Cuestiones de familia - parte vii
Fernando continúa sometiendo gente, ahora a Mony, la novia de su hijastro y nada puede detenerlo
SEÑORES LECTORES: para mejor comprensión de este relato, se recomienda la lectura de los que a continuación cito:
CUESTIONES DE FAMILIA – PARTE I – www.todorelatos.com/relato/81735
CUESTIONES DE FAMILIA – PARTE II – www.todorelatos.com/relato/81781
CUESTIONES DE FAMILIA – PARTE III – www.todorelatos.com/relato/81786
CUESTIONES DE FAMILIA – PARTE IV – www.todorelatos.com/relato/82796
CUESTIONES DE FAMILIA – PARTE V – www.todorelatos.com/relato/82815
CUESTIONES DE FAMILIA – PARTE VI – www.todorelatos.com/relato/86221
CUESTIONES DE FAMILIA – PARTE VII
Fernando, tomó el cuerpo de Mony y lo estiró sobre la cama, luego apoyó una de sus manos sobre la boca de la chica, para que no hablara y mucho menos gritara, al menos de momento. Con la otra, acariciaba sus senos, que mostraban los pezones erectos por debajo de su vestido. Su cabeza la dirigió y acomodó entre las piernas de Mony, para lamer su entrepierna, de arriba abajo ida y vuelta, con lo que logró una mayor apertura de las mismas y un temblor en todo el cuerpo de la muchacha, su espalda se arqueaba y saltaba en la cama.
Pero todavía no había alcanzado el objetivo que buscaba, fue subiendo con su lamida y llegó al clítoris, lo mordisqueó suavemente, lo lamió y lo chupó como si fuera una bombilla, bajó con su lengua recorriendo los labios vaginales, hasta llegar al orto, le chupó el agujerito, virginal hasta ese momento, llenándolo de saliva, volvió hacia arriba y se posicionó en el clítoris, allí se estacionó y su lengua trabajó arduamente.
Había quitado la mano de sus labios, tenía tomada ambas tetas, que masajeaba, frotando y pellizcando los pezones, con suavidad, acariciando el cuerpo de Mony, tratando de controlarlo, porque saltaba en la cama, jadeaba y gemía, suspiraba con la respiración entre cortada, lo que produjo que Fernando se fuera levantando para acercarle su verga a la zona genital.
- Es mía, la quiero adentro, ahora – Mony, totalmente descontrolada, pasó del pánico a la euforia por la excelente lamida que le había dado Fernando, estiró su mano derecha para aprisionarle la verga a Fernando y luego acercarla a su cueva, la deslizó de arriba abajo, la frotó contra su clítoris y al bajar nuevamente, merced a una suave puja de Fernando, la cabeza le penetró patinándose por los fluidos que emanaban de esa concha que hervía de calentura – toda adentro por favor, esa verga es mía, toda, fuerte por favor, quiero más.
A esta altura de las cosas, Fernando no entendía la reacción de Mony, tampoco le importaba demasiado, si actuaba así por calentura, por despecho o tal vez, siempre tenía ese tipo de actitudes.
- Si putita, no sabes como te voy a coger, te voy a dar tanta verga que te vas a querer venir a vivir conmigo.
- Si quiero más, ahhhh que lindo, me gusta esta pija, dame fuerte amor, ahhhh.
Fernando la cogió fuerte como Mony le pedía, controlando sus movimientos, ya que no quería terminar antes de que ella se echara tres o cuatro polvos. Quería que la morocha novia de su hijastro, gozara y mucho, quería más que nada que supiera lo que es un hombre.
Fuera de la habitación Quique no podía creer lo que escuchaba, Fernando, su padrastro, se estaba cogiendo a su novia, la que nunca se había mostrado tan receptiva con él y ahora la sentía como una perra desatada, en celo. Cristina y Daniela, lo llamaron a Quique a la cocina, no querían verlo sufrir de esa forma y el muchacho se fue con ellas. No estaba abatido, su estado más bien era de sorpresa, algo raro estaría pasando y seguro sería la mano de Fernando, él se encargaba para que todo funcionara a su antojo.
Adentro de la habitación Mony seguía dando que hablar, Fernando aprovechó ese estado para fotografiar y filmar todo lo que acontecía, no quería que olvidara lo mucho que disfrutó bajo sus piernas. Para ello, premeditadamente había instalado una cámara sobre el televisor, de manera rudimentaria, pero efectiva, que guardaba en la computadora las imágenes obtenidas.
- Quieres que te saque la verga, Mony? – la muchacha ya había acabado un par de veces, Fernando en cambio se mantenía conteniendo su orgasmo, para que ella gozara y de esta manera someterla a sus planes con mayor facilidad.
- No, déjela adentro un poco más, quiero seguir así.
- No quieres cambiar de posición putita?
