Cumpliendo fantasías prometidas

Después de 3 meses de encierro acá estaba, cambiándome para mi primer cita con Pedro. Nos habíamos conocido por chat en medio de la cuarentena, y en nuestras charlas ya habíamos tenido todo tipo de sexo, desde el sexo más tierno, hasta el más morboso. El ya conocía todo mi cuerpo, de cuanto ángulo se imaginen ya me había pedido fotografiarlo, y yo también ya conocía el suyo y sabía que tenía una pija tan linda que de solo pensarla ya me mojaba.

Pero en realidad esta era nuestra primer cita, asique me puse lo más lindo que encontré, me maquille, me perfume, ya sabía que a él le encantaban los tacos así que me puse los más altos y con taco más finito que encontré. Siempre fui muy conservadora, de pasar 2 o 3 citas antes de tener sexo, asique si bien nos juntábamos en su casa fui con ese pensamiento.

Eran las 9 de la noche y ahí estaba yo tocando el timbre de su casa, el bajo a abrirme la puerta, y cuando lo vi no podía creerlo, era más alto de lo que me imaginaba y tenía unos brazos súper formados. Nos saludamos con un beso, al a diferencia de a mi no se lo veía para nada nervioso.

Cuando subimos al ascenso le digo, con que me vas a sorprender para comer?. Y en ese instante me apretó contra el espejo, freno el ascenso y me dijo, mi pija calentita, y te voy a hacer tragar toda mi leche, y en ese instante me dio un beso apasionada que me erizo toda la piel.

Acto seguido, me miro y me dijo si queres irte este es el momento, pero quiero que sepas que esto no va a ser una cita romántica, apenas entres en mi casa lo único que voy a hacer es recrear cuanta fantasía tuvimos juntos.

Me reí pensando que era un chiste, y le dije todas???, entre nuestras fantasías hasta habíamos hablado de atarme los pies a las manos dejando al descubierto solo mi cola y así sin poder moverme me iba a penetrar bien duro.. Solo de pensarlo un escalofrió corrió por todo mi cuerpo, pero no era miedo, va si era miedo mezclado con excitación, y ahí antes que yo pudiera pensarlo me metió la mano por debajo del vestido, tanteo mi humedad, sintió un gemido, y me dijo al oído, si todas, y a partir de ahora soy tu amo.

Y volvió a apretarme contra el espejo frotándome todo su bulto y haciéndome perder el control. Me alzo y mientras me besaba con su mano gigante me frotaba la concha, y me decía al oído me encantas que estes así de mojada para mí..

El: Ahora te voy a bajar, voy a entrar al departamento y te voy a esperar. Quiero que entres ya sin este vestido puesto, solo en tacos y en ropa interior. Y que te arrodilles enfrente mío esperando que te mas órdenes.

Yo: Me da mucha vergüenza.

En ese instante me abofeteo la cola, y lejos de lo que podía imaginar me encanto, me agarro de el pelo y me dijo en el oído.

El: A partir de ahora no hay vergüenza, no hay palabras, lo único que va a salir de tu boca es “SI SEÑOR”, y muchos gemidos.

Asentí con la cabeza. Y volvió abofetearme la cola

El; Sos muda, no escuche.

Yo: Si señor.

El: Te espero adentro, si no entras en 3 minutos entenderé que esto es demasiado para vos y te abriré la puerta para que te vayas como si acá nada hubiera pasado.

Y así el entro en el departamento, no se si me volví loca, pero acá estaba yo sacándome el vestido y entrando prácticamente corriendo a su departamento. No se si fueron los meses de encierro, o la seguridad de él, pero tenía ganas de que hiciera con mi cuerpo lo que quisiera.

Entre, y la luz estaba tenue. Es estaba sentado en el sillón completamente desnudo, con esa pija hermosa super parada, yo quería tirarme encima de el, pero…

El: que estas esperando arrodíllate, y baja la cabeza, me vas a poder mirar solo cuando yo lo diga.

Yo: si señora

El: muy bien putita, ahora quiero que te pares y que bailes para mi, y capaz después te de algún premio.

Y ahí nomás empezó a sonar una música muy sensual, y yo empecé a moverme, mientras que el empezó a masturbarse, mientras me ordenaba que no le mirara más la pija o no sería mía, ahora quiero que te quites despacito la ropa… y así yo obedecí primero me saque el corpiño, después la tanga.

El: quiero que te pongas de espalda y te inclines y muevas lentamente las piernas bailando.

La pose me dejaba todo al descubierto, estaba muerta de vergüenza, pero antes que la duda se apodera de mí, ahí estaba el apoyándome su pija hermosa en mi culo, agarrándome con una mano las tetas, y pasándome la otra por la concha de un manera que me volvía loca..

El: estuviste muy bien, asique si me lo pedís, te voy a dejar chuparme la pija un ratito, vi que no podías dejar de mirarla, querías eso no.

Yo:si señor.

El: no me lo estas pidiendo.

Yo: puedo hacerlo?

Y en ese instante otra nalgada en mi trasero

El: hacerlo?? Hacer qué? Limpiar el piso? Aparte donde quedaron tus modales, no te enseñaron a decir por favor? Conmigo vas a tener que aprender. Te doy otra oportunidad.

Yo: Señor, puedo por favor chuparle la pija?

El: si podes.

Se volvió a sentar en el sillón y en ese instante yo me agache y empecé a hacerle la mejor mamada que hice en mi vida, sabía que la recompensa lo valdría, y aparte siempre me gusto chupar pijas, y esta era especialmente linda, grande y estaba super dura. Arranque besándole los huevos, y después subi por toda la pija con una muy buena lamida, cuando llegue a la punta se la escupí, le pase mi lengua en círculos mientras lo miraba, esta vez yo estaba logrando tener el control, pero no me duro mucho, cuando se dio cuenta me agarro de la cabeza y me metió entera en la boca, lejos de molestarme  empecé a chupársela, me la metí mas adentro, deje que me agarrara el pelo y me marcara el ritmo…  hasta que de repente sentí el calor de su semen chorreándome por la boca, llegándome a la garganta

El: trágatelo todo.

No solo que obedecí, sino que después también aproveche para limpiársela toda con mi lengua.

El: muy bien, me la chupaste tan bien como habías prometido.. Vamos a ver si seguís cumpliendo tus promesas. Espérame en la cama

Yo: si señor

No pasaron ni dos segundos de esa terrible chupada, que yo ya estaba en su cama atada de pies y manos..

Pero si quieren saber que paso.. Van a tener que esperar al próximo relato