Culitos tiernos para un jardinero (08)

Que disfruteis la octava.

El segundo día del secuestro de Sonia.

El tiempo iba pasando y ya habían transcurrido más de tres semanas desde que tenía a Vanesa y Elena en mi poder. El resultado de la experiencia con ellas era increíble e inesperado para mí. Si que esperaba cierta sumisión de las chicas, pero sobre todo por miedo. Lo que no imaginaba es una sumisión total como la que había conseguido con ellas en este tiempo, que incluso les había llevado a secuestrar a una conocida suya para que yo la violase. Ya que tenía la oportunidad, iba a intentar que cuando se marchasen, su esclavitud hacia mí continuase, de forma que yo pudiese tirármelas cuando me apeteciese. Era una apuesta arriesgada por mi parte, pero lo intentaría. En cuanto a Sonia, en el corto plazo que tenía para someterla, dudaba mucho que fuese capaz de vencer totalmente su resistencia haciéndola una sumisa esclava como sus amigas. De todas formas lo que si iba a hacer es disfrutar con ella. Para este segundo día, tenía pensado follar su coñito negro por primera vez.

Eran las 09:30 de la mañana y veía como Elena y Vanesa estaban empezando a despertarse mientras que Sonia estaba profundamente dormida todavía, ya que ayer tardó muchas horas en dormir, después de intentar inútilmente pedir socorro a gritos. Me acerqué sin hacer ruido a Sonia y solté la cadena que unía sus muñecas con su cuello y también la de su cuello con la pared, quedando simplemente con las esposas a la espalda. Con movimientos muy lentos, comencé a separar sus piernas poco a poco hasta que su entrepierna quedó a mi disposición. La chica seguía profundamente dormida tras la noche en vela y después del agotador día de ayer. Ordené con un gesto a Elena y Vanesa que llevasen a Sonia al sillón de madera (el mismo donde hice los piercings a Elena). En cuanto la cogieron por brazos y piernas, Sonia se despertó:

  • "¡¡Dejadme cabrones!!. Basta por favor no me hagáis nada. ¡¡¡NO, BASTA!!!". Y empezó a retorcerse de forma que casi se cae al suelo.

Ayudé a mis esclavas a atar a Sonia a la silla de la forma conocida, con las piernas totalmente abiertas, de manera que su coñito y su culo quedaban totalmente a mi disposición, mientras que su cuello, cintura, muñecas y tobillos eran inmovilizados con tiras de cuero.