- No soy putita y no quiero cambiar de posición – respondió medio enojada Mony.
- Con que no eres putita, perra – Fernando se separó bruscamente de ella, quitándole la verga con un movimiento fuerte hacia atrás y levantándose de la cama.
- Ayyy, pero que bruto que es, que hace? – con dolor, molesta, observando a Fernando parado frente a ella con su verga negra, brillando por la cantidad de flujo que tenía sobre su superficie. No podía creer que esa pija hubiera salido de su interior y que ese hombre al que había conocido una hora antes, estuviera cogiéndola como si nada, incluso habiendo echado de esa habitación a su novio, del cual ignoraba muchas cosas.
Mony se preguntaba donde estaría su novio, como pudo su novio ceder su lugar en la cama a ese hombre, que venía siendo Fernando y al que ella no había visto en su vida. Pero más allá de todos los pensamientos, seguía muy caliente, quería más sexo y ese tipo era un verdadero macho, pensó entonces en ceder posiciones, como para poder tenerlo sobre su cuerpo, abrazándola, besándola hasta terminar penetrándola.
- No se que he hecho, pero vuelva por favor, quiero que esté conmigo – le imploraba Mony al propio Fernando.
- Escucha perra, te dije putita y te molestaste, eso eres para mi, entendido?
- Soy su putita, venga por favor, lo necesito.
- Vas a obedecerme en lo que te diga, perra?
- Si, pero no me deje sola, no se que me pasa.
- Entonces chupa mi pija, que todavía no lo has hecho.
- Glup glup glup splasf mmm que buena, glup glup me gusta su pito glup glup.
- Ahhh lo haces bien, me gusta, tienes estilo, mmm que bueno mmm sigue un poco más y te cojo, mmm quieres que te haga el orto mamita?
- Noo eso no, me da mucho miedo, por favor no señor, glup mmm splasf.
- Entonces te haré el orto, no hay nada que me guste más que me digan que no, suelta mi pija y date vuelta puta, que te voy a culiar para que aprendas lo que es un macho.
- No señor, eso no, ya le pedí por favor que no.
- Ah no?
Fernando la tomó de uno de sus brazos y la dio vuelta en el aire, quedando Mony acostada boca abajo, le pegó un cachetazo muy fuerte en una de sus nalgas, que se debe haber sentido el golpe en el vecindario. La nalga derecha de Mony quedó roja, ardiendo, se podía ver la silueta de la mano de Fernando con sus dedos abiertos.
- Tu te quedas en esa posición y no se te ocurra moverte o te daré con un cinto hasta hacerte sangrar, me entiendes?
- Snif snif si señor, pero por favor no me golpee, me duele mucho.
Fernando buscó la crema lubricante para untarle a Mony en su culito, cerrado, virgen hasta ese momento. Esparció la crema por todo su contorno, separando con la otra mano las nalgas, mientras su dedo recorría toda la zanja de Mony.
- Escucha chiquilla, te prometo que te va a gustar, pero tienes que hacerme caso, ponte esta almohada bajo tu vientre y levanta bien tu cola.
- Déjeme señor, se la sigo chupando, por favor no.
- Quieres otra tunda, perra?
- No, haré lo que me pida señor.
- Con tus manos separa las nalgas y pon la colita para arriba, relájate y verás como te gusta lo que voy a hacerte.
Fernando cuando logró la colaboración de Mony, siguió esparciendo crema, incluso metió uno de sus dedos en el ano de la muchacha, que se sobresaltó enseguida.
- Relájate y déjate hacer o te dolerá más, te voy a coger quieras o no pedazo de puta.
- No señor, por favor.
- Plasss – sonó otro cachetazo de mano abierta sobre la misma nalga – quien manda acá perra?
- Usted señor.
- Muy bien, abre las nalgas bien y quédate quieta.
Volvió a introducir el dedo cargado de crema y esta vez lo hizo girar adentro, para esparcir la lubricación. Luego quitó su dedo para penetrarla con dos juntos, lo que provocó otro salto en Mony, que Fernando dejó pasar. Volvió a hacer girar ahora los dos dedos y cuando los sacó, se untó la pija con bastante lubricante y sin que Mony pudiera darse cuenta, presionó con el glande sobre el ano, que cedió sin mayor dificultad la penetración del miembro de Fernando.
- Ayyyy, sáquemela por favor, me está matando, nooooo – Mony sintió que se desgarraba una parte de su cuerpo.
- Ya te puse la cabecita adentro, perra, estás bien? – Fernando cuando sintió que tenía la cabeza adentro, se detuvo para calmar un poco a Mony que no paraba de temblar.
- Me dolió más que sus dedos señor, ayyy, no la soporto.
- Basta de llamarme señor, puta, me llamo Fernando
- Bueno Fernando, no se enoje, me duele mucho su pito señor.
