Cuento de Ponies Cap. 5 - Los otros ponies

Sigue la presentación de actividades y exhibiciones

ADVERTENCIA

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El relato que se ofrece a continuación es un relato para ADULTOS. Incluye descripciones explícitas de actividades relacionadas con el sexo que pueden herir la sensibilidad de algunos lectores. Si no tienes la edad legal en tu país de residencia para tener acceso a este tipo de lecturas o si consideras que puedes sentirte ofendido con alguna descripción de este tipo, por favor no sigas leyendo.

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Original story copyright (c)2000 Pony Girl, UK - translated with kind

permission - original at http://www.ranch.demon.co.uk/

Traducido por GGG, octubre 2000

Un cuento de Ponies - Capítulo 5 - Los otros ponies y actuaciones


Charles volvió a la arena.

'Gracias James y a la adorable Princesa de la Noche'

Siguió otra ola de aplausos, luego continuó,

'Como expliqué, no hay tiempo para hacer justicia a un festival completo, de modo que vamos a mostrar esta noche alguno de los momentos culminantes. Un festival completo necesita más de un día e incluso un fin de semana, normalmente con algunas diversiones adicionales, esto, nocturnas. Tendremos de esto más tarde.'

Llamó,

'Por favor, ¡traigan a los ponies!'

Siete ponies más entraron al trote en el recinto, con Princesa cerrando la marcha. Todos llevaban variaciones de la combinación arnés/brida que se había explicado previamente, pero allí terminaba la similitud.

En un extremo había una pequeña morena con aspecto de duendecillo con pelo cortado a navaja y figura de muchacho.

La siguiente pareja parecían vedettes de circo. Las dos llevaban rizos rubios en cascada e iban envueltas en minúsculas minifaldas resplandecientes de rico terciopelo borgoña, adornadas con ribetes blancos. Sus largas colas rubias aparecían a través de una hendidura posterior. Sus arneses parecían como sostenes de cuero blanco sin copas y una especie de corbata atada en la parte superior. Incrustaciones color rubí estaban espaciadas a lo largo de las correas de cuero. Sus botas vaqueras y bridas eran de cuero blanco a juego, de nuevo con incrustaciones color rubí.

La chica de la izquierda era bastante rolliza y muy bien dotada. Los encajes de su sostén oprimían hacia fuera sus pechos grandes y pálidos y exageraban sus aureolas amplias y arreboladas.

Su compañera era considerablemente más esbelta y su sostén y falda ayudaban a definir alguna forma en su pecho casi plano y limitadas caderas. Ambas tenían los pezones perforados, sin embargo, y una cadena delicada y con cuentas, de nuevo con rubíes de vez en cuando, colgaba entre ellos. Cadenas a juego decoraban sus ombligos y bridas. El extremo de una larga cadena aparecía bajo sus faldas y colgaba entre sus piernas.

Sólo cuando Lucinda echó una segunda ojeada a las piernas musculosas de la segunda chica se dio cuenta que esta debía ser el 'cruce' que Charles había mencionado antes.

Estaban maquilladas de forma inmaculada y sus cuerpos cubiertos con pulverizador resplandeciente. Largos penachos blancos se elevaban de cada lado de sus bridas y, a diferencia de la mayoría de los ponies, sus brazos estaban libres y llevaban largos guantes de piel blanca con guanteletes incrustados de rubíes.

Ambas reían y se acariciaban con el hocico.

El 'garañón femenino' no estaba tan bien disfrazado. Parecía como si pudiera doblar barras de hierro con los dientes mientras capitaneaba un arrastrero ruso y aún encontrara tiempo de comerse un equipo completo de hockey femenino para desayunar.

Llevaba un body negro de licra de una pieza con un cinturón de levantador de pesos tachonado y bandas de cuero a juego en las muñecas, tobillos y cuello. La tensa licra comprimía severamente sus pechos y estaba de pie, pecho hinchado, con los puños descansando en las muñecas. La audiencia no pudo menos que notar los espesos manojos de pelo en sus axilas. Sus músculos estaban extremadamente bien desarrollados y sólo podían haberse adquirido mediante el uso de esteroides anabolizantes y otras hormonas, supuso Lucinda.

