Cuento de Ponies Cap. 6 - Intermedio
Ahora se hace un análisis más minucioso
ADVERTENCIA
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El relato que se ofrece a continuación es un relato para ADULTOS. Incluye descripciones explícitas de actividades relacionadas con el sexo que pueden herir la sensibilidad de algunos lectores. Si no tienes la edad legal en tu país de residencia para tener acceso a este tipo de lecturas o si consideras que puedes sentirte ofendido con alguna descripción de este tipo, por favor no sigas leyendo.
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Original story copyright (c)2000 Pony Girl, UK - translated with kind
Traducido por GGG, octubre 2000
Un cuento de Ponies - Capítulo 6 - Intermedio. Examinando los ponies
Entonces Charles anunció,
'Damas y caballeros, gracias. A continuación habrá un descanso. Después de esto veremos los ponies de exhibición y el espectáculo final. Por favor siéntanse libres para inspeccionar a los ponies y charlar con sus propietarios. Pueden tocar o acariciar a los ponies pero les pido que sean suaves y no los alarmen porque pueden estar muy asustadizos en las multitudes.
'También les recuerdo lo de los puestos de fuera y las Pruebas de Berkshire' agitaba de nuevo el folleto.
'Continuaremos en 20 minutos, ¡puntualmente! Gracias.'
La audiencia aplaudió y las luces de las mesas se encendieron.
Alguna gente de una mesa al final de la sala salió al escenario. Lucinda supuso que eran los dueños de los ponies a juzgar por el interés de propietario que se tomaban en los costes, cuando se reunieron con ellos.
Un gran número de mirones se acercaron a la línea de ponies que estaban ahora todos atados entre los dos podios, obteniendo especial atención los dos ponies que estaban siendo castigados. Uno o dos de la multitud intentaron alargar la mano para tocarlos, entonces desaparecieron prácticamente de la vista de Lucinda.
Peter se levantó y estiró. Se volvió a Lucinda.
'¿Bien?'
'¿Bien qué?' replicó ella.
'Bien, ¿qué piensas? Desde luego.
Lucinda meditó un momento.
'Para ser sincera, no sé. Francamente es acojonantemente sobrecogedor pero también imponente. No entiendo por qué los ponies no dicen 'A tomar por el culo' y se largan cuando se abusa de ellos de esta forma.'
Peter sonrió con el aire protector parezco-enigmático que la enfurecía pero siguió en silencio.
'Me gustaría que me explicaras que está pasando aquí'.
'Eso es lo que Charles y James han estado haciendo, ¿qué parte no has pillado?'
Lucinda suspiró.
'Deja de hacerte el maldito tonto. Sabes perfectamente a que me refiero. A mí, esto era un montaje.'
Peter se sentó, se inclinó hacia ella y le cogió las manos en las suyas. La besó y la miró directamente a los ojos.
'Estuviste tan increíblemente sexy el fin de semana pasado. Me pusiste... mucho. Realmente mucho.'
Casi estaba sonrojado.
'¿De verdad? sonrió Lucinda, 'Bueno, creo que sabes lo que me hiciste'
'¡No he pensado en otra cosa en toda la semana!' replicó
Lucinda podía sentir como se estaba excitando sólo de hablar de ello.
'He pensado en ello, también. De hecho un poco esperaba que fuéramos directos a casa después de cenar y folláramos los días que nos quedan de vida hasta la mañana del lunes. No esperaba todo esto...'
Señaló con la mano alrededor.
Peter parecía desesperado.
'Oh. Y yo creía que habías dicho que te gustaba el comportamiento animal. Lo siento, te tomé demasiado al pie de la letra, pero el pensar en ti representando orgullosamente realmente me pone a cien. Resultarías un pony adorable.'
Lucinda le miró. La miraba fijamente como un niño pequeño esperando que Papá Noel entregue los regalos.
'¿Hablas en serio?' preguntó.
Asintió.
'¿De verdad me vestirías como estos? ¿Con bridas y relleno?'
Otro asentimiento.
'¿Sería entrenada? ¿Me harías representar en estas pruebas?'
Asentimiento.
'¿No te reirías de mí y pensarías que soy una completa inútil?'
'Nunca. De ninguna manera. En ningún caso.'
'¿Y qué hay de que otros vuelquen su lascivia sobre mis tetas y lo demás?'
'Tienes unas tetas preciosas, y lo demás. Me sentiría muy orgulloso de tener a otros admirándolas. Los pondría muy envidiosos.'
Lucinda se calló deliberadamente y le miró burlona. Se dio cuenta de que iba en serio. También era descaradamente evidente que sabía mucho más de ponies de lo que hubiera admitido previamente y deseaba compartir esto con ella.
