Cuatro vértices, dos triángulos
Relato 14 del Libro 2
CONSUMANDO SOCIEDADES
Ya habían pasado mas de tres meses, desde que formalizáramos la Sociedad con Horacio y Estela, mejor dicho, desde que aceptáramos su incorporación a nuetra Empresa.- Interín, los planes de cosntrucción y urbanización del predio que iba a destinarse al emprendimiento, estaban en pleno desarrollo; las "Reuniones de Trabajo", eran habituales y en ellas, no se me pasó por alto un detalle: La participación activa de Estela, quien según dichos de su esposo, era de poco interesarse en los negocios, por eso me era muy llamativo, el interés que éste "negocio" le despertaba.-
Como "zorra vieja" que soy, observaba que Estela, secundaba y apoyaba abiertamente las opiniones y decisiones de Jorge, aún incluso en algunas oportunidades, contrariando las opiniones o decisiones de su propio esposo.- Era evidente que Jorge, se la "había ganado" a mi futura consuegra y como buena "chusma", esperé la oportunidad propicia, para confirmarlo de propia boca del "beneficiado" con los "favores sexuales" de la susodicha, quien luego de algunos titubeos vergonzosos, lo confesó.- Mas luego, Jorge, terminó explayándose sobre los pormenores de sus "reuniones íntimas", confirmando lo que yo suponía respecto a la experiencia y fogosidad de su "nueva amante"; no obstante yo, no confesé mi entrega a su "tercero en discordia", aunque si le dejé "picando" a Jorge, el asedio del que era objeto por parte de Horacio, ante el que, a la larga, podría llegar a rendirme ("cuentas claras, conservan la amistad"; dicen).-
Por mi parte, luego de aquél "primer encuentro", consumado en Etc.,Etc. (el telo de la calle Monroe, del bajo Belgrano), no hubo mas "actividades extramatrimoniales" entre Horacio y yo, pero...-
Pero sí..., en alguna oportunidad de mis "habituales ansiedades", solía calmarlas en solitario, recordando la fabulosa lengua del hombre y el magistral uso que él sabía hacer de ella.-
Y ahora que estaba en conocimiento que me habían "puesto las guampas", me sentía en libertad de acción, para volver a disfrutar de esa lengua sabia y diestra.-
Cuando obtuvimos la conformidad de la Inspección General de Justicia, respecto a la ampliación del Capital Social y a la integración de los nuevos socios, era de rigor, invitar a nuestros nuevos asociados a conocer sus nuevas acreencias, fue así que organizamos una "expedición" a las posesiones adquiridas y días antes que comenzara la primavera del 2008, partimos Horacio, Estela, los padres de Jorge, Martín, Susy, su hermana Claudia, Ernesto, Jorge y yo, rumbo a nuestras tierras en el Oeste Arenoso de Buenos Aires; allí se nos acoplaron mamá con mi papá postizo (el ingeniero peruano que era su pareja), mi tía con mi padrino y Romualdo con Gladys, todos visitamos luego, los campos que la Sociedad tiene en La Pampa, en Córdoba y en San Luis, terminando este periplo, en La Escondida y dejando para un futuro viaje los campos de Salta, Chaco, Corrientes y Entre Ríos.-
Dieciseis viajeros que en patota, dsitribuídos en cuatro camionetas 4x4, recorrimos las rutas del país, embebiéndonos de los hermosos paisajes argentinos y aprehendiendo en nuestros espíritus los usos y costumbres de nuestros compatriotas del Interior, porque no dejamos de detener nuestra marcha en ningún lugar que por su belleza, por su pintoresquismo o por su gente, nos llamara la atención.-
Así, si durante el día, viajábámos, conocíamos y disfrutábamos, durante las noches, confraternizábamos, disfrutábamos y alguna que otra vez..., gozábamos.-
Una de esas noches, en La Pampa, donde no podíamos dejar de visitar la Estancia Villaverde; fundada en el Siglo XIX (principios de los años 1800), adquirida luego por el Presidente Farrell, quien se las vende a sus actuales propietarios, la Familia Fernández Lorences; un Centro de Atracción Turística de la Provincia; porque contiene en sus tierras el que fuera el Fortín Huitrú, de la época de la Guerra contra el Indio (para mas referencias entrar a www.estanciavillaverde.com.ar)
NdeR: "A 10 kilómetros de Santa Rosa, la capital provincial, encontramos la estancia Villaverde, primer punto del circuito."
"El estilo señorial del casco principal, reconstruido en 1970 y emplazado en un campo de 830 hectáreas, la arboleda y un clima apacible, le dan forma a la verde serenidad de este refugio de tierra adentro."
"Un mobiliario traído de distintos puertos europeos ambienta la recatada capilla que Don Segundo Fernández Feito, el dueño de la Villaverde, muestra antes que nada, sabiendo que esconde un as en la manga: "Ahora vamos para el fortín", dice, y nos invita a subir al landeau, un antiguo carruaje tirado por un caballo."
"El viaje al trotecito nos acerca al Fortín Huitrú, (que significa caldén en la lengua de los mapuches, los aborígenes predominantes de la zona a fines de 1800.)"
"El lugar, un crucial puesto de vigilancia, permitía a los soldados advertir el avance de los malones durante la Campaña del Desierto."
"El mangrullo, una torre construida con madera de caldén, desde abajo parece un gigante. Al lado se agrupan algunos pequeños ranchos de adobe y paja.- (Fortín Huitrú fue reconstruido en 1992 y declarado de interés provincial.)"
"A la noche, después del asado de ley, las confortables habitaciones con baño privado —hay una suite ejecutiva— son un refugio."
"Por la mañana, tras un suculento desayuno, volvemos a la ruta.-" (Fragmento de la nota de Hector TORRES, en Viajes- El Camino de las Estancias- La Pampa, 16/05/04- Claríwww.estanciavillaverde.com.