  • "Veo negrita que sigues revoltosa y poco sumisa no es así", le dije mientras ella todavía iba despertándose de su profundo sueño.
  • "¡¡¡Ehhhh, ... por favor, basta. Esto tiene que ser un sueño!!!. Soltadme, por favor.
  • "¿Tu crees que es un sueño negrita?. Se te ha vuelto a olvidar llamarme mi señor, pequeña putilla. ¿Ves como no es un sueño?". Y comencé a sobarle una teta con fuerza, terminando con un pellizco bastante fuerte en su duro pezón.
  • "¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAyyyyyyyyyyyyyyyy!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!", gritó la adolescente, "por favor ya me acuerdo, me habéis secuestrado y habéis abusado de mi. Soltadme por favor, .... mi señor. No me hagáis nada. Os daré dinero. Mucho dinero".
  • "No quiero tu dinero negrita. Quiero follarte como te mereces por todos tus agujeritos". Mientras hablaba, seguía acariciando sus pechos, con suavidad, rozando sus pezones con la punta de mis dedos. "Ayer nos estabas contando todo lo que le haces a tu profesor de inglés, pero creo que no terminaste. Además nos decías que habías comido la polla a otro hombre y no nos los has contado. Adelante, cuéntanos todo, recreándote en todos los detalles calientes".
  • "Por favor, no me hagáis esto. No puedo ni hablar, mi señor", dijo mientras sollozaba.
  • "¿Seguro que no?", y empecé a masajear sus pechos con mucha fuerza, pellizcando de vez en cuando sus pezones.
  • "¡¡¡¡Basta por favor, BASTA!!!!, está bien. Haré lo que me digas. Te lo contaré todo, pero no me pellizques más por favor, mi señor".
  • "Adelante. Escuchamos con atención. Ayer nos decías que tu profesor solo te tocaba por encima de la ropa y yo te decía que no me lo podía creer. Sigue a partir de ahí."
  • "Bueno, la verdad es que tienes tu razón mi amo. Sí que me suele tocar. Bueno, al principio simplemente se sentaba y yo se la mamaba arrodillada, pero desde hace un par de meses me obliga a hacérselo con las piernas rectas y doblando la cintura, o sea que a veces me soba entera el muy cerdo. Incluso desde hace 2 semanas me ha obligado a mamársela tumbándose él en la cama y yo encima como en posición de 69".
  • "Vaya, o sea que el bueno del Sr. Roberts se lo pasa en grande contigo, ¿no es así?".
  • "Es un guarro asqueroso. El otro sábado me mandó un mensaje al móvil a 6 de la tarde y me dijo que fuese a su casa en menos de 15 minutos. Yo estaba de camino al gimnasio, y como hacia calor iba vestida con mi minifalda plisada roja y un top ajustado a juego, sin sujetador. Hasta entonces nunca había ido con minifalda a su casa, para que no me metiese mano por debajo, pero ese día tuve que ir, porque mi casa está lejos del gimnasio y no me daba tiempo a ir a cambiarme antes de ir a su casa. En cuanto me vio puso cara de cerdo y me dijo que hoy iba a pasarlo mejor".
  • "Cuenta, cuenta, que estamos impacientes. Permíteme hacer que tú también te lo pases bien negrita y ordené a Elena que fuese comiéndola el clítoris muy muy despacio. Rozándolo con su lengua simplemente".
  • "¡Aahhhhhh, no, eso no por favor, no podré aguantar..., mi señor".
  • "Tu sigue contando y así te lo pasas mejor, negrita".
  • "Pues el Sr. Roberts se desnudo y se tumbo en la cama. Me ordeno que me quitase los zapatos y me pusiese en posición de 69 a comerle la polla. Yo estaba súper asustada, pero lo hice por miedo a aquella foto asquerosa. Empecé a mamársela muy rápido para intentar que se corriera pronto, pero me ordenó ir muy despacio. Mi entrepierna quedaba justo en su cara y mi minifalda seguro que le permitía ver perfectamente mi tanga rojo. A los 2 minutos de mamada, empezó a acariciarme los muslos y fue subiendo a mis nalgas, que estaban a su disposición, por que solo tenía un tanga. Me levantó la falda, para ver mi culo y poder sóbramelo a placer. Nunca había notado su polla tan gorda como ese día. Casi no me cabía en la boca y me hacia daño porque tenia que abrir mucho la boca para comérsela, o sea que para colmo, iba a ser la mamada más lenta que le iba a poder hacer. El me pasaba la mano por la entrepierna y hacía que el tanga se me clavase totalmente en mi rajita. No sabia que hacer, porque tenia mucho miedo, o sea que seguí moviendo la cabeza, tragándome su polla. Aunque no quería y me sentía totalmente humillada, sus roces en mi entrepierna, hicieron que mojase mi tanga, de lo cual el se dio cuenta inmediatamente, y decidió retirar la tira del tanga hasta media nalga, por lo que tenía a la vista mi sexo completamente. Mientras yo no decía nada con su polla en mi boca, él seguía tocando una y otra vez mi sexo arriba y abajo, llegando a extender mis jugos desde el clítoris a mi ano, arrancándome involuntarios quejidos de placer. La verdad es que ese guarro me estaba dando algo de placer. Finalmente lo que me hizo fue lubricarse los dos dedos índices de las dos manos y me los intentó meter por el culo. Me cogió de las nalgas, abriéndomelas completamente y comenzó a chupar mi clítoris. Aunque le rogué que parase y que me hacia daño en el culo, no me hizo caso y me metió uno de los dedos completamente y el otro la puntita. Ese día se corrió en mi boca y me obligó a estar encima de él hasta que me corriese. Yo tuve que simular un orgasmo, porque el daño que me hacia en el culo, me impedía correrme. Yo le dije que era la última vez que le dejaba hacerme eso y que si lo volvía a intentar no volvería nunca a hacerle nada aunque hiciese lo que él quisiera con la foto que me robó. Desde entonces no lo ha vuelto a hacer y simplemente me obliga a comerle la polla aunque aprovecha para sobarme. Sobre todo las tetas, que le quedan más a mano cuando el se sienta y yo me inclino sobre su pollaaaaaaaaaa. ¡¡Aaaaahhhhhhh!!, Dios que maravilla,.... mi señor .... ¡¡Aaaaaahhhhhh!!".

