Culeando como puta con el novio de mi madre

Me quedo a solas en casa con mi futuro padrastro, el novio de mamá, y me da una culeada hasta provocarme mi primer squirt.

Esta es la primera vez que trato de escribir algo para esta página, y aunque tengo varias cosas que deseo compartir, soy inexperta en esto. Pero bueno, vamos a ver como sale!

Tengo tiempo siendo lectora de esta página de relatos, y tengo varios relatos y autores entre mis favoritos. Pero siempre pensé que las cosas que aquí contaban eran más producto de fantasías que historias verdaderas. Muchas situaciones cierto me excitan mucho y me gusta leerlas, no creía que fueran posible que sucedieran en la vida real. Pensaba así, hasta que me tocó vivir una serie de cosas que parecen sacadas de algún relato sexual de esta página. Y es por eso que decidí crear mis propios relatos basados en mis experiencias. Espero estar a la altura de muchos de los autores que sigo y son mi inspiración para contar mis vivencias.

Empiezo con lo básico, describiéndome a modo de presentación.

Mi nombre es Esmeralda. Tengo 20 años y soy latina. De cuerpo soy tipo chubby, o gordita como luego dicen. Soy ancha de cuerpo, pero con una cintura marcada y caderas grandes. Soy nalgona, un tanto por mi complexión robusta y otro tanto por herencia de familia. Estoy muy piernuda y eso en combinación con mi culo grande me ayudan a lucir mis jeans de mezclilla muy apretados y hay hombres que consideran eso atractivo. Tengo poco busto, y si bien no es que sea muy tetona sino más bien por ser gordita, a la hora de usar escote o brassier de media copa luzco muy bien mis tetas.

Aunque se que no tengo un cuerpo exquisito, soy el tipo de chica que logro atrapar las miradas de los hombres. Tampoco tengo tatuajes y no pienso hacerme por ahora. Mi piel es morena clara aunque en temporada de calor puedo llegar a ser una linda y sexy negrita.

Soy baja de estatura y aunque antes vivía acomplejada por no tener un cuerpazo como muchas de mis amigas, ya lo he podido superar. Ya no me detengo a usar un traje de baño cuando voy a la playa o la alberca. No me importa si se me ven la panza o la celulitis, me siento segura de mi misma.

Pero mi mayor atractivo siento que es mi rostro. Tengo cara de niña buena, de esas que ves y piensas que son incapaces de cometer algo malo. Estoy cachetona, de nariz un poco tosca pero bonita. Boca pequeña con labios gruesos y carnosos. Y una sonrisa que hace que mis mejillas se pongan rojas y apretables. Y remato con un par de ojos cafés, que incluso parecieran que cambian de color con la luz del sol. Hay chicas que logran sus propósitos mostrando el escote. Yo a veces lo logro con solo sonreir. Y todo eso enmarcado en una cabellera larga, de color castaño, que me gusta usar suelta cuando trato de ser sexy.

Pero bueno, no se vayan con mi descripción de niña buena, porque no lo soy. O mejor dicho, dejé de serlo hace poco y empecé a portarme mal. Y eso me está gustando.

Voy a tratar de ser lo más breve posible para no alargar esto. Resulta que vivo o mejor dicho con mi madre de nombre Lena y mi hermana menor de 16 años de nombre Angelica. Y aunque amo a mi hermana, reconozco que ella es de carácter fuerte y está en la etapa de rebeldía total. Nuestros desacuerdos eran cosa de todos los días y por lo regular siempre terminaban en grandes peleas que al final mi madre tenía que intermediar dándonos tremenda regañada.

Mi madre Lena tiene una relación de noviazgo con un hombre llamado Tony. Ya tienen varios años de relación, y Tony siempre se ha portado muy bien con nosotras. Angelica y yo convivimos con él desde que yo tenía unos 12 años aproximadamente. El vive en su departamento, y nosotras en el nuestro. Mi madre sale con él los fines de semana y a veces los acompañamos. En cierta forma él es nuestra figura paterna, pues mi padre desapareció de nuestras vidas desde que mi hermana y yo éramos muy pequeñas.

