor oportunidad para llevar a cabo mis planes.
En la tarde a eso de las 2, sonó el timbre de la casa, yo corrí a abrir la puerta y al abrirla, me encontré de frente con ella, yo no se si era mi ansiedad, pero ese día estaba hermosa, llevaba una camisa blanca manga corta, la cual tenía desabotonado los tres primeros botones por lo cual era fácil desde cualquier ángulo observar más allá de su brassier, además llevaba una minifalda negra, muy ceñida al cuerpo que resaltaba su hermoso culo, luego de saludarla con un beso que le di muy cerca de sus labios, la invite a pasar al estudio, para empezar a estudiar.
Ella se sentó y al hacerlo me dejo ver al fondo de su entrepierna el panty que ese día llevaba, el cual hizo que mi verga se endureciera, situación que aumento mis ganas de cojérmela, y como no deseaba que se asustará y perdiera mi oportunidad, me senté al lado derecho de ella, para explicarle los temas que necesitaba para el trabajo, aunque a la vez venía la manera como sus prominentes pechos rozaban con la tela de su brassier, a través del escote de su camisa.
En una de esas mirabas furtivas en las cuales yo me deleitaba con sus pechos y procuraba ver más su pezón izquierdo, fui sorprendido in fraganti por ella, quien se retiro un poco de mí, al alzar la vista me encontré con sus ojos, me abochorne por la situación, pero ella sin mediar palabra empezó a desabotonarse la blusa, la ayude a quitársela y acercándome empecé a besar sus hombros mientras bajaba lentamente las tiras de su brassier con mis labios, y mis manos luchaban por desabrochar esa prenda para dejar en libertad ese par de tetas que ya antes había gozado, logrado mi cometido mis manos empezaron a acariciarlas y mis labios se dirigieron a ese seductor pezón izquierdo que me traía loco desde hacia rato, ella abrazo mi cabeza con sus manos para acercarla más a su pecho, de su boca salían gemidos tímidos de placer, que pronto se hicieron más intensos y calientes.
Retiró mi cabeza de sus pechos, me miró a los ojos y me dijo con la respiración entrecortada que extrañaba mis caricias y que deseaba que hoy disfrutará de su cuerpo, que era todo para mi, que la hiciera mía.
Pedido que no demore en cumplir, levantándola de la silla en la que se hallaba y sentándola en la mesa del estudio, frente a mí, allí, ya sin mediar palabra, alce su minifalda hasta la cintura, abrí sus piernas, baje su panty y me concentre en darle placer a esa conchita que estaba dispuesta para mí, ella al principio apoyaba sus manos en mi cabeza, introduciéndola más entre sus piernas, mientras mi lengua jugada con su clítoris, lamía sus labios y se introducía en esa cuevita húmeda, pero mientras el placer recorría más intensamente su cuerpo se acostó en la mesa paso las piernas por encima de mis hombros y contoneando su cintura al ritmo de mis lengüetazos, los cuales eran cada vez más rápidos y estaban alternados de acuerdo al juego que mi lengua le brindaba, en eso, sentí como encorvo su espalda, sus piernas perdieron fuerza y mi boca disfruto del torrente de sus líquidos más deseados, ahh!, ahh!, ahh!, solo atinaba a decir, en un segundo me dijo, dame más, quiero más, hazme tuya...
