CUERNOS CONSENTIDOS! CUERNOS COMPARTIDOS! Mi AMOR.

El titulo hay que leerlo cambiando la letra de una cancion de Mana... Dejarian a muchas esposas hacer este viaje???... piensatelo igual lo disfrutas.

CUERNOS COMPARTIDOS, CUERNOS CONSENTIDOS, MI AMOR!!!

En el pasillo de la casa se encontraban paralelos pero separados los dos troleis del viaje, se diferenciaban en poco por tamaño pero uno se veía claramente masculino y otro mas femenino en su colores y estampados.

A ellos se unirían el maletín de trabajo y el neceser de cosmética que todavía reposaba en el cuarto de baño.

La noche la habían pasado callados, las maletas preparadas por separado aunque ella supervisaba lo que el iba metiendo, como había hecho siempre. Le indico que llevase alguna ropa para abrigarse aunque la primavera avanzaba y algo para “vestir” por si debían salir a “socializarse”. El no comento nada cuando ella metió un bikini nuevo en la maleta.

En el baño ocuparon consecutivamente la ducha y la encimera y mientras el se duchaba ella canturreaba una vieja canción “mi joven profesor de amor” mientras se acicalaba y se secaba el pelo.

Cuando el salio de la ducha y se afeitaba ella se mostraba desnuda por la habitación mirando en el espejo lo que ella pensaba sobraba pero que había levantado pasiones y todavía las levantaba.

Sus pechos que pensaba caídos mantenían el morbo de una talla 105, y los vistio con el sujetador que se había comprado para la ocasión, los levantaba y juntaba haciéndolos mas deseosos.

Su sexo no estaba excesivamente arreglado, lo había hecho a posta, ya surgiría su ocasión, lo intento secar cubriéndolo con el cullotte a juego del sujetador y acomodo las gomas a las curvas de su cintura y culito.

En la cama se quedaron las etiquetas de las prendas con su talla y su precio, habían quedado atrás los conjuntos desconjuntados, los sujetadores deportivos y las braguitas de algodón… ese no era el objetivo del viaje.

Pantalón y blusa negra abotonada lo justo, americana y zapatos de tacón marrones a juego y un bolso de mano preparado… Volvió a dar una vuelta mirándose al espejo. El se retraso adrede en el baño y solo salio cuando ella estaba en la cocina tomándose el café necesario de todos los días… El que le había llevado al viaje. El que había sido testigo de conversaciones continuas y gustos mutuos, de deseos, el que se había enfriado delante de la pantalla de un chat mas de una mañana por un sexo en la lejanía. Los que habían contemplado conversaciones nocturnas, reproches, aceptación y comprensión por algo que pasase lo que pasase debía seguir adelante.

El también tenía el suyo preparado pero mas que despejarle le sentó como un laxante que le hizo recordar que había aceptado, que lo había consentido y lo tenía que aceptar, lo asumía y su sentimiento era confuso. Se lo habían explicado, le despejaron dudas, había visto primero con artimañas y luego enseñados los mensajes y las fotos y videos… y se había mentalizado.

Cada uno bajo su equipaje y se instalaron en el auto que les debía llevar a cada destino… un zumbido, un mensaje, ella lo leyó, sonrió un poco y contesto,… el la miraba y ella le dijo simplemente: “le pongo que hemos salido ya, que todo en orden,… es correcto??”…

El no cerro los ojos por que iba conduciendo pero si bajo la cabeza en signo de aceptación y resignación.

A medida que se acercaban a la estación ella le dio los cuatro consejos de diario sobre su viaje, que no “currase” mucho, que no le diese vueltas a las cosas, que diese recuerdos a los conocidos y el tan solo asentía y no decía nada.

Un beso en el parking de la estación del AVE y ella se dirigió a la entrada con un teléfono vibrante en la mano y sin mirar atrás. Pese a que quedaban 15 minutos prefirió meterse en el compartimiento y mandar un simple... YA!... que fue respondido al momento con un “BIEN! Todo preparado”… dos horas”

Durante el viaje ella se adormilo un  poco y recordó las fantasías comentadas, la recuperación de la sonrisa y de la autoestima, los “esfuerzos” de el para satisfacerla en su deseo, su necesidad de complementar el sexo en casa con el sexo cibernético con su amante.

Se sentía deseosa, por dentro y por la humedad de su sexo, lo duro que tenia los pezones le hacían sentirse observada y notándose a trabes de la tela de la blusa.

