Cuba libre

Vacaciones e intercambio en cuba, donde una pareja encuentra doble placer a la cubana.

VACACIONES EN CUBA

Fue en el Verano del 2.000, cuando mi mujer y yo decidimos hacer unas vacaciones sin nuestro hijo, después de 15 años de casados, decidimos viajar solos, y pensamos que este viaje sea especial, y que sea un lugar donde habíamos anhelado por años y elegimos Cuba, para pasar allí una vacaciones inolvidables!

Elegimos pasar unos días en la Habana y luego en Varadero, ya que nos habían hablado muy bien de las playas y la calidez de su gente.

Al segundo día en la Isla, salimos a Cenar a un restaurante típico, no muy lujoso, pero muy bien atendido, donde comimos y bebimos hasta mas no poder. Luego nos fuimos a la discoteca, que se encuentra en el último piso del hotel, y allí seguimos bebiendo, bailando, contagiados del Calor de la Isla, aprovechando la poca luz del lugar, nos tocábamos cuando podíamos, y estábamos muy excitados y algo borrachos. Por lo que decidimos acercarnos a la barra, a beber la última copa antes de ir a la habitación a terminar con esta calentura. En el momento que me giro para pedir una copa, se me acerca una bella joven cubana y haciéndome una sonrisa, me ofrece que subamos a mi habitación donde por 30 dólares, me hace lo que le pida. La verdad es que me quedé mudo e inmediatamente me giré hacia mi mujer, pero ella también estaba siendo abordada por un joven de unos veintitantos años, con rasgos latinos cubanos, que le hablaba muy de cerca. En eso le respondo a la chica que estoy con mi mujer y que si decidía lo contrario seguramente la elegiría a ella, por que era realmente muy linda.

La joven cubana, se sonríe y me dice que si mi mujer desea que también podemos hacer un trío, o si lo prefiere que su amigo es un profesional en el sexo.

Cuando se fue la chica, y me sirvieron dos wisky, le pregunte a Patricia, que le había dicho el cubano, y con sonrisa pícara me dijo que le había ofrecido el mejor sexo, y que por 30 dólares, podía hacer lo que quisiera. Luego de que nos reíamos de forma cómplice, le dije que no era mala idea hacer lo que siempre hablábamos y nos daba mucho morbo, y hacer una fiesta privada, de sexo en grupo. Ella mientras miraba atentamente a la pareja cubana bailando apretados, me dice que no podría, que le daba vergüenza, pero que le gustaría ver al Cubano, follarse a la chica, que debía ser para ver, un encuentro de esos dos cuerpos esculturales, teniendo sexo caliente, y de pensarlo se le ponían los ojitos brillantes.

Le dije que si les ofrecíamos los 60 dólares, les podíamos pedir que suban a nuestra habitación y nos hagan un Show privado, así podíamos rebosar de morbo y luego nos echábamos el polvo mas salvaje del mundo, y sonriendo con mucha picardía y sin sacarse el vaso de la boca, se encogió de hombros como dándome su aceptación. Así que le dije que subiera a la habitación, pida un par de botellas de Champagne, y que hablaría con ellos para coordinar el tema.

Y así fue, hable con Carlos, así se llamaba el fornido cubanito y María, la joven mestiza, y subimos los tres a la habitación, donde Patricia nos esperaba con cuatro copas de champagne, y saludando a la pareja como si los conociera de toda la vida, los invita a sentarse.

Comenzamos a hablar los cuatro. Patricia y Yo, sentados en un pequeño sofá, y nuestros invitados en la cama, hablabamos de sus vidas, y de nuestro País, mientras bebiamos el champagne.

De pronto, María, la cubanita comienza a acariciar por arriba del pantalón al chico, y le soba el pene con delicadeza, este se empezó a poner duro, notándose su miembro por la fina tela de esos pantalones estilo bambude. En esa situación la chica lo empuja al joven en la cama, de forma que al estar él acostado con las piernas colgando de la cama, se le notaba una impresionante polla erecta, la que María con mucha dulzura, le desprende el hilo del pantalón y saca ese enorme pollón de unos 20 Cm., grueso con muchas venas llenas, marcándose como si fuera a estallar, aprovechando ella, se lo mete a la boca, succionándolo suavemente con la punta de sus labios.