- Que no me llames señor te he dicho – y enojado, le mandó la verga para adentro un poco más, para que la sienta – que pasa, ya no gritas perra.
- No Fernando, pero métala despacio por favor.
- Ya la tienes casi toda adentro, aguanta un poco y ya – al rato sintió que tenía todo su instrumento adentro, no podía creer que Mony se la haya tragado toda casi sin protestar, por eso comenzó a moverse cada vez un poco más fuerte.
- Ahh ahh ahhh vamos, la quiero toda adentro Fer, métela toda.
- Ya la tienes toda adentro, que puta que eres, tienes el culo como una yegua. Toma, sientes los huevos como golpean?
- Si Fer, los siento, dame más, me gusta también por acá, mmm.
Fernando terminó extenuado, Mony había resultado una mujer muy interesante, una vez que se hubo entregado, no tenía final y siempre quería más y más. Mientras él se la culeaba pensaba por momentos que bajo su vientre tenía una mina de oro, la haría trabajar y ganaría mucho dinero con ella también.
Una vez que se repusieron de la culeada, Fernando la llevó al baño, para hacerla duchar y quitarse el olor a sexo que tenía en su piel. La dejó sola, fue Quique el que le alcanzó una toalla para que se secara y volviera a vestirse. Luego tomaron café en la cocina en donde estaba Daniela, Cristina y Fernando.
Al ingresar a la cocina, Mony no sabía con que cara mirar a la hermana y madre de Quique. Incluso se puso nerviosa al verlo a Fernando, que charlaba como si nada hubiera pasado en esa casa. Terminado el café, Quique se ofreció a llevarla hasta su casa y en el camino charlaron sobre lo ocurrido.
- Estoy confundida Quique, no se que me pasó, pero si mal no recuerdo tuvimos sexo nosotros hasta que tu padrastro nos pescó en tu habitación, es así?
- Si Mony, así fue.
- Después él te echo a ti y ocupó tu lugar en la cama y yo tuve sexo con él, dime si me equivoco.
- No te equivocas.
- Después tomamos café en la cocina y allí estaba tu madre y tu hermana y todos como si nada hubiera pasado, es así?
- Así es Mony.
- Y como pudo suceder todo?
- Es largo de explicar.
- Pues explícame todo, tengo tiempo para escucharte.
- Mi familia gira en torno a Fernando. El maneja todo a su antojo.
- Si, ya me di cuenta, a mi me hizo de todo, te sacó de la cama y ocupó tu lugar, me cogió Quique, te diste cuenta? Me rompió el culo Quique, te diste cuenta?
- Si Mony, no puedo con él, me supera siempre, a todos nos supera, a mi hermana, a mi madre y también a ti.
- Y tu como pudiste permitirlo Quique, no eras mi novio acaso? Y dije eras porque no puedo seguir más contigo, permitiste que me violara tu padrastro.
- No Mony, no digas eso, tú permitiste que él te hiciera lo que te hizo, recuerda bien como actuaste con él.
- Acaso me pusieron algo en la bebida? No puedo creer lo que ocurrió en tu casa. Yo nunca me porté así, no podía contenerme de la calentura que sentía y me deje abusar por él.
- No Mony, yo sería incapaz de hacer algo así, respecto a que me sacó de la cama, no puedo con él, me supera siempre, ya te lo dije antes.
- Te trató de marica adelante mío Quique, como lo permitiste.
- Fernando es así, ya lo vas a conocer mejor.
- Ni sueñes, acá damos vuelta la página, no volveré a ver a ese tipo y tampoco a ti, acá se acabó nuestra relación Quique, juro que te quería mucho, pero no puedo seguir después de lo que ha pasado.
- Te dejo en tu casa y piénsalo mejor, quieres Mony.
Siguieron en completo silencio, al llegar a la casa de Mony, ésta se bajó del auto, se despidió con un simple adiós e ingresó a su casa. Quique quedó inmovilizado, cuando estuvo por arrancar el vehículo, vio abrirse la puerta y asomarse a Mony que le hacía señas que no se fuera aún.
- Si mal no recuerdo, tu padrastro me tomó fotografías, quiero que le quites la máquina y borres todo lo que pueda haber sacado, a ver si todavía . . .
- Quédate tranquila Mony, ni bien llego a casa, me ocupo de eso y luego te llamo para que quedes tranquila.
- Mejor así – y Mony se dio vuelta y volvió a ingresar a su domicilio, esta vez sin despedirse de su ex-novio.
Al llegar Quique a su casa, Fernando miraba televisión junto a su mujer, tomando una copa de licor.
- Fer, debo contarte algo, Mony está muy enojada contigo por lo que ocurrió y rompió conmigo, por esa misma razón. Estoy muy triste, te dije que la trataras bien, pero no pudiste con tu genio.