Aunque tenía unos seis pies de alta (1,80 m) y destacaba sobre los ponies de exhibición, el 'garañón' próximo a ella disminuía incluso su masa impresionante. Parecía como si se hubiese escapado de las páginas de alguna revista de culturismo. Tenía pelo oscuro, desordenado, pectorales como si hubieran sido esculpidos en piedra y totalmente cubierto de aceite de niño. Era la cabeza de Antonio Banderas en el cuerpo de Arnie Schwarzenegger. Lucinda quiso inmediatamente poner un orden para uno de estos, pero sospechaba que habría tenido que eliminar los espejos de su piso antes si fuera a obtener muchos servicios de él. La boca se le quedó seca con el pensamiento de montar un cuerpo como ese y agarrar esos músculos duros como rocas entre sus muslos... ¡justo uno de esos muslos parecía tener el mismo tamaño que su cintura!

Si fuera el caso, entonces ¿cómo sería de grande su... ? sopesó ella.

Llevaba una especie de zurrón que, desgraciadamente, escondía la parte por la que estaba más interesada ahora, pero aún tuvo la oportunidad de echar una mirada a sus tersas, ¡oh, tan tersas! nalgas cuando apretaron el rabo que casualmente se deslizaba entre sus piernas.

Otro pony macho estaba en pie junto a él exhibiendo sus avíos para que los viera todo el mundo, de hecho su pene y escroto parecían estar atados con una venda de cuero que iba desde el cinturón hasta la parte de atrás. Estaba rígidamente erecto y parecía estar ya en el séptimo cielo, a juzgar por la expresión de su cara y las gotitas que brillaban en su pene. Lucinda percibió una serie de piezas metálicas plateadas que perforaban sus genitales, pezones y cara. El resto de su cuerpo estaba cubierto con varios tatuajes.

Un malvado estribillo de 'Jingle Balls' se le pasó por la cabeza a la vista. 'Oh what fun it'd ride... The guy next to you! (Oh, que divertido sería montar... ¡Al tipo que está a tu lado!)' pensó.

El último pony nuevo era una mujer con una figura adorable realzada por un traje brillante de gato de cuero o goma. Estaba, inusualmente, abierto por las costuras externas y tenía en su lugar encajes que iban desde sus tobillos embotados hasta los muñones tipo mitón de sus manos. De modo que estos eran los guantes de Pony, pensó Lucinda.

El traje estaba encapuchado pero cortado en su cara, entre sus piernas y alrededor de sus pechos. El material los comprimía como el famoso sostén de Madonna. Un corsé de encaje muy apretado del mismo material suministraba elevación suplementaria. Lucinda encogió su propia cintura a la vista de esto y supuso que las medidas de la cintura debían estar bien por debajo de las veinte pulgadas (50 cm).

Una larga cuerda de pelo trenzado iba desde un penacho en la parte trasera hasta la capucha que incluso tenía pequeñas orejas salientes; estaba enganchada a su espalda y se unía con la cola. Pequeños manojos de sus crines sobresalían de su espalda y tenían diminutas cintas negras en sus extremos.

Todos los ponies llevaban una o más escarapelas en rojo, azul, amarillo y verde. La mayoría de éstas estaban pinchadas en sus bridas salvo Jingle Balls que las tenía pinchadas directamente en su pecho.

Charles estaba haciendo circular una lista de nombres singulares tipo caballo y los premios que habían ganado. En conjunto parecían como los resultados de una reunión previa supuso. Probablemente resultaban fascinantes para los que estaban en el ajo pero Lucinda los olvidó inmediatamente. Se quedó con que los ponies de la exhibición eran ganadores múltiples de varios festivales en los últimos pocos meses y estaban allí como un especie de recompensa.

Charles explicó que puntos eran valorados para el balance global, robustez, conducta, obediencia y otros puntos valorados como características 'especiales' que realzaban el concepto de pony humano. Madonna y Jingle habían hecho esto especialmente bien.

Para los ponies 'de carga', se podían ganar puntos ganando carreras, tirando de pesos, llevando carrozas y exhibiciones similares de fuerza.

Además, una cuadra, o conjunto de ponies, podía participar en pruebas de equipo y competir por marcas que premiaban el trabajo en equipo y la fuerza combinada. Como en los festivales equinos más convencionales, los entrenadores y propietarios también podían ganar premios.