Les decía que esa noche en la Estancia Villaverde, luego de la cena, salimos todos, o casi todos, a caminar por los senderos de la estancia, bajo el manto de estrellas que en las noches pampeanas los iluminan, rumbo al Fortín, donde se presentaba un espectáculo de cantos y danzas fortineros y al que nosotros, amantes de nuestra tierra, nos acoplamos.- Tras esa tan grata velada, disfrutando de nuetra música y costumbres folklóricas, uno a uno fuimos volviendo hacia el casco de la Estancia..., mamá y tía, con sus respectivos maridos en un grupo integrado también por los padres de Jorge, fueron los que primero se retiraron de la escena..., los siguieron los chicos (Martín, Ernesto, Susy y Claudia); luego, los seguimos los mas renuentes a abandonar la fiesta: Horacio, Estela, Romualdo, Gladys, Jorge y yo, quienes arrancamos en un grupo homogéneo, pero que en el camino fue desperdigándose, a medida que nuestros distintos ritmos de marcha hizo que los mas perezosos nos fueramos retrasando.-
Jorge, acompañando a Estela, caminaron por un sendero que los alejaba del grupo y yo acompañada por Horacio, fuí retrasándome a propósito, hasta que entendí que la semi oscuridad de la noche estrellada, me escondía de la visión de mis otros acompañantes.-
Cuando percibí que ya las sombras nocturnas nos escondían de la vista de los demás, tomé a Horacio por una de sus manos y me desvié con él, del sendero acercándonos a un caldén que estaba a su vera, cuya una de sus ramas se arqueaba hacia el piso, ofreciéndome en ella, un asiento escondido entre el follaje y la oscuridad..., me acerco a esa rama y me apoyo en ella semisentándome, con Horacio parado a dos o tres pasos de mí..., sin soltarle la mano, lo tironeo para obligarlo a acercarse a mí y cuando lo hace, rodeo su cuello con mis brazos y lo beso suavemente en la boca..., Horacio se alarma, excusándose en la proximidad de su esposa y en la posibilidad que ella nos vea.-
YO: "No te preocupes, está entretenida con Jorge..., ¿no te diste cuenta que los perdimos de vista?.-"
EL: "Si, pero es posible que esten esperándonos en algún lugar del camino.-"
YO: "No..., se fueron por otro sendero... y si llegan al casco después que nosotros, espero que no hagas una escena de celos, porque ellos también tienen derecho a disfrutar la noche.-"
EL: "¿que querés decir?.-"
YO: "Nada, no importa...; besame...-" le pedí mientras abrazada a su cuello lo obligaba a acercar su boca a la mía.-
Horacio responde a mi requerimiento y cerrando sus ojos, acerca sus labios a los mios y me dá el beso solicitado..., tras él, se apasiona y abrazándome, lo repite..., una vez..., dos veces..., tres..., mi lengua horada sus labios y busca ahora a la suya..., él no se resiste y hace que su lengua se enriede en un juego perverso con la mía..., Horacio se excita, lo sé, porque sentada sobre la rama del caldén, siento que su miembro apoyado en mis rodillas, se enerva..., separo mis piernas y dejo que el cuerpo del hombre se acerque a mí..., nuestros sexos, aunque vestidos, se rozan..., Horacio se enardece mas y mueve sus caderas haciéndome sentir su pene vestido, frotando mi sexo..., me excito..., le pido: "Besámela..., me gusta como lo hacés...-"
Él deja de presionar..., se retira un poco..., me mira a los ojos..., yo cierro los míos y mordiéndome los labios vuelvo a pedirle: "Besámela...-"
Se arrodilla frente a mi, entre mis piernas abiertas..., yo alzo mi pollera y mientras expongo mi sexo desnudo, se lo ofrezco llevándolo hacia adelante, sentada sobre la rama del caldén, para acercarlo a su boca...., Horacio baja su vista hacia mi sexo, se acerca a él y con la punta de su lengua, roza mi clítoris..., me electrizo..., mi cuerpo se tensiona, al punto de casi caerme del tronco..., me aferro a sus cabellos con mis manos y lo obligo a clavar su boca contra los labios de mi vagina..., siento su nariz clavada entre ellos..., la siento recorrerlos en un sentido ascendente, hasta que se llega con ella hasta mi clítoris..., no se detiene, sigue su camino hasta posarse en mi Monte de Venus y cuando está allí, su lengua perfora mis labios vaginales y se interna en mi concha..., exclamo mi placer con un fuerte quejido..., él me pide silencio con un chistido y cuando me callo, su lengua recorre las paredes interiores de mi sexo, obligándome a exclamar otra vez el placer que siento; vuelve a pedirme silencio y al callarme nuevamente, la punta de su lengua busca mi clitoris enardecido y lo pertuba..., me electrizo nuevamente..., me tensiono..., tironeo sus cabellos y cuando su lengua hurga otra vez en mi clítoris..., acabo...; Horacio sorbe todos mis jugos..., recorre con su lengua mis labios vaginales..., busca mas néctar en el interior de mi concha..., me vuelve a exacervar..., me tensiono nuevamente y ahora enardecida por su lengua, me deslizo de mi asiento y caigo de rodillas a su lado..., lo obligo a pararse mientras que mis manos desabrochan su bragueta y sueltan su pantalón arrastrándolo hacia sus piernas y buscan entre los pliegues de su calzoncillo descubrir al objeto de deseo..., cuando lo tengo expuesto frente a mí, lo beso en su capullo..., Horacio gime..., rodeo su glande con mis labios y comienzo a absorber..., Horacio enrieda sus dedos en mi cabello y aprieta mi cabeza contra su pija..., yo solo lo absorbo..., no hago ningun otro movimiento...solo absorbo..., Horacio gime..., se aferra mas con sus manos a mi cabeza..., yo sigo absorbiéndole el pene..., su gemido es ahora mas parecido a un lamento..., se derrama..., contengo su eyaculación en mi boca..., la saboreo..., la ingiero..., con mi lengua recorro su glande y su tronco, buscando mas y recién cuando su pene esta completamente limpio, me incorporo y lo beso en los labios..., Horacio está absorto..., alelado..., satisfecho talvés...; cuando reacciona, me toma por la cintura y apretándome contra él me besa apasionadamente en los labios una y otra vez...-
Mientras se viste, me mira a los ojos sin decirme nada..., luego rodea con su brazo mi cintura y así caminamos hacia el sendero y por él, hacia el casco de la estancia..., una vez allí esperamos... Jorge y Estela aún no habían llegado.-
CONVENIO DE PARTES
"¿Que pasó?, ¿porqué se demoraron tanto?".- Horacio increpaba, casi de mal modo a Estela... y por extensión a Jorge, que era quien la acompañaba.-
Ella: "Nos perdimos..., tomamos un camino equivocado y aparecimos de nuevo en el Fortín".-
El: "Si, pero hace casi media hora que estamos esperándolos...-"
Yo: "¡Epa, Horacio!.- Pare la mano..., ¿que está pensando?, su esposa estaba con mi marido, ¿o es que acaso...?".- No me dejó terminar.-
El: "No..., disculpen, no estoy pensando en nada malo, solo que me pone nervioso no tenerla cerca...-"
Jorge: "Esta bien..., vamos al bar a tomar algo, así se le pasa el susto a la señora..., porque cuando se dió cuenta que estábamos desorientados, casi se pone a llorar.-"
Rumbeando hacia el bar de la Estancia, dejé que los hombres se adelantaran, reteniendo a Estela a mi lado y cuando se alejaron lo suficiente le susurré: "Sacudite el pantalón, lo tenés lleno de tierra y pastitos secos..., tu marido se va a dar cuenta que estuviste apretando con Jorge".-
Estela: "Nooo..., ¿como pensás eso...?, ¡jamás...!.-"
Yo: "Estela, está todo bien..., no te hagas problemas, no soy celosa..., pero no quieras negármelo..., sé con quien convivo y como se las gasta, pero por mi parte no hay problemas..., ¿Y?, ¿es bueno?.-"
Estela(sonriéndose): "Si..., es muy bueno..., te felicito, tenés un buen macho.-"
Yo: "¿Viste?, por eso no lo largo... y además, por mucho que ronde por ahí, siempre vuelve a casa.-"
Estela: "Es igual a Horacio..., no se pierde a ninguna que le baje la mirada...-"
Yo: "¿Si?, entonces lo voy a mirar siempre a los ojos..., no sea cosa que por ahí se le ocurra apretarme.-"
Estela: "No puedo creer que no lo haya intentado, porque cada vez que te tiene cerca, te mirá como dispuesto a darte el zarpazo.- Como buen tano, es muy calentón...; ¿en serio me decís que no intentó nada con vos?.-"
Yo: "En serio...-"
Estela: "Bueno, no te alarmes si por ahí empieza a perseguirte..., me cuesta creer que aún no haya intentado nada; es un calentón y ante una mujer como vos, dificilmente pueda contenerse.-"
Yo: "Hummm..., si lo intenta y si por ahí tengo un momento de debilidad, espero que lo sepas comprender.-"
Estela: "Y sí, ¿que otro remedio me queda?..., si vos no me hacés escenas, aunque me duela, no podré hacertelas yo...- Lo único que te pido, es que en todo caso, no me lo hagas muy evidente, no quiero enterarme porque no sé si lo toleraría.-"
Yo: "Quedate tranquila..., si tranzo con él, serás la última en enterarte y no por mi boca...-"
Ambas: "Ja,ja,ja,ja,..."