La comida que le estaba haciendo Elena, fue surtiendo efecto y Sonia se corrió mientras terminaba la historia. Con un gesto, hice que Vanesa sustituyese a Elena en la comida de clítoris de Sonia.

  • "¡¡¡Aaaaahhhhhh!!!, no por favor, ¡no sigáis así!, ¡noooo lo aguanto!. Por favor, lo tengo demasiado sensible ahora. ¡¡¡Bastaaa!!!, ¡¡no puedooooooo, aaaahhhhhh!!". Los gemidos de Sonia no cesaban, quejándose por que tras su orgasmo no habíamos dejado descansar su coñito.
  • "Encima que hacemos que te lo pases bien, te quejas. Eres una esclava muy poco sumisa negrita".
  • "Por faaaaaavor, mi señor, es que no pueeeeeedoooooooo. ¡No soporto eso ahooraaaaaa!. ¡Dejadme un minuto, por favor, aaaaaahhhhhhh!." Sonia se retorcía, por que la sensación de los pequeños mordiscos y lametones que Vanesa estaba dando a su excitado clítoris era demasiado intensa tras el orgasmo.
  • "Bueno negrita, continua con las historias. Vamos a dejar al Sr. Roberts de momento y cuéntanos quien es ese segundo afortunado al que se la sueles mamar de vez en cuando. Pero esta historia la vas a alternar con un poquito de puesta en escena, es decir, según vayas contando la experiencia, te iré ofreciendo mi polla para que nos expliques exactamente como se lo haces a ese segundo afortunado. Adelante".
  • "Por favooooor, tened piedad de mí. Dejadme marchar y no diré nada de esto,... mi amo".
  • Sin yo decir nada, me acerqué y comencé a pellizcar sus pezones totalmente duros por la excitación no deseada que le provocaban mis niñas devorando su sexo.
  • "¡¡¡¡¡¡Aaaaaaayyyyyyy!!!!, basta, por favor. Está bien, os lo diré todo lo que queréis saber, pero deja de pellizcarme por favor.
  • "Somos todo oídos negrita".
  • "Pues se trata de un chico con el que salgo desde hace unos meses. El se quiere acostar conmigo, pero no le he dejado todavía, porque me da miedo que me haga daño, entonces pues eso, yo ... se la chupo de vez en cuando y el me hace una pajita incluso algunas veces me come el a mi".
  • "Ya que no tenéis casa ni coche supongo, cuéntanos como y donde lo soléis hacer".
  • "Pues no, no tenemos ni casa ni coche, o sea que lo hacemos donde podemos. A él le gusta que se lo haga en cualquier sitio, pero a mi me da mucho palo y no quiero, porque además claro para el es muy fácil sacársela y ya está, pero para mi lo de desnudarme es mucho más complicado".
  • "Bueno, noto que hablas de tu novio como con un poco de rabia, ¿no es así?. ¿Que es lo que te pasa que estás cabreada con él? ".
  • "¡Oooooohhhhhh, Dios, por favor no sigáis. Esto es demasiado. ¡¡Aaaahhhhh!!". Sonia nuevamente se corrió. Esto es demasiado. ¡Basta por favor!.
  • "No me has respondido a la pregunta, negrita".
  • "Si, mi amo, es verdad estoy cabreadísima con él y de hecho le dije que íbamos a cortar, porque es un cabronazo de mierda y se pasó un montón".
  • "Cuéntame lo que paso, negrita". Sonia cada vez estaba más relajada y se corría con más facilidad.
  • "Pues fue el otro día en casa de Carlos, un amigo suyo, en una fiesta que dio por su cumpleaños. Yo era la única chica que estaba en la casa, por que el resto de amigos de mi novio Jesús no tienen novia. En total ellos eran 9 amigos. Estábamos en casa de sus padres solos, porque ellos estaban de viaje, o sea que Carlos hizo un combinado de FANTA limón con no sé cuantos licores y azúcar. El caso es que estaba bueno y todos tomamos bastante, lo que pasa es que yo no suelo beber nunca o sea que me afecto mucho. Todos empezaron a vacilarme y sobre todo Jesús, que no hacía más que besarme en la boca y tocarme los pechos delante de sus amigos, lo cual a mi me incomodaba mucho".
  • "¿Cómo ibas vestida?"