Se planteó la posibilidad de llevar arneses y bridas y los otros aparejos eróticos, especialmente aquellas super botas. ¿Qué tenía que perder? Era una cuestión de vestimenta después de todo, no muy diferente de la ropa interior excitante y los camisones escasos que se ponía de vez en cuando para él y otros novios en el pasado - y para ella misma. Ahora, si este asunto aún tenía sólo la mitad del efecto que eso tenía...
Llevaría algo de tiempo acostumbrarse.
'Tendrías que ser paciente conmigo'
'Desde luego'
¿Qué sentía ella sobre sentir la lascivia sobre sus tetas, y lo demás? Maldita sea. Había pasado la mejor parte de una quincena el verano anterior desnuda y con las piernas abiertas, al sol en una playa griega y no le dio una sacudida. Al contrario, había tenido un ligero estremecimiento por la manera en que los hombres, y algunas mujeres, la miraban de arriba abajo al pasar. Sonrió cuando recordó el juego al que había jugado mirando entre sus pechos por debajo de las gafas de sol y apuntando hacia 'dianas' con su pubis como punto de mira. Deseando que la miraran cuando 'disparaba'.
'Es todo un poco precipitado,' dijo.
Otro asentimiento.
'Esto del látigo y el relleno es un poco fuerte'
'Lo comprendo, te quiero. Nunca haría nada para hacerte daño.'
¡Oh dios! Lo había dicho. La frase mágica. Lucinda sintió una docena de pequeñas explosiones palpitando en su interior. Era el MOMENTO DE DECIDIR, un PASO IMPORTANTE, una ELECCIÓN VITAL ante ella.
Tragó saliva. ¿Qué demonios?. Era hora de hacer un cambio y estaba muy encariñada con él pero no estaba segura de si le amaba tanto, después de sus fracasos previos no estaba segura de lo que significaba realmente. En todo caso, era grande en la cama.
Se lanzó...
'Cabronazo, maldito, querido Amo.'
Peter resplandeció y la abrazó estrechamente antes de plantarle un enorme beso en los labios.
'¡Eso es divino cariño! ¡Maravilloso! Como tu dirías ¡'Súper'!'
Lucinda le retiró un poco. La miró alarmado.
'Aunque con una condición'
'¿Sí?'
'¡Todavía tendremos que follar lo que nos queda de vida este fin de semana!'
'¡Vaya si lo haremos!'
'Entonces trato hecho, compañero'
Se escupió en la mano como había visto hacer a los tratantes de caballos irlandeses, él se rió y escupió en la suya antes de estrechárselas.
'Así, ¿qué estamos haciendo en un establo atestado cuando podría estar dando gusto a mi Amo?' preguntó.
'Querida, me estás dando muchísimo placer. No tienes ni idea de cuánto en los últimos dos minutos. Pero yo también quiero agradarte y el número final es lo que te he traído a ver. El resto son adornos.'
Lucinda sonrió y dijo,
'Estoy bromeando. Sinceramente encuentro esto interesante y muy excitante y me siento adulada de que me consideres válida para ser pony.'
'No tengo la menor duda en esto, ¡fundirás sus mentes como fundes la mía!'
'¡Intentaré fundir algo más que tu mente esta noche!' dijo ella mientras fruncía sus labios para él.
'¡Oh Dios!' gimió él.
Ella sonrió y le abrazó, luego puso voz aniñada,
'Porfa ¿podemos ir a ver a los bonitos ponies, ahora? Porfa papi. ¡Porfa!'
'Por supuesto que podemos' rió él, 'vente (juego de palabras: córrete) mi bonita potrilla.'
Oh me lo propongo por completo, pensó. Mucho.
Se levantaron y pasearon hasta la línea de ponies.
--*--
Si se dice que los perros se parecen a sus amos, lo opuesto podría decirse de los ponies y los suyos. Era difícil decir quiénes eran exactamente los propietarios y quiénes los espectadores.
Lucinda no podía resistir sentirse atraída por la cosa que acariciaba incesantemente entre las piernas del traje de gato. El odioso dedito y el traje de goma dentro de sus muslos estaban empapados con sus secreciones vaginales, Lucinda podía oler el gusto mohoso y fuerte mientras se aproximaba. Ahora veía que el traje de gato era de látex y el prieto corsé era de cuero con varillas. Desde cerca aún parecía más increíble que su cintura pudiera reducirse hasta ese extremo.
La chica tenía los ojos medio cerrados y parecía borracha mientras se balanceaba todavía intentando permanecer en el podio. Lucinda suponía que el rígido corsé podía haber sido de gran ayuda para mantenerse derecha.
Su propietario tenía que ser el tipo que parecía un motero - cola de caballo desordenada y mostacho colgante. Lucinda tenía sentimientos ambivalentes sobre cómo alguien puede dejar que la persona que ama se vea sujeta al tipo de humillación e incomodidad al que su pony estaba sometido. ¿Podía ser que no fueran amantes? En ese caso, ¿por qué querría ella hacer esto? ¡Cuestión estúpida, Lucinda! Sólo tenía que mirar a los ojos de la chica para ver el placer que estaba experimentando.