Ella: "¿Amigas?".-
Yo: "Amigas...- A propósito, ¿le dejaste algo de energías a Jorge?, porque esta noche tendrá que cumplir conmigo...-"
Estela: "Si..., tu marido tiene cuerda para rato...-"
Otra vez nos reímos y tomadas del brazo ingresamos al bar, donde ya nos esperaban nuestras respectivas parejas.-
Nos acercamos a la mesa que ocupaban..., yo me desprendí del brazo de Estela, me acerqué a Jorge y lo besé en los labios mientras me sentaba en sus rodillas y así sentada y abrazada a su cuello, permanecí hasta que terminamos de tomar el refresco que nuestros hombres ya habían solicitado al mozo, antes que nosotras llegaramos...; Horacio y Estela, ocupaban sendas sillas, uno al lado de la otra en cada lateral de la mesa, pero eso no era obstáculo, para que Estela, apoyara su cabeza sobre el brazo de Horacio y contemplaran ambos, como Jorge y yo nos besábamos.-
Estela hizo el comentario: "Parece que esta pareja va a tener una noche ajetreada hoy...-" Y dirigiéndose a su marido: "¿Y vos?, te vas a portar bien conmigo?, porque me entusiasman estos chicos."
Enseguida, nos fuimos los cuatro a nuestras respectivas habitaciones; una vez solos en la nuestra, luego de cerrar la puerta, me abracé al cuello de Jorge y mientras lo besaba le preguntaba: "¿Me vas a atender hoy?, ¿o te dejaron sin energías?.-"
Jorge me responde: "Para vos siempre tengo fuerzas.-" y abrazándome por la cintura, sin dejar de besarnos, me obliga a retroceder hasta llegar al borde de la cama..., allí caigo de espaldas sobre el lecho mientras Jorge se arrodilla entre mis piernas y se dispone a besarme el sexo, luego de levantarme la pollera del vestido sobre mi pecho, entonces le digo: "Esperá, dejame ir a lavarme.-"
EL: "No, quiero besártela, aunque esté sucia con el semen de otro hombre...-"
YO: "No, no me cojió, solo me la chupó..., pero es muy bueno, aunque me gusta mas que lo hagas vos..., ¡dale!, haceme gozar..., haceme acabar en tu boca...-" Y elevando mis piernas, me predispuse a gozar de la lengua de mi amado, así como antes había gozado la lengua de Horacio.-
Y mi amado, no se hizo repetir el pedido, pero antes me volteó de costado sobre la cama y descorrió el cierre trasero de mi vestido solero, quitándomelo luego desde los hombros, por arriba de mi cabeza..., cuando me vió desnuda, dijo: "¡Que hermosa sos...!, ¡que lindo cuerpo tenés...!, me gusta besarlo integro..., dejame hacerlo...-" Decía mientras se elevaba sobre mi reptando en la cama...-
Buscó mi boca con la suya, y me dió un beso prolongado..., me abracé a su cuello mientras nos besábamos, Jorge aún abrazado por mí, con uno de sus dedos, recorrió mi piel, desde mi axila izquierda, hasta llegar a mis caderas, para luego continuar hasta mis nalgas, rozándolas con la palma de su mano...- Estaba extendido a mi lado, por eso, apretándome desde mi cola contra él, me hizo sentir su pene excitado contra mi vientre..., de mi boca escapó un gemido, que le indicaba a él que, sentirlo caliente, me enardecía...., estábamos ambos de costado, uno frente al otro, yo abrazada a su cuello y él abrazado a mi cintura, pero presionándome contra él desde mi cola...- Yo ya no quería esperar... y aunque quería sus besos, mas quería sentirlo penetrado en mí...; por eso, comencé a elevar mi pierna izquierda, separándola de su compañera, pero manteniendo mis pies juntos..., traté de elevarme sobre la horizontal de la cama y Jorge secundándome, se deslizó hacia abajo, hasta que logramos con nuestros movimientos, que su pene se liberara de la opresión a mi vientre y se alojara entre mis piernas..., una vez allí, lo busqué con mi mano e intenté, casi con desesperación, alojarlo en mi vagina..., no pude mas que ponerlo entre mi labios vaginales, por lo que Jorge, semiincorporándose sobre mí, me obliga a depositarme de espaldas en la cama, para entonces sí, ya estando él sobre mí, penetrarme suavemente..., despaciosamente..., completamente.-
Yo lo sentí introducirse..., me colmó de placer..., lo expresaba, acompañando su penetración con un gemido acallado, que fué haciéndose mas audible, a medida que su sexo invadía al mío..., cuando percibí que ya su pene estaba completamente alojado en mi vulva, exclamé mi satisfacción con un grito..., elevé mis piernas... y rodeándolo con ellas por la cintura, apreté su cuerpo contra el mío, obligándolo a penetrarme mas profundo..., cuando me siento completamente penetrada, doy un grito de satisfacción..., le suelto el cuello para aferrarme con las manos a las sábanas.... y mientras grito..., elevo mis caderas hacia arriba y así gritando mi placer..., acabo.-
Luego que volví a depositar todo mi cuerpo sobre la horizontal del lecho, Jorge balancea su cuerpo sobre el mío, recorriendo así toda mi concha con su pija..., me gusta..., me enardece nuevamente..., me lleva a buscar mi segundo orgasmo... y cuando siento que sus líquidos preseminales, se mezclan con mis jugos, comienzo a secundar sus movimientos, rotando mis caderas, elevadas de la cama sobre mis hombros y los talones de mis pies y así incitándolo a menearse con mas urgencia, al compás de la urgencia con que yo rotaba mis caderas, comienzo a recibir en mi sexo, el semen que se derrama del sexo de mi amado y me arrastra a mí a entregarle mi segundo orgasmo que aunque intenso, no dejó de ser, a su vez, muy delicado...-
Abrazados nos dormimos, hasta que por el teléfono de la habitación, nos avisaron que ya estaban todos esperándonos en el bar, para desayunar y partir...-
Nos duchamos juntos, acariciándonos y enjabonándonos, el uno al otro..., nos vestimos besándonos y bajamos por las escaleras abrazados..., desayunamos compartiendo la mesa con los demás y luego, mientras los hombres buscaban y acomodaban en las camionetas los bolsos y las valijas, las mujeres nos instalábamos en nuestros respectivos vehículos; una vez allí sola con Estela, ella, medio en broma, medio en serio, me dice: "¿Y?, te atendieron?; porque lo que es a mí, me dejaron a mitad de camino.- ¿Si te lo pregunto nuevamente, vas a volver a negarme que anoche en el parque no tuviste nada con mi marido?.-"
YO: "Si las pruebas científicas son irrefutables, los silencios o las confesiones de las partes, son irrelevantes...-"
ELLA: "Las pruebas son irrefutables..., porque por mucho que lo provoqué y que él intentó, no logramos 'despertarlo al indio'.-"
YO: "Si es así..., con las disculpas..., pero te aseguro que fue algo livianito..., no pasamos a mayores, por eso llegué tan caliente al bar.- Tomo nota para otra ocasión, no quiero ser tu frustración futura.- ¿Amigas?.-"
ELLA: "Si, tonta..., amigas.-"
Iniciamos otra etapa del viaje..., ya en la ruta, cada tanto Elena y yo nos mirábamos y en mas de una oportunidad, estallábamos en risas..., Jorge y Horacio no entendían nada...-
¡NUNCA MAS TENIS...!