Hablando de Angelica, se las describo. Ella es morena, mucho más que yo. También es un poco chubby. Físicamente aparenta más edad de la que tiene. Es más alta y tiene más nalgas y tetas que yo. A veces es divertido cuando andamos en el mercado o en algún lugar y notamos como los hombres se le quedan viendo con morbo hasta que le ven con detenimiento su rostro y se dan cuenta que sigue siendo menor de edad. Nos divierte salir a la calle con ropa entallada o pequeños shorts de mezclilla que poco hacen por cubrir nuestros enormes culos. Obvio mi mama nos regaña pero pocas veces le hacemos caso.

Debo decir que amo a mi hermanita, pero como dije antes, está en la etapa de total rebeldía. Y eso ha provocado tremendos choques no solo con mi madre si no también conmigo. En una de las varias discusiones que llegamos a tener, Angelica en un arranque de ira destruyó mi teléfono celular y con él varias fotos y cosas que tenía guardadas en la memoria. Es más el decir que discutimos muy fuerte y mi madre quedó entre la espada y la pared sin saber a qué lado hacerse.

Para evitar otra discusión decidí esa tarde ir de visita con Tony, el novio de mi mama. No era raro para mi el visitarlo, pues regularmente pasaba por su departamento después de mi trabajo y ya fuera que comiéramos juntos o incluso me daba una ducha para descansar. Teníamos una relación cordial y bonita con él desde hace años que nos veíamos ya como familia. Tony era un buen tipo, atractivo y bien cuidado para su edad. Mi madre tiene 48 años, así que supongo que Tony ronda la misma edad. Es de estatura regular, ni muy alto ni muy bajo. Más alto que yo y mi madre, eso si. Lleva el cabello corto y usa barba que ya empieza a asomar varias canas blancas que le dan aspecto de maduro interesante. No es precisamente delgado o musculoso pero si se mantiene en mejor forma incluso que hombres menores de su edad.

Ese día llegué y después de saludarlo decidí darme una ducha para bajar el coraje. Ya luego de salir pasé a la cocina a prepararme algo para comer. Mientras preparaba mis alimentos le pedí si podía quedarme unos días en su departamento. Le conté un resumen de mi pelea con Angelica y me dijo que estaba al tanto de eso, que mi mami le había contado.

Me dijo que no había problema, que podía quedarme ahí con él siempre y cuando mi madre Lena estuviera de acuerdo, cosa que fue así. Él me preparó una de las recamaras y desde ese día me quedé a vivir con el novio de mamá. Debo decir que mi estancia ahí fue muy cómoda, y lo que según serían unos cuantos días se convirtieron en semanas, y después meses. Con él tenía la libertad que con mi madre a veces carecía. Por ejemplo, podía salir con mis amigas y regresar ya hasta la madrugada. O mis amigas podían venir a visitarme y escuchar música hasta altas horas de la noche. Al fin de cuentas salí ganando con mi discusión con Angelica, pues mi cambio de domicilio al depa de Tony me tenía muy contenta.

Mi madre también venía de visita con Tony, y la pasabamos bien aquí. Incluso Angelica también venía. Había ocasiones que pasábamos todo el fin de semana a las 3 aquí en el depa de Tony. El problema con mi hermana Angelica ya había quedado atrás, pero yo decidí quedarme a vivir con Tony por lo conveniente que era para mi. Algunas veces cuando mi madre llegaba yo salía a las tiendas o con mis amigas para darles un poco de privacidad. Y otras veces que mi madre llego a quedarse la noche ahi podia escucharlos teniendo relaciones sexuales. Ellos trataban de no hacer mucho ruido pero yo misma me ponía atenta para escucharlos. Me excitaba oír los gemidos de mamá y su novio y me prendia el tratar de imaginarlos cogiendo. Incluso me llegué a masturbar con solo escucharlos.

Con el tiempo y la convivencia la relación de Tony y yo se hizo más estrecha, lo mismo la confianza. Al principio mi vestimenta era más recatada. No usaba los pequeños shorts que solía usar en casa de mamá. Luego ya con más confianza empecé a ponerlos, aunque las veces que mi madre estaba presente en el depa de Tony me mandaba a cambiarme. Luego con el tiempo dejó de hacerlo, tanto por la confianza con Tony como por mi desobediencia.

