Culitos tiernos para un jardinero (15)
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La llamada de Elena.
A los dos días de la violación de la mama de Vanesa, a las 10 de la mañana mientras estaba trabajando, por primera vez recibí un mensaje de una de las chicas. Fue Elena, sin duda la más atrevida de todas ellas la que me mando el siguiente mensaje al móvil: "Mi amo, te pido permiso para mantener relaciones. ¿Me lo concedes?". La verdad es que iba de sorpresa en sorpresa al ver el grado de sumisión de las crías, ya que si bien era verdad que les había obligado a pedirme permiso si querían mantener cualquier tipo de relaciones con otros, nunca había esperado que realmente me fuesen a llamar para pedírmelo. Después de pensar un rato la respuesta, le respondí: "Te daré permiso para mantener relaciones siempre y cuando estemos antes juntos. ¿Hoy a la tarde en tu casa?. Recuérdame la dirección". Nunca había estado en la casa de Elena y tampoco en la de Sonia, o sea que era buena oportunidad para follarmela en su propia casa. Pasaron varios minutos hasta que recibí el OK de la niña pidiéndome que fuese a las 16:00 a una dirección que me daba, porque antes no estaría sola en casa. A pesar de que en su día a la vuelta de su "supuesto viaje a EE.UU." le había dejado a la puerta de su casa no había vuelto a ir y no me acordaba exactamente donde estaba.
Recogí una serie de juguetes en una bolsa de deporte y sobre las 4 menos cinco estaba ya aparcando el coche a un par de manzanas de la casa de Elena. Hice un poco de tiempo para ser totalmente puntual y a las 16:00 como habíamos quedado estaba tocando el timbre de la puerta del jardín de la chica, que tras preguntar por el portero automático, me abrió la puerta. La casa era realmente preciosa. Un jardín muy cuidado con 5 o 6 pequeños árboles, unos muebles de jardín elegantes y una esquina que estaba con la tierra removida como si estuviesen haciendo obras y aun no estuviera terminada. La casa era algo mayor incluso que la de su amiga Vanesa y parecía de más moderna construcción. Me acerqué a la puerta con la bolsa de la mano y pasé dentro, ya que estaba abierta. Una vez en el hall, llamé a Elena que apareció de la puerta de la izquierda, que debía de ser el salón.
- "Hola mi amo", me dijo.
- "Hola. Tienes una bonita casa, le dije". Elena vestía un pantalón vaquero muy ajustado con una camisola muy grande por encima, que no dejaba ver más que sus piernas. Bajo la camiseta se veía un niqui de color negro que cubría hasta su cuello. Sus pies estaban descalzos y no llevaba más que unos calcetines oscuros. "Me parece que no te has arreglado nada para mi visita, ¿no, putilla?. La verdad es que me decepcionas. Esperaba encontrarte vestida sexy y preciosa".
- "Mi amo, es que... no se como estaba hasta hace un momento con mi madre, pues no he podido, eehhh..., no sabía que querías que me pusiese otra cosa".
- "Ya. No me parece excusa suficiente, y tu dejadez merece un castigo. De todas formas para hacer que sea más pequeño, te doy 3 minutos para que te vistas como a mí me gusta. El tiempo empieza ya a correr o sea que tu misma".
- "Eh, ¿cómo?, yo... .", y Elena salió corriendo hacia el piso de arriba de su casa.
A los 4 minutos, Elena volvió a bajar del piso de arriba vestida con un bonito traje de noche negro y zapatos negros. El traje era de un color negro brillante similar de un tejido que parecía seda, con escote bastante pronunciado dejando ver el precioso comienzo de los pechos de la niña.
- "Hola mi amo. Perdona el retraso, y no haberte recibido bien vestida".
- "Más vale tarde que nunca. Te queda muy bien ese vestido. Date la vuelta que te pueda ver bien". La espalda la tenía totalmente descubierta hasta la cintura. En la cintura y caderas le quedaba bien ajustando y por tanto se marcaba muy bien el culo y la perfecta figura de Elena. "Has hecho una buena elección. ¿Qué llevas debajo?.
- "Solo un tanga negro mi amo. Igual con medias estaba mejor pero no me daba tiempo a ponérmelas".
- "No hace falta estás bien así. De todas formas te había dado 3 minutos para vestirte y han pasado más de 5 o sea que ya sabes que te toca un castigo por no obedecer".
- "Mi amo, es que .... Lo siento me tenía que haber preparado antes de que vinieses pero se acaba de marchar mi madre hace 15 minutos. Casi coincides con ella. Lo siento mi amo. Haré lo que me digas".