El limitado espacio en la sala impedía exhibiciones de la mayoría de estas cosas pero Charles agitó un papel en el que se anunciaban las 'Pruebas de Berkshire' dentro de tres semanas. Señaló que estaban disponibles copias a la salida y existía un formulario de inscripción. Mientras miraba alrededor y registraba la favorable acogida de la audiencia, notó que Peter la miraba de una forma rara y completamente transparente. '¡En tu moto!' pensó.

Era el momento de algunas demostraciones.

Los ponies fueron conducidos al final de la sala salvo la chica duendecillo que llevaba sólo una escarapela.

'Espíritu del Bosque es uno de nuestros ponies más recientes y es muy prometedor.' explicó Charles.

'En unos instantes James la usará para mostrar cómo utilizar las riendas largas para entrenar el equilibrio y el ritmo pero antes debemos castigar a dos de los ponies que se han comportado mal anteriormente.

Esto pareció suscitar la aprobación universal de los espectadores que aplaudieron.

El medio barril fue rodado a un extremo de la sala y un podio similar se situó en el otro. Un segundo mozo, iban vestidos de forma similar y Lucinda no se había dado cuenta de que hubiera dos hasta ese momento, insertó un largo palo telescópico como el soporte de un micrófono, en un agujero situado en el centro de este barril. El otro mozo se acercó a Charles con una caja de madera poco profunda y abrió la tapa como si estuviera ofreciendo cigarros a Charles para que seleccionara algo de ella. Charles contempló y señaló algo dentro de la caja.

El mozo colocó abajo la caja y levantó un objeto grueso y nervudo en forma de consolador de la caja. Lucinda percibió una especie de dedo curvado que se proyectaba desde la base y un cable que conducía desde la base hasta una pequeña caja de control. El consolador fue fijado al extremo superior de la sujeción telescópica con el dedo apuntando erecto hacia el frente. Charles chasqueó los dedos al pony vestido de gato que agitó la cabeza y empezó a recular, ambos mozos la cogieron por los brazos y la llevaron al podio. Su intención era obvia y Lucinda se quedó a la vez espantada y fascinada del abuso que iba a recibir la chica.

Le pusieron los brazos detrás y le enlazaron a los antebrazos y codos una especie de largo tubo hasta que sus hombros resultaron empujados hacia atrás y sus pechos elevados. Aún resistió los intentos de forzarla a subir al podio hasta que uno de los mozos la agarró del pezón izquierdo con los dedos y tiró viciosamente de su pecho hacia arriba.

'¡Mierda!' pensó Lucinda mientras veía aparecer lágrimas en los ojos de la chica. Sin embargo colocó su pie en el podio. El mozo golpeó la otra rodilla y quedó a caballo sobre el palo con su falo sobresaliendo entre sus piernas.

Los mozos se agacharon y colocaron otra barra telescópica entre sus tobillos. La ajustaron de forma que separaba las piernas hasta el extremo en que fue forzada a girar los dedos hacia dentro para permanecer en equilibrio en el podio.

Satisfecho de que ahora estuviera estable, uno de los mozos desenroscó el collar del poste vertical y levantó la sección superior hasta que la cabeza del falo presionó dentro de su vulva. Con la otra mano extendió los labios y facilitó la penetración girando la cosa hacia delante y atrás. Lucinda podía oír su jadeó mientras entraba y estaba preocupada de que pudiera caerse mientras oscilaba en el borde. Afortunadamente el segundo mozo la estabilizó mientras su compañero continuaba llevando el falo hacia delante. Finalmente lo situó completamente y lo alineó de forma que el pequeño dedo presionaba directamente sobre su clítoris.

Aún no lo dieron por finalizado, sin embargo. El segundo mozo agarró esta vez los dos pezones y los levantó hasta que ella se puso totalmente de puntillas. El primer mozo empujó la parte de la vara nuevamente expuesta hacia dentro de ella y bloqueó el tubo. Cogió la caja de control y deslizó un interruptor. Muchos suspiros salieron de toda la sala cuando la audiencia vio la punta del dispositivo de forma de dedo rotar lentamente y acariciar su clítoris. Lucinda sabía que era sensitiva allí hasta el dolor después de alcanzar el clímax y lo sintió por la pobre chica, mientras se agitaba vanamente para escapar del persistente masaje en su parte baja.