  • "Pues llevaba un vestido azul que es minifalda y que me queda bastante ajustado. Tiene la espalda descubierta hasta más de la mitad, o sea que no podía llevar sujetador".
  • "¿Y braguitas?"
  • "Llevaba un tanga azul oscuro para que no se me marcase la mini, porque ya te he dicho que me queda muy apretada. Por favor, mi amo, no sigais comiéndome más, que no lo soporto. Tengo el clítoris al rojo vivoooo. Aaaahhhh, diosssssssss, ooootraaaa vez noooooo....". Y se volvió a correr con la lengua de mi Vanesa. Ordené a mis esclavas turnarse nuevamente, de forma que Elena volvía a lamer el coñito de Sonia.
  • "Bueno, sigue con la historia. Tu novio te besaba y te metía mano a las tetas... ¿qué más pasó que te cabrease tanto con él?.
  • "Pues eso, que él seguía besándome y tocándome las tetas y también el culo, ante lo cual sus amigos no perdían detalle de sus sobadas. En un momento dado, yo empecé a sentirme mál y me quedé en el sofá sentada medio dormida mientras les oía a ellos reírse ante algo que les contaba mi novio que no sabía lo que era. Tras un rato, Jesús cogió algo que le dieron y dijo algo así como’ ya lo vais a ver’. Se acercó a mí y me dijo que me veía mal y que me acompañaba al baño de arriba a lavarme la cara. Yo fui con él y oía a sus amigos detrás nuestro, aunque estaba tan borracha que en ese momento no le di importancia. El lavabo estaba frente a la puerta y yo me incliné para lavarme mientras el me ayudaba y me decía que me agachase más para no salpicar el suelo. Yo me agachaba mucho y mientras me lavaba la cara, Jesús me levantó la minifalda y empezó a sobarme el culo, a pesar de que le dije que parase. Yo aún no lo sabía, pero la escena estaba siendo observada a 3 metros por todos sus amigos, pues la puerta estaba abierta. Me hizo abrir las piernas y me empezó a tocar el coñito. Yo estaba tan borracha que con mantenerme de pie tenía bastante y él se aprovechaba para sobarme por encima del tanga. Incluso me lo bajó hasta las rodillas y comenzó a sobarme el clítoris desde atrás. Yo sentía una mezcla de gran mareo y cierta excitación, pero por lo que me enteré después sus amigos se lo pasaban en grande viendo la escenita. Después de 5 minutos, Jesús se puso detrás de mi y me dijo que me iba a follar. En ese momento yo reaccioné y le dije que ni hablar, que estaba borracha y que no. Tras un forcejeo, me subí el tanga y me recompuse la ropa, pero tuve que decirle que le hacía una mamada pero no le dejaba metérmela. El accedió con tres condiciones, que se correría en mi boca, que duraría todo lo que él quisiese y que sería una mamada a ciegas, es decir que me taparía los ojos con una venda, a lo cual yo dije que vale, que no me importaba, aunque lo de tragarme su leche me da mucho asco. Entramos en un dormitorio de al lado y Jesús me sentó en la cama y me vendó los ojos con un pañuelo negro que encontró. Me puso la polla en los labios y me dijo que se la mamase mientras con las manos yo misma me quitaba el vestido y me quedaba en tanga. Lo que no me había enterado todavía es que todos sus amigos habían entrado en la habitación. Yo empecé a chupársela mientras me iba levantando el vestido como me había dicho. Me quedé solo con el tanga puesto y seguí con la mamada. Al de unos minutos el decía ‘que bien me comes la polla cariño y me la sacaba un momento para volver a metérmela’.
  • "Bueno negrita. Vaya historia que nos estas contando. Como te dije antes, ahora tienes que ir escenificando todo, o sea que según sigues contando, vete mamándomela a mi como se lo hacías a tu noviete". Le dije, colocando la punta de mi polla tocando sus labios. "Cómemela a mí también como se lo hacías a él".