Desde La Pampa, nos fuimos a Villa María en Córdoba y de ahí a San Luis, llegamos a la ciudad, por la mañana y nos alojamos en el Hotel Dos Venados, como era nuestra costumbre; después de almorzar, mientras la mayoría prefirió dormir la siesta, Estela me pidió que la acompañara a la cancha de tenis, porque siendo una eximia jugadora, pretendía dar unos paletazos, contra cualquiera que se le opusiera, yo no era rival apta, pero no obstante acepté el convite y hacia allí nos dirigimos ambas, disfrazadas de "jugadoras de tenis".-
Entramos al set y nos recibió un hombre cuarentón de buena estampa, rubio, ojos claros, bigote espeso, sonrisa afable y físico atlético, todo él luciendo un buen bronceado solar, enfundado en un uniforme de tenista, (chomba, short, zapatillas y medias "blancas, blancas", con algún que otro vivo azul, rojo o verde, cortando la monotonía de su blancura); el tipo era un lindo ejemplar de macho y si bien a mí me llenó el ojo, a Estela le hizo caer las medias al verlo (como buena tana, es guerrera, casi mas que yo) y no hizo esperar su respuesta, cuando el tipo nos preguntó si queríamos practicar con él, algunas figuras del deporte del que se ufanaba ser profesor y entrenador, respondiéndole que: "Justamente para eso vinimos, nos comentaron de usted en el hotel y acá estamos, para que nos ayude a practicar un poco.-"
El tipo esbozo una sonrisa cautivadora y enseguida fue en busca de unas paletas para ofrecérnoslas, interín, mientras él volvía Estela me susurra: "¡Que bueno que esta!, a este me lo volteo..., ¿te animas conmigo?.-"
No tuve tiempo de contestar, porque el "profesor", ya volvía junto a nosotras, esbozando su sonrisa mas cautivante...-
Yo, en conocimiento de las aviesas intenciones de mi amiga y con el fin de enojarla, le gané de mano y me adelanté a ella aproximándome al "profesor", dejándola a mi retaguardia, mientras tomaba una de las raquetas que nos había traído..., pero Estela era "zorra vieja", por lo que para ganar la partida, luego de hacerse de su raqueta y de esbozar unas fintas con ella, raqueteando el aire, ostentosamente con una de sus manos "acomodó" por debajo de su remera el sostén que tenía puesto, tras lo cual, mostrándose como incómoda con la prenda, pidiéndonos disculpas, nos dió la espalda, se desabrochó el corpiño, sacó los breteles de sus hombros, siempre por debajo de la remera y mientras se volteaba de frente a donde nosotros estábamos observándola, se lo quitó por debajo de la remera, lo dobló y mientras le mostraba al profesor, el "paquetito" que había hecho con el soutien, le preguntaba: "¿Donde puedo dejarlo para no olvidármelo?.-"
Marcelo (el "profe"), le dice mientras extendía su mano: "Permitame...-"
Estela se lo dió y el "profe" se lo guardó en un bolsillo de su short de tenis...; yo no estaba en tren de conquista, pero no obstante, reconocía interiormente (sin decirlo), que Estela con esa actuación, me había sacado varios cuerpos de ventaja, máxime cuando me percaté que el "profe", no podía dominar su mirada, ya que sus ojos, se iban casi sin solución de continuidad hacia la "pechuga" de Estela, la que debajo de su remera blanca se insinuaba voluminosa y a poco, viendo ella que el "profe" no quitaba su vista de esa zona, empezó a hacerse notoria la erección de sus pezones que se marcaban ya rigidos, debajo de la tela, por la tirantez de su chomba.-
Empezamos la práctica, Estela y yo de un lado de la red y Marcelo en el otro...; el primer saque lo hace Marcelo, por lógica hacia Estela, porque no podía dejar de mirarla (en verdad Estela es una hermosa mujer, alta, esbelta, muy curvilínea, con unas caderas poderosas y unos senos opulentos, parada sobre un par de piernas muy bien formadas con su musculatura bien acentuada, dueña de un rostro hermoso, portador de una expresión entre enigmática y provocadora, con piel suave -tal vez por los afeites con que la cuida- y bronceada, coronada toda su estampa, por una media melena rubia platino -gracias a la tintura- con una onda de cabello que cae sobre su ojo derecho y que resaltan sus labios siempre rojos -por el rouge-), ella responde al saque con excesiva violencia, por lo que la pelotita, pasando por sobre la cabeza del "profe", va a rebotar contra los cerramientos de madera que delimitan la cancha; al segundo saque lo respondo yo, pero incrustando la pelotita contra la red; al tercero lo rebota Estela, enviándola directamente hacia el contrincante, quien esforzándose, la devuelve cruzándola hacia mi sector..., cuando la ví venir, reaccioné tardíamente y como entendía que aunque corriera no iba a alcanzarla, le arrojé la paleta con intención de pegarle a la pelotita, pero aún así fallé el intento.-
A esta altura, al "profe" ya se le notaba el sudor mojando su chomba blanca, calculo que mas por ver como los senos sueltos de Estela (y los míos, porque yo no uso corpiño), se bamboleaban libres de ataduras bajo nuestras respectivas remeras, que por el empeño puesto en el juego; talvés por eso fue que pidió detener el juego y con la excusa de enseñarnos a manejar la raqueta (a Estela no le era necesario pero...), se cruzó hacia nuestro lado de la red, me dió a mí varias pelotitas y la indicación que las tirara al aire de a una, cada vez que me lo pidiera y se colocó detrás de Estela tomando la raqueta de ella por sobre las manos con que ella ya la tenía asida y comenzó a pedirme que tirara pelotitas al aire..., una tras otra, a su pedido, las fui arrojando hacia ellos, medio como de emboquillada y caundo las pelotitas se acercaban a ellos cayendo, el "profe", guiaba las manos de Estela y la raqueta que ellas tomaban, para pegarle a las pelotitas que yo les arrojaba.-
A la tercera o cuarta pelotita, observé que Estela, volteaba su cabeza, cada vez que el "profe" la obligaba a estirarse para raquetear y ahí me dí cuenta que el "profe", le apoyaba su "instrumento" en cada estirada de ella, pero Estela no decía nada, al contrario, parecía que le gustaba el "jueguito" porque en un momento, percibí que mientras esperaban la pelotita, ella apretó mas su cola contra el "aparato" del "profe" y pensé: "(¿Como harán para consumar y sacarse la calentura, si nosotras estamos de paso por aquí?)".-
Desmiento a quienes aseguran que el Diablo no existe, yo digo que sí existe y que además le gusta meter su cola..., porque durante la práctica, no nos habíamos percatado que el sol con que la iniciamos, fue tapándose por grises nubarrones que presagiaban lluvia, la que no se hizo esperar y cayó sobre nosotros, sin darnos tiempo a refugiarnos efectivamente, por lo que corrimos a través de las canchas, hacia el edificio del club y de allí, completamente empapados los tres, nos fuimos hacia los vestuarios..., ingresamos a uno, guiadas por Marcelo, que resultó ser el que él utilizaba habitualmente y al que tras trasponer nosotras la puerta, cedido el paso por él gentilmente, cerró con llave.-