El motero sonrió a Lucinda.
'Hola' dijo, mirando a su pony. '¿Te gusta?'
Tenía un ligero acento, alemán u holandés supuso Lucinda.
'Es adorable, y vaya atuendo asombroso. No puedo creer lo estrecha que es su cintura.'
'46 cm' dijo orgullosamente, 'unas 18 pulgadas más o menos, intentamos conseguir 45 cm normalmente.'
El hombre extendió la mano desde atrás y la puso alrededor de su constreñida cintura y acarició sus caderas. Ella se estremeció un poco e inmediatamente arqueó la espalda tanto que se clavó en el consolador y su estimulador clitoriano.
'Está entrenada para ser mantenida como ahora y tomada por detrás. Sólo entonces tiene permiso para llegar al clímax' explicó casualmente como si estuviera demostrando como usar algún tipo de utensilio doméstico. A partir de sus suaves gemidos y del brillante palo entre sus piernas estaba claro que no era la única forma en que podía alcanzar el orgasmo.
Lucinda tragó saliva ante su candidez y cambió de tema.
'Esto, ¿cuánto tiempo lleva de pony?'
'Supongo que unos dos años o así, aunque hacemos sadomasoquismo desde que nos conocimos.'
Lucinda tenía que preguntar...
'Esto, espero que no piense que soy descortés, pero... son ustedes amantes?'
El hombre sonrió ampliamente,
'Llevamos seis años casados y tenemos dos hijos y, sí, somos amantes. Más amantes ahora que antes, creo yo'.
Dio un ligero apretón a la cintura de su mujer y ella sonrió y masculló algo incoherente.
Lucinda se sintió un poco más feliz con su conformidad a la propuesta de Peter y le sonrió.
El motero preguntó,
'¿Y tú? ¿Estás en la escena?'
Peter contestó por los dos.
'Sadomasoquismo no, pero hemos estado discutiendo sobre lo de los ponies.'
El hombre asintió y retiró la mano,
'Buena suerte a ambos con lo que decidáis' añadió, 'Si necesitáis hablar en cualquier momento con nosotros de cualquier cosa poneos en contacto a través de Charles... Wolfgang y Sabine. Espero poder veros alguna vez en Arnhem. Seríais muy bien recibidos.'
Ambos le dieron las gracias y se movieron siguiendo la línea de ponies.
Lucinda estaba ansiosa por echar un vistazo de cerca a El pero parecía que eso hacían la mayoría de las mujeres de la sala y algunos de los hombres y se amontonaban alrededor del alto garañón. Su propietaria era una mujer de aspecto normal en la mitad de la cuarentena más o menos.
Peter notó la mirada de Lucinda y susurró,
He oído que es una de las entrenadoras de ponies de labor con más experiencia de Europa, la gente le manda sus garañones desde todos los rincones del mundo.'
'¿Quieres decir que no es su dueña?'
'No. Es muy corriente tener a alguien distinto para entrenar tu pony, especialmente cuando hay una relación. A menudo es imposible para el dueño ser suficientemente objetivo para ver al pony sólo como un caballo.'
Peter señaló a Espíritu del Bosque,
'No tiene dueño de momento y está siendo entrenada en las cuadras de Charles. Charles la subastará probablemente en las Pruebas de Berkshire. Imagino que obtendrá un buen precio, ella aprende muy deprisa, y es muy bonita además. Preciosas tetas pequeñas, una buena característica en una chica pony.'
'¿Subastada?' preguntó Lucinda, ignorando su comentario sobre los pechos de la chica. Los de Lucinda eran aproximadamente del mismo tamaño y el cumplido no pasó desapercibido.
'Sí, cubre la inversión que Charles ha hecho en ella. Hay muchos ricos propietarios que no quieren el jaleo de buscar y domar un pony y están dispuestos a pagar por ese servicio.'
Lucinda se asombró de que cambiara de manos dinero real. Tenía perfecto sentido pero ponía un nivel de seriedad en el negocio que la asustaba.
Peter pareció notar su inquietud.
'Hay lo que se conoce como una relación 24/7. Esto es, 24 horas al día, 7 días a la semana. En otras palabras, compromiso total. Muchos subs - esto, sumisos - están desesperados por conseguir ese nivel de control.'
Lucinda había supuesto que no eran precisamente tripulantes de submarino, pero apreció la aclaración.
Miró a Espíritu del Bosque e intentó imaginar cómo alguien podía entregarse hasta tal extremo. ¿Qué hay de los amigos? ¿Y la familia? ¿Y el trabajo? La entristeció pensar que ser vendido a un desconocido fuera más importante.
