Cumpleaños feliz

Amaia celebra su cumpleaños y primero cabalga a su padre y luego a los dos a la vez

CUMPLEAÑOS FELIZ

Amaia había cumplido los 19 años hacía dos días. Pero había decidido celebrarlo el sábado primero con una comida con sus padres en casa y a la noche con sus amigas. Había comido con sus padres y su madre se había ido porque tenía que trabajar y luego había quedado con unas amigas.

Su padre se había retirado a la habitación a ver la tele. Habían bebido vino durante la comida y algo de cava para postre. Sin estar borracha tenía un puntito. Su padre conseguía ponerla caliente. Lo había descubierto hace poco un día que descubrió a sus padres viendo porno y desnudos. Se excitó sobremanera.

Ella se estaba vistiendo. El pantalón acariciaba su piel. Le dibujaba un culo delicioso. Luego una camisa que le permitía ir sin sujetador. Después fue al baño a maquillarse y lavarse los dientes. Escuchó los gemidos de la película que veía su padre que estaba con la puerta cerrada. Amaia abrió la puerta completamente decidida a follarse a su padre después de avisar a sus amigas que por la tarde no saldría sino que al final solo para la celebración por la noche.

Su padre se quiso tapar pero su hija le dijo que ya sabía que veía pelis porno y que le dejase un sitio. Su padre se quiso negar pero estaba tan cachondo que no lo hizo. Su hija se sentó a su lado un poco separada. Su padre no sospechaba como iba a terminar aquello. Su padre no sabía si mirar al escote de su hija que se había soltado un botón de la camisa o a la televisión.

Ella decidió tomar la iniciativa, se puso de rodillas sobre la cama de su padre y le fue bajando la cremallera mirándole a los ojos con cara pícara. Cuando lo hizo soltó el cinturón y bajó sus pantalones. De rodillas se deshizo de su camisa pero su padre no aguantó más y la derribó sobre la cama. Ella cayó boca abajo. La tenía inmovilizada y con una mano acercó el bote de vaselina que usaba con su mujer. Dando estirones logró bajar los pantalones de ella y con ellos el tanga.

Con la mano abierta la puso bien de vaselina en la entrada del culo y acercó su polla. La fue penetrando con fuerza pero lentamente para no desgarrarla. La folló como si fuera la primera vez en mucho tiempo que tenía sexo. No paró hasta eyacular en el culo de su hija. Se quedó inmóvil cuando terminó. Se disculpaba con su hija con voz llorosa.

Cuando se levantó y se quedó de rodillas mirándola. Ella se dio cuenta que después del orgasmo él se sentía culpable y además ella no había tenido el orgasmo. Lo besó delicadamente en la frente, en la nariz y fue bajando hasta besarle apasionadamente en los labios. Su lengua fue jugando con la suya. Lo empujó hasta que él quedó medio tumbado en la cama. Se puso encima de él penetrándose y cabalgándolo. Lo hacía a veces con suavidad y otras de forma más cañera. Luego se giró dándole la espalda para que viera como el semen le brotaba del ano como una pequeña fuente y bajaba por sus muslos.

Ahora la sujetaba de los pechos y de las caderas alternativamente. La empujó hacia delante y ahora volvía a llevar el la voz cantante. Se la estaba follando a cuatro patas. La chica había salido a su madre en la forma de gemir y de pedir más.

Hablando de su madre. Abrió la puerta de la calle. Su hija estaría ya con sus amigas y quería sorprender a su marido. Iba a aparecer en su cuarto vestida únicamente con un tanguita semitransparente por delante. Oía los jadeos en la habitación. Su marido estaba viendo una película porno, era algo viciosillo pero le encantaba. Lo que no esperaba era el espectáculo que se iba a encontrar.

Cuando empujó con el pie la puerta se quedó de piedra. Allí estaba su marido follandose a cuatro patas a una joven. A la chica no la vió en el primer momento. Cuando se dio cuenta decidió que se unía a  la fiesta. Se quitó el abrigo y solo llevaba el tanga.

Se arrodilló frente a su hija. Miró a sus ojos y dijo:

Quieres seguir y que yo me una y juguemos entre los 3? Completamente segura?

Si, completamente segura mamá.

La madre la besó en los labios y cogiendo sus manos la hizo bajarle el tanga. Se tumbó boca arriba y la hizo que la comiera el coño, lo hacía de forma inexperta. Su madre la tuvo que corregir hasta que ya lo hacía de forma satisfactoria. Su padre al haberse corrido antes duraba más follandola. Lo hacía suave y profundo o más duro y cañero. Se la sacó y por instrucciones de su mujer se volvió a tumbar boca arriba montándose encima y cabalgando a su padre como una yegua en celo.

Su madre puso su conejito en la boca de su marido que lo lamía con deseo, mucho deseo. Se besaban madre e hija y la madre apretaba y magreaba sus tetas no muy grandes de pezones rosados. La madre se levantó, de un cajón cogió un gran pañuelo negro y se lo puso a su hija.

Luego se puso un arnés que llenaba sus dos agujeros y terminaba en un gran dildo para encular a su hija. Se acercó por detrás colocándose de tal forma que besaba el cuello de Amaia y sobaba sus tetas pero la joven no podía sentir el arnés ni lo que la sobrevenía. Luego Eva se tumbó detrás. Abrió las nalgas de la chica y lamió su agujerito que todavía rezumaba. Se puso tras ella, acomodó su pelo y besó su cuello. Con las manos pellizcaba los pezones y amasaba los pechos, con suaves caricias fue bajando hasta las nalgas que las fue abriendo y cerrando y acercando el arnés hasta que se puso perpendicular al ano y fue entrando en su intimidad. Amaia cuando se dio cuenta tuvo otro orgasmo. Ahora la follaban entre sus dos padres. Cada vez más fuerte la follaban, pellizcaban sus pezones su madre y los mordisqueaba el padre. Con tantas embestidas se corrieron las dos mujeres. Luego el marido se puso de

pies. Las dos chicas fueron mamando su verga a dúo. Una los huevos y la otra la polla y al revés hasta que eyaculó en la cara de sus dos mujeres.

Los tres quedaron rendidos en la cama.

Este es un relato imaginario pero si queréis podéis escribirme sobre todo mujeres a:

Picante100@hotmail.com

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