Ambos tres estabamos completamente empapados, nuestras respectivas chombas, mojadas en demasía, se adherían a nuestros cuerpos; la de Marcelo, dejaba traslucir un torax muy bien conformado bajo la pelambre espesa de su pecho, las nuestras, inconvenientemente adheridas a nuestros cuerpos, dejaban traslucir nuestros senos y nuestros pezones coronándolos..., los de Estela se veían excitados y los míos comenzaron a enardecerse, tras percatarme que éramos observadas, alternativamente, por el hombre que estaba encerrado con nosotras en el vestuario; tras unos segundos de mutua contemplación, Marcelo se aproximó a Estela y sacando del bolsillo de su short el corpiño de ella, se lo devuelve, pero estaba mojado, por lo que ella, lo toma y lo deja sobre un banco, mientras que empieza con sus manos a retorcer su remera para escurrirla, con lo que nos permitió obesrvar la perfección de su vientre y creo que por descuido, parte de la base de sus senos..., enseguida, fue notoria para nosotras, la excitación de Marcelo, ya que su short comenzó a "abultarse" indecorosamente a la altura de su entrepierna...- Estela, cesó en el escurrimiento de su remera y dirigió su mirada descaradamente al "bulto" masculino, tras lo cual, tomándose los senos por sobre su remera, comenzó a amasijárselos como tratando de escurrir el agua de su ropa..., la excitación de Marcelo, fue mas notoria, tras lo cual, él se quita su propia remera y con su apolíneo torso desnudo, se dirigió hacia la zona de las duchas, apropiándose en el trayecto de una toalla ; este era un recinto que carecía de puertas, por lo que desde el vestuario podía observarse "comodamente", a quienes desnudos se duchaban... y el que desnudo comenzó a ducharse, fue Marcelo..., yo me exalté un poco por ver su espalda y su cola perfectas bajo el agua de la regadera, pero Estela se enardeció y a los pocos minutos, ingresó desnuda al recinto para casi apretujándose contra el hombre, dejarse mojar ella también por el agua que caía desde la regadera.-
Marcelo primero la abraza, pero enseguida, después de recibir en sus labios un beso de ella, comienza a enjabonarle el cuerpo..., la espalda de Estela primero, sus brazos luego, su vientre mas tarde, sus senos después, enseguida sus glúteos y por último su pelvis y su sexo, recibieron la caricia jabonosa de las manos del hombre, recorriéndole el cuerpo con el jabón entre ellas..., a esa altura, Estela no dejaba de besar al hombre en sus labios y luego de aceptar la caricia jabonosa de Marcelo en su sexo, mientras seguía besándolo, se apropió de su pene con una de sus manos y apretándolo contra su vientre, cerró sus ojos y comenzó a gemir, demostrando así la excitación a la que, las caricias que recibía y lo que ella a su vez acariciaba, la arrastraban.-
Yo, para darles intimidad, me retiré de la vista y sentada en una de las bancas del vestuario, escuchaba los gemidos de ella y los murmullos de él, instantes mas tarde, escuché un grito desgarrante, pero apagado de Estela..., era evidente que ahora estaba penetrada por el hombre... y fue evidente que el hombre la cogía, porque a cada embestida, ella respondía con un gritito cortito y agudo..., minutos mas tarde un "AAAHHhhhh" de ella, me informó que había tenido el orgasmo que buscaba..., enseguida entendí que Marcelo eyaculaba, porque Estela profirió un "AAAHHHHhhhh" mas prolongado, tras el cual, la escuché pedirle: "No..., no me la saques..., dejámela,... hechame otro..., por favor..., cojeme..., seguí..., cojeme mas..., todavía no me llenaste..., dame mas...-" Y enseguida: "Ayyy..., si..., así..., cojeme asíii..., mas..., mas..., ¡dame mas!.-"
Desde el vestuario, yo escuchaba como los pies de Marcelo chapaleaban en el agua y escuchaba los grititos de Estela, tras cada embestida del hombre, tras los cuales, después de varios minutos de percibir esos ruidos, escuché otra vez, el gemido de Estela y el chapaleo mas intenso de Marcelo..., para estallar en un grito a dúo: "AAAArrrhhhh..."; después silencio de voces, solo se escuchaba caer el agua de la regadera bañando los cuerpos..., luego mas silencio tras cerrarse las canillas de la ducha y enseguida, mojados, desnudos, abrazados y besándose, ambos volvieron al vestuario.-
Yo no había visto las escenas en la ducha..., pero había escuchado desde el vestuario..., estaba excitada..., mi cuerpo, que ya había escurrido el agua de la lluvia, perspiraba ahora por mi calentura..., me puse de pie al verlos volver..., estaba desnuda... y así me expuse a la vista del hombre...; Marcelo que se cubría con una toalla que tomó al salir de la ducha, se desprende de Estela, quien refunfuñando y bajo protesta lo deja alejarse de ella y acercarse a mí, mientras se deposita sobre la banca del vestuario, para recomponerse del cansancio que sentía..., en tanto, Marcelo, ya a mi lado, me abraza por la cintura y mientras deja caer la toalla con la que se cubría el sexo, me aprieta contra él y me hace sentir su pene apretándolo contra mi vientre, mientras que me besa en los labios..., yo le dejaba hacer..., cerré mis ojos, y devolví su primer beso..., mientras él sigue besándome, me obliga a retroceder hasta que me deposita sobre la banca y me obliga a sentarme en ella..., luego, me empuja hacia atrás obligándome a recostarme sobre el banco, mientras él se arrodilla entre mis piernas a las que, sin que me lo pida, yo comienzo a levantarlas y a seperarlas..., siento la lengua del hombre horadar los labios de mi vagina..., gimo..., la lengua me perfora y recorre mi interior..., yo sollozo..., me caliento mas..., la boca del hombre se retira..., ahora se acerca a ella el falo..., lo presiento excesivamente erecto..., lo siento apoyarse a las puertas de mi concha..., me va a penetrar..., lo sé..., y lo quiero..., lo deseo..., se lo pido: "Ponémelo...", sigo con mis ojos cerrados..., mis manos buscan al hombre..., alcanzan su pecho velludo..., mis dedos se enriedan en su vello..., el glande del hombre, como un ápice romo, presiona mis labios vaginales..., lo siento poco a poco perforarme..., con mis ojos cerrados, mis labios apretados y mis manos sobre su pecho, lo siento ahora presionarme mas..., siento mis labios vaginales que elásticamente van abriéndole paso al intruso..., ahora me duele un poco..., las puertas de mi vagina siguen abriéndose mas, cediendo al paso del glande..., éste no termina nunca de alojarse..., todavía no me traspasa, pero presiento que mis labios vaginales ya alcanzaron su límite elástico..., siento ahora un dolor un poco mas intenso..., siento al hombre que sigue presionando mi sexo con su pija..., me duele..., comienzo a expresarlo con un quejido ahogado..., él penetra un poco mas..., ahora el dolor es mas intenso, trato de repelerlo con mis manos empujándolo hacia atrás desde su pecho..., Marcelo me aferra por la muñecas y retira de él mis manos..., me toma de las caderas y de un envión me traspasa y su glande se aloja integro en mi