Cuatro pollas y la de mi marido

Hacia tiempo que fantaseabamos con la idea de poner un contacto, donde mi marido me ofreciese a varios chicos por" Una proposicion indecente"

Hola, cachondisimos lectores.

Soy Elena, una fiel lectora de esta maravillosa Web.

Hace tiempo que venia dándole vueltas a la idea ,de plasmar mis aventurillas y así colaborar con mis juerguecitas, al calentón del personal.

No acababa de decidirme, pero la idea de pensar en los lectores, que se la menearan a mi costa. A conseguido que me ponga al teclado.

Os pondré en situación:

Tengo 32 años y como podéis comprobar en las fotos que adjunto y por las miradas que recibo. Se que no estoy nada mal. Mido 1.70, peso 58kg, tengo unas buenas tetas y un culito tragón.

Estoy casada con Marck. Mi amigo, amante y compañero. Juntos tenemos mucho peligro. Fantasía que nos ronda, fantasía que llevamos a cabo.

Hacia tiempo que fantaseábamos con la idea de poner un anuncio, donde yo me ofreciese a varios chicos por "una proposición indecente" .

La idea de cobrar como si fuese una puta, me pone a mil. Quería ser usada, manejada, que me utilizasen para su placer.

Pues nada, dicho y echo. Pusimos el anuncio en un web de contactos y recibí un montón de propuestas.

Cada tarde revisaba el correo y me ponía cachondisima perdida, de tantas cosas como me proponían

Al final nos decidimos por una oferta de cuatro tíos de Málaga que nos invitaban a pasar un fin de semana, en un chalecito de uno de ellos.

El viernes siguiente, sobre las 20.00 estábamos en Barajas, embarcando en un avión rumbo a Málaga.

Habíamos estado toda la semana, follando a costa de lo que se avecinaba .Pensando lo que me harían, como serian .Decidiendo que ropita, lencería, zapatos me llevaba.

A las 21.15 estábamos aterrizando .Yo iva vestida sexy pero discreta, con un traje de falda y chaqueta entallada, de color negro, una camisa blanca de amplio escote , unos zapatos altísimos y por supuesto, sin braguitas.

Al salir de recoger nuestra maleta, nos encontramos con dos de los chicos. Andrés y José, unos cuarenta y pico el primero y treinta y pocos el segundo. Buena pinta, bien vestidos, y lo fundamental, con mirada de deseo. Eran muy simpáticos y divertidos.

Y el trayecto en su coche había pasado volando. En treinta minutos, estábamos entrando en el chalet.

Era muy bonito, con un par de plantas , con una valla muy alta y una piscina preciosa.

En un cenador que había ,en una esquina del jardín, estaban los otros dos chicos. Raúl y Alberto, terminando de prepara la cena. Parecían padre he hijo, por la edad. Cincuenta y cinco el primero y veintiséis el segundo. Aunque luego supe, que eran socios, los cuatro.

Nos saludamos y al igual que sus amigos, me repasaron de arriba abajo con la mirada.

Les dije que mientras ellos terminaban de preparar, yo me pondría una ropita mas cómoda, para la cena.

Alberto me acompaño a nuestra habitación y bajo al jardín para reunirse con los demás chicos.

Estaba encharcada, la fantasía que nos había echo follar tantas veces se estaba convirtiendo en realidad.

Abrí nuestra maleta y saque lo que había preparado para la ocasión. Un conjunto de lencería blanco, compuesto por tanguita y sujetador de media copa que solo me cubre del pezón para abajo. Unas sandalias de tiras , con un tacón metálico de 10cm, que realzan mi figura aun mas. Y encima una especie de abriguito largo, de gasa y transparente.

Cuando baje al jardín , se quedaron impresionados y note como sus entrepiernas, se abultaban.

Me acerque a mi chico, que me dio una palmadita en mi culo y me dijo:

-Estas preciosa, golfilla.

Ellos lo escucharon y se animaron a decirme todo tipo de piropos. Esto hizo que mi chochito se mojase aun mas.

La cena transcurrió de maravilla .Buena comida, excelente vinito, la conversación subiendo de tono.

Entre el vino y el calentón que llevaba, decidí quitarme el abriguito y les anime a que se quitasen sus pantalones.

