Cumpliendo fantasías en la pista de baile

Al llegar al antro mi novio me soltó la mano, sin apartarse de mí, como dejándome libre para empezar seducir a quien quisiera pero sin perderme para continuar cuidándome, cosa que me hizo sentir muy bien. Entonces empezó el ambiente...

Cumpliendo fantasías en la pista de baile

Desde niña fui educada de forma conservadora, siempre tratando de ser cumplir con todos mis deberes, ser una buena estudiante y ser una niña educada de muchos principios. Y así he vivido siempre, obligándome a destacar en lo que hago, mis notas siempre fueron de las mejores y mi imagen era de una joven de seria, responsable y respetuosa. Quizá es por eso que desde que empecé a explorar mi sexualidad, me sentí muy atraída por hacer cosas que contrastaran completamente con esa imagen y mi estilo de vida, aunque mis primeras relaciones fueron de lo más normal, a veces imaginaba lo que se sentiría ser una mujer desinhibida sexualmente, capas de follar con el repartidor de pizzas, solo por caliente.

Nunca tuve una autoestima muy elevada, pero con el paso del tiempo me fui dando cuenta que mi cuerpo y mi cara era del agrado de los hombres. Cuando caminaba por la calle empezaba a sentir su mirada llena de lujuria y eso me provoca una sensación muy gratificante. Me sentía deseada. Cosa que realmente no me preocupaba pues tengo novio y con él me basta, pero no podía evitar sentir algo con las miradas de los demás hombres.

Mi novio sabía esto, y en una mezcla de celos y excitación me propuso probar mis técnicas de seducción bailando para provocar a otro hombre en un antro, ya que a él le gusta mucho verme bailar y a mí me encanta hacerlo, además el desde hace mucho tiene la fantasía de verme haciéndolo con otro, cosa que no quiere hacer más que en su imaginación, igual que yo no quiero cumplir mi fantasía de hacerlo con un desconocido, por más que me excite, pues solo le pertenezco a mi novio y eso me encanta , además de que me daría mucho miedo hacerlo.

Entre miedo, morbo y excitación, decidimos intentarlo una noche, y para la ocasión el me pidió que me vistiera de lo más provocativa, me hizo ponerme un vestido exageradamente corto y unos tacones, me maquille un poco más provocativa que de costumbre sin ser vulgar y salimos a la fiesta.

Al llegar al antro mi novio me soltó la mano, sin apartarse de mí, como dejándome libre para empezar seducir a quien quisiera pero sin perderme para continuar cuidándome, cosa que me hizo sentir muy bien. Entonces empezó el ambiente, tras unos cuantos tragos yo estaba muy enfiestada y ya había notado la mirada de más de un par de tipos sobre mí, cosa que me motivaba a subir el calor de mis movimientos. Mi novio estaba como a dos metros de mí, solo moviéndose un poco para pasar desapercibido mientras cuidaba de mí, cuando un tipo se acerca a bailar conmigo suelo pero con mucho contacto. Pude sentir como acomodaba su muslo entre los míos.. se movía muy bien, casi como si fuera gay, pero por el bulto que empecé a sentir cada vez que se pegaba a mí en su baile empecé a descartar esa teoría. No lo pude evitar y me deje llevar un poco más, él puso su mano en mi espalda y comenzó a bajar a mis pompis,  me asuste y volteé a ver a mi novio, el cual lo había notado y me buscaba con la mirada como para saber si aprobaba eso o era momento de tomar medidas, pero pude ver en el esa cara de lujuria y excitación que solo yo le puedo provocar, mezclados con unos celos que sé que lo tenían luchando, y mientras luchaba su erección crecía más. Yo le sonreí como diciéndole que estaba bien, y continúe bailando, después de algunas canciones las caricias empezaron a pasar por mis muslos, y yo acariciaba sus brazos bien formados, su espalda y su abdomen…  cuando me hablo al oído y me dice que si quiero ir a otro lugar.