vagina..., grito muy fuerte..., su introducción me dolió mucho..., me siento desvanecer..., el dolor es muy intenso..., el glande sigue perforandome y llega ahora hasta mi útero..., exclamo un gemido agónico y continuado..., Mercelo, comienza con su vaivén a entrar y salir, bombeándome sin escuchar mis súplicas..., sin importarle el dolor que me provoca..., su glande golpea contra el aro interior de mi vagina..., yo sigo sufriendo por el dolor que me provoca, y mientras lo sufro pienso que si me la saca, me desgarrará...entonces me entrego..., me relajo..., lo dejo hacer... lo siento ir y venir dentro mio..., acompaño sus movimientos con un grito tras cada introducción y con otro cada vez que la cabeza de su pija choca contra las puertas de mi concha desde adentro..., creo que me desvanezco..., pero sigo entregada dejandolo hacer..., comienzo a sentir sus líquidos, preseminales y empiezo a sentir que a pesar del sufrimiento, mi orgasmo se aproxima a pasos agigantados... sigo exclamando mi dolor con una "AAYYyy...", tras cada embestida de su bestial pija..., trato de incorporarme para alcanzar con una de mis manos el pene que me destruye la concha y al llegar a él y aferrarlo, percibo que es inmensamente grueso, que colma todo y que se frota integramente contra los labios de mi vagina..., el dolor no cede, pero ya estoy acostumbrada a padecerlo, vuelvo a percibir sus líquidos preseminales..., bajo mis piernas y rodeo con ellas su cintura..., aprieto su caderas contra mi vientre..., Marcelo se derrama dentro mío..., lo siento llenarme y me dejó arrastrar en el orgasmo al que corono con un "AAAAHHHHhhhh...." que arranca alto y va declinando a medida que declina la eyaculación del hombre.-
Marcelo trata de desprenderse de mi, no puede, me tiene abotonada con su glande, debemos esperar un largo rato, hasta que su pija decanta en su calentura y afloja su regidez..., recién cuando está completamente laxa, puede sacarmela y el sentirla recorrer el interior de mi concha hasta que me abandona por completo, me provoca un nuevo orgasmo, por eso, una vez desprendido de mí, sello sus labios con un beso apasionado.-
Tras un rato de descanso, Estela y yo, volvemos hacia el lobby del hotel...,. ambas estamos doloridas y caminamos con dificultad, ambas nos habiamos dejado cojer por un tipo que tenía, una pija que parecía uno de esos cuños de hierro que usan los plomeros para agrandar la boca de los caños que van a empalmar y ambas teníamos la sensación que nuestros sexos estaban ahora mas agrandados que antes de dirigirnos a la cancha de tenis.-
"¡Turra!..., no me avisaste nada..., me dejaste entregarme solita al sacrificio.-" le dije a Estela, ella me miró, trató de contener su risa, pero ambas estallamos en una carcajada: "Sos una guacha hija de puta..., ¡ya me voy a vengar!..." y abrazadas, caminando con dificultad y a las risas, llegamos al lobby del hotel un poco menos doloridas...-
A LA LUZ DE LA LUNA
Al día siguiente, salimos temprano desde San Luis, rumbo a La Escondida, habíamos desayunado en el hotel antes de partir, pero igualmente, al llegar a la Hostería al pie de los cerros que enmarcan nuestro campo, tomamos un refrigerio y al rato nos dispusimos a seguir viaje; antes desde acá debíamos continuar a caballo o a lomo de mula, pero ahora, gracias al camino que hicimos construir hace ya unos años, podíamos llegar a nuestro campo en los vehículos en los que nos desplazamos durante todo el periplo.-
Al llegar a la cumbre de la cadena serrana que rodeaba a La Escondida, nos detuvimos y tras apearnos, dejamos que los nuevos visitantes se maravillaran contemplando el entorno..., Horacio y sus hijas, no salían de su asombro y poco a poco, sus facciones, fueron tornándose en expresiones de felicidad, estaban los tres maravillados por el paisaje que veían; a Estela, se la veía emocionada, sus ojos se humedecieron y viniendo hacia Jorge y yo, se abrazó a ambos y nos dió un beso agradecida: "Esto es maravilloso, parece el Paraíso, es mucho mas hermoso que lo que nos decían..., quiero conocer la cascada, ¿donde esta?.-"
Le señalamos hacia las cumbres que se veían enfrente, al otro lado del valle donde estaba el casco de la estancia y le dijimos: "Allá, detrás de esa ventana que se abre entre los cerros, desde acá no podés verla...-"
Enseguida, volvimos a subirnos a los vehículos y comenzamos el descenso zigzagueando por las laderas del cerro, siguiendo el camino que nos llevaba hasta el casco del campo; una vez allí, Estela, Horacio y sus hijas, recorrieron el entorno embelesados, pronto llegaron a los pastizales sobre los que pastaba la hacienda y como chiquilines liberados, jugaron revolcándose en ellos.-
Cuando los caballos estuvieron ensillados, los llamamos para que montaran, como bichos de ciudad que eran, les era dificultoso cabalgar y dominar las riendas, por eso decidimos acercarnos a la ventana serrana en los vehículos y desde allí ascender a pie, hasta alcanzar el lugar por donde observarían primero y llegarían después a "Tres Cascadas", sabíamos que si ver "La Escondida" desde lo alto del cerro les había gustado, ver "Tres Cascadas" desde la ventana serrana por donde se accedía, los iba a emocionar como nunca otro paisaje, los emocionara en su vida.-
Y así fue..., Horacio, Estela, Claudia y Susy, no podían creer lo que veían, Martín y Ernesto, aunque ya conocían el lugar, se sentían también arrobados por la vista y fueron ellos los que instaron a las chicas a descender corriendo hacia la vera del lago al pie de las cascadas..., Estela obligó a Horacio a correr para seguirlos y tras ellos, pero caminando y abrazados, llegamos Jorge y yo.-
Horacio nos dijo: "Chicos, esto es hermoso..., podríamos construir las cabañas entre las sierras, asimiladas al paisaje, porque es una lástima romper el encanto de este lugar..., allá, al pie del cerro construiremos las instalaciones comunitarias y solo hasta allí se accederá con los vehículos, después el trayecto hasta las cabañas deberá hacerse a pie y éstas no estarán juntas, sino que entre ellas habrá espacio como para que sus ocupantes no se sientan molestos por sus vecinos, pero a la vez, tampoco solos, porque los tendrán al alcance de sus manos, pero a unos pocos pasos.- Este lugar es maravilloso, y es un honor para mí, ser el que lo pondrá a disposición de los visitantes del mundo entero; y gracias a Uds., por habernos invitado a participar en este empredimiento.-"
Felices y radiantes, volvimos todos hacia el casco de la estancia, Romualdo, con los dependientes del campo, ya estaban preparando las media reses que asarían a la estaca, sobre las brasas crepitantes y Gladys, junto a mamá y mi tía, ordenaban las mesas alrededor de las cuales nos distribuiríamos los visitantes y los lugareños, porque es nuestra costumbre participar y compartir con nuestros empleados, los acontecimientos importantes; y era muy importante que nuestros nuevos socios, conocieran sus acreencias y a todos sus nuevos empleados.-
