Cuestión de trabajo
Un hermoso día de viaje, antes de trabajar.
Hola amigos y amigas. Disculpen si acaso estuve desconectada por tanto tiempo, si no me equivoco, fue poco más de un mes. Quiero explicarles el porque y sobre todo platicarles algo que me sucedió, espero que sea de su agrado.
Como todos ustedes saben, soy dueña de un negocio de fotografía y ese es mi trabajo. Hace tiempo una persona de una compañía importante de este medio, vio mi trabajo, se acercó a mi y me invitó a trabajar para ellos, igual que mucha gente. Podría decirse que soy una fotógrafa más en esa empresa, pero considero que mi trabajo les ha gustado a tal grado que por evento tomado especial para ellos me deja hasta el triple que un evento común. La ventaja de este trabajo es que cuando me piden algún trabajo que sea fuera de la ciudad, me pagan viáticos y pasajes, una ventaja más; cierto, hasta cierto punto es un poco delicado, pero me gusta mucho la emoción y la aventura, aunque mi familia no esta muy de acuerdo, especialmente mi madre, aunque he tratado de convencerla que es un crecimiento en lo personal y hasta ahí lo entiende, pero no deja de darle temor el hecho de que su nena (o sea yo), salga por tiempos tan largos.
En fin, me correspondió salir a una parte de la sierra de el estado de Oaxaca con la intención de tomar una serie de fotografías a los indígenas de esa región ya que sus tradiciones y costumbres son únicas no solo en México, sino en casi todo el mundo, así es que tuve que salir a una comunidad de nombre Huajuapan de León, es una comunidad que colinda con el estado de Puebla, así es que tuve que irme en camión, y casi tardo como 6 horas en llegar a su destino saliendo de la Tapo, así es que compre mi boleto para una salida a las 10 de la mañana.
Como fue entre semana mi salida, me correspondió el asiento 9, y mi sorpresa al subir al camión fue que solo estaban como 12 asientos ocupados, así es que decidir hablar con el conductor del camión para solicitar su autorización y recostarme en uno de los asientos últimos del camión, a lo cual no se negó, luego entonces tome mi equipo y mi bolso, ya que mis maletas iban en la parte baja del ADO, y me ubique en los últimos asientos, me recargue en la ventanilla y estire mis pies sobre el otro asiento que iba desocupado, me quite los zapatos y me puse a leer un poco de las tradiciones del lugar al que me disponía llegar, esto con el fin de comportarme y entender el comportamiento de la gente de la región.
Como ustedes se han percatado (especialmente a mis lectores que viven en la ciudad de México), el calor en estos días esta muy, pero muy duro, y aunque en el camión llevábamos aire acondicionado, no dejaba de sentirse un calorcito muy rico, y la verdad es que me fui muy cómodamente vestida. Me puse un corpiño de color blanco y sobre de él, una blusita muy delgada de color blanco y con tirantes, me puse un bikini semi transparente también de color blanco y debajo, un panty protector fems, que aunque no estaba en mis días soy precavida por el viaje, ya que no me gustan los sanitarios de un autobús, aparte de que son muy sucios, son incómodos, entonces el panty protector me lo puse por cualquier accidente, ustedes me comprenden verdad?. Unas pantimedias de licra de color natural, y aunque no brillan como las satinadas, son muy cómodas; un short de color caqui, unas calcetas blancas y unas botitas también de color caqui, y para sostener mi cabello, también para que hiciera juego con mi ropa, me coloqué una liga negra para sostenerlo y de adorno una dona de color café. Sinceramente, me sentía muy coqueta y muy cómoda. Recuerden especialmente a las mujeres que leen mis relatos, no importa a donde vayan, siempre procuren verse bien y lindas, porque no solo ustedes se sentirán bien, sino que atraerán muchas miradas y los chicos les agradecerán. Recuerden que solo por el hecho de ser mujeres, somos bellas, no lo creen chicos?
Bueno, a lo que íbamos. Cuando el camión llegó a Cuernavaca, vi que pasó una persona al sanitario, desgraciadamente no vi si era hombre o mujer, no le di la mayor importancia, estaba tan concentrada en mi lectura que hice poco caso de ver quien había pasado. Pero cuando fue de regreso, ya no vi el movimiento igual que al principio, y hubo un momento en que al cambiar de página y cambiar el cd de mi reproductor, bajé el libro que iba leyendo y me di cuenta que en los asientos que estaban frente a mi, un chico como de 16 años, no creo que haya sido más grande, estaba sentado en el asiento que esta junto al pasillo, según esto iba viendo la película que estaban pasando en el camión, pero no dude el hecho de que él se sentara ahí, haya sido precisamente por la forma en como iba yo vestida, me imagino que desde donde estaba él sentado, me veía perfectamente las piernas. Yo las llevaba extendidas, hacia el frente, pero cuando vi eso, salió mi instinto femenino y comencé a mover poco a poco mis piernas para ponérselas casi frente a él y por momentos las encogía, porque al momento de hacerlo, el short se me subía un poco más de la cuenta y siento que me apreciaba un poco más mis piernas, quizás hasta donde inician mis pompitas; no se si logró verme el bikini, pero lo que si estoy segura es de que se me veía el calzoncito de las pantimedias y eso me comenzó a excitar indudablemente.