Se cruzaron varios mensajes, ninguno de ellos mencionaba nada que no supiesen, estaban decididos, estaban deseosos y nerviosos… pero era un punto de no retorno…

En la estación se buscaron y fue el que la vio primero, el abrazo por detrás y pese al sobresalto se sintió reconfortado… Se besaron torpemente, sus labios no encajaban pero se buscaban con la lengua, con las manos recorriendo sus espaldas y cabezas. Ni el ajetreo ni el ser un lugar público impidieron que durase más de lo normal de un reencuentro…

… Recuperados del sofocón, el recogió el troles y la agarro de la mano sintiendo como se apretaban las manos…

En el coche se volvieron a besar, y su mano subió por encima de la blusa hasta a acariciar su pecho, la mano de ella bajo por sus pantalones y valoro su estado de excitación… un zumbido les bajo a la tierra… “Todo Bien??”… cara de disgusto, el arranco el coche y ella contesto con un lacónico “SI, ya te contare”…

Eso pareció despertarles y las conversaciones mientras se iban a un destino desconocido para ella se limitaron al tiempo, al estado de ánimo, a alguna incidencia del tráfico y a los lugares por donde pasaban y que ella desconocía…

Un hotel a la derecha y el intermitente indicando que iban a entrar señalo el destino… aparcaron y cruzaron el vestíbulo sin pasar por recepción, el ya había reservado, ella solo debía pensar en que quería disfrutar.

La habitación era moderna y funcional, la cama grande sin mas que cojines,  la ducha no era ni siquiera tal era un espacio enorme sin bañera un montón de chorros en las que dos personas cabían perfectamente, el espacio era amplio y los armarios acogieron la maleta junto a otro pequeño troley que estaba ya dentro, un portátil ocupaba su lugar en la mesa junto a la televisión.

Se besaron, sus manos se escapaban buscando los cuerpos y los botones de la blusa abiertos dejaban ver los pechos deseosos,.. Se los beso, mordió sus pezones mientras volvía la cabeza hacia atrás y luchaba con la cremallera del pantalón…

Ella noto que la suya también se bajaba y una mano buscaba su sexo… lo acariciaba, lo exploro hasta donde podía con la ropa puesta y solo dijo… “Perfecto!”… y la tumbo en la cama… con las piernas en el suelo empezó a bajarle los pantalones y el culotte…. Puso su cabeza entre medias olió su sexo ya revosante de deseo, húmedo hasta la inundación y se lo lamió, paso la lengua por su clítoris, abrió sus labios para poder meter la lengua dentro, jugo con el bello que lo cubría y la pidió que se desnudase…

… Se retiro al baño, salio con una toalla y un neceser mientras ella desnuda miraba su ceremonial,… suavemente la hizo levantar el culo y coloco la toalla, se lo beso, ella empujaba su cabeza como queriendo tenerlo mas adentro, que se la penetrara con todo…

Una toalla caliente competía con su temperatura, con la de su sexo y con la calidez de los besos… y de repente Frío!... frío de una crema que cubrió su sexo, unos masajes deliciosos y una persona de rodillas entre sus piernas… y un RASS!!... una cuchilla que elimino una tira de apenas 3 centímetros de ancho, y otra, … y limpiar la crema y sentir que debía agitarse, pero dos dedos sujetaban su sexo en lo mas profundo… acomodarse y morderse la mano,… reprimir el temor a la cuchilla que pasaba de un labio a otro entre los pliegues desplegados… y repasar, ya mas suave, sin pelo, virginal,… y sentir los dedos … y notar como el apurado llego a sitios que no pensaba, cerca del ano, en toda su superficie noto la calidez, la frialdad del liquido, el olor de la crema,…

… Y luego otra vez la lengua, pero para comprobar la suavidad, para confirmar un trabajo bien hecho y que la estaba llegando al orgasmo… otro chorro frío de crema hidratante que entraba y salía y se repartía masajeada por su sexo… Se corrió, sintió la descarga del placer y la relajación de algo que deseaba…

Un beso, un abrazarse y antes de que ella pudiese manifestar su deseo de darle placer la recomendación de el… “Debemos irnos, tenemos cita”… Intentaba recuperarse, estaba rendida, con las piernas abiertas y acariciando su monte de Venus desnudo, …

Recibio de el un albornoz y el bikini que ella había llevado en la maleta, y el tomo la misma uniformidad junto con una bolsa de cortesía con gorros, toallas, jabones  y zapatillas desechables…

Una planta por debajo del vestíbulo la luz del Spa del hotel y la música relajante provoco mas el deseo, las caricias continuaban, el paso a una piscina vacía, las duchas temáticas, los chorros, el ruido del agua cayendo,… las hamacas sumergidas apenas 20 centrimetros bajo el agua… los juegos debajo de los chorros, buscar las burbujas debajo de su sexo recién depilado…