Usaba unos shorts tan pequeños que a veces mi calzón era más grande que el short, y por lo mismo se asomaba por las orillas mostrando la tela por detrás en mis nalgas.

Los fines de semana que no salía yo con mis amigas acompañaba a Tony a ver algún deporte, como el UFC del que ambos somos fans. La edad legal aquí para poder tomar alcohol es a los 21 años, pero eso no me detenía a tomar con el de las cervezas que guardaba en el refrigerador. La pasabamos muy bien en esos fines de semana cuando mi madre tenía que trabajar tiempo extra en su empleo y era yo quien le hacía compañía a Tony. El nos cuidaba y se preocupaba por nosotras. Era una especie de padrastro pero sin serlo y sobre todo sin el sobre proteccionismo exagerado en que a veces llegan a caer las parejas de madres solteras. Me gustaba mucho su compañía.

Una ocasión se me hacía tarde para llegar a mi trabajo, y por las prisas decidí salir rápido de la ducha en solamente ropa interior, que consistía de mi sostén y mi calzón cachetero que poco lograba cubrir mi gran culo. Era tanta la prisa que llevaba que no reparé en que Tony estaba ahí en el depa. Salí corriendo y choqué con él en el pasillo que cruzaba del cuarto de baño hasta mi recamara. Tratando de evitar un choque más fuerte Tony puso sus manos enfrente con las palmas abiertas, lo cual solo sirvió para que quedaran exactamente situadas sobre mis pechos.

Nos quedamos ambos en shock, yo parada frente a él solo en ropa interior y él parado frente a mí con sus manos sobre mis pechos. A pesar de la sorpresa sentí como mis pezones se ponían erectos al toque de sus manos. Era imposible que Tony no sintiera la dureza de mis pezones en sus palmas. Nos quedamos así quizás 15 segundos, pero sentí que era una eternidad. El fue el primero que reaccionó, quitando sus manos de mis tetas.

-P-perdón...e-esto fue tan repentino. Lo siento -dijo Tony tartamuedeando con mucho nerviosismo.

-¡Ay no, perdoname tu! Es mi culpa, no sabia que estabas aquí -le respondí y rápido me dirigí a mi recamara.

Antes de entrar voltee hacia Tony vi como miraba mi espalda, mas precisamente mi culo. Supongo que la vista que le daba a Tony era la de una gorda culona con el calzon metido entre las nalgas. Nuestras miradas chocaron y no dijimos nada, pero le regalé una sonrisa para hacerle entender que no pasaba nada, todo bien.

Aunque Tony hizo como si nada hubiera pasado los siguientes días, en mi quedó sembrada la semilla del deseo. ¿Podria lograr yo hacer dudar a ese hombre de casi 50 anos que era hasta donde yo sabía completamente fiel a su pareja? Y más importante aún, su pareja es mi mamá.

No soy una santurrona, para entonces yo ya no era virgen. Ya habia tenido relaciones sexuales con algun noviecillo. Pero el morbo que me provocaba el recordar sus manos en mis tetas y su mirada sobre mi cuerpo me invadía. Los siguientes días me dediqué a tratar de provocarlo. Salia de la ducha solo con una pequeña toalla enredada a mi robusto cuerpo dejando descubierta mi espalda y asomando un poco el inicio de la rayita superior de mis nalgas, o dejaba la puerta del baño entreabierta cuando me sentaba a mear para permitirle ver si pasaba por enfrente. A veces usaba los mismos calzones durante 3 o 4 días para que al quitarlos estuvieran lo más posible impregnados de mis flujos vaginales, y obvio haciéndome la descuidada los dejaba ahí en el cuarto de baño con la intención de que Tony los viera. Me daba mucho morbo el imaginarme a Tony agarrando mis sucios calzones o incluso oliéndolos. Incluso también llegué a ir a la cocina solo en cacheteros y una pequeña blusa de tirantes. La cocina del departamento era de espacio muy reducida, así que un par de veces al estar los dos en ella aprovechaba para rozar mi cuerpo, más específicamente mi culo, sobre su cuerpo haciéndolo pasar como accidente.

