CUMPLEAÑOS Y BAUTIZO Divina 3ª edad.
Esta visto que no hay edad para celebrar cumpleaños y menos bautizos, sino lean más abajo y opinen.
Nuestra relación vecinal con el banquero y su mujer había sido una de nuestras mas gratas sorpresas de las últimos encuentros de intercambio y sexo libre, y no menos fue la que a continuación les cuento, pues la fiesta de un cumpleaños se convirtió también en un bautizo,¡¡¡y que bautizo dios mio!!!…
Comenzó con la propuesta de Valentín de celebrar el cumpleaños de su mujer con una fiesta de las nuestras, pues ese día cumplía sesenta y tantos, no les digo los exactos pues a nosotras no nos gustan decir la edad, pero lo cierto es que esa pareja no aparentaba los años que tenían y últimamente menos en relación con sus desinhibiciones en el campo del sexo.
Llegaron a casa por la tarde acompaños de un par de botellas de champan francés y una cajita con un bote de caviar, pues según dijeron el evento lo merecía, nosotros previamente habíamos encargado una tarta de cumpleaños en una pastelería con productos eróticos propios para estas ocasiones.
Les contare que la tarta iba rematada con un rabo enorme que reposaba sobre dos pechos con puntiagudos pezones, cosa que nos hizo reír a todos y también todo hay que decirlo, nos puso calentitos.
Como la ocasión era especial quisimos darle un toque exótico y preparamos también algunos ungüentos que un viejo amigo que nos había enseñado a usar, así como alguna crema de ultimo uso que empleamos para hacer mas fácil la entrada del enorme falo del banquero.
Comenzamos con nuestros juegos y fue la cumpleañera la que parecía hoy mas dispuesta pues no tardo mucho en quedarse como dios la trajo al mundo, animando a mi marido rápidamente con juegos a ponerse igual, provocando que su marido igualmente no tardara nada en mostrar el arsenal que aquel día tenia previsto usar y del que yo tanto les he hablado y que tambien anhelo y deseo.
Fue Paco el que propuso que la protagonista de ese día fuese la actriz principal del comienzo de aquella bacanal, tumbándola sobre el sofá que previamente habíamos abierto, para mientras yo reponía las compas de champan, ellos iban decorando su cuerpo con bolitas de caviar sobre las partes mas inverosímiles que unos se puede imaginar, dándole un toque exótico y de morbo increíble, a la vez iban untando otras partes de su cuerpo con suaves masajes con unos del aceites que allí teníamos.
La imagen que yo veía era increíble, pues ver aquella abuela tumbada y con caviar sobre los pezones, ombligo, piernas, y sobre todo en su sexo me había puesto ardiendo, pero mas aun ver aquellos dos machos ibéricos de rodillas con sus miembros colgando y apuntando alguno ya al frente como el de mi marido, al que también le había puesto alguna bolita de ese manjar en la punta para que aquella cumpleañera fuese catando algo también, y del que daba cuenta con creces, pues no tardaba en absorber la brillante cabeza del rabo de Paco cuando este depositaba una pequeña cantidad sobre el.
Su marido estaba decorando el resto del cuero y viendo como su mujer se había soltado últimamente, me llamo y me dijo que me apuntara rápido a la fiesta.
Llegue con la copas y lo primero que me apeteció fue agarrar por detrás las dos pares de pelotas de aquellos sementales que atendían tan gratamente a mi compañera ese día de fiestas.
Masajee al unísono con mis manos ya untadas en aceite, las cuatro enormes bolas que tanto deseaba con suaves masajes extendiendo estos a sus duros rabos, que ya palpitaban de lo excitado que estaba, mientras ellos saboreaban ahora los pezones y el sexo adornado ambos con las bolitas negras que antes habían puesto, y de las que aquella afortunada tenia por todas partes.
Se intercambiaron comiendo, y a la vez usaron sus duros miembros como cucharas para ofrecerle un poco de ese manjar para que ella comiera, aunque lo cierto es que el cucharon enorme que tenia su esposo no podía meterlo en la boca, por lo que a este se recreaba con lengüetazos por todo su enorme cabezón, haciéndome pasar una envidia enorme en ese momento.
Yo aproveche y solté mis instintos y me uní a la fiesta absorbiendo los restos que aun quedaban el aquel viejo conejo que tan bien acicalado estaba hoy, provocándole a ella un placer enorme, pues sus gemidos delataban que mi comida le producía una excitación extra, a la vez provocaba a esos dos sementales que tan bien atendida la tenían.
Se corrió en mi boca con una rapidez que a mi me dejo sorprendida, provocando en su marido unos rijas irónicas por la soltura de su esposa esa tarde, mientras ellos no cesaban en masajear y comer sus pezones, siendo ella ahora la que devoraba los huevos de mi esposo que se los había ofrecido para su deleite.
