Cumplir una promesa
Joven secuestrada y obligada a prostituirse
CUMPLIR UNA PROMESA
CUMPLIR UNA PROMESA
Esta historia puede entrar en cualquiera de las categorías, pero yo prefiero en esta.
Mi nombre es Rodrigo, tengo 23 años, estudio medicina me quedan 2 años para terminarla
y en un futuro trabajare con mi padre, que es médico cirujano, propietario de una clínica muy importante en la capital de mi país.
Mi mejor amigo se llama Alberto, también estudia medicina y la diferencia que tenemos en edad son apenas de 6 meses, el está enamorado de mi hermanita Daisy, una jovencita de 18 años, dulce como una rosa, con unos ojos azules turquesa, que parecen el mar del Caribe.
Mi hermana, es un poco alocada, motivos de la edad, le gusta acudir a fiestas, conciertos, discotecas con sus amigas, para el próximo año piensa ingresar en la universidad para estudiar Bellas Artes, le gusta mucho la pintura y además dibuja muy lindo. Yo siempre le había dicho a mi hermana que la protegería y que pobre de aquel que le pusiese una mano encima, se acordaría de mi el resto de su vida y se lo prometí, en recuerdo de nuestra abuelita que nos decía. “Hijitos, las promesas siempre hay que cumplirlas
aunque cueste hacerlo “.
Un sábado en la noche, mi hermana acudió a una discoteca con sus amigas, siempre sueles ir tres juntas, las llamamos “Los Ángeles de Charlie” como aquella serie de la TV, siempre juntas, ese sábado tras estar bailando con un grupo de amigos decidieron cambiar de local y se mudaron a otro que quedaba un poco más alejado que de costumbre, tenían referencias de que el DJ era muy bueno y ponía una música muy acorde con sus gustos.
El grupo, se dividió en dos partes, ya que en un auto no entraba todas, mi hermana y sus amigas le pidieron al portero de la disco que les consiguiese un taxi para ellas, llego rápido y las acerco al nuevo local, donde ya habían llegado el resto del grupo, en el estuvieron bailando durante varias horas hasta que mi hermana comenzó a encontrase indispuesta, tal vez en el traslado había cogido frio, y decidió regresar a casa, sus amigas la querían acompañar pero no quiso, ya que estaba con unos muchachos y les fastidiaría el plan. Salió de la disco y le dijo al portero que le pidiese un taxi.
El portero, llamo a una parada y a los pocos minutos
apareció un taxi, se subió a él y pregunto a donde la llevaba, el portero se dirigió al taxista y le dio la dirección en un papel, mi hermana que acada momento se sentía peor, le había dado la dirección al portero.
Cuando arranco el taxi, mi hermano se desmayo dentro del vehículo, el auto, se dirigió a la dirección que le había dado el portero.
Al llegar a dicha dirección, llamo a la puerta, y una Sra. Abrió, era una mansión grande desde afuera se podían ver unos grandes salones.
Sra. Traigo a esta Srta., que se encuentra mal, me dieron esta dirección, dijo el taxista.
Si, es la hija de mi jefe, salió a la discoteca, estas jóvenes que no saben beber, siempre pasa lo mismo, indico la Sra.
Aviso a un hombre, fornido, alto que la cogió en brazos y la entro en la casa. Le pago la carrera al taxista y este se marcho.
Cuando se despertó, habían trascurrido 5 días se encontraba en una habitación muy amplia con una cama de 2x2 grandes cortinones y espejos por las paredes.
Se levanto de la cama y se dirigió a la puerta, estaba cerrada, golpeo sucesivas veces la puerta pero nadie acudió a su llamada. Así estuvo todo el día, ya por la noche, la misma Sra. Que la había recibido, entro en la habitación, portando una bandeja, con un vaso de leche y un sándwich.
Pregunto dónde estaba, que quería irse a su casa,
le dijo, que esa era ahora su casa y que tendría que trabajar para poder comer y vestirse que los tiempos de ser una Srta. de bien y de hacer lo que quería, se habían acabado, que su familia había fallecido en un incendio de su casa.
No lo creyó, se puso a llorar como hacía tiempo que no había tomado bocado, se tomo el sándwich y el vaso de leche caliente, se pasó llorando toda la noche y por agotamiento y una droga, volvió a quedarse dormida.