-Ten cuidado, Esmi. Si tu mamá llega de repente y te encuentra así nos meteremos en problemas -me dijo en una ocasión haciendo referencia a mi vestimenta que consistía solo de una pantaleta rosa que poco hacía por cubrir mi panocha y mi culo y arriba una blusa blanca casi transparente que marcaba mis oscuros pezones. Pero noté que Tony solo me advertía de la posible presencia de mamá, mas en ningún momento dijo que él se sintiera molesto por mi vestimenta. De alguna manera fue para mí una señal de que podía seguir haciendo lo que hacía y no había problema con él.

Transcurrió una semana donde no comentamos nada ni se volvió a mencionar el asunto. Como si no hubiera pasado nada. Llegó el fin de semana y había quedado con mis amigas para salir a un antro el sábado, pero a última hora me cancelaron. Me molesté un poco pues ya me había hecho a la idea de salir. Incluso acababa de darme una ducha cuando recibí el mensaje que se cancelaron los planes. Me puse una blusa blanca ligera sin sostén y debajo un pequeño short que se me metia en mi culo casi como tanga y dejando a la vista la parte baja de mis nalgas pues tampoco me había puesto calzones. No era por puteria ni nada, solo trataba de estar cómoda.

Salí de mi recámara para tomar un poco de agua de la hielera y me encontré a Tony en la sala con la tv encendida y hablando por celular. Lo saludé y me dirigí a llenar un vaso de agua fría.

-Hola Esmi, pensé que saldrías -dijo Tony terminando de hacer su llamada.

-Pues si, iba a salir con mis amigas pero me cancelaron de último momento. Tendré que quedarme en casa. ¿Tu que haces? -le respondí mientras daba un sorbo a mi agua.

-Voy a ver el UFC, hay buenas peleas esta noche. ¿Gustas acompañarme? Acabo de ordenar pizza y hot wings y en la hielera tengo cerveza y refrescos -me dijo.

-¿No va a venir mi mamá? -le pregunté sólo por cortesía, no que me molestara la presencia de mami.

-No, tuvo que trabajar tiempo extra. Ya habíamos quedado de ver hoy las peleas pero de último momento decidió irse a trabajar -respondió Tony con media sonrisa. Si algo yo estaba segura es que él amaba a mi mamá.

-Bueno ya que nos dejaron plantados a ambos entonces te acompaño a ver el UFC. Y ya que no voy a salir tomaré una cerveza -dije vaciando el agua en el fregadero de la cocina.

No tardó mucho en llegar la orden de pizzas y hot wings, a lo cual me ofrecí a salir a pagarlas. El pobre chico del delivery se quedó con la boca abierta cuando me empiné frente a él después de fingir que se me caía el dinero al suelo, dándole toda la vista completa de mi culo y como se abrían mis nalgas al agacharme. Tanto a Angelica como a mí nos divertía hacer ese tipo de travesuras de vez en cuando.

Ya dentro de la casa me puse a acompañar a Tony a ver las peleas del UFC, al mismo tiempo que devoraba pedazos de pizza y varias cervezas para mitigar mi hambre. Tony hacía lo mismo mientras miraba entretenido la tv. No pasó mucho tiempo para cuando ya me sentía un poco mareada y alegre por las cervezas ingeridas. Y no pasó más tiempo para cuando ya estaba yo recargándome en su hombro emocionada con las peleas en tv. La verdad le tenía cariño a Tony por como trataba a mi mamá, a mi hermana y a mi.

-¿Recuerdas lo del otro día? ¿Cuando salí del baño? -le dije a Tony en medio de carcajadas. Cuando me emborracho me da por reír como loca.

-Si, como olvidarlo, Esmi. Fue gracioso pero incómodo -me respondió el novio de mamá.

-¿Incomodo por qué? ¿No te gustó? -le dije a Tony ya sintiéndome borrachita.

-No es cosa de si me gustó o no, más bien que no está bien. Supongo que no le comentaste a tu mamá -dijo Tony.

-Claro que no! Conociéndola me hubiera regañado y a ti también. O peor aún ya me hubiera obligado a regresar a su casa, y la verdad no quiero irme de aquí. Me encanta estar aquí, contigo -le dije recargando cariñosamente de nuevo en su hombro.