- Ya se le va a pasar, confía en mí. Seguro que mañana o pasado, nos viene a visitar y ni te imaginas lo bien que la vamos a pasar.
- Además me pidió que le devolviera las fotos que le tomaste.
- Jajaja no me hagas reír, marica, si quiere las fotos, que venga a buscarlas. Te dije que iba a venir pronto, seguro que mañana mismo viene, ya tiene un motivo para ello.
- Además piensa que le pusiste algo en la bebida.
- Cuanto más se caliente, más me la voy a coger, confía en mí, conozco a las putas como tu novia.
- Ya no es mi novia, me dejó por tu culpa.
- Después que venga acá, yo la haré recapacitar, descuida marica.
- Ya no le digas más marica a mi niño, Fer –interpuso Cristina.
- Tu te callas, mujer, mejor sabes que? Me la chupas un rato, que me dieron ganas.
- Fer eres un ordinario.
- Si te enojas, entonces me la chupará tu hijo, que a él yo se que le gusta mucho mamar la verga.
Quique enrojeció de vergüenza ante su madre y de impotencia y humillación ante su padrastro. Cristina no sabía que hacer, si mamarle la verga a su marido o que. Ella también tenía el rostro enrojecido, ya la había humillado anteriormente, teniendo que mamársela ante sus propios hijos, pero esta situación era distinta. Mientras tanto, Fernando sacaba su pija afuera de sus pantalones como si nada y además la zarandeaba con su mano de un lado a otro.
- Alguna de ustedes dos me la va a chupar, la madre o la marica del hijo, si estuviera Daniela ella ya se hubiera encargado de mi necesidad.
- Yo lo hago – dijo Cristina, en un acto de coraje para no ver rebajado a su hijo.
- No señora, me la va a chupar la marica, a ver marica, ponte acá y acaríciame los huevos que estoy muy caliente – Quique, avergonzado como estaba, después de la accidentada noche que había pasado con su novia, se agachó y llevó su boca sobre la poronga de su padrastro y cerrando los ojos comenzó a chuparla mientras obedientemente le acariciaba los huevos.
Cristina se retiró a su habitación, no quería ver ese acto, pero al minuto Fernando la llamó, él quería que se humillasen madre e hijo, al máximo. Incluso le propuso compartir la mamada, un poquito cada uno, no se peleen que papito tiene para darle a las dos putitas, les decía Fernando.
- No tienes límites Fer – le decía Cristina – hasta donde quieres llegar?
- Hasta demostrarle que esto es sexo solamente y el sexo es para gozar, no para sufrir como lo hacen Ustedes.
- Es que tú nos haces sufrir, no tienes necesidad de hacer esto, lo puedes hacer a solas, pero no, quieres que estemos todos para humillarnos.
- Tú para de mamar, marica y dale lugar a mamita, que está protestando porque no puede chupar. A ver tu, chupa, ya tienes la pija para ti sola, mamita.
Al escuchar la orden de Fernando, Quique se levantó y dejó el lugar para que su madre siguiera con la mamada. Cristina, rápidamente tomó el lugar de su hijo y no se la escuchó más, hasta que su marido le llenó la boca de semen.
- Ahhh ahhh eso es lo que estabas buscando, la muy puta, tomarse la lechita ella solita, pero que mala madre que eres mujer, ahhh, le quitaste la leche de la boca a tu hijita, jajaja, mmm.
- Eres terrible Fer, siempre igual, tratando a la gente como si . . . – protestó Cristina.
- Deja ma’, a mi no me molesta, estoy acostumbrado a que me trate así – interpuso Quique – además ma’ Fer tiene razón, a mi me gusta eso que me hace hacer, tal vez a ti te moleste, pero es la realidad.
- Está bien hijo, no protestaré más por eso, lo aceptaré porque es tu gusto.
- Una vez más las dos señoras me dan la razón, así que ahora nos vamos a dormir, que mañana tenemos que hacer algunas cosas juntos marica.
- Buenas noches Fer – le contestó Quique y se retiró a su cuarto. Pensaba en Mony, todo lo que había pasado esa noche, como estaría ella, que podría pensar de él y de su familia, seguiría pensando en lo que sucedió mientras estuvo en su casa?
Por otra parte Fernando tenía elaborado un plan de acción para traer a Mony a que trabajase para él, a Daniela y Quique, ya los tenía trabajando bastante seguido, ahora haría que Cristina abandonara el hospital para trabajar exclusivamente para él y mientras eso ocurría tendría que educar a Mony, esa chica era un diamante en bruto. De buena familia, fina, elegante, de buen cuerpo, educada, por ella podría pedir mayores cantidades que las que pedía habitualmente por Daniela o Quique, a Cristina no la tenía demasiado en cuenta por su edad.
Marcela ( marce459@live.com.ar )
CONTINUARA