La verdad es que bien era una forma de hablar. Estaba absolutamente espectacular con el vestido negro. Su pelo largo rubio cubría parte del gran escote trasero del vestido, que quedaba muy ajustada donde debía ser: culo y pechos, marcando su perfecta figura.
- "Bueno, de momento putilla siéntate aquí en el sofá a mi lado y cuéntame porqué me has llamado".
- "Mi amo es que nos dijiste que si íbamos a mantener relaciones con alguien te teníamos que llamar y no quiero que te enteres que ha pasado algo y yo no te lo he dicho para que me castigues", dijo Elena mientras se sentaba a mi lado, con las piernas cruzadas, la espada recta apoyada perfectamente en el respaldo, haciendo que sus pechos se marcasen perfectamente en la tela del vestido.
- "Eso está bien. Cuéntame de qué va el tema".
- "Se trata de una chica a la que he conocido hace un tiempo, que me está tirando los trastos desde hace ya unas semanas y la verdad es que me gusta mucho a mi también".
- "¿Es una compañera del instituto, una amiga,...?".
- "No, es mi profesora de idiomas".
- "¿Tú profesora?, vaya. Supongo que será bastante mayor que tú, ¿no?. ¿Es tu profesora en el instituto, en alguna academia, particular,...?".
- "Es una profesora particular que viene a casa a darme clases de Inglés y Francés. No soy muy buena en idiomas y mi padre contrató el año pasado a una chica que estudia filología francesa y también habla bien inglés para que venga a casa un par de días por semana a darme clases. Si no recuerdo mal tiene 23 años o sea que si es algo mayor, pero no demasiado. La verdad es que la chica está súper bien y me gustó desde el principio. Al principio yo creí que sería hetero, pero ya hace unas semanas se me empezó a insinuar y la semana pasada me ha tirado los trastos de forma ya directa y me ha dicho que es bisexual aunque está pasando una racha en que le gustan más las mujeres. Yo le he dicho que también soy lesbiana pero le dije que tenía que pensármelo antes de hacer nada, porque no estaba segura y tal, pero mi idea es que mañana que vuelve a darme clases me voy a poner bien guapa para ella y que pase lo que sea. Ella ya me dijo que iba a ponerse muy guapa para mí en la próxima visita a mi casa que es mañana".
- "¿Cómo es físicamente?.
- "Pues casi pelirroja, ojos verdes, con muchas pecas. De alto es un poco menos que yo, hace aeróbic o sea que tiene un cuerpo súper marcado, cintura muy estrecha pero caderas y culo súper vacilón. Sus pechos parecen más pequeños que los míos pero me dan un morbo que no te imaginas. Nunca he visto desnuda a una chica con tantas pecas como mi profa y me pone un montón. Suele ir vestida con ropa informal o deportiva: vaqueros súper ajustados, mallas de colores, camisetas ajustadas incluso un par de veces vino con un top que está guapísima".
- "Vaya, vaya, me gusta como la has descrito y veo que te gusta un montón. ¿Qué tienes pensado hacer con ella?. Por cierto ella seguro que es mona, pero tú chica tienes unas tetas que no puedo aguantarme. Acércate un poco más", le dije mientras pasaba mi brazo derecho por encima de sus hombros, dejando mi mano justo a la altura de su escote.
- "Pues la verdad es que me apetece un montón acariciarla, sentir su cuerpo desnudo, acariciar durante media hora sus pechos y sobre todo sus pezones que se suelen marcar mucho en la ropa que lleva puesta y yo creo que al final pues nos comeremos como Dios manda. La verdad es que me encantaría ver cómo me devora entera. No sé si le gustará que le meta algo pero si me deja ya me gustaría meterle los dedos o un consolador pequeño para excitarla".
- "¿Cómo se llama?."
- "Vero. Bueno, Verónica, vaya".
Mientras la chica iba describiendo con toda claridad e inocencia lo que le gustaría hacer con su profesora, mi mano derecha comenzó a adentrarse en su escote, acariciando suavemente sus pechos y alternando las caricias entre ambos. Sus pezones se iban endureciendo y marcándose aún más en la suave tela negra del vestido posiblemente como consecuencia de mis caricias por un lado y su excitación al pensar en la posible aventura con la profesora de francés.
- "Y no vais a echar en falta una buena polla metida en vuestros conejitos mientras os lo montáis?".