-A mí también me gusta tenerte aquí. Ya tenía muchos años viviendo solo así que tenerte aquí, y el ruido que haces con tu música y tu risa es un cambio agradable en el ambiente de este departamento -me dijo Tony y pude notar su sinceridad al decirmelo.

-Aww te amo! -le respondí con una expresión más de novia que de hija adoptiva.

No se si fueron sus palabras, el alcohol o la emoción de tener a alguien como Tony en nuestras vidas que sin siquiera pensarlo me abalancé sobre él y lo besé en los labios. Pero no fue un beso de amigos, o hijastra a padrastro. Fue un beso de lujuria, sexual. Con mis labios chocando violentamente contra los suyos y mi lengua invadiendo el interior de su boca. Tony al inicio respondió mi beso casi de la misma manera pero segundos después cortó el contacto, supongo que fue cuando le entró la cordura de lo que estaba haciendo.

-Esmeralda...no, no está bien esto. Perdón, no debí hacerlo -me dijo visiblemente apenado.

-No, no...no te preocupes. Esta bien, a mi me gusta! -le dije con voz de borracha.

-No, Esmi. Estamos a tiempo de parar antes de que esto se convierta en un problema grande y lo sabes -dijo Tony.

Apenas y estaba respondiendo Tony cuando separándome de él me puse de pie y rápido me quité la blusa, para luego también bajar mi short por mis gordas piernas quedando totalmente desnuda frente a él. Imagino la vista que le daba: una chica chubby de 20 años con cara de niña borracha, con pequeñas tetas con los pezones erectos, caderas anchas y culo grande, con la panochita cubierta por solo una leve capa de vellos púbicos parada frente a él con toda la intención de coger. Tony no pudo evitar recorrer su mirada por todo mi cuerpo de arriba hacia abajo. Podía sentir su lucha interna por aceptar el ofrecimiento de mi cuerpo o de plano negarse a coger con la hija de su novia.

Sabía que entre más tiempo le daba más oportunidad tenía de rechazarme así que no esperé más y me aventé encima de Tony, con mis piernas abiertas tratando de atraparlo entre ellas e incluso tirando de su mano la botella de cerveza. Tony trataba de detenerme al mismo tiempo que yo besaba eufórica sus labios para luego bajar a su cuello y de nuevo subir para prácticamente besar toda su cara.Tony tenía sus manos en mis hombros pero en realidad no hacía nada por detenerme, solo simulaba hacerlo. Yo por mi parte bajé mi mano a su entrepierna y agarré su verga por encima de su pantalón, la cual ya se sentía dura y erecta. En ese momento supe que lo tenía en mis manos, literal.

El novio de mi madre dejó de resistirse y empezó a responder mis besos metiendo su lengua en mi boca tal cual yo lo hacía en la suya. Yo por mi parte no quise perder más tiempo y empecé a desabrochar su pantalón torpemente, a lo cual Tony tuvo que ayudarme. Apenas logró librar el botón e inmediatamente él mismo se bajó el pantalón, mostrando su verga totalmente erecta y apuntando hacia mi. No soy como esas chicas de los relatos que con solo ver una verga ya saben de qué medida es, con centímetros y todo. Para mi hay vergas grandes y vergas chicas, y la del novio de mi madre se veía grande. Tal como la imaginaba cuando los oía coger en la recamara a lado de la mía.

Regularmente soy más de hacer las cosas con calma, saborear el momento. Pero ahora sentía que tenía que ir de prisa o podría arriesgarme a que Tony tuviera un momento de lucidez y me botara. Sin perder más tiempo, me agaché y de un solo bocado me tragué lo mas que pude su duro miembro. No se cuanto de su verga me metí en la boca pero sentí que me llegaba hasta la campanilla, provocando inmediatamente una pequeña arcada. Pero eso no me desanimó y subiendo un poco mi cabeza volví a arremeter contra su palo de carne. Empecé un sube y baja sobre su miembro tratando de meterlo cada vez más dentro de mi hambrienta boca, produciendo una gran cantidad de saliva y ruidosos sonidos guturales. Pronto mis babas empezaron a escurrir y con mi mano se las embarraba por sus huevos como dandole masaje. Lo oía como bufaba y se quejaba al mismo tiempo que se quitaba su playera. Sin dejar de mamar su verga y con mi mano derecha sobando sus peludos huevos, levanté la mano izquierda y empecé a pasarla por su pecho jugando con su vello. Si algo me atraía del novio de mi mamá era su excesivo vello, ya fuera en su barba, su pecho o como ahora lo estaba viendo, en sus testículos.