Después del asado y la choriceada, no podían faltar el quesillo de cabra y el dulce de leche casero, aportado por las familias de nuestros dependientes y tras ellos el mate amargo o dulce según la rueda donde lo cebaban, mientras empezaban a sonar los acordes de guitarras y bandoneones repercutidos por el golpear del bombo, invitando a las parejas a bailar zambas o chacareras.-
Y no faltaron tampoco, los versos muy inspirados de los cantores payeros (payadores), dedicados a los visitantes..., Estela, Claudia y Susy, fueron quienes mas coplas inspiraron y para no quedar celosas, a mamy, tía, suegra y yo, algunas nos dedicaron.-
Siendo ya la madrugada, la luna se iba escondiendo tras los cerros de la cascada..., Jorge nos toma las manos, a "doña" Estela y a mí, y señalándonos el cielo, nos dice: "Vayamos tras esa luna; no la dejemos dormir; que se refleje en el lago; le debemos ya pedir; que ilumine nuestras vidas; que nos arrulle los sueños; de los cuatro que buscamos; nuestras vidas compartir.-"
Y tras la luna, nos fuimos Jorge, Horacio, Estela y yo..., al borde del lago y contra el destello níveo de la luna reflejándose en el agua, yo me despojé de ropas y mostrándome desnuda contra ese rayo de luz, me fuí internando en el lago y a los tres llamándolos..., tras de mí se vino Estela, pero a Jorge le pidió que la ayudara en el agua, por temor a un tropezón..., desde la orrilla del lago, Horacio nos contemplaba y como no se animaba a darse un buen chapuzón, yo fui a buscarlos a la orilla y tomándole las manos, le dije: "Vení, que acá en el agua, yo quiero entregarme a vos.-"
Ahora eramos cuatro los que en el lago estábamos desnudos; contra el reflejo de la luna, Horacio vió como su mujer, después de un medio tropezón del que la contuvo Jorge, al emerger de su semi chapuzón, se abalanzó sobre él y tomándolo del cuello lo beso apasionada en los labios..., Horacio contuvo su respiración y seguramente, estuvo a punto de expresar su enojo, pero no se lo permití, porque emulando a mi consuegra, me colgué de su cuello y sellé sus labios con un beso..., cuando lo solté, ya Jorge y EStela, eran apenas dos sombras insinuadas, recostadas sobre una de las rocas; yo, guiándolo a Horacio, avancé siguiendo el reflejo de la luna, hacia las rocas detrás de la cascada y al pasar cerca de ellos, escuchamos el repirar agitado de Jorge y los gemidos ahogados de Estela...; Horacio asombrado me dice: "¡Están cogiendo...!.-" Y yo le respondo: "Sí... y vos ahora, me vas a cojer a mí.-" Y seguí tironeándolo de la mano, mientras él dándose vuelta, contemplaba a su esposa y a mi esposo, en los mórbidos movimientos de su copulación, ocultos en las penumbras de la noche.-
Cuando tras pasar debajo de la cascada, llegamos a la piedra que elegí de lecho, me senté sobre ella y lo atraje sobre mí..., para obligarlo a dejar de mirar a la otra pareja, lo abracé por su cuello y lo besé en los labios..., en un primer momento se resistió, pero segundos mas tardes se entregó a mí y respondió a mis besos..., me fui recostando lentamente sobre la roca atrayendo al hombre sobre mi cuerpo, mientras elevaba mis piernas para rodear con ellas su cintura..., su sexo se acercó al mío y aunque aún no había alcanzado su máxima tensión, Horacio operó con sus caderas para horadar con él los labios de mi sexo..., lo sentí penetrarme y exclamé con un suspiro mi placer..., lo abracé con mis piernas..., cerrándolas hacia mí, lo obligué a penetrarme mas profundamente..., una vez allí, mientras tensionaba y soltaba mis músculos vaginales, fuí sintiendo el pene de Horacio enervarse dentro mío hasta que alcanzó su máximo esplendor..., lo sentía ahora extremadamante duro..., caliente..., ansioso..., lo solté de la cárcel que le eran mis piernas y lo inste a que se meciera dentro mío: "Cojeme Horacio... cojeme.-"
Y Horacio comenzó a hamacarse, recorriendo mi vagina con su pija y a poco, ya estaba yo al borde de mi orgasmo..., en ese momento escuchamos a Estela exclamar: "¡¡¡AYYYyyy...,por Dios...!!!,¡que bueno sos...!, ¡¡¡como me hiciste acabaaarrr...!!!.-"
Esos gritos exhaltaron de tal manera a mi hombre, que empezó a bombearme cada vez con mas urgencia, hasta que para exacervar su hombría empecé, un poco también porque a eso me arrastraba su forma de fornicarme a gritar: "AAAHHHhhhh..., ¡segui!..., ¡seguí, por favor...!, ¡dame mas...!, ¡mas...!, ¡maaasss...!.- ¡AAAHHHyyy...!, ¡¡¡Que placeerr...!!!..., ¡¡¡que placer...!!!, ¡como te gozooo...!, acabá..., acabá..., llename de vos..., ¡¡¡acabáaaa...!!!.- Así le grité mientras coronaba mis gritos con un magistral orgasmo.-
Recompuestos los cuatro del momento tan intenso que habíamos vivido, nos reunimos todos aún dentro del agua; Jorge y yo nos abrazamos y besamos; Estela, rodeó a su marido por el cuello y buscó sus labios, al principio, Horacio se los negó, pero enseguida, cedió a los intentos de su mujer y abrazándola por la cintura, respondió a sus besos y luego abrazados cada uno a su respectiva pareja, nos fuimos hacia la orilla donde nos vestimos, aún mojados y emprendimos el regreso hacia el casco de la estancia, caminando bajo el manto de estrellas que titilantes y espléndidas iluminaban nuestro paso.- Ya la luna, dormía tras los cerros y pronto dormiríamos nosotros, sabiendo que el amor de los unos por los otros, no era obstáculo para buscar el goce ansiado.-
CUATRO VÉRTICES, DOS TRIÁNGULOS
Desde esa noche, en Tres Cascadas, quedó sellado el pacto entre parejas.- Horacio, era quien mas se resistía en un principio, talvés por su acendrada educación italiana, que ve con buenos ojos y con condescendencia, el comportamiento libertino de los hombres, pero que censura, a veces exageradamente, el mismo proceder en sus mujeres, aunque las "tanas"...; bueno, ustedes entienden, no?.-
No dejábamos de disfrutar los cuatro, cuanto momento pudiéramos estar juntos: Viajes, vacaciones, reuniones familiares, salidas programadas y un sinnúmero de actividades de todo tipo, compartíamos ( y aún hoy compartimos) entre los cuatro, siempre que por nuestras actividades, tuviéramos oportunidad de hacerlo.- No obstante, no siempre nuestras salidas terminaban en un "cruce de parejas".-
No faltaron tampoco, las escapadas solitarias con los "maridos cambiados", o los triángulos de dos contra uno.- Esto último, me incomodaba un poco; aunque en oportunidades aceptaba "atender a los hombres", compartiendo a Jorge o a Horacio con Estela, nunca cedí a las pretensiones de Estela, que era quien mas disfrutaba de ese tipo de actividad, de participar sola "atendiendo" a los dos hombres, en cambio ella, que era quien mas estusiasmada estaba en experimentar esa triangulación, era a su vez quien mas gozaba de todos nuestros otros "deslices".-