Los mozos la dejaron con su tortura. Luego uno de ellos cogió algunas pesas y las colocó en el otro podio. El otro se acercó a Jingle Bells.

La suya fue una historia completamente diferente.

Saltó voluntariamente al podio y pareció poner mala cara cuando miró de reojo al palo de su compañera de sufrimiento y la ausencia de un dispositivo similar en su parte. Sin embargo le hicieron separar los tobillos, pero, en lugar de forzarle a ponerse de puntillas, le hicieron agacharse ligeramente. Luego engancharon las grandes pesas a los anillos en su pene y escroto. Las pesas descansaban en el suelo pero los mozos tensaron los cordones que las suspendían hasta que empezaron a elevarse. Lucinda se volvió a Peter que tenía una mirada de angustia en su cara. Se inclinó hacia Lucinda y susurró,

'Cuando sus piernas empiecen a entumecerse con el esfuerzo tendrá que levantar las pesas para aliviar el dolor.'

Lucinda miró a un lado y a otro sin saber que era peor.

Charles dio las gracias a los mozos y volvió a James que fue hacia Espíritu del Bosque y enganchó al extremo de una rienda enrollada a un anillo en la parte posterior de su cintura. Desenrolló la rienda mientras se encaminaba al centro de la sala, luego retuvo lo que quedaba del rollo en su mano izquierda mientras blandía un largo látigo con mango en su derecha.

Charles se hizo a un lado y James chasqueó la lengua.

Espíritu del Bosque empezó a brincar alrededor de un círculo dejando que la rienda siguiera su camino. De vez en cuando James hacía restallar el látigo ligeramente, detrás de ella y aumentaba la velocidad.

'Noten como los brincos fuerzan un ritmo similar a un medio galope de caballo' gritó James, 'Pero sus rodillas deberían subir más alto'

El látigo alcanzó a la chica en la parte de atrás de sus muslos mientras James le gritaba '¡Arriba!' y ella inmediatamente levantó más las rodillas y completó dos vueltas más. Un par de tirones de la rienda la frenaron hasta que marchó de una forma tan exageradamente forzada como la guardia real de algún oscuro estado europeo.

'¡Vuelta!' ordenó James con otro golpe de látigo y ella pivotó sobre los dedos del pie y empezó a brincar en la dirección opuesta. A pesar del extraño espectáculo, Lucinda podía apreciar el efecto terapéutico del ritmo constante y estaba sorprendida de lo elegante que parecía ahora. Se imaginó lo impresionante que debían resultar dos o cuatro ponies adornados de forma similar formando un equipo trotando como ésta.

James y Espíritu del Bosque realizaron trotes, medios galopes, galopes y otros tipos de marchas equinas que dejaron a Lucinda perdida en los detalles. No podía dejar de mirar a los dos ponies recibiendo sus castigos. En un punto la chica se estremeció y casi se cae cuando Lucinda presumía que no podía retener más tiempo su orgasmo. El sudor brotaba de ambos sufrientes, los pechos de la chica estaban llenos de rubor y húmedos y Jingle Bells parecía disfrutar del dolor de elevar las pesas.

Al final de los ejercicios de Espíritu del Bosque, casi para rozar el punto, apareció un mozo con un cubo de agua y una esponja y limpió la fina capa de transpiración de ella. La alababa y acariciaba constantemente mientras lo hacía, ella sonreía y le acariciaba con el hocico como Lucinda había notado que hacía Princesa antes.

Luego llegó el turno de los ponies de carga.

Trajeron una especie de trineo de unos dos metros y lo dejaron en el suelo en el otro extremo de la arena, James subió a Espíritu del Bosque al trineo y le dio unos golpecitos en la pierna justo por debajo de la rodilla. Se arrodilló sobre los talones.

A continuación aparecieron Capitán de Arrastrero y Antonio/Arnie. Ambos llevaban unos arneses mucho más robustos que antes con gruesas cadenas colgando del lomo. Lucinda notó que ambos llevaban botas de caminar.

Charles dijo,

'Con el espacio limitado que tenemos sólo podemos hacer una eliminatoria de arrastre estático pero servirá para darles una idea del tipo de pruebas que hacemos.'

