Cuento de Ponies. Capítulo 1 - El Club de Ponies

Se trata de un relato sobre ponygirls, traducido por mí en el 2000. Son 25 capítulos y no tiene final. Creo que la autora pensaba continuar pero algo se lo debió de impedir.

ADVERTENCIA

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El relato que se ofrece a continuación es un relato para ADULTOS. Incluye descripciones explícitas de actividades relacionadas con el sexo que pueden herir la sensibilidad de algunos lectores. Si no tienes la edad legal en tu país de residencia para tener acceso a este tipo de lecturas o si consideras que puedes sentirte ofendido con alguna descripción de este tipo, por favor no sigas leyendo.

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Original story copyright (c)2000 Pony Girl, UK - translated with kind

permission - original at http://www.ranch.demon.co.uk/

Traducido por GGG. Octubre de 2000

Un cuento de Ponies - Capítulo 1 - El Club de Ponies


'Bien, quítate la ropa' dijo Peter con calma mientras cerraba la puerta detrás de ella. Aunque Lucinda había estado a menudo desnuda delante de él, había sido invariablemente en la cama, en una habitación oscurecida, por la noche, no a la amplia luz del día en el salón como ahora.

'Esto es ridículo' pensó. Considerando lo que estaba reservado para ella a lo largo del fin de semana, se estaba comportando como una novia virgen en su primera noche. Sin embargo cuando su mirada abarcó la amplia variedad de arneses y equipo alineados cuidadosamente en la mesa de café como si fueran los instrumentos de algún extraño cirujano veterinario, se sintió súbitamente mucho más como una virgen en este nuevo juego.

Peter había sugerido que visitaran el Club en varias ocasiones a lo largo de los tres meses que llevaban siendo amantes. Durante este período se había convertido en su mentor en la 'escena'. Había llegado a darse cuenta de que siempre se había inclinado hacia los aspectos más extremos, algunos dirían pervertidos, del sexo y de la sexualidad, pero no había encontrado un camino en el que se sintiera cómoda al explorarlo. Él se había convertido en su guía. Provocándola cuidadosamente y atormentándola pero sin empujarla demasiado lejos, más allá de la frontera de seguridad de la que colgaba subconscientemente.

Ella mantenía que una relación valiosa y satisfactoria tenía más que ver con la coincidencia de las mentes que no con el 'follar' irracional, como animales en celo. De hecho, encontraba la idea de los encuentros de una noche totalmente aberrante. Para ella, el sexo era uno de los muchos caminos en que podía compartir su mente y sus pensamientos con su amante y tenía poco que ver con una competición para obtener ADN de primera calidad pulverizado en sus óvulos.

Cuando descubrió que el acto del acoplamiento era una parte minúscula de un cuadro mucho mayor que podía incluir la mente aún con la exclusión de ese propósito final, se despertó en ella un hambre que necesitaba descubrir más. A veces sentía que la intensidad de su interés incluso alarmaba a su nuevo mentor.

Hacía justo quince días que había aceptado su invitación para visitar el club. El Pony Club. Incluso su nombre era intrigante y apasionante. Inocente en la superficie pero ocultando potencialmente tantos niveles de oscuridad por debajo. '¿Ponies auténticos?' pensó, estremeciéndose ante lo que podían hacer. Su conocimiento de la anatomía de los equinos machos se limitaba a lo que había visto en las granjas. Sentía que se ampliaría mucho más que la imaginación de uno para apreciar que fuera posible.

Lo que vio allí, sin embargo, había inquietado sus horas de sueño y despertar con una mezcla confusa de duda e imperiosa curiosidad.

Por primera vez desde que había descubierto el concepto del juego del poder sexual, o sadomasoquismo, sentía que tenía algún atisbo del atractivo que presentaba a sus devotos discípulos.

Dirigió una media sonrisa a su amante.

'Lo siento pero todavía estoy un poco insegura' le dijo nerviosamente.

'Será magnífico querida' dijo mientras se movía hacia ella y la abrazaba estrechamente. 'Daremos un paso cada vez y sabes que podemos parar en cualquier punto que lo deseemos'

Ella deslizó sus brazos alrededor de su amplia cintura y se acomodó más apretadamente. Aunque era alta y de miembros largos, él aún sobresalía sobre ella. Su tamaño y fuerza la reconfortaron enormemente, en todo caso estaba impaciente por agradarle.

'Lo sé, lo sé, lo siento, realmente me estoy comportando como una tonta'

'No, en absoluto, estás siendo tú y no te tendría de ninguna otra manera' murmuró mientras acariciaba su cabello una y otra vez, calmándola como a una tímida mascota.

Restregó su carrillo contra su pecho y adaptó su mente a las manifestaciones similares de cariño y devoción que había visto en el Club.

Habían llegado allí sobre las diez de la noche del viernes, tras una cena simple pero deliciosa en su restaurante italiano favorito en Kensington. Después de una pasta fresca y una ensalada rúcola con parmesano bañada con un vino tinto básico pero bueno, sus hormonas habían empezado a hacer estragos con su decoro.