- "Ja, ja, se rió con picardía Elena". No creo mi amo, seguro que nos lo pasamos bien. Bueno yo he sido totalmente sincera contigo. Entonces, ¿tengo tu permiso?".
Mi mano ahora se concentraba en pequeños pellizcos y fuertes masajes en sus pechos, que a juzgar por su expresión le estaban excitando más de lo normal.
- "Tienes mi permiso putilla, con la condición de que hoy seas buena conmigo y de todas formas no se te olvide que hoy no estabas preparada cuando he llegado y luego has tardado más de la cuenta, o sea que te vas a merecer un castigo por ello". En ese momento, mi mano había ya retirado los dos tirantes del vestido que cayó hasta la cintura de la niña, dejando totalmente al descubierto y a mi merced los dos pechos de Elena, que ya no solo masajeaba con mi mano derecha, sino que estrujaba y pellizcaba a placer con las dos. La verdad es que las tetas de la chica eran deliciosas, duras, pezones empinados, tamaño perfecto...
- "¿Cómo me vas a castigar mi amo?. Por favor no me hagas daño. Quiero mañana estar en condiciones para mi profa".
- "La verdad es que eres una putilla de verdad, o sea que ya se cual será el castigo". Quiero ver como os lo montáis la pareja de bolleritas la primera vez. Solo la primera y luego ya podéis hacerlo cuando queráis aunque yo te preguntaré cosas para estar informado".
- "¡Mi amo, eso no va a querer la profa!".
- "Me lo imagino, o sea que yo estaré escondido. Tenemos luego que pensar un lugar y no te preocupes, que no haré ruido. Simplemente quiero veros pasarlo bien. Nada más. No haré ruido, ni participaré, ni os molestaré para nada".
- "¡Ah!, bueno si es así, vale. Incluso igual hasta me da mas morbo pensar que alguien me está viendo. Mi amo me estas dando un majase que me estas machacando las tetas pero me encanta".
- "Tengo una cámara digital que no hace nada de ruido, o sea que igual os hago unas fotos y luego las vemos tu y yo juntos".
- "Aaaah, mi amo Dioooss. Vale, lo que tu digas". El masaje en los pechos la estaba excitando cada vez más".
- "Bueno, levántate un momento", lo cual hizo que en cuanto se levantó el vestido cayo deslizando suavemente hasta sus tobillos, dejando el maravilloso cuerpo de Elena a mi disposición, solo vestido con el mínimo tanga negro. "Y quítate el tanga y los zapatos". Te quiero ver al natural mientras te agachas delante de mí y me comes la polla como Dios manda y como tu sabes".
Elena obedeció, quedándose totalmente desnuda frente a mí, agachándose delante de mí e introduciendo al momento mi polla en su boca, comenzando la deliciosa mamada, que tan bien sabía hacerme. Se introducía la polla una y otra vez hasta el fondo de su garganta como ya sabía que a mí me gustaba, me lamía el capullo comiéndose golosa todo el líquido preseminal que iba soltando mi polla. Así estuvo 10 minutos hasta que le ordené parar, porque si no iba a correrme en cualquier momento y no quería terminar todavía.
- "Ahora pequeña vuelve a sentarte en el sofá, pero ahora encima de mí. Quiero que te claves mi polla hasta el fondo de esa maravilla de culito que Dios te ha dado. Pero antes pon ese espejo de pie grande que tienes al fondo de la sala frente a mi, que quiero ver tus dos perspectivas".
- "Jo, mi amo, otra vez por detrás, no. Ya sabes que me duele. ¿No quieres metérmela por delante un rato?", se quejaba mientras colocaba el espejo que me iba a permitir ver no solo desde atrás la panorámica sino también desde adelante y pon aquí en el sofá a mi lado la bolsa de deporte que he traído.
- "Calla zorrita y haz lo que te he dicho. Luego si te portas bien de daré por delante para ver como te corres. De todas formas no seas revoltosa que estoy a tiempo de cancelar mi permiso de aventura con tu profesora. Ábrete un poco las nalgas para que entre mejor pequeña que hoy no te he lubricado nada el culete".
Elena obedeció al momento, levantándose , colocándose de espaldas a mi con las piernas abiertas dejando las mías en su interior y mientras se abría las nalgas con las dos manos, comenzó a bajar lentamente sobre mi polla, que yo sujetaba con las dos manos enfocándosela hacia su estrecho esfínter que no había tenido hoy lubricación ninguna y estaba realmente cerradito.