Sentí como sus manos se situaban en mi cabeza para luego empujarme contra su verga obligándome a tragarme aún más. Poco a poco y con mucho esfuerzo, logré meterme su garrote por completo en mi boca. Mi nariz se aplastaba contra su pubis y su vello me picaba la cara, pero no me dejé intimidar. En medio de fuertes arcadas y chorros de babas seguí mamándole la verga. Quería impresionarlo, demostrarle que cualquier cosa que mi mamá le hiciera yo la podía hacer mejor. Si tenía que portarme como una puta puerca lo iba a hacer.

Tony no aguantó más y tomándome por el cabello me jaló hacia arriba obligándome a sacarme su verga de la boca. Estando nuestros rostros uno frente al otro me tomó con su mano la cara y apretando las mejillas me obligó a abrir mi boca para luego escupir dentro de ella. No contento con eso me dió una bofetada un tanto fuerte. Me encantaba como ese hombre que siempre había sido todo cariño y cuidados hacia mi ahora estaba como poseído, como convertido en otra persona. Sin decir palabra me lanzó hacia el sofá para luego quitarse los zapatos y el pantalón que hasta entonces lo tenía bajado solo hasta las rodillas. Ya estando completamente desnudo se sentó en el sofá.

-Siéntate en mi verga, Esmeralda, Entierramela tu sola -me dijo.

Obediente seguí sus instrucciones. Me senté sobre él y con mi mano tomando su verga, la dirigí hacia mi encharcada panocha y poco a poco la fuí introduciendo en mi. La sensación de cómo me iba llenando era casi indescriptible. Sentí como su barra de carne se abría paso forzando a abrir mis paredes vaginales. Ninguno de los chicos con quienes había tenido relaciones me había rellenado de esa manera, y Tony ni siquiera me la había metido por completo. Seguí bajando lentamente hasta finalmente toparme con sus huevos, finalmente la tenía toda dentro. Me quedé un momento así, quieta, disfrutando esa singular sensación de dolor/placer que se siente cuando te llenan la pucha. Y nadie me la había rellenado de esta manera.

Ya luego de un momento entonces sí empecé un lento sube y baja enterándome yo sola en su verga, tal y como me lo había pedido. Él me sostenía por mi cintura con sus dos manos como guiando mis movimientos mientras nos mirabamos a los ojos. Sin decir palabras le tomé sus manos con las mías y se las subí hasta mis tetas dando una muda orden de que las tomara con sus manos. Ahora fue el turno de el de obedecer y rápidamente comenzó a sobamerlas primero, para luego apretarlas entre sus grandes manos tan fuerte y con desesperación que incluso me causaba un poco de dolor.

-Que ricas tetas tienes, Esmeralda. Me encantan, me fascinan! -decía con los dientes apretados y magreando mis tetas como si quisiera reventarlas con sus manos cual fueran un par de globos.

-Si, si papacito...chingame toda. Aprietame las tetas, mamamelas, meteme la verga...cogeme rico! -le ordenaba varias cosas al mismo tiempo sintiendo como su dura verga me penetraba y abría mi pucha.

-¡Me encanta, cabrona! Sabía que estabas rica pero no pensé que tanto! -me dijo para luego comerse mis tetas y morder mis duros pezones prietos.

-Si! Si! Cogeme, cogeme rico!¿Verdad que aprieto mas que mi mamá? ¿Verdad te aprieto la verga mas rico que mi mami? -le dije con toda la intención de calentarlo más.

-Si! Si cabrona, si...estas bien pinche apretadita! Quiero chingarte toda la noche, ¡que mañana no puedas siquiera caminar de tan pinche cogida que amanezcas! -me decía separándose de a poco de mis tetas para luego volverlas a mamar.

-Si, papá. Culeame toda la noche, chingate a esta puta. ¡Tu puta, papi, eso es lo que soy! Tu puta! -le decía buscando que se le grabaran esas palabras en su mente y así luego él las usara conmigo. Nunca en nuestra relación le había dicho papá, pero ahora me causaba un morbo total fantasear que él era realmente mi papá y yo su hija y estábamos cogiéndonos como animales.