Mi chico fue el primero en quedarse en calzoncillos, y los demás le siguieron.

Como todos llevaban boxers, de los ajustados, pude comprobar el efecto de mi ropita.

Estaban empalmadísimos, es mas, a dos de ellos, se les salía el capullo por arriba.

Mi coñito estaba encharcado y ya tenia ganas de guerra.

Ellos me dijeron:

-Mira como nos tienes, esto es por tu culpa. Mientras decía esto, se la tocaba por encima.

Yo no podía mas, e inocentemente les dije:

-¿Puedo? No habia terminado de decir esto, cuando ya habia acercado mis manos a derecha y a izquierda, para palpar , las trancas de Andrés y José. No llevaba ni diez segundos, comprobando la dureza de sus pollas y el buen calibre, cuando ya estaba diciendo mi marido.

-Y los demás que?

Me levante, y rodee la mesa para tocárselas a Raúl y a mi chico. Ellos fueron mas listos, y ya la tenían medio fuera, por lo que ya, se las acaricie sin tela de por medio. La de mi chico la conocía con los ojos cerrados, pero el más mayor, gastaba una tranca de 25 cm. y un capullo enorme.

Yo estaba de pie, y mientras las acariciaba, veía como Andrés y José, se las estaban meneando en sus asientos. Joder, que morbo .Me encanta ver a los tíos meneárselas.

Mi marido también estaba a cien y animaba a los chicos diciéndome :

-Que tal putita? Como estas? Que bien lo vas a pasar, con tanta polla para ti solita.

A la vez que me decía esto, me estaba metiendo mano en mi culito e hizo que Raúl hiciese lo mismo.

Ya se estaban animando a decirme cositas, menos el mas joven, Alberto .Al que todavía no se la habia tocado.

-Esta buenísima esta putita.

-Que pinta de viciosa tiene.

-Vaya fin de semana que vamos a pasar.

-Te vamos a dar polla a todas horas.

Yo les animaba:

-Eso es lo que quiero y para eso hemos venido. Para ser vuestra puta todo el fin de semana.

-Para que me uséis a vuestro antojo, me utilicéis para vuestro placer y me convierta de una vez, en una zorra de primera.

Al oírme, me miraron como unos salidos y el mas mayor dijo:

-No te preocupes, guarra, que te vas a ir a Madrid bien saciada y con tus agujeros bien abiertos.

No me habia dado cuenta, pero a mi espalda se habia situado el mas joven, al que todavía no se la habia tocado. Y me estaba restregando su polla, ya fuera del calzoncillo, por mis cachetes del culo.

Yo seguía de pie, meneándoselas a mi marido y al mas mayor, que seguían sentados y a su vez no quitaba ojo de cómo se las meneaban los otros dos de enfrente. Pero al notar la maravilla que tenia detrás rozándose en mi culo. Las solté y me di la vuelta para arrodillarme. Que preciosidad, grande, gorda y muy venosa. Con unas pelotas como las de un pony. Se la agarre con las dos manos y saque mi lengua para empezar a saborearla .Que maravilla. La tenia durísima y vibraba con cada lenguetazo que yo le daba.

Los demás no dejaban de tocárselas mientras veían como lengueteaba la tranca de su amigo. Porque era eso lo que estaba haciendo, pasar mi lengua por toda su polla y pelotas.

El chico no paraba de decir:

-Que zorra, que zorra, que lengua tiene.

Y mi marido decía:

-Vamos golfa, demuéstrales lo salida que estas.

Se la empecé a menear con una mano, mientras que metía su babeante capullo en mi boca. Y con la otra mano separe mi tanguita para que pudiesen ver como rozaba mi clítoris.

Me gusto la actitud de los otros, disfrutando de la escena, mientras yo se la mamaba a su amigo y haciendo comentarios de lo mas guarro.

-Que puta, esta salida.

-Fijaros como intenta metérsela hasta la garganta.

-Escuchad como le chapotea el coñito.

En estas estaban, cuando note que la polla que estaba chupando, empezaba a tensarse mas de la cuenta y el chico decía:

Vas a acabar conmigo ya, que boca de chupona tienes.

