Cuatro Dudas (Capítulo 4)
Aunque quizá sea un poco largo creo que es el capítulo que mejor me quedó de esta saga desde los de "Cuatro Días"...
Capítulo 4
-Por todo ello y, con estas palabras voy concluyendo-dijo, finalmente Naoko, con su aterciopelada pero monótona voz-Nosotros, la juventud comprometida de la nación, debemos tomar conciencia de los nuevos ritos que afronta la nación y los nuevos problemas que afronta el país en el nuevo contexto internacional. Necesitamos, como hicimos en otros tiempos, dar paso a una nueva renovación, adaptar nuevamente el espíritu japonés, que es lo que nos ha ido llevando siempre a más, a las nuevas técnicas que necesitamos en la administración, en las empresas y en las familias, para que sigamos siendo ejemplo a seguir como lo somos ahora. Igual que en los tiempos del Emperador Meiji estamos ante las puertas de lo que puede ser una nueva renovación y yo digo que la aprovechemos. Muchas gracias-terminó, por fin, apartándose del atril para concluir con una pequeña reverencia ante el auditorio antes de bajar de la improvisada tarima y dirigirse a su asiento.
Yo, como todos los demás asistentes a la reunión, aplaudí, pero sin demasiado entusiasmo. Había oído ya muchas veces ese mismo discurso de Naoko, aunque siempre y cada vez con nuevas palabras y no encontraba en él apenas rastro de mis motivaciones ni de mis ideas…Lo cierto es que era escucharla y preguntarme qué hacíamos las dos en una misma asociación. Observé como marchaba a su sitio, coreada a su paso por su grupito de seguidoras, que se deslumbraban como tontas ante ella como si fuera la última cantante de éxito. Me hacía más que gracia.
A mi lado, Matsuko, aplaudía con igual desgana que yo y me percaté no sin alegría que no era la única que parecía poco emocionada con la última versión del “levantemos la nación” de Naoko, aunque sabía que eran más de los que se podría imaginar los que seguían de acuerdo con viejas ideas nacionalistas en el fondo. A mi izquierda, varios de mis amigos y próximos a mí en el grupo, cuchicheaban algo y, mi estimada Kumiko, una joven que se había unido a nuestro grupo recientemente y que, según me había dicho, le gustaba mucho leerme y que se había ganado mis favorables simpatías con su ilusión y su inocente simpatía, me arrancó, como solía, una sonrisa al hacer un claro gesto de aburrimiento para que lo viera cuando se percató de que miraba hacia donde estaba.
-Ha sido una buena idea dejar a Naoko para el final-me comentó Han, uno de los chicos más implicados y de mi cuerda, que se sentaba a mi izquierda-Así no nos lamentamos de que se vaya a acabar la reunión.
-Y ella quería revocar otra vez los turnos para poder soltar su discursito en primer lugar, por delante de cualquier otra cosa-le dije-Menos mal que esta vez Saburo se mostró firme y recordó que es el presidente y tiene que aplicar las reglas y hacer que todos las cumplan. Tuvimos una tensa discusión en el consejo.
-Me imagino-asintió él-No sé porque seguimos teniéndole de presidente cuando es claramente incapaz de ejercer el más mínimo liderazgo y resulta demasiado moderado y conformista para unos y demasiado activo para los otros.
-Por eso precisamente-le indiqué-No hay nadie que atraiga tan poco aprecio para todos que él. Cualquier otro tendría una facción de su parte y sería detestado por la otra, conduciendo a un inevitable cisma.
-Sí, es verdad-asintió él-Pero quizá ese cisma sea algo más que inevitable…
-Puede…-dije, callándome cuando, finalmente, Saburo había subido al atril para decir unas últimas palabras de cierre. Lo cierto es que la idea de dividir el grupo y quedarme sólo con los que, como yo, quisieran proponerse las cuestiones políticas más en serio y no como un mero entretenimiento de salón, era algo que muchas veces había meditado y que aún me tentaba…Pero no quería que me tildaran de partidista y además, no dejaba de pensar que había ciertamente algo de verdad en que un cambio profundo como el que deseábamos para Japón requería un movimiento transversal, que uniera por encima de las variantes ideológicas, aglutinador de cuanta más gente mejor.