Le pidió que se tumbase en la hamaca sumergida y le acaricio, busco su sexo con la mano tanteando donde estaba… y su estado… le deseaba… quería darle el placer recibido y había que buscar el lugar… La sauna turca, una cabina con cúpula y azulejos que imitaba los baños turcos,… el calor asfixiante, la humedad compitiendo con la de ella… sentado en la segunda bancada le abrió el bañador y se apodero de su polla, la beso y se la metió en la boca queriendo absorber mas cantidad de la que podía. No le marcaban el ritmo lo encontró cuando el simplemente se dejo hacer acariciando su pelo mojado y noto la proximidad cuando sus manos agarradas por ella se tensaron... Lo recibio con placer, inundada su boca por el semen caliente que tanto había visto y deseado por el ordenador.

Compartieron en un beso el liquido, la esencia de su deseo,… y con el en la boca pasaron a la cabina finlandesa… del recipiente de hielo tomaron escamas y se aclararon la boca, el contraste de la temperatura era delicioso… el puñado de hielo picado que el puso en su sexo la estremeció, y le hubo de recriminar el contraste… que el amortiguo con un suave masaje a su sexo.

Otra ducha, parecía que durante  los dos días el agua iba a tener un protagonismo especial… Unos zumos, un brunch para recuperarse, los dos desnudos bajo los albornoces los dos mirándose mientras devoraban y compartían sandwiches salados y dulces, fríos y calientes…

Subir a la habitación sujetos por la cintura, calibrando volúmenes, queriendo perder de vista el mundo exterior, centrándose en ellos… lo demás se limito a unas perdidas en el teléfono de ella y un par de mensajes reclamando información…

El  emitente de los mensajes recibió la contestación cariñosa, delicada, evasiva, los detalles debían ser luego… “Todo precioso, disfrutando spa y comida, ahora siesta, besos”…

Mientras recibía besos y le retiraban el móvil de la mano después de que el comprobase algo en el ordenador.

La colcha les recibió desnudos, acariciándose y queriendo descansar de algo que no podían… Se entrelazaron en la cama y sus pechos se convirtieron en el postre que el deseaba… su sexo iba a ser penetrado por lo que un momento atrás había estado alojado en su boca, y lo noto… agarrada por los tobillos, con las piernas levantadas y mirándose a los ojos sintió el glande buscando su agujero, su juego de rozar y hacerse desear, y la penetración, rítmica, sentir otro volumen después de tanto tiempo, notar otro ritmo y buscar el acompasarlo.

Sus piernas faltaban de riego sanguineo y debían recuperarse, el aliento que necesitaba se perdió en besos mientras notaba su vagina golpeada por el pene… le tuvo que morder el labio cuando se corrió y noto su interior lleno de semen, era otro orificio lleno. Sin levantarse al aseo, sin preocuparse por el estado de una colcha en el suelo descansaron y durmieron.

Caía ya la noche cuando recuperados se despertaron, cuando los dos en la ducha se enjabonaron mutuamente, cuando ella cubierta por el agua del difusor volvió a tomar en su boca su pene, cuando mamo una polla deseada, mientras con los dedos tanteaba si clítoris excitado, sensible al tacto y el debía sujetarse a los mandos de la ducha para no perder el equilibrio. En la habitación desordenada, solo el ordenador permanecía abierto.

Ni había hambre ni necesidades externas pero otra cita les hizo arreglarse para salir, ella rebusco sus bragas (otras) pero una sonrisa cómplice de el le hizo comprender su deseo de estar libre por debajo…

Al salir de la habitación se cruzaron con el carro de la limpieza, lo que había sido un campo de batalla iba a recuperar su estado primigenio y daría lugar  a no se que…

… No pretendía aprenderse las calles por donde iba, se dejaba guiar en el coche mientras se apoyaba en el conductor y se relajaba como no lo había hecho en muchos años…

Unos focos en el exterior de un local dentro de un polígono de oficinas informo del destino,… una vuelta para aparcar, un beso en la yaga dejada por su mordisco, una comprobación de la ausencia de ropa interior… y a dentro…

Un concierto de un grupo “tribute” a un grupo de los 80, canciones conocidas, mesa reservada, ligera, bostas y ensalada… miradas, cruce de manos acariciándose, dos copas, DOS!... no mas, saludos al grupo, enhorabuenas,… para que alargar la noche mas…

Turismo de coche en una noche deliciosa,… dos avenidas vacías, tres monumentos iluminados, escaso tráfico que permitía besos lánguidos en los semáforos,  gente que buscaba lo que ellos ya tenían,… música en el coche, relajación…

Una copa compartida en el bar del Hotel, un camarero que sabiendo que debía pasar la noche en vela prefería disfrutar de la vista de dos personas cómplices…

Una mano que sube por un muslo, un acercarse y girar la silla para que el voyeur solo pueda intuir, un dedo que se introduce, un intentar disimular tomando la copa, que no se rompe por la presión por que es fuerte.