Un litro de vino entre los dos aseguraba que su decoro marchaba por buen camino para volver a casa para tomar el cacao y acostarse temprano cuando ella, en cambio, sentía que la noche acababa de empezar.

La combinación del alcohol y su reacción normal a las cosas que la ponían nerviosa resultó en un ataque de risa en el taxi mientras les conducía por una calle estrecha y mal iluminada, tras una de las estaciones de ferrocarril más grandes.

El conductor debía saber adonde iban y pilló un intercambio de miradas entre él y su amante que calmosamente deslizó su mano entre sus muslos y agarró toda la carne alrededor de su sexo en su gran mano.

'¡Compórtate!' ordenó.

Estaba tan sorprendida por lo directo del acto y por la exhibición pública de control que se irguió en el asiento con la boca abierta como un pez de colores paralizado.

'Mejor así' sonrió él. Aflojó su agarrón y, mientras retiraba la mano, presionó la unión de sus bragas y sus muslos hacia su vulva con la punta de sus dedos tirando de ellos hacia arriba para acariciar el bulto sensitivo de la cima.

Tragó saliva y asintió. Él sonrió mientras sacaba su mano para dejar el borde se su falda colocado en la parte superior de sus muslos.

Observó la vista de sus piernas expuestas en sus mallas de lycra negra, besó su carrillo, luego la tomó de la mano y la ayudó a salir.

Cuando el conductor devolvió el cambio le guiñó un ojo y dijo:

'Has conseguido una adorable, Guv, estoy seguro de que te hará sentirte orgulloso'

Ella frunció el ceño con indignación, se echó el bolso al hombro y deslizó hacia abajo su falda. Aunque intentó parecer huraña le resultaba difícil con la carne de su coño aporreado aún retumbando y un tapón de algodón rellenándola.

Su amante sonrió y, mirándola por encima, asintió,

'Ya lo hace pero, no tengo dudas de que continuará siendo así en el futuro, gracias'

El conductor les dijo adiós con un dedo levantado y le sonrió,

'Pásatelo bien, cariño'

Ella le dedicó su sonrisa dulce y elegante gracias-pero-tienes-las-posibilidades-de-una-bola-de-nieve-en-el-infierno. Los dos hombres sonrieron.

Los ignoró a ambos. Se dio cuenta de que la arquitectura del edificio era gótica victoriana mientras vagaba con indiferencia. Desgraciadamente, la impresión de la dignidad imperial marchita de la antigua estación resultó ligeramente arruinada por el hecho de que estaba de pie sobre un condón usado. Parecía uno de estos de color púrpura chillón pero ella no podía decirlo a la luz de las luces de sodio. El primer pensamiento que le vino al notar esa cosa horrible es que probablemente era de sabor a fresa. No estaba preparada para encontrarse esto.

'¡Oh mierda!' gritó levantando el pie sólo para comprobar que la cosa obscena colgaba tenazmente de la suela como una tripa de pez, antes de que la lanzara al pavimento.

El taxista se rió y se fue.

Ahora era el turno de que Peter tuviera un ataque de risa, se volvió y clavó los dedos en su ingle para infligirle un tratamiento similar al que había recibido.

Se echó atrás, riendo,

'Vale, ¡Touche!, Además' dijo inflando el pecho, '¡...necesitas fuerzas para eso¡' Agarró juguetón sus muñecas y la forzó a levantar sus brazos por detrás de  su espalda mientras la empujaba rudamente hacia él y la besaba con fuerza.

Tenía pocas defensas frente a un excampeón de fútbol americano, no tuvo que preocuparse de ello.

Se derritió. Al sentir su lengua profundamente dentro de su boca, la presión sobre sus pequeños pero muy sensibles pechos y los mordiscos retumbantes en su interior hasta que positivamente empezó a gotear por abajo.

Era delicioso.

'Mmmm' ronroneó y añadió con una sonrisa 'Llévame ante el Maestre de O'

Se rió y, cuando le pasó el brazo por los hombros, deslizó los suyos alrededor de su cintura.

La guió hacia abajo, por una calle corta adoquinada, hacia una pequeña puerta situada en una más grande hecha de planchas azules. Cerraba la parte frontal de uno de los arcos del viejo ferrocarril. Salía luz por debajo de la puerta y proyectaba sombras danzantes de piernas y pies en movimiento sobre las piedras brillantes y curvadas de la calle.

'Hacen un mercadillo fetichista aquí en domingos alternos. Así es como descubrí el Pony Club', dijo, mostrando orgullosamente su conocimiento.

'Deben ser muy hábiles para hacer equipos de goma y cuero tan pequeños (en inglés mercadillo es "mercado de pulgas")' bromeó.

Él volvió los ojos al cielo.

Su otra defensa contra los nervios era hacer chistes horribles. A juzgar por las mariposas en su estómago y su reacción, sintió que acabaría con una apreciación detallada del cielo desde dentro.

Reprimió una risilla y miró hacia arriba con seriedad.

'Lo siento'

'No, no lo hagas' sonrió y la abrazó, 'eres una provocadora y la más adorable que conozco'

Sintió un fulgor cálido en su interior y le besó en la mejilla mientras él alcanzaba y abría la puerta.