Sonia volvió a correrse con el cunilingus de mis esclavas y comenzó a lamer mi polla y chupetear la punta de mi capullo mientras seguía contando la historia. Alternaba una buena engullida de mi polla hasta su garganta con un par de párrafos de la historia siguiente.

  • "Pues como os estaba contando, mi amo, ... , estaba tan borracha, que perdí la noción del tiempo y también perdí la cuenta de las veces que me la sacaba de la boca, me la restregaba por los labios y al de un par de segundos me la metía en la boca otra vez. Desde luego fue no menos de 1 hora de mamada cuando me dijo: ‘Me la estás chupando como nunca cariño. Túmbate en la cama los brazos bajo tu cabeza y ábrete bien de piernas que te voy a comer el conejito yo también’. Yo lo hice y el se colocó sobre mi en posición de 69 mientras me follaba la boca con todas las ganas hasta notar su polla en su garganta. A la vez, me había retirado en tanga y me lamía el clítoris como me lo estáis haciendo ahora. Al cabo de 10 minutos de 69, empezó a gimotear como si se fuese a correr en mi boca y yo noté los borbotones de su semen, que no tuve más remedio que tragar. Yo me saque la polla de la boca y le dije: ‘Ya era hora que terminaras cariño’, pero el me dijo que no me moviese, que quería seguir follándome la boca. Como yo se lo había prometido, me quedé inmóvil mientras el se levantaba un momento y se volvía a poner sobre mí, metiéndome la polla durísima nuevamente en la boca. Aunque renegué un poco, pues tenía la boca cansada de tanto mamar, el siguió hasta volver a correrse mientras me sobaba el coño sin volver a lamérmelo, que es lo que a mí más me gusta. Tuve que seguir así no menos de otras dos horas, notando como en total 14 veces el esperma de la corrida caía por mi garganta. Después de la novena vez, y ya que se me había pasado la borrachera, mi estómago estaba tan lleno de leche que cuando se retiró de mí, me quité la venda de los ojos mientras me moría de arcadas. Me di cuenta que en la habitación estaban todos los amigos (mi novio incluido) desnudos, y entendía que les había hecho una mamada a los 9 e incluso a 5 de ellos 2 veces pensando que estaba solo con Jesús. Cuando les vi, empezaron a reírse todos de mi, por lo bien que les había comido la polla. Yo no sabía donde esconderme, porque estaba desnuda y me habían escondido la ropa no sé donde. Lo único que pude hacer fue colocarme bien el tanga y salir hacia el servicio. Ellos no me dejaron pasar aunque les rogué que me dejaran vomitar, que estaba llena de leche. Me lo prohibieron y me obligaron a dejar todo su esperma en mi estómago. Además Jesús dijo: ‘Bueno, era verdad o no que mi chica hace las mejores mamadas del mundo’. Todos asintieron y Jesús además dijo que ya que les había descubierto el truco, iban a follarme los 9 por mi coñito virgen. Yo les dije que no me iba a dejar. A cambio de dejarme virgen, tuve que terminar la segunda mamada a los otros 4 amigos que solo se la chupé una vez. En esta ocasión, estos 4 amigos de Jesús, echaron toda su corrida por mi cara, porque me negué a tragármelo. Después de eso, me dieron mi ropa, me vestí y me fui corriendo a casa. Hasta que no llegué a casa no me di cuenta que tenía la cara bañada en el esperma de mis cuatro últimas mamadas o sea que mis padres casi se dieron cuenta".
  • "Joder cariño, hay que reconocer que es una historia acojonante. Pero la verdad es que si que la chupas bien. Eres una mamona de primera", le dije mientras me follaba su boca hasta los huevos y ella se corría nuevamente por la comida de coñito de mis niñas. "Tengo unas ganas locas de correrme dentro de tu boca, pero creo que es el momento de follar tu virgen conejito, que me alegro hayas reservado para mi".
  • "¡¡¡¡Nooooooo!!!!, por favor, mi amo, eso no. No me lo hagas. Por favor. Te he dicho que soy virgen. No me lo hagas. Por favor. ¡¡¡Nooooooo!!!. Déjame que te la chupe. Me tragaré tu corrida, pero no me hagas eso, por favor, me va a doler mucho."
  • "¿Dolerte?. Seguro que no. Después de haberte corrido 4 o 5 veces, lo vas a disfrutar, pequeña puta. Además tu boca, veo que esta más usada de lo que yo pensaba, o sea que vamos a por este coñito".