En ese momento miro a Patricia, veo su cara llena de lujuria, no podía creer lo que veía, pero le notaba en la cara que se devoraría esa pija sin pensarlo. Vuelvo a mirar a la cama y María le pasaba la lengua al chico por los huevos suavemente, metiéndose la cabeza de la pija en la boca, y vuelve a bajar con la lengua hasta los huevos del chico, casi llegando a su ano. Ese fue el momento que sentí un escalofrío por la espalda, ya que un par de veces me lo hizo una mujer, y creo que no hay sensación semejante que una mujer te pase su lengua por el agujerito.

Cuando vuelvo en sí, tratando de no perder detalle del momento, siento que patricia me acaricia la pija, que para ese momento ya me la había sacado y la tenía muy parada, miro a Patricia, y con una mano me masturbaba y con la otra se tocaba el coñito rasurado, y ya no tenia ropa, no se en que momento se había sacado todo.

A todo esto María la hermosa cubana, se sube arriba de Carlos, mostrándonos lentamente su coñito rosado, y se sentaba suavemente sobre esa enorme polla, que se metía lentamente, centímetro a centímetro hasta que se perdió toda dentro de la chica, quedando solo los huevos fuera. En ese momento a dúo dimos un suspiro de gozo con María quién casi de rodillas al pié de la cama miraba como el chico penetraba a María, mientras que de ese coñito rosado salía una mezcla de jugos y lubricantes naturales que se podía oler el sexo en el ambiente.

Patricia me mira acercando su mano al sexo de la chica, animándose a tocar la verga del muchacho sin dejar de tocarse con la otra mano, en ese instante ya no me importaba que mi mujer gozará como una perra y solo quería unirme al grupo, así que se me ocurrió apagar la luz, para no ver y poder gozar de lo que saliera en esa cama.

A oscuras me acerco a la cama, tocando a ciegas unos rizos inconfundibles de María, quién automáticamente se gira y comienza a comerme la polla de una forma increíble, succionaba mi verga como si fuera un polo helado, eso casi me hace acabar, pero cuando trato de llevar mi mano a su sexo, toco con mi mano el rabo del chico, todavía introducido allí, y siento la lengua de patricia como lamía ese trozo, junto con la rica almeja de María.

Esto ya se desmadraba de forma impresionante, a estas alturas María me había tumbado en la cama y de espaldas a mi me follaba moviendo su culo, como si estuviera bailando salsa, mientras que por la penumbra podía ver la silueta de Patricia en cuatro, y como el chico la estaba penetrando a medias ya que ella daba pequeños gritos de dolor y placer.

Me ponía muy caliente escuchar como patricia gozaba, por que aun que me estaba siendo infiel, era solo por placer, y placer en conjunto, donde los dos estábamos gozando a más no poder. Era placer en estado puro.

Patricia ya gritaba de placer, aparentemente el chico había metido toda su tranca en su rico coño, y por el ruido, sus bolas golpeaban el rico culo de mi mujer, por que resonaba como si le estuviera dando cachetes en las nalgas. Con el último grito de Patricia cuando estaba llegando al orgasmo, me corrí simultáneamente con ella, pero dentro de la Cubanita, quién se encargo de limpiarme la verga con su lengua.

Creo que nunca alcancé el estado de flacidez, de mi pene, nunca llegó a ponerse flácido, si no que con las chupadas de María, se me puso tieso nuevamente.

Entre las sombras veo a Patricia, tendida en la cama, sentada encima del chico, con una mano le acariciaba la pija y con la otra le tocaba el coñito a María.

Pensé que Patricia, ante este momento iba aprovechar y se pegaría un lote con la chica, ya que aun que no me lo ha dicho, presiento que siempre le excitaba una relación lésbica, y mas con esta chica, que es preciosa.

María estaba tan caliente como nosotros, y se pone en cuatro ofreciéndole el chochito a Patricia quién ya estaba arriba del chico, otra vez clavada por esa gruesa polla, y comiéndole el culo, y el coñito a María.