Un hasta mañana y abandonar el local entre la sonrisa del “bartender” y la mano en el culo de ella…

Llegar a la habitación y revisar el teléfono, mirar el ordenador, querer quitarse el maquillaje y no poder, sentir manos que bajan cremalleras, que exploran tu sexo de nuevo, unos mohines de rechazo no pretendidos, el a desnudarse, ella a arreglarse, quitar una etiqueta a un camisón, nuevo, impoluto, para el…

El sexo se ha acabado, follar no tiene lugar, ahora hacen el amor, se desean y relajadamente se besan, se acarician,… las mesillas encendidas ayudan a encontrar lugares que los dos saben donde están, que reciben las caricias abiertos, hinchados, irritados, deseosos….

Ella lo retira de su lado y adopta la postura que han comentado en muchas ocasiones, de rodillas a cuatro, agarrada a una almohada como tope de su cuerpo,… le espera, el se coloca detrás, su pene lubricado por su boca juega con toda la superficie excitable… del ano a la vagina, el clítoris inflamado también recibe su ración y sus entrañas se estremecen al sentirla dentro.

Un dedo en el ano complementa el placer, la sorpresa inicial da paso a desear el dedo mas adentro, la polla mas adentro, el cambio de papeles,…

Y así es,… el glande busca su agujero, y van tres, un empellón, un impulso de dolor que  hay que aguantar indica que ha pasado el esfínter, que poco a poco se va alojando en su interior, una almohada arrugada, apretada entre el placer y la novedad…

El cambio del dolor al placer, buscar con un dedo la compensación masturbando el clítoris… y luego inundarse, sentirse llena de nuevo en un espacio virgen…una caricia y una visita al baño… palpar la nueva sensación… probar el semen que escurre entre las piernas…

La noche toca ya a su fin, desnudos, abrazados duermen, descansan de un ejercicio digno de un gimnasio… no retozan, solo el la abraza por detrás… cubriendo su desnudez.

Amanecer con besos, con caricias y sin sobresaltos, solo un timbre con el desayuno que el ha colocado en la mesa, café, cigarrillo mañanero ilegal… ventana abierta y desnuda tomando aire…

E ir recogiendo,… le faltan prendas, cierra su maleta orgullosa, se recoge el baño y las maletas, cerrado el ordenador,…

Un pen-drive colgado de su cuello le quema de repente,… hacer el check-out, volver a la estación… besos, hay tiempo,…

En el servicio de mujeres, el ultimo… encerrados los dos… Comerle la polla con deseo, darse la vuelta y apoyarse en la pared, recibir los envites en un cuerpo sensible y la ultima corrida en su sexo… Recogerse, recomponer las ropas y subir al tren.

Dos horas, sin mensajes, solo los de su marido que la espera ya en casa, ansioso, desconocedor de lo que ha pasado,…

No había hora de vuelta, sola en el taxi llega a casa y no puede mas que soltar los bultos… besa a su marido, le palpa su bulto y le tumba en el sofá donde ve la tele por disimular,… se sube el vestido, se quita las únicas bragas que le quedan, se sienta sobre su cabeza reclamando que le coman el coño… no se ha lavado, el semen reseco de su amante ha escurrido pero mantiene lubricado su sexo…

Nota su sabor todavía sucio de semen, nota la excitación del día anterior, nota las marcas que tiene su cuerpo, la suavidad de estar rasurada y se lo come,… traga, chupa, mordisquea y provoca el orgasmo deseado, el dilatado en el tiempo que ha llevado a todo esto.

Desencajada sobre el sofá, recupera la noción de donde esta, de que sigue allí,… pero se siente libre.

A la pregunta de su marido, alucinado de “Que tal??” ella simplemente satisfecha se descuelga el Pendrive del cuello, se lo pasa y se dirige al baño… encerrada recuerda…

Cuando recuperada su camiseta de andar por casa, sus braguitas de algodón y su cara lavada sale al salón la imagen la deja impresionada, en la pantalla plana de 40 “su marido visiona los archivos de la habitación ocupada, del sexo realizado… y con los pantalones bajados se masturba desenfrenadamente,… Se da la vuelta y se va a dormir, pero antes aprieta los muslos y piensa en la siguiente cita.