Ordené a las niñas que parasen con su sesión de cunilingus y me coloqué entre las piernas de Sonia, que se retorcía y rogaba, tratando de evitar que la desvirgase. Comprobé que estaba realmente húmeda, tras la excitación no deseada provocada por mis dos esclavas y coloqué la punta de mi polla a la entrada de su depilada vagina. Comencé a empujar y mi polla entró con total facilidad hasta un punto en el que estaba su himen.

  • "No sigas por favor, mi amo. No me la metas más. ¡¡¡Noooooo!!!.

Tras el último ruego, coloqué mis manos encima de los pechos de Sonia, que estrujé mientras pellizcaba suavemente sus pezones y continué empujando hasta meter mi polla completamente en su coñito. La resistencia del himen fue pequeña, y su conejito se había rendido a mí con facilidad. En esa postura, podía sobar sus tetas a placer mientras me la follaba. Sus ruegos fueron cesando, transformándose en gemidos de placer que no quería que yo notase. En esa posición me la follé durante 20 minutos, hasta que a punto de correrme, se la saqué, le ordené abrir la boca y descargué mi leche sobre sus labios y su boca.

Era el momento de que mis dos esclavas pudiesen también jugar con Sonia, o sea que les dejé ponerse sus pollas postizas y empezaron a follarsela. Primero Elena, que arrancaba de Sonia constantes gemidos de placer y súplicas de que parase. Después Vanesa, que consiguió que Sonia se corriese, porque mientras se la follaba, masajeaba su clítoris con una mano. Hasta seis veces fueron alternándose y corriéndose Elena y Vanesa en el coñito de Sonia durante no menos de 4 horas. A pesar de tener la entrepierna irritadísima por el roce, Sonia no podía evitar gemir debido al tratamiento que estaba recibiendo. La verdad es que era una buena forma de desvirgar a una cría: follarsela durante más de 4 horas. Yo permanecí sentado durante este tiempo, viendo cómo mis obedientes esclavas hacían con Sonia exactamente lo que yo les ordenaba, mientras mi excitación iba creciendo y creciendo. Nuevamente era el turno de Vanesa, y mientras se follaba a Sonia, me día cuenta nuevamente del fabuloso cuerpo que tenía mi esclava favorita, o sea que se me ocurrió hacerle algo que su amiga Elena ya había probado antes. Mientras Vanesa disfrutaba follándose el coñito, casi en carne viva de Sonia, me acerqué por detrás y empecé a sobar sus nalgas, su cintura, sus pechos y su entrepierna desde atrás. Empujé a Vanesa un poco sobre el cuerpo de Sonia, dejando que la polla de plástico se clavase hasta el fondo de mi negrita y retiré hasta la mitad de sus nalgas las dos tiras de sujeción de la polla postiza que estaba empleando. Vanesa intuyó lo que iba a hacer, pero permaneció quieta, dejando a mi disposición su culo y su entrepierna. Primero se la metí por el coñito con fuerza, pues estaba encharcado por la excitación de follarse a Sonia, arrancando gemidos de placer de mi esclava. Tras unos movimientos de escasos minutos, mi polla ya estaba lubricada para pasar a mi agujero favorito: su ano. La dije que se abriese las nalgas con sus manos, lo cual hizo, dejando su estrechísimo esfínter