Creo que pasamos así casi como una hora y por momentos bajaba rápido mi libro y me daba cuenta de que forma el chico me venía viendo mis piernas, y cuando quise cambiar el disco, nuevamente de mi reproductor, de inmediato me abordó en platica, pero sin moverse de su asiento. Me dijo:
--Que tipo de música escuchas?
**Vengo escuchando el disco de Talía, pero en realidad me gusta todo tipo de música, en especial el pop.
--Has escuchado el disco de Juanes?
**Sólo algunas canciones, no todo, pero me imagino que debe estar muy padre.
--Si quieres te lo presto, lo traigo en mi reproductor y no lo escucho porque no le compré pilas.
**Bueno, si no te causo ninguna molestia?
--Espérame, lo tengo en mi mochila.
Cuando regreso con el disco en la mano me preguntó si podía sentarse junto a mi, por lo que me acomodé de tal forma que le deje el asiento libre y yo encogí las piernas sin bajarlas. Después que se sentó comenzamos a platicar de muchas cosas, sin querer se nos fue el tiempo relativamente rápido. Me platicaba muchas cosas, me decía también que en el camión acompañaba a sus papás y muchas otras cosas.
Cuando llegamos a una localidad de la cual no recuerdo el nombre, me dijo que faltaban como tres horas para llegar, y le dije que escucharía el disco y me dormiría un rato, todo con la idea de que se parara y se cambiara de asiento, pero no lo hizo.
Cuando me canse de ir con mis piernas encogidas, las baje y me acomode en mi asiento. Quizás dormite un rato, pero algo me hizo despertar y era su antemano. La puso sobre su rodilla pero rozaba ligeramente una parte de mi pierna izquierda. Me di cuenta de reojo, pero no dije nada. Es más en cuanto se descuido un poco cruce mi pierna izquierda sobre mi pierna derecha, como lo hacen los hombres. Siento que eso le dio valor al muchacho para rozar por más tiempo mi pierna y eso me gustaba. Yo, solo veía de reojo todos y cada uno de sus movimientos y él estaba más entusiasmado que nunca a tal grado que comenzó a ponerme su mano completa en mi piernita. Cada vez más subía mi calentura. Rozaba no solo mi rodilla sino que bajaba hasta mi pantorrilla y subía hasta la mitad de mi muslo hasta que hizo algo que realmente me asombro, con movimientos muy delicados y al ver que yo no ponía ninguna resistencia bajo su cabeza hasta que posó sus labios en mi rodilla, en ese momento sentí un escalofrío en todo mi cuerpo, pero no fue lo único, esto lo hizo varias veces.
En un movimiento no muy brusco, se paro y se fue nuevamente al baño, por lo que me imaginaba que iría a jugarse el pene por lo que había sucedido, pero no tardó ni dos minutos. Yo me quede tal cual estaba sentada. Pero en el momento en que se sentó, se bajo lentamente su pants y cual fue mi sorpresa, se comenzó a jugar el pene frente a mi, claro yo estaba dormida (pero para él).
Desgraciadamente debo decirles que el chico era precoz ya que no tardo mucho jugándoselo cuando salto un chorro de semen sobre mis pantimedias y sentí arriba de la rodilla calientito. El chico me había mojado la pierna con su semen y con su mano poco a poco fue embarrándome en toda la pierna, claro hasta donde él pudo, ya que luego se seco.
Cuando estábamos por llegar a nuestro destino, me despertó diciéndome que estábamos por llegar. Me acomodé bien en mi asiento y me agache un poco para ponerme mis botitas y cuando me acerqué a mi pierna, vi una mancha de color blanquecino en gran parte de ella y todavía con el olor característico del semen. No le di mucha importancia para no hacer un teatro ahí mismo, pero sinceramente yo estaba mojadísima. Cuando llegué al hotel, al acomodar mis cosas saque el consolador que siempre llevo conmigo y me dedique a disfrutar el momento, recordando en lo que había sucedido en el camión.
Junté las dos almohadas y en cima de ellas puse el consolador, me puse un poco de lubricante artificial y me senté sobre de él, me quite las pantimedias y me metí a la boca la parte que estaba manchada con el semen del chico y sabía a sal. Casi como cabalgando a un caballo y así subía y baja a mi ritmo hasta que termine en un gran orgasmo. Cuando terminé y como lo hice en el consolador, me recosté y chupe todos mis jugos que tienen un sabor saladito, pero deliciosos.
Espero que esta experiencia les haya gustado tanto como a mí, espero vernos en otra ocasión.
Cuídense mucho y solo les pido que disfruten la vida al máximo, ya que solo se vive una sola vez. Adiós.