Cumpleaños 25

Quisieron darme un cumpleaños inolvidable... Y si que lo lograron. Tres hombres para mi y eso no fué todo. Por una noche fuí una esclava del sexo.

Cuando cumplí 25 años, mi esposo quizo darme un regalo que yo no olvidara y lo logró completamente. Aquel dia viernes yo salia del café a las 15:30 hrs. y el me pidió que lo pasara a buscar a su trabajo. Así lo hice y como a las 17:00 hrs. y luego de vitrinear en el centro, llegué a su oficina. Mientras estaba sentada esperándolo, varios de sus colegas de trabajo pasaban por ahí y me saludaban, no sin antes aprovechar de mirarme. Yo casi siempre cuando ando sola, visto pantalones o calzas. Solo cuando salgo con mi esposo uso faldas cortas y sin ropa interior. Ese dia andaba con jeans elasticados y una blusa, aparte de un chaleco bastante grueso. No fué mucho lo que pudieron ver.

Salimos de ahí y fuimos a buscar el auto al estacionamiento. Antes de subirme, me tomó por la cintura y me dió un tremendo beso que me hizo temblar. Feliz Cumpleaños mi amor, me dijo, esto es parte de tu regalo...y me pasó dos paquetes envueltos con lindos papeles de regalo. Ábrelos, dijo. Uno era un vestido corto con mucho escote de color blanco. Quiero que te lo coloques ahora, me dijo. Me saqué el chaleco, la blusa y el sostén y me lo puse por arriba, luego me bajé los jeans y el tanga y me acomodé bien el vestido. Toma te traje tus botas bucaneras blancas para que hagan juego. Y me las ayudó a poner.

El otro regalo contenía cuatro cuerdas blancas bien suaves y cuatro pañuelos de seda blancos también, mas dos latas de crema spray soprole.

Vamos, me dijo y salimos del estacionamiento rumbo a la salida sur de Santiago. Con la calefacción del auto, no me di cuenta siquiera de que el dia estaba helado. Aparte, yo pensaba que iríamos a un motel y pasaríamos la noche ahí, con sexo y películas porno, que a mi me encanta ver.

Detuvo el auto y sacó del paquete los pañuelos de seda. Me dijo que me vendaría los ojos y que debía prometerle que no me quitaría la venda hasta que el me dijiera. Se lo prometí. tomó una de las cuerdas y amarró mis manos por delante.

Hizo andar el auto y recorrimos un buen rato hasta que paró, abrió la ventanilla, dió su nombre y dijo que tenía una cabaña reservada. La srta. que lo atendió le dijo que lo siguiera. Entramos con el auto y luego nos detuvimos. Sentí que detras se cerraba un portón, pero no veía nada.

Mi esposo me ayudó a bajar del auto y me condujo dentro de la cabaña. Entramos y estaba bien calefaccionada, ademas se escuchaba una musica suave especial para bailar bien apretaditos, pensé yo.

¿Preparada para tu sorpresa?, me preguntó. Si, le respondí. Ahí escuché el saludo de otros hombres que ahí estaban. Hola, me dijieron. Eran dos. Ahora me empecé a imaginar como serían y quienes serían. Las voces no las reconocía. Uno me dijo que me veía muy hermosa y el otro reafirmó lo dicho por el.

Mi esposo dijo que bailáramos por mientras, porque el prepararía unos tragos.

Uno de ellos me tomo por las caderas y me apretó hacia su cuerpo, para que notara que ya estaba excitado. El otro me tocaba el pelo por detras y bajó sus manos por mi espalda, pasando por mis gluteos y piernas. El otro ya habia metido sus manos por el escote y me estaba acariciando los senos y pezones.

El que bailaba por detras mio, metió su mano por entre mis piernas y me tocó la vagina y le comentó al otro, que yo no llevaba calzón. Ahí los dos comenzaron a tratar de meterme los dedos.

En eso llegó mi esposo y sirviéndonos una copa a cada uno, hizo el primer brindis, por un feliz cumpleaños y una noche inolvidable para todos.

Tomamos, mientras las caricias, besos, toqueteos por todas las partes de mi cuerpo, no paraban. Sentí que uno de ellos comemzó a besar mis gluteso y a pasar su lengua por la parte interna de mis muslos. Otro besaba mis senos y otro tenia su lengua metida en mi boca besándome como desesperado. Sentí que me correría, así es que exclamé que siguieran mas fuerte porque iba a acabar...y acabé en un rico y prolongado orgasmo.

Uno ed ellos hizo que levantara los brazos y desató mis manos y el otro me sacó el vestido por arriba. Ahora estaba solo vestida con mis botas. Entre los tres me llevaron a la cama, mientras me tocaban todo. Me acostaron de espalda y...para eso eran las cuerdas...procedieron a amarrarme de brazos abiertos y de piernas abiertas.

Ya muchachos dijo mi esposo. No hay cumpleaños sin torta. Dicho esto, siento como me comienzan a colocar crema por varias partes del cuerpo. Pezones, brazos, ombligo, vagina, parte interna de los muslos. Sentí venir un orgasmo y pedí que uno de ellos me la metiera.

Aún no, dijo mi esposo. Antes a comer torta. Sentí como tres bocas y lenguas por distintas partes de mi cuerpo comenzaban a comerse la crema. Mis caderas se movían como tratando de encontrar un pene para que entrara en esa vagina ardiente y deseosa de sexo.

La festejada tambien quiere comer torta, dijo uno de ellos y escucho el spray de la crema y uno de ellos toma mi cara y hace que toque con mi boca algo de crema. Luego siento como un pene lleno de crema comienza a meterse en mi boca. Yo comienzo a lamer y a dejar que ese miembro entre y salga de mi boca.

Alguno de los otros dos, apoya la punta de su pene en la entrada de mi vagina y comienzo a sentir como se mete facilmente, producto de lo mojada que tengo esa zona.

Estaba bastante excitada, por lo que no tarde en tener un orgasmo. Sentía mis pechos como si fueran a reventar y mi vagina ansiosa de ser penetrada por muchos hombres.

Sentí que los movimientos del que me estaba penetrando vaginalmente, se empezaban a apurar y yo comencé a mover mas mis caderas. Ahi voy, ahi voy dijo gritando y sentí como empezaba su pene a expulsar el semen. Ojalá, pensaba yo, no se rompa el condón, porque no paraba nunca de embestirme, me imagino para que no le quedara ninguna gota.

El que me tenia el miembro metido en la boca se salió de esa posición y se puso entra mis piernas abiertas y comenzó a meter su pene en mi vagina, que como siempre pide mas y mas. Con el no alcancé a tener orgasmo, porque acabó muy rápido. Parece que la mamada lo había dejado a punto.

Luego sentí que otro se habia puesto en posicion de metermela y dijo que yo estaba muy rica y que ellos eran afortunados por haberme podido gozar. Ahi me di cuenta que el no era mi esposo,  por lo cual el ya había acabado. Traté de imaginarme quien sería el que ahora me la estaba metiendo, pero no me podía hacer a la idea de como eran, ya que por mis manos y piernas amarradas ni siquiera los podia tocar. Este se movía bastante bién y duró bastante, por lo que pude tener dos orgasmos con el. Yo no tengo problemas con los besos en la boca, así es que me dejé besar con lengua y eso me excita mucho.

Esa noche se turnaron para tenerme y hacerme todo lo que quisieron. Me soltaron las amarras solo para ir al baño en compañia de alguno de ellos y nunca dejaron que yo los tocara.

Nunca supe quienes fueron los que aquella noche me hicieron sentir y vivir un gran cumpleaños

Esa noche fuí una esclava del sexo.