Su ano tocó la cabeza de mi polla que estaba realmente dura por la mamada recibida y Elena comenzó a bajar muy lentamente intentando empalarse. Suavemente se iba dejando caer, permitiéndome tener una panorámica maravillosa de su culo intentando empalar a mi polla completamente empinada.
- "Espera, que no quiero hacerte daño. Te lo he prometido para que tu amiguita te vea guapa. Levanta un poco el culito", le dije, para con un dedo comenzar a dar saliva en su totalmente cerrado culito. Repetí la operación varias veces, lubricando todo lo posible su esfínter, introduciendo también un poco de saliva en su interior, sin llegar a penetrarlo con el dedo, puesto que esta vez quería empezar con la polla, para ver si entraba tan bien como cuando abría primero el camino con los dedos. "Venga, ya puedes seguir clavándote, que ahora entrará mejor".
- "Gracias mi amo".
Elena volvió a situar su ano sobre la punta de mi polla, que estaba ansiosa de desaparecer en su interior y comenzó lentamente a ejercer más presión para tratar de forzar la penetración.
- "¡Aayy!, mi amo, me duele mucho. No puedo, de verdad", se quejaba aunque continuaba ejerciendo presión.
- "No te quejes tanto y aprieta, que la has tenido dentro ya unas cuantas veces, lo que pasa es que hasta ahora era yo el que te la metía y hoy quiero que seas tú la que te la claves sola. Ábrete bien el culete con las manos zorrita".
Después de un par de minutos ejerciendo poco a poco más presión, finalmente la punta de mi glande comenzó a desaparecer en su interior y finalmente fue todo el glande el que violó nuevamente su esfínter anal.
- "¿Ves como sí que te entraba?. Ya has hecho lo más difícil, que era meter la punta para abrir el agujero. Ahora a ver si eres capaz de metértela toda hasta el fondo. Venga déjate caer".
- "¡¡Aaaaaaaaaaaaaaah!!", gritó Elena mientras se dejaba caer en 3 o 4 segundos y yo iba viendo como centímetro a centímetro mi polla desapareció completamente en su interior, hasta que sus nalgas se apoyaron completamente sobre mis muslos.
- "Muy bien, eso es. ¿Ves como entraba entera?. Ahora relájate y recuéstate sobre mí, que quiero sentir bien ese culazo precioso que tienes sobre mi polla".
Elena despacio y con gesto de dolor se fue recostando sobre mí hasta apoyar su espalda sobre mi pecho, momento que por supuesto yo aproveché para abrazarla con mis brazos, uno de ellos a la altura de sus pechos, que inmediatamente empecé a sobar y otro a la altura de su entrepierna, para jugar con su clítoris.
- "Muy bien putilla, la verdad es que cuando quieres lo haces de maravilla. ¿Qué notas?"
- "Mi amo, me siento empalada de verdad, como si no me pudiese mover y como si tu polla me estuviese llegando al estómago. Me siento totalmente dominada por ti y eso me pone super cachonda".
- "Muy bien. Ahora para bordarlo sube los pies encima del sofá a la altura de mis rodillas, para que de verdad se te clave hasta el fondo".
Elena hizo caso a mi nueva instrucción y primero uno y poco a poco después el otro, subió los pies al sofá, quedando empalada y dándome una imagen impresionante en el espejo que tenía delante de mí: la niña sentada sobre mí, siendo sobada por mis dos manos y con las piernas totalmente abiertas, dejando su coñito completamente a mi merced.
- "Ahora viene lo mejor pequeña. Mírate en el espejo lo preciosa que estás", le dije mientras le cogía los muslos por la parte inferior, evitando que sus pies tocasen el sofá. "Ahora si que estás empalada y todo tu peso cae sobre mi polla".
- "¡¡Aaaaaaahhhh!!, mi amo por favor me parece que tu polla me está tocando es estómago.
- "¡Vamos a por el meneito!, le dije mientras comencé a levantar su cuerpo dejándolo caer nuevamente sobre mi polla".
A cada movimiento de mete y saca, Elena lanzaba un grito de dolor por la penetración de mi polla y por el estado de poca dilatación que aún tenía su ano.
Después de unos cuantos movimientos de arriba y abajo, haciendo que mi polla desapareciese cada vez hasta los mismos huevos en su culo, le ordené que fuera ella quien se moviese y se metiese y sacase mi polla del culo cabalgando como una buena amazona que era. Elena nuevamente obedeció y apoyando sus manos como buenamente pudo en mis muslos, comenzó a cabalgar con su culete lleno de mi polla. Lo que eran gemidos de dolor inicialmente se habían transformado en algo intermedio al dolor y placer, lo cual además pude comprobar en cuanto mi mano tapó su coñito y comenzó a sobarlo.
