Cuidando al hijo de mi vecino
Sigo experimentando mi condición de exhibicionista pero esta vez me sorprendo al sentir nuevas sensaciones que me descubren un mundo nuevo
Continuo relatando mis experiencias en el mundo de la exhibición.
Después del incidente del jardín mi vida había cambiado, mas que nada emocionalmente, pues físicamente seguía igual que siempre, con mi movilidad reducida a los limites de mi casa, en cambio al haber aceptado casi por completo el echo de que me gustara que me vieran me había dado una paz interior, como si me hubiera quitado un peso de encima, ahora solo deseaba seguir experimentando esas sensaciones que tanto me gustaban.
Y ese echo ocupaba casi todas las horas del día en los que me encontraba sola, en esos momentos dejaba volar mi mente imaginándome en mil situaciones a cada cual mas excitantes, mostrando mi cuerpo a ojos desconocidos, echo que me producía unos calentones que casi siempre terminaban en el baño o en mi habitación masturbándome como una loca.
Y así fue pasando el tiempo, referente al amigo de mis padres la primera vez que lo vi después del incidente, recuerdo la tensión que se creo al vernos cara a cara, pero conseguí disimular mis nervios a que el contara lo que había pasado en el jardín, y durante todo el rato que estuvieron en casa no ocurrió nada relevante, quitando el echo de pillarle mas de una vez observándome con atención, pero como no quería que la cosa fuera a mayores debido a la amistad con mis padres, durante el tiempo en el que el matrimonio estuvo en casa me comporte como siempre lo había echo, dejandole claro al pobre Luis, que así se llamaba, que lo que había pasado había sido una cosa fortuita y en ningún caso provocada.
Cuando por fin se fueron, todo mi miedo había desaparecido, ya no había motivo para pensar que el hombre fuera a contarle a mis padres algo.
Así es que cuando volvieron otro día a casa a comer, a penas les preste mas atención de la necesaria.
Las visitas de esta pareja eran bastante frecuentes, o venían ellos o íbamos nosotros, solo que al encontrarme yo en la silla de ruedas, era mas habitual que vinieran ellos, mas que nada por mi comodidad.
Una tarde después de comer, estábamos todos en el jardín tomando un café cuando mi padre comento algo sobre una película que habían estrenado y que le gustaría ver, enseguida se pusieron a hablar sobre si ir o no ir, el problema estaba en el hijo de ellos, que tenia catorce años y que lo tenían castigado por no haber sacado buenas notas, Rosa la madre, estaba comentando este problema con mis padres, cuando casi sin pensarlo decidí intervenir, ofreciéndome a vigilar lo mientras ellos salían esa noche.
Me acuerdo que todos se me quedaron mirando unos segundos hasta que por fin mi madre me pregunto si estaba segura de poder encargarme del chico, a lo que yo respondí que sin problemas.
Aun así, Rosa comento que hablarían con el para que se portara bien y no me diera ningún problema, a parte de eso, le dijo a mis padres que el chico era lo bastante grande para ayudarme en lo que fuera si lo necesitaba y así no me quedaba sola, eso creo que fue lo que mas convenció a mi madre para aceptar mi idea, tras quedar todo claro, comenzaron a planear la salida de la noche.
Cuando llego la hora mis padres se despidieron de mi comentándome que enseguida vendría el chico, y que si tenia cualquier problema no dudara en llamarlos, tras los dos besos de rigor cerraron la puerta dejándome sola.
Fue en ese momento cuando me di cuenta de mi error, podía haber pasado una noche tranquila en casa y en cambio ahora debía de encargarme de cuidar a un niñato, respirando hondo al tiempo que me maldecía a mi misma, me dirigí a mi habitación a ponerme algo mas cómodo, llevaba puesto un pantalón de chándal y una camiseta de cuello cerrado, mas que nada para no darle ningún pie a Luis, y el calor me estaba matando, así es que decidí ponerme un vestido mas ligero que me aliviara el calor que tenia, casi había terminado de ponérmelo cuando oí el timbre de la puerta sonar.
Como pude me incorpore en la silla apoyándome en la pierna buena y me estire la ropa por debajo del culo para volver a sentarme de nuevo, el vestido me llegaba un poco mas arriba de medio muslo, pero por mas que intente bajarlo este no se movió, y el sonido del timbre gritando de nuevo, me decidió a dejarlo como estaba.
Me diriji hasta la entrada y pulsando el intercomunicador abrí la verja y deje la puerta abierta, luego me fui hasta el comedor y encendí la televisión,.
