Cumpleaños adelantado (III)

Continuación del fin de Semana de Laia y Pedro.

CUMPLEAÑOS ADELANTADO (III)

( Prefacio: Después de bastante tiempo he decidió continuar esta historia. Quisiera dar las gracias a todas las personas que me han enviado algún email y espero que continúen.

Os aconsejo leer las dos primeras partes de esta historia que podéis encontrar en esta misma pagina web. Estan en relatos SADOMASO , o podeis buscar por autor y tambien salen)

Cierro la puerta detrás de mí, pero no antes de volver unos segundos la vista hacia Laia que sigue tumbada en la cama frotándose las manos. Regreso a la otra habitación donde me pongo unos slips únicamente. Entonces me dirijo al baño principal, justo al lado de la habitación donde esta Laia. En el baño hay una gran bañera colocada sobre una tarima de obra y rodeada de madera, que podría ser ébano ya que es bastante oscura, tirando a negra. Abro el grifo monomando y empiezo a llenar la bañera mientras busco unas sales de baño por los armarios. Mientras se llena la bañera miro por la ventana que hay justo encima de esta. La vista no es gran cosa. Veo otro edificio un poco mas alejado ya que los edificios colindantes son más bajos y hay una calle en medio. El edificio lejano es de la misma altura, incluso un poco más bajo.

Una vez la bañera esta llena y con gran espuma salgo del baño y regreso a la habitación contigua. La puerta sigue cerrada. Golpeo dos veces y espero.

-"Pasa." Me responde Laia desde el interior.

Entro. Sigue todavía en la cama, pero esta sentada con la espalda apoyada en la cabecera de la cama y las piernas dobladas, pero tapada con la sabana hasta la cintura. La venda sigue puesta pero esta un poco ladeada. Creo que se la ha quitado y vuelto a poner, pero que más da. Las esposas siguen en la mesita de noche con las llaves puestas. Se ha quitado el picardías blanco que ahora descansa sobre la sabana en el lado de los pies, junto a las medias blancas que yo había tirado descuidadamente a un lado de la habitación. Una prueba irrefutable que se había quitado o almenos movido la venda de los ojos. El tanga con la palabra bordada "felicidades" en rojo no esta acompañando estas prendas, sino que ahora descansa cerca de mi equipaje en la otra habitación. No se pueda decir que haga colección, pero esta he decidido llevármelo.

Me acerco y me siento a su lado en la cama. No he dicho nada y ella tampoco. Acerco mis labios a los suyos y nos besamos mutuamente. Mis manos se han dividido el trabajo. Una ha ido a su cuello y pelo, mientras la otra, más juguetona, descansa sobre su pecho izquierdo notando como su corazón, que antes vibraba ahora esta latiendo tranquilamente. Laia tampoco sé ha quedado quieta. Una de sus manos atrae mi cara desde atrás hacia ella, mientras la otra recorre toda mi espina dorsal des del cuello hasta tocar la banda del slip.

En cuanto nuestros labios se separan un poco consigo hablar:

-" Ya tienes preparado el baño. Tomatelo con calma, no hay prisa. Yo me voy a duchar en el otro cuarto de baño y preparo unos bocadillos fríos. Cuando termines te espero en la terraza, que ya ha parado de llover y parece que sale el sol. ¿Eres vegetariana? Lo pregunto para hacer los bocadillos."

-" No. Como de todo."

-" Bueno me voy a duchar. A una ultima cosa. Cuando salgas del baño mantén todavía la venda sobre ti."

Antes que pudiese protestar, cosa que seguro que iba hacer, mis labios se juntan sobre los suyos silenciando cualquier posible queja. Antes que diga nada, en cuanto nos separamos, me voy de la habitación a ducharme.

Me doy una ducha rápida en el cuarto de baño de la habitación principal que, por supuesto, es la de Zoe. La segunda ducha de hoy. Me visto con unos pantalones cortos, una camiseta blanca y unas bambas. Vuelvo a la habitación de Laia, ahora vacía. Recojo la bandeja y bajo a la cocina. Después de buscar un poco en los armarios y la nevera soy capaz de preparar unos bocadillos. No gran cosa, pero nos quitara un poco el hambre. Todavía son las 11:30 h, demasiado pronto para comer. Cojo algo para beber y vuelvo a subir con la bandeja, esta vez un poco mas llena.

Nada mas entrar en la terraza dejo la bandeja sobre la mesa y observo la "terrazita". Es impresionante y con algunas plantas. Todos los edificios más próximos son más bajos y la terraza la rodea un muro y no permite ver nada desde abajo. Justo enfrente de la ventana de la habitación de Laia hay una especie de tarima con un escalón. Me acerco y resulta ser un jacuzzi. Joder con Zoe. El jacuzzi queda levantado del suelo y esta rodeado por un borde de madera pulida donde cabe una persona sentada. Además, el lado que queda justo al lado del muro es más ancho y cabria una o varias personas tumbadas. Esta parte de la terraza, además, esta tapada con cañas impidiendo ver el jacuzzi des del exterior.

Estaba pensando en esto cuando oigo abrirse la puerta del baño y me asomo al pasillo. En ese momento sale Laia del baño. La ropa que lleva no la elegido yo, sino más bien Zoe, ya que estaba doblada en el baño. Tiene puesta la venda negra sobre los ojos, como yo le indique, y se dirige hacia mí palpando la pared intentando no tropezar con nada. Aunque no haya nada con que tropezar.

-"Espera que te ayudo a llegar hasta aquí."