- "Joder, si estás mojada. Veo que te está gustando lo de cabalgar , ¿no putilla?".
- "¡Aay!, me duele demasiado mi amo, pero me da morbo", dijo la chica entre gemidos.
Al cabo de 10 minutos de cabalgada, el culo de Elena permitía el paso de mi polla a la perfección, y entraba y salía casi sin oposición mientras mi mano derecha masturbaba su clítoris y la izquierda castigaba sus pezones con constantes pellizcos. La visión en el espejo frente a nosotros era realmente espectacular y digno de la mejor película porno. Elena tenía el cuerpo muy brillante como consecuencia del sudor que lo recorría por el esfuerzo que estaba realizando al cabalgar en esa posición tan incómoda.
- "Espera un poco, que sino me voy a correr, pequeña y no quiero todavía. Levántate un poco y enseñame el culito a ver como lo tienes".
Elena obedeció, se levantó sacándose la polla del culo y abriéndose las nalgas con las dos manos me enseñó el ano que lo tenía absolutamente dilatado. Lo recorrí con los dedos, comprobando que podía meter cuatro dedos sin problema en el agujero que tenía en ese momento.
- "Está bien. Tienes un culete precioso. Vuelve a empalarte bonita y pon los pies sobre el sofá con las piernas bien abiertas, que vamos a pasar al siguiente acto".
- "¿Qué me vas a hacer, mi amo?, me has machacado en culo lo noto abierto como si se me hubiese roto".
- "No te preocupes, que se te cerrará y volverá a ser el culito estrecho y difícil que tenías hace media hora".
Elena se empaló sin dificultad en esta ocasión y se colocó exactamente mientras yo la dije mientras con mi mano derecha abría la pequeña bolsa de deporte que había traído y saqué un consolado de la longitud aproximadamente de mi polla pero un poco más grueso.
- "Chupa esta polla de plástico preciosa".
- "Mi amo, una doble penetración no por favor. Además eso es muy gordo. No voy a poder".
- "Ya lo creo que vas a poder y además vas a seguir cabalgando como ahora. Me gusta notar tu agujerito estrecho y ahora lo tienes demasiado cedido y me da menos gusto follarte así".
Con mi mano derecha comencé a introducir en consolador en el coñito de la niña, que por su estado de lubricación entró con más facilidad de la supuesta, arrancando un par de quejidos leves de incomodidad por tener los dos agujeros tan llenos.
- "Ves, como te entra. Si en el fondo eres más zorra que zorra y te gusta que te haga esto. Venga muévete como antes verás como ahora notas bien mi polla en el culete".
Elena volvió a comenzar a moverse al principio con bastante dificultad, pero luego con más soltura, mientras yo con mi mano derecha follaba su conejito con el consolador, metiéndolo y sacándolo a gran velocidad a la vez que con la izquierda sobaba su clítoris. Seguimos así unos 15 minutos más hasta que los dos nos corrimos simultáneamente en el orgasmo más fuerte que yo había visto tener a Elena.
- "Eres increíble, pequeña. Límpiame un poco la polla bonita, que te has corrido como una loca", le dije tras permanecer otros 5 minutos con mi polla en su interior y mis manos sobando su cuerpo hiper-sensibilizado.
Elena obedeció y sin escrúpulo ninguno engulló con voracidad mi polla a pesar de sacarla de su trasero, hasta volver a ponerme a tono en pocos minutos, lo que aproveché para volverla a follar por su conejito esta vez, haciendo que se corriese otras 2 veces y terminando yo esta vez dentro de su boca, para que se tragase hasta la última gota de mi leche.
10 minutos más tarde, subimos a su habitación donde solía dar las clases con su profesora de idiomas y encontramos el sitio perfecto para esconderme. Su habitación tenía un pequeño balcón sin cortinas que se podía cerrar con llave, de forma que yo me escondería en el exterior, y Elena cerraría escondiendo la llave, de forma que no habría riesgo de ser visto. Además las fotos que sacase desde el balcón, la profesora pensaría que estaban hechas a distancia y no sospecharía de Elena, lo cual me interesaba, pues no quería tampoco romper su relación. Bajé la persiana e hice un pequeño roto en una de las tiras de la persiana, para poder introducir el pequeño objetivo de mi cámara de video digital.
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