-¡Eres mi puta! Eres mi puta y voy a culiar todos los días! -me dijo para luego agarrar mi cintura y arreciar sus embestidas contra mi, como queriendo partir en dos. Me daba tan duro los sentones que se me fué el aire y ya no pude hablar más.

Era increible como los hombres se transformaban a la hora del sexo. Podían pasar de ser unos caballeros a ser unos puercos en cuestión de segundos. Jamás en la vida que llevamos conociéndonos se me hubiera pasado por la cabeza oírlo decirme cabrona, puta o cualquier grosería. Y ahora disfrutaba de decirlas y yo disfrutaba más de escucharlo.

De repente detuvo los sentones que me estaba dando y por un momento me dio miedo de que le hubiera entrado el arrepentimiento. Pero no fue así. Me levanto obligándome a desenchufarme de su verga para luego tomándome de mi largo cabello aventarme violentamente contra el sofá. Ese rudo movimiento me fascinó y sentí como mi panocha se llenaba aún más de jugos.

-Ponte en cuatro patas, puta! -me ordenó e inmediatamente obedecí, poniéndome en 4 y dándole una vista total de mi gran culo celulitico. No hubo necesidad de decir palabras. Con su mano se agarró su gruesa verga y apuntando a mi panocha me la dejó ir de un solo golpe arrancándome un grito que seguramente oyeron todos los vecinos.

Empezó a bombardearme con furia. Por un momento solo se oía como su pelvis chocaba contra mis nalgas. Después de un rato empezamos un diálogo obsceno con toda la intención de calentarnos aún más con palabras e insultos guarros.

-¿Te gustan mis nalgotas?

-¡Me encantan!

-¡Dime! Dime que te gustan mis nalgas!

-¡Me gustan tus nalgas! Me gusta el pinche culote que tienes!

¿Verdad que estoy más rica que mamá? Dime que mi culo está mejor que las nalgas guangas de mi mami! ¡Dimelo!

-Si! Si! Tu estás más rica y más apretada que tu mamá! Estás más buena y coges más rico!

-Aghhhh que rico coges cabrón! Asi te queria tener, con tu verga ensartada en mi agujero! ¡No pares, papá! ¡No pareeees!

-!Mierda! ¡Qué rica estás, cabrona! Quiero llenarte de leche, putona! Mueve más el culo, pendeja!

-Agghhhh, agghhh si, si! ¡Jalame el cabello, nalgueame! Llename de leche, papito! Manda a la verga a la pendeja de mami y quedate conmigo, mi vida! Aaaghhhhhhhhhhh!!!

Apenas terminé de decir mi última frase guarra cuando sentí como el primer orgasmo me invadió, haciendo brotar una increíble cantidad de líquido de mi panocha. No sabía que tuviera la capacidad de hacer squirt, era la primera vez que me pasaba. No pude ni bien asimilar lo sucedido puesto que Tony siguió ensartandome con movimientos bruscos su verga en mi haciendo que chorros de mi squirt salpican todo el sofá, el piso y nuestros cuerpos. Yo solo gritaba como loca tratando así de mitigar la desesperación que sentía por este fenomenal orgasmo que mi padrastro me estaba dando.

Como pude me tiré en el sofá mientras Tony desenchufar su verga de mi encharcado agujero. En cuanto mi panocha se vió libre la sentí como si estuviera abierta. No era lo mismo coger con chamaquitos de mi edad que con un hombre hecho y derecho como el novio de mamá. Muchas veces la escuché gemir y dar gritos ahogados cuando estaban en su recamara enseguida de la mía, y ahora sabía por qué. Este hombre me acababa de provocar un orgasmo con squirt y me sentía débil, casi muerta. Tony interrumpió mis pensamientos tomándome de nuevo por el cabello y me jaló ahora hacía en piso al cual caí de golpe dañando un poco mis rodillas en el duro suelo, lo que poco le importó a mi padrastro. Estaba convertido en un animal en celo y no me iba a dejar en paz.