Por supuesto que no me la iva a sacar de la boca, como mucho la abriría para que los demás viesen como entraban los chorros de leche en mi garganta. Por que si hay algo que me encanta es tragar leche de macho.

Mi marido les dijo:

Vais a ver lo guarra que es, le encanta tragar leche.

El chico al oír esto, se dejo llevar y empezó a soltar chorros de leche en mi lengua y garganta.

Que buena, me la trague toda y rebané con mi lengua los restos de su capullo, para dejársela reluciente.

Esto fue el comienzo de la noche, porque nada mas terminar de limpiar con mi lengua unas gotas que habían quedado en sus dedos, me vi rodeada, con la polla en la mano, por mi marido y los otros chicos.

-Vamos puta, que te vamos a dar tu merecido, decía uno de ellos.

-Te vamos a llenar de leche como nunca te hayan dado.

-Venga traga, decía Raúl mientras intentaba meter su polla en mi boca, a la vez que la de José.

Que bien, chupando dos y meneando otras dos. Por fin me estaba dando un buen festín de pollas.

Me sentía muy puta. Allí de rodillas, rodeada de tíos salidos que me iban a dar mi merecido.

Llevaba un buen rato chupando, lamiendo y sopesando sus pelotas, cuando se incorporo a mi alrededor, el que me habia llenado la boca de lechecita .Que ya se habia recuperado.

Uno de ellos, se puso detrás mía, y me quito el tanguita. Y mientras yo seguía chupando, el me metía los dedos en mi encharcado coño.

Yo no podía mas, y sacándome la polla que tenia en la boca le dije:

-Vamos cabrón no tienes algo mas gordo que meterme?

No se lo pensó, y me la clavo de una embestida.

-Toma polla, guarra, esto es lo que te vamos a dar.

Que cabrón, me follaba tan fuerte, que no podía saborear bien las trancas que estaba chupando. Me tenia agarrada por las caderas con ambas manos y me la clavaba a su antojo.

Los demás le jaleaban:

-Dale caña a esta zorra, que es lo que le gusta.

-Venga follátela bien y nos vamos turnando.

Me dio unos pollazos mas y dejo su sitio para otro de ellos.

Como yo seguía chupando, no me di cuenta, de quien me iba a follar, hasta que note su capullo en mi coño. Inmediatamente supe que era el mayor de ellos. Semejante pollón se reconoce al instante. El fue mas lento y pausado, pero me rellenaba por completo.

De vez en cuando, me sacaba la polla que estaba chupando para decirles cosas.

-Que maravilla, que puta me siento. Joder, como me la clavas. Me estas abriendo en canal.

No podía hablar mucho, porque inmediatamente, uno de ellos, me taponaba la boca con su tranca.

Mientras se paseaba por mi coñito, note que metía un dedo ensalivado en mi culito.

Mi marido al verlo, le dijo:

No te preocupes, que la tengo bien entrenada por el culo .Luego vais a ver como dilata.

Esto animo aun mas a Raúl, que metió tres dedos, en mi dilatado culo.

Cuando noto que se iba a correr, dejo mi coñito, a otro de los chicos, diciendo.

-Clavásela hasta los huevos, que es lo que esta guarra necesita.

Fueron pasando todos por mi coño, y a su vez metían los dedos en mi culo.

Perdí la noción del tiempo, pues hubo un momento que me la clavaban cuatro o cinco veces y dejaban su puesto a otro.

En un momento dado, mi marido se tumbo en el césped y me dijo:

-Venga zorra, demuéstrales que eres la mas puta. Salida como estaba, me subí encima de mi chico, dándole la espalda y clavándomela en el culo.

-Vamos, cabrones. Tumbaros todos, que mi culito va a probar cada una de vuestras trancas. Me hicieron caso y conforme me las iba clavando, me jaleaban.

-No podíamos imaginar que fueses tan zorra, como nos decías por e-mail.

-Fijaros como se las mete, si tiene el culo como un bebedero de patos.

-Menudo fin de semana te espera, zorrita. Vas a tragar leche a litros.

-Después de que por mi culo, hubiesen pasado, todos ellos, dos veces. Y al tener clavada la súper tranca del mas mayor. Este, me pego mi espalda, a su pecho sin sacármela y les dijo:

-Metérsela en el coño, ahora que la tengo bien empalada.