Por lo que dejé de masturbarme y decidí encender la pequeña lámpara de mesa y observar ese cuadro porno, en vivo. Vi a Patricia que entre subidas y bajadas, le metía la lengua a María en su cochito, y en cada vaivén, salía de adentro de ella, un tronco húmedo, y se volvía a perder dentro de ella, no se como podía entrar esa pija dentro de mi mujer.

Mi chica se gira y me pide que le de por el culo, por lo que con mi mano, saco jugos de su concha, casi tocando la polla de Carlos, y le meto un dedo en el culo, que entraba como nunca, además al parecer todavía tenía leche merengada, que le caía por el culo, del polvo anterior.

Por lo que comencé a apretar la cabeza de mi polla su culo, llegando a perder la puntería con los gritos de placer de Patricia, que decía obscenidades a todos los que estábamos allí. Cuando entra mi capullo en su culito, siento como se quiebra en un escalofrío que comienza justo en su ano y termina en su nuca. Al mismo momento que se relaja del tembleo, le meto de a poco la polla, llegando hasta un tope, donde ya no entraba más, ya que por el culo, sentía como entraba la tranca del cubano, casi acariciándome la mía por las profundidades de mi mujer, y confieso que eso me excitaba, así que continué empujando y sintiendo como mi pija cedía cada vez más hasta entrar al tope, solo quedaban mis bolas fuera, húmedas de sus jugos.

En una de las embestidas, suaves que nos pedía Patricia, siento los espasmos del chico corriéndose dentro de Patricia, y ella como esperando el momento de llegar juntos al orgasmo, me pide que se la deje adentro, no termina de decir eso, que me estalla la polla, a la vez que ella consigue el orgasmo mas intenso que había visto nunca, al momento sentí mi verga escupiendo leche hasta llenar su culo.

Terminamos los cuatros extenuados, tendidos en la cama, y luego de besarnos con Patricia, sin decir palabra nos metimos a la ducha, a relajarnos y sacarnos esa suciedad, cómplice que sentíamos. Cuando estábamos los dos bajo el agua, entra Carlos y María agradeciendo el dinero que le habíamos dejado sobre la mesa, que era bastante más que lo que habíamos pactado, y como último favor, educadamente nos piden si nos pueden asear ellos, por lo que dijimos que sí.

Fué el momento de Patricia, que casi sin mirar para arriba, se pone de espaldas al muchacho quién se quita los bóxer, y se mete dentro de la ducha frotándole y enjabonando la espalda, como si estuviera pintando un cuadro con las manos, patricia con los ojos cerrados, se estremecía, y continuaba con sus manos agarradas entre si, a la altura de sus pechos, que poco a poco fue entregándose a esas manos expertas, que hacían las delicias de mi mujer. A esa altura yo estaba empalmado y quería mi turno de ducha con María, así que después de que El chico le enjabona a Patricia, esta lo pone de espaldas, y le jabona a él, acariciando su fibroso cuerpo, pasando la esponja por su duro culo, y masajeando su pene, hasta ponerlo duro nuevamente. Pero ella se avergüenza y retira las manos, mirándome a la cara, se sonríe.

El chico comprende y decide dejar el turno a María, por lo que se retira a la habitación, quedándose Patricia envuelta en una toalla, y mirando como María me pasaba la esponja por todo el cuerpo, comenzando por mi espalda, mi pecho, baja hasta mi miembro que con la suavidad del jabón, me excitaba más todavía. Patricia, un poco celosa, recomienda a María que ya está bien, y le pide que salga que ella seguirá con el aseo de su marido.

Así es que María, muy educadamente, nos saluda, y se retira a la habitación cerrando la puerta del baño, dejándonos en la intimidad, donde Patricia después de acariciarme, y sobarme la verga, me hace sentar en la misma ducha, poniendose en cucharita sobre mi miembro, echándonos esa noche un polvo increíble, de más de una hora de pasión sin límites.

Luego de este encuentro, nos volvimos a encontrar en la playa con Carlos y María y decidimos…… … lo que sigue será mi próximo relato.