Aun no había decidido que canal dejar cuando Carlos, el hijo de los amigos de mis padres, entro en el comedor, este era un chico un poco mas alto que yo, de pelo rubio, complexión delgada, ojos marrones y cara con marcas de acné en la frente.
Se quedo de pie en la entrada de la habitación apoyado en el marco de la puerta con las manos en los bolsillos mirándome con cara de pocos amigos, estaba claro que a el no le hacia ninguna gracia tener que estar ahí, seguramente hubiera preferido estar con sus amigos dando vueltas por ahí
Lo mire un segundo y volví a prestarle toda la atención a la tele en busca de algo interesante que ver, mientras hacia eso, Carlos se acerco hasta el sofá dejándose caer en el.
Sin prestarle mucha atención seguí visionando los canales de la tele hasta que por fin una película llamo mi atención, así es que decidí dejarla, colocando el mando sobre el sillón y apoyándome en el respaldo de la silla me dispuse a ver al película
Llevaba cerca de diez minutos la cinta visionándose cuando observe al chico, este estaba apoyado entre el respaldo y el reposa brazos del sofá, con las piernas estiradas y las manos en los bolsillos, le pregunte si quería algo de beber a lo que me respondió que no, que estaba bien, así es que volví a mirar la pantalla.
No se porque razón, algo dentro de mi se removió, quizá fue al mirarme a mi misma y darme cuenta de lo corto que era el vestido, o quizá al cerciorarme de que el chico podía verme perfectamente desde donde se encontraba ya que el sofá era mas bajo que la silla de ruedas, o también pudo ser la unión de todo, no se...
la cuestión es que comencé a ponerme nerviosa, mi posición en la silla no daba para muchos cambios, la pierna derecha estirada sobre la tabla, la izquierda doblada pero ligeramente abierta al tener el pie sobre el estribo de la silla, el vestido cubriéndome a duras penas la mitad de mis muslos, y la actitud de ese chico, ahí estirado de manera vulgar, medio cabreado por la obligación de estar ahí, todo eso estaba haciendo que el ambiente fuera frio, tenso nervioso..
intente centrarme en la película, pero en ese momento y como para echar mas leña al fuego, se estaba desarrollando una escena en la cual una pareja estaban desnudándose según entraban en la casa al tiempo que se comían a besos, la escena seguía con la chica contra la pared al tiempo que el chico la penetraba, los enormes pechos de la joven se podían ver perfectamente moverse arriba y abajo en la pantalla de la televisión
Mire de reojo al chico para ver su reacción, pero no había ningún cambio, seguía en la misma posición que al principio, sin poder evitarlo, fui alternando la visión de la escena con miradas hacia el y fue en una de estas cuando lo pille mirándome, apenas fue un segundo, pero si lo suficiente como para que mi corazón comenzara a latir con fuerza al tiempo que mi estomago comenzara a encogerse, cuando por fin la chica se agarro al cuello de el hombre simulando la llegada del orgasmo mi cuerpo estaba en plena ebullición
Decidí ir a la cocina a beber un poco de agua, necesitaba algo fresco para calmarme un poco, era un crio me repetía a mi misma... un crio. Cuando regrese de nuevo al comedor el chico se había incorporado sentándose mas recto en el sofá, doblando la pierna colocando un pie sobre su rodilla
Me situé donde estaba antes, al lado del sofá y aun no había terminado de frenar la silla cuando Carlos me pregunto si tenia wifi, a lo que yo le respondí que si, me pregunto si me importaba que se conectara, ya que se había traído el ordenador y debía terminar un trabajo para enseñárselo al día siguiente a su padre, yo le comente que no me importaba, tras esto se levanto y se diriguio hacia una mochila que había dejado apoyada en el suelo a la entrada del comedor, sacando un ordenador portátil de ella, y colocan dolo en la mesa que había detrás del sofá, unos instantes después hasta mi llegaron los ruidos de las teclas pulsadas por el chico.
Volví a prestarle atención a la película, pero empece a sentirme incomoda en la silla así es que decidí sentarme en el sofá, donde seguro estaría mas cómoda, con mucho cuidado y después de haber rechazado la ayuda de el chico, conseguí estirarme en el sofá con la pierna vendada apoyada y la otra doblada en el suelo, para estar mas cómoda, coloque unos almohadones que había, detrás de mi cabeza y tras estirarme la ropa me dispuse a ver de nuevo la película.
Un ligero roce me sobresalto, abrí los ojos, debía de haberme quedado dormida, observe al chico de rodillas con la cabeza inclinada mirándome debajo de la falda, por un momento estuve a punto de darle un grito, pero no se porque razón en vez de hacer eso decidí volver a cerrar los ojos en el momento en el que el levanto la vista para mirar si me había despertado, al comprobar que seguía con los ojos cerrados volvió a bajar la cabeza, yo le observaba con los ojos entrecerrados, de esta manera pude observar como con una mano levantaba lentamente la falda para así de esta manera poder tener una mejor visión de mis muslos.