A Jorge, tampoco lo veía muy afecto a que yo estuviera con él y con Horacio en la misma cama y al mismo tiempo; no obstante, en una oportunidad, fui espectadora pasiva de la entrega simultánea de Estela a nuestros dos hombres; a esa altura de los acontecimientos, Horacio, que al principio fue el mas reacio a este triángulo de cuatro vértices, era el mas entusiasta "innovador" a la hora de la búsqueda del placer y en verdad fué él, quien "entusiasmó" a Jorge, para que lo ayudara a satisfacer a su esposa; la cosa fué así:
Estábamos en Salta, en el Hotel El Colonial, donde desde siempre tenemos habitaciones reservadas en forma permanente, habíamos ido los cuatro al Casino y al regresar al hotel, Jorge y yo nos entretuvimos charlando con unos conocidos en un barcito aledaño al hotel (en verdad, en Salta, todo el mundo se conoce), mientras que Horacio y Estela continuaron a su habitación.-
Cuando llegamos al hotel, el conserje nos informa que la pareja nos esperaba en su habitación y antes de recluirnos en la nuestra, llamamos a la puerta y desde adentro la voz de Horacio nos dice: "Pasen..., está abierto.-"
Ingresamos y vimos a Estela desnuda, en cuclillas sobre el cuerpo también desnudo de su esposo, en el lecho, evidentemente estaban copulando...; en un momento, Estela se recuesta sobre el torso de su esposo y enseguida Horacio la toma por las nalgas y se las separa, mostrándonos el ano de Estela, que no dejaba de cabalgar sobre su marido.-
Estela, sin detener sus movimientos, nos mira y le dice a mi marido: "Vení Jorge, sumate..., te esta esperando...-" (refiriéndose evidentemente al ano que Horacio nos mostraba).-
Después de unos cabildeos, y tras la insistencia de ellos en la que Horacio le dice: "¡Dale..., hacécelo!... a esta tana puta le gusta mas como se lo haces vos..., sacale la calentura.-"
A mí me "emocionó", tener la posibilidad de observarlos a los tres en una sesión de sexo compartido e insté a Jorge, para que aceptara la invitación, a la que él todavía se mostraba un poco renuente, talvés sabiendo que no eran de mi interés esas formas de participación..., tuve incluso que empujarlo hacia la cama, para que se decidiera a participar del espectáculo que me brindarían, porque si bien yo no iba a sumarme, no iba a dejar de presenciar la actuación del trío.-
Jorge, aún con dudas, se quitó la camisa primero y permaneció de pie al borde de la cama..., al ver ellos que todavía no se decidía, detuvieron su acto y Estela, incorporándose sin dejar de estar penetrada por su esposo, volteándose hacia mi marido, lo besa primero en los labios y después le desabrocha el cinturón y le baja el cierre del pantalón vaquero, para luego llevándoselo hacia abajo, desnudar su vientre y sus piernas, tras lo cual, le toma el pene con sus manos y lo masturba mientras le pedía: "¡dale amor!..., no me hagas desearte..., haceme la cola.-"
Lo suelta y vuelve a cabalgar sobre su marido meneándose impúdicamente y abriéndose las nalgas, mientras con sapiencia, abría y cerraba el orificio de su ano.-
Jorge, todavía dudando, me mira como pidiéndome permiso y yo le sonrío, mientras que con un movimiento de cabeza, lo insto a que no defraude a la mujer que lo deseaba.-
Entonces, evidentemente caliente, aunque pretendía disimularlo, busca en la mesita de luz un frasco que contenía vaselina (¿Como sabía que estaba allí?) y unta la zona a "atacar" y también al "atacante" (era evidente que no era la primera vez que visitaría ese bastión), para treparse luego a la cama y avanzar de rodillas hasta colocarse atrás de las ancas de Estela..., a todo esto, ella, que seguía hamacándose sobre el pene de su esposo, despaciosamente, para que el hombre no se enfriara, pero tampoco se entusiasmara al punto de eyacular, (porque Horacio no era macho de segunda vuelta), se recuesta sobre el pecho de Horacio, detiene sus movimientos y abriéndose "las cachas" con sus manos, se dispone a esperar la penetración peneana que pedía...; Jorge la toma por las caderas..., le apoya su pija a las puertas del ano y comienza a presionar..., Estela gime..., Horacio la abraza y la besa en la boca, como si tratara de ayudarla a soportar el dolor que podría sentir..., yo, asombrada, me acerco al lateral de la cama y observo como la pija de mi marido se va introduciendo en el culo de Estela..., ella a pesar de tener sus labios sellados por la boca de Horacio que continuaba besándola, vuelve a gemir..., el pene avanza, el glande ya esta oculto dentro del ano de Estela, ella gime un poco mas fuerte..., exclama a media lengua, por tener su boca apretada contra los labios de su primer hombre, su dolor: "Juuummahhh...": Horacio ahora deja de besarla y la abraza rodeándola por los hombros y apretándola contar él..., ella eleva un poco su vientre dejando que el pene que le invade la concha asome al exterior, aunque aún conserva dentro de ella el capullo..., en ese mismo movimiento, enpuja sus caderas hacia atrás, como buscando que el pene que siente en su cola se aloje mas adentro..., Jorge presiona ahora un poco mas..., Estela vuelve a gemir..., Jorge le sigue perforando el culo hasta que en un momento, enpuja con mas fuerza..., Estela grita: "AAAyyy...", pero en lugar de levantarse como tratando de escapar, se sienta con mas fuerzas sobre el vientre de Horacio, mientras que de su garganta emana un estertóreo: "AAAAHHHHHhhhh....".-
Horacio se emociona y comienza a menearse debajo de su mujer, cojiéndola..., Estela busca acoplarse al ritmo de su marido y cuando lo logra, se lo transmite al hombre que con su pija le invadía el culo..., cuando ya los tres están acoplados en la misma sintonía sexual, Estela me mira y me dice: "Me están cojiendo Ana..., los dos me cojen..., ¡como lo gozo!..., nunca me imaginé que iba a gozarlos así....-" Entrecerró sus ojos, mordió sus labios y se dispuso a continuar su doble entrega participando con sus movimientos pélvicos del placer que recibía, pero que a su vez daba a los dos hombres.-
A esta altura de los hechos, mi calentura era ya apoteótica, por eso me quité la ropa y me trepé a la cama colocando mi concha sobre la boca de Horacio, casi asfixiándolo cuando presioné sobre ella, instándolo a que me hiciera sentir su lengua, mientras que con la mía, buscaba la de Jorge en su boca para torturarla.-
El primero en correrse fue Horacio, quien al acabar muerde mi clítoris arrancándome un grito agudo, pero arrastrándome a su vez a consumar mi orgasmo; nos sigue Estela, quien ya había tenido varios otros antes, exaltada por su entrega a la doble penetración y por último Jorge se derrama dentro del ano de ella, quien al sentirlo, se eleva sobre su cuerpo y volteándose hacia atrás busca la boca de Jorge, que estaba besándome a mí, y se funde con nosotros en un beso de a tres.-
Completamente exhaustos todos, nos desprendimos y nos fuimos acomodando como pudimos, para dormirnos sobre el lecho que esa noche compartimos los cuatro, hasta que nos sorprendió el sol de la mañana, entrando por la ventana que había permanecido abierta durante toda la noche, anunciándonos que empezaba un nuevo día.-