Como soy una zorra obediente. Abrí con mis manos, mi abultado coñito, para facilitarles la entrada.

En un instante tenia, una tranca en mi culo, otra en mi coño y un tercero follándome la boca.

Por fin me estaban dando, lo que yo quería. Joder que placer. Mis tres agujeros, taponados a la vez.

-Eso es zorra, decía mi marido. Ganate lo que te van a pagar .Lameles el culo, puta.

Que vean que eres la mas guarra.

-Si, por favor ,ponedme vuestros culos en mi boca, pero no dejéis de clavarmelas.

Mientras seguía empalada en la tranca de 25 cm. Y me la iban metiendo en el coño, los demás ponían sus culos a la altura de mi boca, para que se los lenguetease.

Después de que pasasen varias veces cada uno por mi coño. Me levantaron, me dieron la vuelta, y me sentaron sobre la polla de mi marido. Pero esta vez pegando mis gordas tetás a su pecho.

Mi marido me separo los cachetes del culo, para que se pudiesen pasear sin dificultad.

-Eso es, si , venga, empuja bien, quiero notar vuestras pelotas, quiero que uséis mis agujeros a vuestro antojo. Llenarme de polla, cabrones. Soy vuestra todo el fin de semana.

Mis corridas se sucedían, una detrás de otra. Y ellos se paseaban por mi culo como si fuese mantequilla. Alguno me daba cachetes en el culo, mientras me empalaba, otro, me cogía por mi larga melena, como si fuesen unas bridas. Me estaban volviendo loca. Era mejor de lo que yo habia imaginado en mis pajitas.

De repente oí como uno de ellos decía:

-Joder, no voy a poder aguantar mas. Me voy ha correr.

-Si ,hazlo, llename las entrañas con tu leche, que note los chorros en mi culito.

No había terminado la frase, cuando con grandes embestidas me lleno lo mas profundo de mi culo, con su caliente crema.

Cuando la saco de mi culo, mi marido le dijo:

-Métesela en la boca, que te la deje bien limpia.

Y como buena puta que soy, relamí con mi lengua, todo rastro de lefa, que quedaba sobre su polla, inclusive la que habia resbalado por sus pelotas.

Y todo esto, con otro de ellos, ocupando ya ,mi culo tragón.

Como todos estaban ya, con muchas ganas de correrse. Y habían visto por dos ocasiones, lo que me gusta saborear leche calentita. Me tumbaron, boca arriba, sobre un banco de piedra del jardín. Y se pusieron a meneársela alrededor de mi cabeza.

-Me vais a dar leche? Me encanta tragar, leche calentita. Quiero bebérmela toda. Y que cuando me vaya, el domingo, vuestras pelotas estén vaciás. Y si tenéis, algún amigo mas, también podéis invitarlo para que me use.

-Por favor, no os corráis todos a la vez, que no quiero que se desperdicie ni una gota. Hacedlo de uno en uno, para que me la pueda tragar toda.

Yo me acariciaba mi hinchado clítoris, esperando sus lechadas.

Que maravilla, cuando uno de ellos, empezó a llenarme la boquita con su espesa leche.

Abrí bien mi boca, para que no se escapase ningún chorro. Que espesa, pero que buena.

-Traga puta, a ver si el domingo eres capaz de reconocer el sabor de la leche de cada uno.

Que buenas y abundantes. Las saboree como el rico manjar que es la leche de macho, para mi.

Al terminar de tragar, fueron metiendo, uno a uno, sus pollas en mi boquita, para que se las dejase relucientes. Os aseguro, que no quedo ni una gotita.

Esa noche, no ocurrió nada mas. Y todo lo demás, que me paso ese fin de semana, os lo iré contando por partes, para no aburriros.

En resumen os diré, que el domingo por la noche volvíamos a Madrid, con mi fantasía cumplida, mis agujeritos bien abiertos, mi estomago lleno de mucha leche, con alguna sorpresa de ultima hora, con 1500 euros en mi bolso para comprarme algún capricho y con unas ganas locas, de seguir demostrándole a mi marido, lo puta que soy.

Ya sabéis, ¿Alguna propuesta?

BESITOS HUMEDOS

zorritaelena@yahoo.es