Si hubiera prestado atención hubiera podido oír mi corazón golpear mi pecho con fuerza.
Me deje hacer, el sentir esos ojos vírgenes observándome me excito, para facilitarle la exploración me removí en el sofá haciendo que la pierna que tenia apoyada en el suelo se abriera mas, de manera que el pudiera tener una visión mas clara, no solo de mis muslos sino de mi sexo apenas tapado con un ligero tanga, era como si una de aquellas imaginaciones se estuviera haciendo realidad, todo el deseo que llevaba acumulado durante esos días volvía con toda su fuerza a inundar mi cuerpo excitándolo de mala manera.
El chico seguía de rodillas, pendiente de mis movimientos, pendiente de ver si me despertaba y le montaba un escándalo, pero yo no me movía, ahí tumbada, con la pierna abierta solamente aguantada por la tensión de la tela, haciendo que esta se tensara como si de una tienda de campaña horizontal se tratara, dejando que los ojos del chico recorrieran mi piel por debajo de la ropa.
Pero como siempre me pasaba, no tenia bastante, deseaba mas, quería que me viera mas, pero no sabia como hacerlo sin que la magia del momento se fuera, sin que ese chico inexperto se asustara y decidiera presa de la vergüenza de ser pillado dejarme sola....y no quería eso.
Así es que mi mente pensaba que podía hacer para seguir mostrando mi cuerpo sin que se notara que estaba despierta.
Volví a removerme, lentamente, colocándome esta vez plana sobre el sofá, deje pasar un momento, unos minutos, haciendo mi respiración mas profunda, el chico hizo un amago de irse, pero al ver que no me despertaba volvió a su posición privilegiada, lo tenia a la altura de mis rodillas, así es que subí la pierna izquierda hasta colocarla al lado de la otra, en esta postura, el nivel de visión era mas bien nulo, aunque eso si, mi vestido se había subido casi hasta llegar al nivel de mis ingles, por lo que mis piernas desnudas a excepción de la venda, aparecían ante sus ojos, deje pasar un momento, así como si estuviera en un profundo sueño, y tras ese tiempo prudencial, comencé poco a poco a mover la pierna hasta colocarla totalmente doblada sobre el sofá
En esta postura, no solo mostraba todo sino que conseguí que el vestido terminara de rodar por mi pierna hasta quedarse totalmente arrugado sobre mi bajo vientre, ahora si, ahora el chico podía tener una visión perfecta de mi cuerpo, ante el, mi sexo apenas oculto por la diminuta prenda se mostraba ante sus ojos, menos mal que me lo había puesto de color negro, pues si hubiera sido mas claro podría haber observado la mancha que mi sexo húmedo habría dejado impresa en el.
Lo observe, embobado, mirándome, recorriendo me entera con la mirada, deseándome, y eso es lo que mas me gustaba, ver ese deseo en los ojos de quien me miraba, eso me hacia transportarme a esos mundos privados que me hacían gozar.
Pero para mi sorpresa, el chico no se quedo quieto, suavemente, casi como un susurro, deslizo su mano por mi piel, empezando por la rodilla diriguiendose lentamente en dirección hacia mi sexo, eso era nuevo para mi, hasta ahora solo había gozado con las miradas, con el deseo, pero ahora era distinto, una sensación nueva, el roce de una mano que no era la mía, una mano desconocida, que poco a poco se iba acercando a mi sexo, acariciando cada centímetro de mi piel muy suavemente, deslizando las yemas de los dedos por el sensible interior de mis muslos, y me quemaba, cada roce era un latigazo de fuego que me atravesaba la columna hasta explotar en mi cerebro, haciendo que mi deseo se multiplicara, haciendo que me volviera loca.
Poco a poco su mano fue llegando a mi sexo hasta que la punta de sus dedos comenzaron a rozar mi tanga, primero suave, luego cada vez mas intenso, yo seguía con los ojos cerrados mirándolo a través de las pestañas, y observaba como con cada movimiento sus ojos buscaban en mi cara un aviso de que me iba a despertar y al no verlo retomaba el camino.
Así de esta manera, pude sentir la presión de sus dedos contra mis labios, y me costo muchísimo no soltar un suspiro cuando sentí sus dedos recorrer el perfil de mi sexo marcado en la tela, de arriba a abajo y de abajo a arriba, sin pausa, cada vez mas intensamente, cada vez mas fuerte y con cada pasada me volvía loca, ya casi no podía controlar mis sensaciones, sentía que estaba perdiendo el control de la situación ya que no sabia que podía hacer el chico y en el momento en el que note como su dedo separaba mi tanga de mi sexo pude comprobar que ya no la controlaba.