Aprovecho Valentín para retirarse un poco y atenderme a mi con una mirada picarona, mientras yo seguía comiendo y jugando con aquel sexo abierto y lubrificado como una flor por el roció de la mañana.
Me tomo por detrás tras previamente con sus manos masajear y dilatar mis dos agujeros, de los que él era ya experto poseedor y montador, y tras unos pequeños juegos preliminares, me introdujo su estaca brillante y dura para comenzar a darme una pequeña sesión de entradas y salidas por ambas puertas a las que intercambiaba con sabia maestría, si bien la mas estrecha seguía sufriendo un poco, el tremendo grosor de aquel misil balístico de cabeza nuclear.
Su mujer mientras seguía devorando ahora el rabo de Paco que sentado sobre sus pechos se lo acercaba a su boca para que ella comiera, y esa postura me llego mi primer orgasmo de la tarde, con una intensidad que casi muerdo el conejo de mi compañera de dulces fatigas.
Se retiro de mis trasero el banquero, como dejándome descansar un poco dirigiendo su enorme dragón de komoro al sexo de su mujer que previamente mi boca ya había liberado, y pidiéndole a Paco que le dejara un momento montarla, pues era el cumpleaños de su mujer y quería que recordara ese día con una clavada de lujo.
Paco retiro su brillante rabo de la boca de aquella devoradora de carne y caviar, para buscar cobijo en mi sexo, cuando ella antes de ser penetrada por su marido que ya se posicionaba con el mástil en mano para introducirlo todo dentro, le dio a este que por ser tan día especial le pedía un deseo que no quería este se negara.
Valentín, con rabo en mano y esperando la petición, le dio que lo que ella quisiera, sorprendiéndonos todos y dejándonos algo perplejos por tan curiosa propuesta, pues seguidamente le dijo que siempre había sido sometida por su machismo en el sexo, típico en los hombres de su edad, pero tenia un sueño y un deseo y es que el, perdiera su virginidad anal mientras la montaba a ella.
Pego un pequeño respingo el, poniendo cara de sorprendido, preguntado con una exclamación ¡ COMOOO..!, ella le dijo que era su deseo y que tenia que dárselo, y todos al unísono miramos a Paco, que con una sonrisa picarona se toco su duro miembro, diciendo, yo estoy dispuesto, ya saben que lo deseo también.
Fue a decir algo Valentín, pero su mujer le beso y abrazándole con sus piernas por atrás lo atrajo hacia si para ser penetrada, sintiendo todos como se abría su sexo al máximo, ante la clavada de aquel monstruo que entro como un resorte.
Mire a mi esposo como diciéndole que actuara, y este tomando los aceites se puso a lubrificar las posaderas de su aliado, que ese día iba a ser desvirgado por primera vez.
Mientras cabalgaba a su mujer, yo le ayude con un pequeño masaje, metiendo las manos entre las piernas para acariciar sus enormes pelotas, que estaban ardiendo y repletas de caldo que esa tarde iban a ser descargas en su esposa previamente, aunque sabia que yo también tendría mi ración.
Paco ya jugaba dilatando el ano del banquero, y tras posicionarse tras el, le dijo, amigo esto no es nada personal, pero una petición es una petición y yo estoy deseando cumplirla, así que no te quejes que siempre te atendimos bien aquí.
Puso su cabeza sobre aquel virgen agujero y con cuidado fue metiéndola toda, no sin oír previamente unos pequeños quejidos de aquel macho que hoy era montado por mi Paco, y como el seguía moviendo la cadera sobre su esposa, estos movimientos hacían que a la vez se clavara la estaca de mi esposos, que con gestos de placer y gemidos placenteros, alardeaba de aquella monta.
Fue una visión la mía, algo inusual, pues aunque ahora no era yo la protagonista, el morbo de lo que veía me tenia ardiendo, por lo que no deje de tocarme y acariciarme mi mojado sexo para tenerlo listo cuando se presentara mi turno.
Fueron varios minutos gloriosos los que estuvo Paco dando cuenta de mi banquero, y por lo que se escuchaba, ya no dolía, todo lo contrario, parecía que el placer se había extendido a los tres al unísono y estos gemían y balbuceaban palabras calientes, a la vez que se fueron corriendo, siendo la primera ella que estaba absorta por la enorme tranca de su marido que aquel día estaba siendo a la vez penetrado, posteriormente fue Paco el que soltó sus jugos dentro de Valentín y este al verse liberado al final descargo sus enormes depósitos en el castigado y abierto conejo de la vieja , convirtiendo aquel cumpleaños en un bautizo para algunos.