-"Deja, no te molestes. Puedo llegar yo sola. Pero me ayudaría no tener los ojos vendados."

-" Bueno, bueno. Pillo la indirecta."

Poco a poco y caminando con cuidado llega hasta donde estoy esperándola. Viste unas sandalias de cuerda en los pies. Sus piernas están desnudas hasta donde llega una camiseta blanca y larga, que otro guiño de Zoe, lleva sobre el pecho "SOY TU REGALO DE CUMPLEAÑOS" en letras negras. No lleva pantalones. En el cuello resalta la cadena de plata. Por ultima prenda viste la venda negra sobre sus ojos tapando parte de su pelo caoba y húmedo.

La cojo con cuidado del brazo y la guío hasta la silla, no sin una mueca en sus labios. Le ayudo a sentarse. Creo que ya es hora de retirar la venda. Deshago el nudo de la venda y esta se queda en mi mano. Laia ahora ya puede ver. Mientras sus ojos se acostumbran a la luz del sol me siento al otro lado de la mesa.

Por primera vez veo sus ojos. Son muy grandes y de color marrón.

-"Bueno déjame que me presente. Mi nombre es Pedro como ya te dije. Es un placer conocerte."

-"Muy bonito. ¿Solo eso?. Donde están los dos besos de bienvenida." Me replica Laia desde su silla.

Puede que tenga un poco de razón, pero no mucha. Me vuelvo a levantar y desando el camino con sus grandes ojos fijos en mí. Como yo hice con ella, ahora son sus ojos los que recorren todo mi cuerpo. Es justo. Se levanta para que le dé los dos besos pero se queda en uno. Directamente a los labios.

-"Venga Pedro. Creo que me conoces bastante bien para ser remilgado ahora conmigo." –me dice sonriendo- "Venga vamos a comer que el sexo siempre me da hambre y además la comida se calienta."

Sonriendo como un bobo me vuelvo a mi silla, no antes de llevarme un azote en el culo por parte de Laia. Nos sentamos a la mesa y mientras vamos dando cuenta de los bocadillos nos vamos contando nuestra vida y nuestra relación con Zoe. Van pasando las horas, comiendo, hablando y escuchando música.

Poco a poco todo el cansancio acumulado del viaje del autocar y de la sesión de sexo de antes va haciendo mella en mi cuerpo, y el sueño me va venciendo. Miro el reloj. Las 14.20h.

-"Creo que me voy a dormir una siesta antes que me quede dormido en la silla. Tu misma, como si estuvieras en tu casa. Tus cosas están sobre la cama de Zoe."

Una vez me tumbo en la cama me quedo dormido enseguida.

Medio en sueños y medio despierto voy notando como si me quitaran los pantalones cortos. En este estado de medio vela mi mente no puede pensar y mucho menos hacer algo. De pronto, unos labios se juntan con los míos y una lengua comienza abrirlos. Eso hace que me termine de despertar y mi lengua se junte con la lengua intrusa. Intento mover mis manos hacia el cuerpo que me besa pero me sorprende no poder moverlas. Mis muñecas están inmovilizadas a los lados de la cama y no puedo moverlas. Abro los ojos que hasta ahora havia tenido cerrados pero solo veo oscuridad. Intento hablar pero mis labios siguen acallados por los besos. De repente paran.

-"Buenas tardes dormilega. Ya te has despertado." Era la voz de Laia.

Las cosas habian cambiado un poco. Ahora era yo el que estaba atado a la cama. Que pasaba aquí.

-"Pero …." Intento decir, pero su dedo índice se posa sobre mis labios haciéndome callar. Amablemente pero firmemente.

En esas cosas mi polla también se ha despertado y esta excitada y dura.

-" Pero que veo aquí" me dice Laia posando su mano izquierda sobre mi pene aun tapado por el slip. "Veo que la situación te excita. Mejor porque ahora eres mío. Como me dijiste antes: No te quiero oír o tengo una preciosa mordaza roja para ponerte. Espero no tener que hacerlo. Tus labios y sobretodo tu lengua me pueden ser útiles."

No puedo verla con la venda sobre mis ojos, pero seguro que esta sonriendo.

-" Son casi las cinco y espero una llamada, como te ha dejado escrito Zoe. (Mi cara tuvo que delatarme en algo). Si he leído las cartas. Voy a dejarte aquí atado y espero no tener que venir a ponerte la mordaza. Tardare mas o menos una hora. Así que relájate e intenta dormir un poco para poder estar descansado cuando vuelva. En el caso que no puedas o no quieras dormir, puedes pensar como castigarme cuando te desate, ya que he desobedecido una orden de Zoe, y con eso he roto un pacto. Sé que has abierto el cuarto sobre y mirado, aunque sea por encima, los limites y normas."

-" He hablado con Zoe por teléfono y le he dicho lo que me proponía hacer, me ha advertido de las posibles consecuencias y me ha ordenado no hacerlo. Como puedes ver lo he hecho igualmente. Además me ha dado un recado para ti. Decía, mas o menos, que a una esclava, refiriéndose a mí, no se le puede permitir esto y espera que me castigues como es debido."

-" Te dejo pensando en ello. Ha un consejo: no gastes cuezas intentando desatarte. Lo que tienes puesto son esposas. Durante este rato he hecho una pequeña escapada a un sex-shop y he comprado algunas cosas. Incluido un juego de esposas mas"

Después de esto, me dio un beso y salió de la habitación dejándome esposado, excitado y comenzando a imaginar que me haría ahora y cual seria un castigo apropiado por esta fragante desobediencia.

(Continua....)