Lentamente, sin dejar de mirarme, aparto mi tanga dejando mi sexo libre a sus ojos, y tras destaparlo su dedo tomo posesión del terreno conquistado introduciéndose entre mis labios arrancándome un suspiro que no pude contener, el me miro, pero yo seguí con los ojos cerrados, como si estuviera gozando en mi sueño, un goce que el me estaba produciendo porque por una vez no se detuvo, siguió deslizando sus dedos entre mis labios hasta llegar a mi clítoris que lo sentí duro como una piedra cuando su dedo lo rozo arrancándome otro suspiro.
Hasta ese día nadie me había tocado así, un rollo que tuve hace tiempo como máximo me había tocado por encima de la braga sin que yo le dejara ir mas allá, en cambio a este niño le estaba dejando hacer conmigo lo que no había echo nadie, y quería mas.
El chico se entretuvo con mi sexo, jugando con mis labios introduciendo sus dedos dentro de mi hasta donde mi coño le dejaba, por un momento se me paso que me iba a desvirgar, que me rompería mi flor, pero no se atrevió a tanto, no llego tan lejos pues en el ultimo momento saco las manos y se separo de mi.
Notaba mi sexo palpitando, lleno de deseo, con ganas de mas pero el no estaba.
Abrí los ojos y lo vi mirándome, se acerco hasta mi pecho y coloco una mano sobre el pezón que se marcaba claramente contra la tela del vestido y como había echo antes, suavemente, lo rozo arrancándome otro suspiro, no llevaba sujetador, en casa no solía usar así es que mis pezones se marcaban claramente en la fina tela.
Sus manos se apoyaron en mis pechos y note como comenzaron a masajerarlos, primero suavemente, con miedo, para luego irse envalentonándose mas hasta el punto de cogerlos bien fuerte, como yo seguía sin dar muestras de despertarme lentamente me fue soltando los botones que abrochaban el escote hasta que por fin con todos desabrochados mis pechos quedaron a su vista.
Tengo unos pechos grandes para mi edad sin llegar a ser exagerados, blancos con una aureola rosada y un pezón bastante grande, sus manos pasaron por encima de ellos haciendo que otro suspiro saliera de mi boca, sentía sus manos calientes amasando mis pechos, estirando los pezones hasta que por fin sentí un calor extraño y tras el algo húmedo que en seguida identifique como su lengua, me estaba chupando y sentir eso hizo que una oleada de placer me recorriera la columna entera hasta terminar explotando en mi sexo en un tremendo orgasmo, a partir de ese momento no pude contenerme y las oleadas fueron una detrás de la otra seguidas de mis gemidos.
Para culminar mi locura el chico comenzó a acariciar mi coño al tiempo que su lengua succionaba mis pezones arrancándome oleadas que me llevaron hasta un punto en el que tuve la sensación de estar en el borde de un abismo del cual iba a caer de un momento a otro, sentía como si se estuviera a punto de derramar un gran cubo de agua que estuviera acumulándose en mi barriga justo encima del monte de venus, un cubo que con cada oleada se llenaba mas y mas hasta que de repente sin poder evitarlo exploto derramando todo el agua que contenía arrastrándome con ella en un impresionante orgasmo que volvió todo mi universo negro con puntos blancos rodando por mi cerebro.
Cuando volví a recobrar la consciencia abrí los ojos y me observe, estaba totalmente vestida y como pude me incorpore llamando a Carlos, le oí responderme desde el fondo del pasillo diciéndome que estaba en el baño.
Mis manos recorrieron mis muslos hasta mi sexo donde note mi humedad directamente de mi sexo desnudo, no llevaba bragas.
Cuando Carlos entro en el comedor tenia las mejillas ligeramente coloradas y tras mirarme unos segundos me dijo que me había quedado dormida y que el había ido un momento al baño, yo por mi parte no quise preguntarle nada, ni siquiera por mi tanga que tenia claro que lo debía tener el, no podía decir nada sin tener que explicar que no estaba dormida.
Me volví a tumbar gozando aun de los latidos de mi sexo entre mis muslos
Carlos se fue en cuanto vinieron mis padres quedando entre nosotros el secreto de aquella noche, nunca mas se hablo ni se repitió la experiencia, pero a partir de aquella noche mi manera de sentir, desear y gozar del sexo cambiaron mucho y eso se lo debo a el.
Espero que os haya gustado y espero vuestros mensajes.