Se retiro el banquero a un lado del sofá para recuperarse, como quedándose pensativo por lo que había sucedido, por lo que me dispuse yo rápidamente a aliviar sus penas, agarrándole su enorme morcilla que aun supuraba algo de leche por su cabeza, comenzando una experta comida que le hizo rápidamente olvidar el mal trago si lo hubo, vi discurrir por su trasero también algunas gotas del caldo que Paco le había depositado y con cuidado con mi lengua también las fui limpiando.
Mire a mi esposo y este había girado a la mujer del banquero poniéndola boca a bajo y sentado sobre sus posaderas ahora le estaba dando un masaje por la espalda con los aceites y ungüentos que teníamos para la ocasión, anqué también introducía sus manos por su pechos semi aplastados por el peso de su cuerpo y otras veces dirigía una de las manos a su sexo, para jugar también con el.
Yo seguía levantando el dormido dragón y por lo visto lo hacia bien, pues no tardo mucho en ponerse furioso y ya apuntaba otra vez hacia su barriga, desafiante y brillante como al principio.
Como no podía perder mi ocasión me senté sobre el , para comenzar una de las cabalgadas mas gloriosa que había tenido, pues el aguante de aquel semental aquella tarde me hizo correrme innumerables veces en ese posición, inundando la sala de gritos de placer cada vez que me hacia pasar a otra dimensión, y mientras tuve fuerzas para seguir cabalgando, él me estuvo dando un recital de besos y caricias en mis pechos a los que logro extasiar, llevando a estos a ser una prolongación de mi enorme placer.
Ya se había recuperado Paco y posicionándose sobre el trasero de la vieja cumpleañera, la penetro, no sin que esta intentara poner una leve resistencia, pero era más bien de boca hacia fuera, pues tras ser ensartada por mi esposo, sus gemidos delataban más que aquello era un deseo.
Entonces fue cuando el banquero tomo venganza de su pérdida de virginidad, pues al retirarme yo de él, tras casi media hora de monta y goce sobre aquel misil que no parecía aflojar ni un ápice en su dureza, y tras dejarme reposar junto los dos fogosos amantes que allí delante teníamos, para recuperarme de mis múltiples orgasmo, me miro y sonriendo picaronamente me dijo, ahora es mi ocasión, mira y veras como tu marido disfruta también de lo lindo.
Y situándose tras el trasero de mi esposo que a la vez perforaba con suaves culadas el de su mujer, cogió a estos por sorpresa con su fornido cuerpo, dejándose caer sobre ellos, convirtiendo a Paco en el relleno de un emparedado, a la vez que les dijo, disfruta mujer de tu vecino que yo voy a darle a el también su merecido como a ti te gusta, mientras te dilata tu agujerito que ya otro día yo catare.
Agarro el mástil con la mano ya previamente untado por mis jugos y ayudado por el peso y corpulencia de su cuerpo, fue introduciendo aquel todo terreno en el garaje de mi esposo, no sin producirle a este un momentáneo dolor , por la entrada de aquel enorme pollon, si bien viendo los acontecimientos posteriores, este se mitigo y se convirtió en un placer mutuo, pues los gemidos de aquellos dos machos que habían intercambiado los papeles, mitigaban y mucho los que aquella vieja reproducía, y aunque ella disfruto de la monta de Paco, estoy segura que él lo hizo por partida doble, pues su cara reflejaba un éxtasis algo fuera de lo normal , y no menos el viejo banquero que tomaba justa venganza aceleraba ahora con ritmo endiablado las enculadas sobre mi esposo, soltando una corrida tan tremenda dentro de él, que aquel dilatado y profundo agujero no pudo contener tal cantidad de jugosa leche, manando parte de esta tras ser retirado aquel arsenal después de acabar su cometido.
Paco se corrió a la vez soltando también su pastosa crema en la trastienda de la abuela que previamente antes ya se había corrido, aunque de este hecho no me percate pues mi vista y mis sentidos estaban mas puestos en aquello dos colosos que se habían perforado mutuamente.
Pareció con aquello recobrar su autoestima el viejo banquero, ya que su sonrisa así lo delataba, convirtiendo como dije antes aquel cumpleaños en un bautismo también para algunos, aflorando quizás sus instintos bixes, como antaño mi marido había hecho.
Lo cierto es que aquella bacanal paso a ser una tarde inolvidable y tras recuperarnos un poco y ver que todos nuestros agujeros volvían a su estado normal, tomamos la ultima botella de champan junto a la tarta, si bien les tengo que decir que ninguna de nosotras dos usamos cuchara para degustarla, pues aquellos dos buenos galanes nos ofrecieron sus cucharones para ayudarnos a catar tan buen manjar.