Yo como han de suponerse tenía mi verga adolorida dentro de mis pantalones y apenas baje la bragueta salió impulsada por el olor de esa conchita que estaba allí tendida en esa mesa, mojada por mi saliva y sus propios líquidos, palpitando de placer y deseosa de ser penetraba, al acercarme ella toco mi verga y sonrió de placer al ver su tamaño, sin el menor recato tiró de ella y la guió hasta sentirla introducida dentro de ella, yo obedeciendo sus deseos penetre suavemente mi verga, la cual al sentirse dentro de esa tibia cavidad, se inflamó aún más, crecimiento que fue sentido por mi cuñada, con lo cual se agarró a mi cuerpo con sus brazos y piernas con el propósito de que no la soltará, yo la abrace también y retirándola de la mesa me acerque a la pared para cogérmela así de pie, ella solo gritaba y gemía de placer pidiendo en cada embestida más, más, más, así en esa postura permanecimos hasta que juntos tuvimos un orgasmo, su cuerpo y mi cuerpo se relajaron y ella soltando mi cuerpo se bajo, dirigiéndonos a mi cuarto
Pasado unos minutos en que ambos cogimos fuerzas, ella bajo hasta mi polla, besándola, diciéndole que era una buena niña, que la hacía feliz, luego lamiéndola con su lengua de arriba abajo, jugueteando en círculos en la punta, donde yo soy muy sensible, e introduciéndosela toda en su boca una, dos, tres veces, para iniciar nuevamente con los besos,... de sus labios salió una sonrisa al notar como mi cuerpo se tensionaba al sentir que me iba a correr, con lo cual ella empezó con sus manos a pajearme mientras ponía su boca en la punta de mi verga, donde recibió toda mi leche, la cual lleno su boca y se regó en sus manos que aún sostenían mi verga, luego de tragarse mi leche, soltó mi verga, me miró y de la forma más provocativa empezó a introducir cada uno de sus dedos en su boca para limpiar el semen que en ella se encontraba, al terminar con la primera mano, paso a la segunda, mientras que recorría con su mano limpia su cuerpo, terminando en su sexo, allí busco su clítoris y mientras terminaba de retirar el semen de una mano, con la otra se masturbaba para mí, sin quitarme la mirada, gimiendo de placer, eso me puso muy caliente y mi verga se endureció, ella al verla y como ya había terminado de limpiar su otra mano, se voltio apoyando su cara contra el colchón y dejando parado su culo, mientras con sus dos manos lo abría y me invitaba a que la montara.
Me acerque a ella, humedecí con mi saliva mi verga y entre por ese culito, que por la facilidad como entro, supe que ya tenía experiencia, al sentirlo ella solo apretó su cuerpo y empezó a mover de manera endemoniada su cuerpo, gritando de placer, y a medida que el tiempo pasaba gritaba más, más, quiero más, dame toda esa verga, no pares, sigue, así, así... saque mi verga de ese culo, la volteé puse sus piernas sobre mi pecho y en esa posición empecé nuevamente a clavar mi verga por el culo, ella abrió sus piernas, las bajo por mi cuerpo, abrazándome con ellas la cintura, tomo con sus manos mi cabello y me llevo a sus tetas, las besaba y lamía con el movimiento que sus manos daban a mi cabeza, la cual en un instante levanto para acercar mi oído a sus labios y me dijo de manera entrecortada, quiero que bañes con tu leche mis tetas, bajando nuevamente mi cabeza a sus pechos para que les diera placer con mi lengua. Al sentir que ya me iba a correr saque mi verga de su culo y me senté en su pecho, allí rodeando mi verga con sus pechos le hice la rusa y deje que mi leche salpicara esos pechos, leche que además llego a su rostro donde como toda una experimentada hacia llegar con sus dedos y lengua a su boca, al terminar cogió sus tetas y limpio de igual manera ese fenomenal pecho de todo el semen que había yo derramado, al terminar de limpiarse como gatita, se acerco a mi que estaba acostado a su lado y me beso, dejando que en mi boca se mezclaran todos los fluidos, la saliva, mi semen, sus líquidos, es indescriptible explicar lo agradable que se siente y el sabor que tiene, después de ese beso, ella se despidió, fue al estudio por su ropa y prometió regresar al otro día para terminar el trabajo, trabajo que nunca termínanos, pero que duramos 8 días realizando y así fue como en numerosas ocasiones ayude a Claudia a hacer muchos trabajos de la universidad.