'¿Eso quiere decir que soy una sub ahora?'
Peter se rió.
'No, a menos que quieras serlo. Un pony no es necesariamente un sumiso. Vale, obedecerá órdenes e incurrirá en el enojo si desobedece, pero una de las características importantes es el espíritu salvaje que posea y el grado de premeditación que implique. Y tú, querida...'
Le besó la mejilla
'¡...lo tienes a espuertas!'
Lucinda frunció el ceño.
'Piensa precisamente en los ponies auténticos y los caballos cuando consideres el papel de pony. ¿Terco como una mula? ¿Fogoso? ¿Caprichoso? ¿Impetuoso? ¿Muy nervioso? Y, por la otra parte: pulido, bello, corre como el viento, un ganador, de pura sangre.'
Lucinda captó este punto y avanzó en la idea añadiendo sus propios recuerdos de infancia a la lista: cagando, meándose en tus pies, mordiendo, dando coces, derribando y, desde luego, ¡pollas enormemente grandes!
De repente tuvo una terrible idea.
'¡Yo no como estúpidas nueces de pony!'
'¡No sé lo que son las nueces de pony! Espero que no sean lo que pienso.
Ella palideció,
'¡Dios, no! ¡Ugh! Sé que soy una charlatana ¡pero mi boca no es así de grande!'
Un hombre con pelo gris plata y una larga barba que parecía como si se hubiera escapado de un espectáculo del Salvaje Oeste estaba en pie con sus brazos alrededor de dos ponies rubias de exhibición. Ambas eran extremadamente guapas y, por la manera en que le daban con el hocico y se rozaban contra el hombre, debía ser, más que probablemente, su propietario.
Lucinda quería hablar más sobre los chicos/as ponies pero sintió un brazo sobre sus hombros y se volvió para ver a Charles sonriéndole.
'¿Bien?" dijo.
Déjà vu, pensó Lucinda. Le miró con renovado interés. Más que como el pelotillero un poco a la antigua usanza que le había parecido antes, ahora veía que su naturaleza paternal era interés auténtico y su arrogancia chovinista provenía de estar acostumbrado a dar órdenes y esperar que se cumplieran.
'¡Son adorables!' exclamó Lucinda, 'el asunto es aún un poco abrumador pero estoy empezando a entender. Me gustaría agradecerle el haber hecho mi primera visita tan agradable.'
Recalcó lo de 'primera'.
'Entonces, ¿tendremos el placer de su deliciosa compañía en otra ocasión?'
'Oh, sí, eso pienso' sonrió Lucinda.
Charles besó de nuevo su mano.
'Es la mejor noticia que he oído esta semana. Es para mí un honor haber contribuido a mi modesta manera.'
Chasqueó la lengua y Princesa de la Noche trotó hacia ellos. Se puso obedientemente al lado de Charles.
Ahora que Lucinda tenía una visión cercana se dio cuenta de que la mujer era posiblemente mayor de lo que había sospechado inicialmente. Arrugas de reír en el oscuro maquillaje de alrededor de sus ojos y su centelleo la hacían más atractiva, Lucinda aún envidió su ausencia de celulitis y la maravilló su forma física.
'¿Es usted su dueño?' preguntó Lucinda.
'Oh sí, Princesa y yo volvemos de un largo camino' la besó en la frente.
Lucinda miró a la mujer,
'Su, esto, quiero decir ella, resulta espléndida.'
Lucinda se sintió incómoda hablando de ella en tercera persona cuando estaba justo cerca de ella.
'Gracias' dijo Charles, 'Estoy seguro que aprecia sus comentarios.'
Lucinda se sintió un tanto apurada y añadió,
'¡Con una figura como esa podría comercializarlo como una dieta! La dieta Pony Plan,' se rió nerviosamente.
Charles no le vio la gracia y dijo,
'La belleza viene de una correcta actitud mental, no de un libro. Lleva años de cuidado y dedicación y no puede tomarse como un capricho.'
'Lo siento, estaba bromeando' musitó Lucinda, 'deformación de publicista supongo.' Pero le gratificó ver que Princesa le hacía un leve guiño y sonreía mientras ella levantaba las cejas y miraba a Charles.
Charles echó un vistazo a su reloj,
'Necesitamos poner las cosas en marcha de nuevo' dijo.
'¡Eh!' gritó Lucinda a Peter, 'necesito el baño antes. ¿Dónde está?'
'Al fondo a la izquierda' dijo Charles señalando una puerta cercana a la que habían usado los ponies antes.
Lucinda besó a Peter en la mejilla,
'¡No empecéis sin mí!' se rió mientras se iba.
'¡Tienes cinco minutos, ni uno más! oyó que le gritaba Charles mientras se abría paso entre la multitud.