Cuestión de Fuerza (lésbico) Parte I
La protagonista Laia experimentará por primera vez los deseos de la dominatrix de su compañera de habitación Como convertirse en una buena bbgrl Mini-historia dividida en diversas partes
Esta noche, al llegar del trabajo a medio tiempo, me encontré con mi compañera de habitación sentada en la cama sin mover un dedo.
Me acerqué a ella lentamente.
-Jen, ¿Estas bien?-pregunté algo estúpida, ella asintió con suavidad usando su cabeza y su sonrisa se encendió.
-Ven, Laia... Vamos a jugar a algo muy divertido...-parece bromear quitándose la camiseta
-Deberías vestirte.. Yo voy a darme una ducha, cogerás frío-trago saliva dándome la vuelta dispuesta a irme.
-Venga Laia...Tu cabello rosa y yo sabemos que te da miedo que Jeremy descubra que no tienes experiencia en vuestra primera vez...
Su voz me atravesó como mil cuchillos, tenía razón, pero no lo haría ahora, y menos con ella, no estoy preparada para algo asi, encima ella es mi mejor amiga, como mi hermana...
Me acerco a la puerta para salir pero en un instante siento el frío de dicha madera contra la tela que cubre mi piel, mis muñecas han sido inmovilizadas por encima de mi cabeza.
-Jen, suéltame, en serio, no quieres hacer esto, recuerda a Leo...-susurro escondiendo un jadeo que intenta suicidarse por mi garganta cuando siento que su boca se apodera de la piel que recubre mi yugular.
-No te reprimas, tranquila, Leo lo entenderá-me regala un leve mordisco y hunde su mano libre en el interior de mi camiseta para empezar a jugar con uno de mis pechos, intento revolverme para quitármela de encima pero no puedo, tiene demasiada fuerza... Malditas artes marciales.
Comienzan a temblarme las piernas con el frote continuo de mi amiga, intento mantener la mente en otro lado pero cada vez es más complicado eludir el placer que me propina con sus pequeñas manos mientras su boca se dedica a maltratar con saliva toda la piel que va desde mi hombro hasta el comienzo de la mandíbula.
Al final logra escaparse el estúpido jadeo y la poseída decide que ya se ha divertido bastante de ese modo asique decide deshacerse de mi camiseta y bajar con su boca hasta uno de mis pezones, en el cual deja un gran viaje de pegajosas babas, tras haberlos lamido y maltratado hasta que enrojecieron de pura dureza, aparte de haber conseguido que mis ojos empezasen a nublarse y los jadeos sonasen cada vez con mayor intensidad.
-Venga, dejemos los juegos-una oscura risa inunda toda su boca mientras se deshace de mi pantalón.
Su mano libre se apodera de mi feminidad usando uno de sus dedos para frotar mis labios bajos, muerdo mi labio al instante reprimiendo un gemido, pero ella se enfada y me castiga pellizcando uno de mis pezones de nuevo, a la vez que su boca se convierte en el fruto del eden de mis dientes.
-No hagas mucho ruido tampoco, que tenemos vecinas, y entre ellas a la cotilla de Lauren-me susurra entre suspiros al lado del oído.
-No vaciles, que ha sido culpa tuya-intento soltar las manos para golpearle pero no puedo, tiene demasiada fuerza para mí.
-Quieta, gatita rosada, vas a divertirte ahora.
Me lleva a la cama y ata mis muñecas al cabecero de la cama antes de que pueda reaccionar, se toma su tiempo contemplando mi cuerpo semidesnudo y pasa la lengua por su labio inferior.
Desliza sus pulgares por mi torso y rasga la camiseta, dejando mi torso al aire.
-Pero no me rompas la ropa del internado-me enfado viendo como su sonrisa aumenta.
Pero en vez de hacerme caso se sumerge en el canalillo que marcan mis pechos, bastante más marcado de lo que se esperaría en una niña de mi edad (19).
Mordisquea una y otra vez la punta de mis pezones, maltratando mi interior y jugando con sus uñas a arañar mi vientre.
-hfmp… Jen…
Se me escapa cuando su boca baja hasta mi entrada y comienza a lamer mis paredes sin demasiado descaro.
-Ya te dije que al final ibas a caer, Jen sabe que te va el sadomaso-suspira volviendo a su labor.
Comienzo a sentir como se humedece más bruscamente esa zona y un montón de pinchazos placenteros atraviesan mi interior, dejando mi mente rosa y llevándome al borde del orgasmo.
-Si lo haces tan rápido llegaré en dos suspiros-aviso sin querer removiéndome de sus lujuriosos labios.
-Oh, señorita, entonces ¿deseas pasar un rato más bajo mi dominio?-se separa de la zona y se acerca a mis oídos algo más juguetona para dedicarse a lamer mi lóbulo pero se separa de golpe, mis ojos se abren como platos, sin comprender-Pídelo-sonríe de oreja a oreja.