Mientras en mi casa, estábamos preocupados por su desaparición, le preguntamos a sus amigas, nos dijeron que se había encontrado mal en la disco y que había tomado un taxi para regresar. En la Disco preguntamos nos dijeron que si, que se le pidió un taxi y se marcho a la dirección que ella les facilito, se busco el taxista pero no aparecía, nadie sabía del taxista y menos de mi hermana. Se presento la denuncia en la policía y se movilizo la unidad de desaparecidos, de un tiempo a esta parte, venían desapareciendo jóvenes de distintas clases sociales y algunas aparecían con tremendas golpizas, drogadas que no recordaban nada y otras lo que aparecía eran sus cadáveres. Nos pusimos en lo peor pero no dejamos de seguir buscando
Mientras
Daisy seguía retenida en la mansión, un día, la visito la misma Sra. acompañada de otra mujer, muy elegante, joven y muy guapa, todos se dirigían a ella como Sra. Duquesa.
Entraron en la habitación y pregunto.
“Cómo te llamas”, le contesto, Daisy.
No me gusta, tus ojos son muy verdes, te llamaras Esmeralda, como esta de salud, la que la acompañaba indico que estaba completa, intocada, ya la revise mientras dormía.
Eso asusto a mi hermana, la habían explorado estando inconsciente.
Me supongo que no tiene experiencia, dijo la Duquesa, nos suponemos que no, ya que esta completa, pero no sabemos si sabe hacer el primer paso de iniciación.
Comprobemos, dijo la Duquesa, y subiéndose la falda, se bajo las bragas, mostrando un pene de 15 cm. Haber Esmeralda, hazme una mamada, quiero saber cómo te desenvuelves.
Mi hermana, se asusto, dijo que no, que quería irse de allí, grito, peleo, entonces la duquesa se acerco a ella y dándole unas fuertes cachetadas en sus mejillas le dijo.
Mira niña, ahora me la vas a chupar, como me hagas daño, te desgracio para toda la vida, vas hacer todo lo que se ordene, nadie te va sacar de aquí si no es en una caja de pino, y ahora mismo te desnudas completamente. Venga ya lo estás haciendo.
Llorando, comenzó a desnudarse, su suéter, al quitárselo, dejo ver un sujetador blanco con un lazo entre las copas, que era 34 B, la duquesa, se acerco y de un solo golpe se lo arranco, dejándole las marcas de los tirantes en el cuerpo, con sus manos trato de ocultar los pechos, pero la Duquesa, le bajo las manos y manoseo los pechos, continuo desnudándose, se quito el pantalón, mostrando unas bragas haciendo juego con el sujetador, sus manos bajaron hacia su sexo para ocultarlo, nuevamente, la duquesa le abofeteo quitándole las manos de su sexo, ella puso las suyas sobre el pubis que nunca se había depilado y dijo.
No quiero chochos peludos, mañana la afeitas y cada tres días lo mismo, quiero los pubis como los de una niña de 8 años. Los hombres no quieren tener pelos en la boca cuando se lo coman.
Con cada palabra que decía la Duquesa, mi hermana se asustaba cada vez más. Y ahora ponte de rodillas, dijo la duquesa que se había sentado en una butaca, y métetelo en la boca y hazme una mamada.
Mi hermana con el pánico reflejado en su rostro se acerco, le daba mucho asco ya no solo el coger el pene con la mano, sino metérselo en la boca. Su reticencia a hacerlo hizo que la Duquesa la cogiese por el pelo, la acercase a su verga y obligándola a abrir la boca, se la metió de un solo golpe, diciendo, y ahora chúpamela, y no me hagas daño, porque te quedas sin dientes, poco a poco, Daisy comenzó a chuparla, como si de un helado o piruleta se tratase, la Duquesa, que la tenia agarrada por el pelo, la empujaba hacia ella, con el afán de que se la metiese completamente en la boca, y así varias veces, hasta que se corrió en su boca, produciéndole arcadas. No se te ocurra escupir mi esperma, trágatelo, dijo la duquesa, y con lagrimas en los ojos, Daisy, se lo trago.
Bueno pues así todos los días, vendré cada día hasta que aprendas a hacer una buena mamada, y de momento te quedaras así desnuda, el frio hará que tus carnes queden mas prietas, ya se te dará una ropa