-Mamame la verga, puta! Mamamela hasta sacarme la leche, pendeja -me dijo con desparpajo. Atrás había quedado el hombre tierno que yo conocía. Sentí un leve orgullo en mi ego de saber que yo era la responsable de su nueva actitud.

-Si papá, dame tu rica verga. Quiero tragarmela completa -le dije para luego empezar a lamerla como si fuera una paleta de dulce, pasando mi lengua por la cabeza para luego bajar por todo el tronco hasta llegar a sus empapados huevos peludos probando mi propio sabor de mi squirt.

El empezó a jalarse la verga con toda la intención de venirse en mi cara y en mi boca, lo cual me prendia la idea. Pero no, no quería terminar aun, no sin demostrarle lo puerca que puedo ser y sobre todo mostrarle que cualquier cosa que mi madre le hiciera la podría yo hacer mejor y más sucia. Le detuve de su masturbación que se estaba haciendo y le indiqué que se diera la vuelta. Pude ver algo de confusión en su mirada sin comprender por qué le pedía que me diera la espalda. Casi le grité ordenandole que se volteara lo cual hizo aún sin entender por qué.

Cuando me dió la espalda tomé los cachetes de su culo y sin dudar ni un instante los abrí y metí mi cara en medio de sus nalgas. Comencé a chuparle el ojete y pasar mi lengua de arriba a abajo por la raya en medio de sus nalgas para luego detenerme de nuevo en su peludo culo tratando de meterle la lengua. Su culo tenía un sabor amargo muy fuerte como si acabará de cagar pero me importo madres, le mamé el culo y mi recompensa fué oirlo gemir tan rico que casi me produce otro orgasmo. Tony seguía jalando la verga ahora con más furia como si quisiera arrancarla, mientras yo me esmeraba en dejar limpio el ano a puras lambidas. Le estaba dando una lavada de cazuela como vulgarmente se dice. Tony no aguantó más y sin avisarme se volteó hacía mi y apuntando su reata en dirección mía me disparó un potente chorro de mecos que cayó en medio de mis ojos. Abrí la boca desesperada con la esperanza que el próximo disparo cayera en mi hambriento hocico, pero fue a caer de nuevo entre mis ojos y parte de mi cara, cegando y dejándome sin poder ver. Solo sentí como tres disparos más cayeron en todo mi rostro y esta vez si dentro de mi boca, los cuales de inmediato tragué. Quería probar a qué sabía la leche de este divino hombre que acababa de joderme rico.

Tony siguió gimiendo y quejándose mientras se deslechaba en mi rostro, y poco a poco sus gemidos y estertores dejaron de oírse. Yo permanecía con la boca abierta y los ojos cerrados, esperanzada a que siguiera el baño de mecos que me estaban dando pero para mi mala suerte terminó. Aún así tenía la cara toda batida de 5 disparos de leche, según mis cuentas.

Como por mala suerte o cosa del destino en ese momento sonó el teléfono celular de Tony y casi sin fuerzas él respondió. Por lo que alcancé a escuchar era mi madre Lena quien llamaba avisando que ya venía para la casa, que salió temprano del trabajo y preguntaba si necesitábamos algo de la tienda para pasar antes de llegar a casa.Tony le dió instrucciones de que comprara varias cosas, me imagino que con la intención de hacerla tardar más en regresar a casa y nos diera tiempo de limpiarnos y limpiar el batidero de agua que había dejado mi squirt.

Tony colgó la llamada e intercambiamos una mirada de complicidad, para luego salir yo corriendo al baño a lavar mi cara mientras Tony se quedaba a limpiar el sofá. Un par de minutos después salí a ayudarlo, para luego acomodar todo que se viera normal. Echamos un poco de desodorante ambiental y me metí a bañar para salir en menos de un minuto y dar paso a Tony a que se duchara también. Corrí a mi recamara y me acosté para pretender que dormía, pero sin sentir de verdad me quedé dormida. La cogida que me había dado el novio de mamá me había dejado agotada. Esa noche no supe a qué horas llegó mamá pero supongo que no sospechó nada pues los días siguientes no me hizo ningún comentario inusual. Tony y yo tratamos de fingir que no había pasado nada pero fué imposible ni fué el único encuentro que tuvimos. Pero eso ya se los contaré en otra ocasión.