El principio es muy simple. Cada pony se turna para arrastrar un peso fijo, en este caso uno de los pesos más bonitos que he visto nunca' sonrió a Espíritu del Bosque que se sonrojó y tampoco pudo evitar sonreír, 'sobre una distancia fija y se anota el tiempo. El ganador es el que obtiene el menor tiempo en tres intentos.'

'Se utiliza un sistema de hándicap basado en el estado previo. En este caso El Caballo Padre de Castellón (en español en el original) tiene una penalización de dos segundos y le toca el último'

Estaba señalando a Antonio/Arnie - así que ¿era español? Lucinda podía imaginárselo bailando flamenco o toreando pero no pudo descifrar su nombre y le puso 'El' para abreviar.

Un mozo, fusta en mano, se acercó tímidamente a Capitán de Arrastrero que le bufó y pateó. Cogió sus riendas y le arreó un duro golpe en las nalgas con la fusta. Esto la enrabietó más y tiró de las riendas hasta que tres golpes más la amansaron suficientemente para que el mozo la llevara hasta un punto frente al trineo. El otro mozo enganchó las cadenas de su arnés a dos cuerdas unidas al trineo.

El pony caracoleó y dio vueltas hasta que dos golpes más la redujeron a sisear a través del bocado mientras miraba enfadada a los mozos.

Peter murmuró a Lucinda.

'Está acumulando adrenalina, este tipo de cosas puede escaparse de control a veces, obtienen una especie de altura en ello.'

Lucinda, en primer lugar, se preguntaba como sabía todo esto y, en segundo lugar, la aturdía que pudiera hablar de la mujer grande como si fuera un caballo genuino. Se encogió de hombros y lo añadió a la lista de puntos de paranoia a aclarar más adelante.

James tenía un cronómetro colgado...

'¡¡Tira!!' ordenó.

El mozo suministró un golpe sonoro y la mujer dio un salto hacia delante para superar la inercia del trineo. Gruñía y pateaba son fuerza hacia delante paso a paso y, lentamente, el trineo cogió velocidad. La audiencia daba palmadas al compás de sus pateos y la animaba cuando la parte delantera del trineo cruzó una línea de tiza dibujada en el suelo.

'27 segundos' anunció James.

La mujer fue desenganchada y se quedó de pie jadeando mientras el trineo era devuelto y El enganchado a él. Estaba perfectamente calmado mientras hacían esto. El único signo de reacción era su respiración lenta y profunda.

Como mi yoga, pensó Lucinda mientras empezaba inconscientemente uno de los ciclos de respiración de pranayama.

'¡Tira!'

El tiempo de El fue de 25 segundos, incluyendo el hándicap.

Ambos hicieron otro turno recorriendo la sala en la dirección opuesta. Esto dio a Lucinda una oportunidad para reposar su barbilla en las manos y echar un vistazo a los músculos tensos de los glúteos de El. Peter levantó una ceja.

'Estoy atenta' sonrió, '¡Cómo tú con Espíritu del Bosque!'

Esta vez la mujer lo hizo en 24 segundos y El se mantuvo en 25. Ella se pavoneó con los ánimos de la multitud. Él siguió impasible.

Cuando comenzó el intento final de la mujer la audiencia empezó a cantar los segundos...

'...3...4...5...'

La multitud animaba y empujaba mientras iban 23, luego 24 y finalmente 26.

'Está cansada' notó Peter.

'¡No me extraña!' dijo Lucinda, 'Mírala'.

La mujer daba vueltas jadeando para recuperar el aliento y chorreando sudor.

Lucinda se hizo rápidamente la opinión de que o bien sudar era un prerrequisito para ser pony o había un gran mercado en desodorantes para ponies.

Ahora era el turno final de El. Lucinda, como la mayoría de las mujeres de la sala, quería que ganara él y, antes de que se diera cuenta, estaba de pie gritando los tiempos con la multitud, como una participante en una despedida de soltera aullando por la cinta del bailarín de striptease.

'¡...20...21...22!'

James confirmó. 22 segundos. 'El' había ganado.

Charles le palmeó en el hombro y él sonrió a la multitud. Dientes perfectos, naturalmente.

Se llevaron a los dos contendientes y Espíritu del Bosque a la parte de atrás de la sala.