En ese momento olvide el miedo, estaba tan excitada con sus caricias y su baile, que lo único en lo que pude pensar era en la fantasía de mi novio y la mía haciéndose realidad, pero no quería hacerlo sin consultárselo, así que fui hacia él y le dije lo que me había propuesto. El me preguntó que si yo que quería hacer yo, a lo que le respondí “lo que tú quieras”, él me sonrió y me dijo, está bien, pero no me apartare de ti ni un instante, yo estaré presente cuidándote  y contemplándote. Le sonreí y regrese entusiasmada a la pista de baile, el chico estaba esperándome junto con un grupo de gente que parecían ser sus amigos, le toque el hombro y lo aparte. Le dije que la condición era que estuviera mi novio conmigo todo el tiempo, que él estaba de acuerdo con esto y no participaría, solo estaría para cuidarme. Después de una explicación un poco más larga que esa el tipo lo entendió y accedió sin mucho rodeo.

Salimos del antro y nos separamos, yo y mi novio seguimos su carro a su departamento.  Al llegar nos hizo pasar, el lugar lo compartía con otros estudiantes pero estarían encerrados en sus cuartos, así que nos hizo pasar al suyo, cerró la puerta y sin más empezó a besarme y quitarme el vestido. Empezó a calentarme, y me acerco a su cama...  antes de ceder yo me acerque a mi novio que estaba recargado en la pared observándolo todo, le tome la mano le di un beso dulce en los labios… lo mire como buscando nuevamente una aprobación, el sonrió y entendí que todo estaba bien... me aleje lentamente de él estirando la mano que le había tomado… hasta que lo solté y me acosté en la cama para recibir al otro hombre. El cual se puso sobre mí, y empezó a besar todo mi cuerpo, y yo me retorcía de placer, y mientras el hombre se ponía el condón yo mire a mi novio sonriéndole enamorada como todo el primer día, y pude ver su mescla de sentimientos, celos a mas no poder, pero el bulto en su pantalón también me decía otra cosa.

El tipo al que ni siquiera le pregunte su nombre metió su miembro completo de un solo golpe y no pude evitar gritar. El dolor que me produjo me distrajo de sus palabras con las que elogiaba mi cuerpo y mi forma de bailar, solo escuchaba palabras pero no podía concentrarme en las oraciones, era el dolor más placentero que hubiera sentido en mi vagina. El dolor fue desapareciendo y solo sentí placer, y un libido desbordante por la situación. El tipo me cambio de posición, me puso en cuatro y me la metió de nuevo con la misma agresión que la primera vez pero ya no había dolor. Mi novio se acercó a mí y me beso en la frente mientras se tocaba su miembro que estaba justo en frente de mi cara. Empezó a masturbarse viéndome disfrutar, y de vez en vez se detenía para acariciarme y besarme mientras el desconocido me cogía como animal. Mi novio me decía que me amaba justo cuando eyaculo, y a partir de ahí se dedicó únicamente a contemplarme  y acariciarme, hasta que yo también arremetí en un fuerte orgasmo que me dejó tirada en la cama, sin darme cuenta tomada de las manos de mi novio, apretándolo muy fuerte.

El tipo se apartó, y nos dijo que nos daría un tiempo mientras iba a darse un baño. Lo cual me pareció de lo más prudente. Después de un rato de estar acostada con los ojos cerrados disfrutando de las secuelas del sexo, empecé a sentir los besos de mi novio en mi espalda, y sus brazos rodeándome, me volteé para mirarlo a los ojos, y con un tono dulce me pregunto si me había gustado, yo le respondí con la cabeza llena de vergüenza, y me dio un beso en la frente, me dijo que bueno mi amor, a mí me gusto verte disfrutar.

Nos levantamos de la cama, me ayudo a cambiarme y salimos del cuarto, al salir nos encontramos al chico en la cocina tomando agua… nos ofreció un vaso, le agradecimos por la noche y nos fuimos.

El camino a casa no fue largo, pero el silencio daba la idea de que lo era, empecé a preocuparme, pero cuando llegamos, el solo se acostó en la cama conmigo y me dijo que todo estaba bien y me pidió que le contara como me había sentido, y al final me dijo que lo volveremos a hacer algún día si yo quería. Sonreí y empezó a desnudarme de nuevo para hacerme el amor.

Al terminar nos quedamos dormidos abrazados y el día siguiente comenzó tan bien como este término.