a mi vista. Parecía increíble que mi polla entrase por ahí, pero empecé a empujar y tras breves segundos desapareció completamente entre las nalgas de mi chinita. La cara de Vanesa no era de placer, pero me daba igual, disfrutaba violando ese culito cuando yo quería. Con mi polla totalmente encajada en su esfínter y el consolador clavado en Sonia, hice que Vanesa se incorporase un poco, para poder coger sus fantásticas tetas y sóbraselas mientras comenzaba a mover mis caderas, metiendo y sacando casi completamente mi polla del culito de mi chinita. Los movimientos instintivos de Vanesa, hacían que su consolador también se moviese bruscamente en el castigado coñito de Sonia, arrancando gemidos de dolor. Después de varios metes y sacas, Vanesa se unió a Sonia en los gemidos, sobre todo cuando le sacaba completamente la polla para volver sentir el placer de introducirla en un agujero tan estrecho como el de la niña.

  • "Muy bien pequeña, ahora yo me voy a quedar quieto detrás de ti con mi polla a medio introducir en tu culito, y quiero que seas tu la que te muevas follando a esta puta negrita y olvidando que tienes tu culo lleno a reventar. ¡Venga!".

Vanesa comenzó a hacer lo que yo le decía, con lo cual, a cada movimiento de introducir su polla en el conejito de Sonia, casi sacaba mi polla de su culo y cuando retiraba el consolador de la negrita, se clavaba hasta lo más profundo mi polla. Vanesa había aprendido en estos días a aguantar el dolor de mi polla en su culito, y a pesar de que no podía reprimir sus gemidos de dolor, se movía fantásticamente.

  • "Muy pero que muy bien pequeña. Veo que te vas a merecer un premio. Ahora quiero que te muevas todo lo rápido que puedas. Quiero correrme nuevamente en tu culito. ¡Vamos, a tope de rápido!".

Vanesa se movía muy rápido, a pesar de que seguramente el dolor de mi polla totalmente hinchada en su culito adolescente era intensísimo y también a pesar de que Sonia rogaba que parase, que no podía aguantar más el consolador en su interior. La excitación que me provocaba esa situación era enorme, o sea que no tardé en estar a punto de correrme. En ese momento cogía a Vanesa por las caderas, le ordené que se estuviese quieta y me follé su culo metiendo mi polla hasta el fondo, hasta que parecía que tocaba fondo. Con mi polla totalmente introducida me corrí, llenando el intestino de mi esclava favorita de leche. Una vez relajado, le saqué la polla y ordené a Sonia que me la limpiase, lo cual hizo entre lloros, por las arcadas que le daba el sabor del culo de Vanesa.

Así terminó el día. Dejé que mis dos esclavas se aseasen a su gusto y a Sonia le dejé atada sin limpiar en el sillón. A la mañana siguiente me la follaría un par de veces más antes de liberarla, pues llevaba dos días conmigo y no quería forzar demasiado la situación. Me la había tirado como había querido durante estos días, además si fue capaz de ceder al chantaje de ese Sr. Roberts por una simple foto, seguro que cedería a mi chantaje, teniendo en cuenta que todo esta grabado en vídeo.

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