-Gracias, Naoko-empezó diciendo Saburo-Por tus palabras. Desde luego sé bien que todos estamos de acuerdo en la necesidad de afrontar con responsabilidad nacional los nuevos retos a los que nos enfrentamos y que ha sido siempre ese, la superación con esfuerzo de los obstáculos, lo que desde siempre ha marcado el carácter de Japón desde los tiempos del príncipe Shôtoku. Sé que tenemos en nuestras manos la futura grandeza de la nación y que no seremos indignos de nuestros antecesores. Aunque a día de hoy todavía somos sólo unos pocos, cuando queramos darnos cuenta, habremos sido el semillero de los próximos grandes industriales, emprendedores industriales y brillantes administradores públicos que marcaran las riendas del país. Sigamos en ello en los próximos días-concluyó sus palabras, cerrando la reunión, con aquella frase que le era ya tan típica.
-Bueno-suspiró Matsuko cuando la gente empezó a levantarse y la congregación se dio por terminada-Otro día más de debates y discursos. Realmente me siento un poco inútil cuando acabamos estas reuniones y me preguntó para qué sirven.
-No puedo reprochártelo-admití, caminando a su lado rumbo a la salida, ya que no eran pocas las veces en que yo también lo había sentido-Pero lo mejor es no perder el optimismo. Apenas estamos empezando y los grandes movimientos no se levantan ni en meses ni en años…Debemos crecer poco a poco e ir difundiendo nuestras ideas entre un cada vez mayor número de gente.
-Ya lo sé…Pero, ¿de verdad hacemos eso? ¿O sólo somos un grupito de pretenciosos que cree que será la futura clase dirigente del país?-su tono, burlón, parecía pretender ocultar su pesimismo sin lograrlo.
-De momento sólo nos hemos puesto de acuerdo para intentar crear un discurso nacional y dar una serie de respuestas a los problemas del país que puedan ser asumidas por el conjunto de la población, independientemente de sus ideas o credos.
-Ya…
El silencio se estableció entre nosotras mientras, finalmente, salíamos y comenzábamos a andar por la calle. Yo no tenía nada más que decir y ella tampoco pronunció palabra durante un largo rato. Finalmente, a medio camino hacia su casa, que es a donde por inercia más que nada nos dirigíamos, rompió el hielo que se había formado con un nuevo tema:
-Oye, Sora.
-¿Qué?
-¿Qué hay de la fiesta de Matt?
-Pues sigue siendo esta noche en la casa de su padre.
-¿Y…quien está invitado?
-Pues sus parientes cercanos, sus amigos, los de su banda y no sé si alguien más.
-¡Venga, Sora! No seas cruel conmigo. Sabes lo que quiero oír.
-Sí, Matsuko, lo sé muy bien.
-¿Y qué me dices?
-Que te vengas conmigo y ya está. Me sorprendería que Matt se enfadase porque lleve conmigo a una amiga, pero no le hostigues demasiado.
-¡Tranquila!-sonrió con picardía-Te aseguro que no querrá quejarse por mi causa.
-Bueno-reímos las dos-Ya veremos-me limité a añadir.
-Y, oye, ¿cómo te va con Tai?
-Pues…Muy bien, ¿por qué lo preguntas?
-No, por nada-dijo, pero yo sabía que había algo-Pero-e iba a soltarlo-he oído que va a pasarse a otro equipo.
-Sí. Al Fukuoka.
-Pero ese equipo… ¿Es de Fukuoka, no?
-Evidentemente, Matsuko. Evidentemente.
-En Kyûshû.
-¿Conoces otra?-le pregunté. Lo cierto es que reconocí que había sido un poco grosera en estas últimas dos respuestas pero es que el tema me gustaba bien poco.
-Parece que estás un poco a la defensiva-me dijo.
-La cuestión es un poco complicada-me limité a decir.
-De acuerdo-dijo ella, entendiendo que no tenía ganas de hablar del tema.
-¿Cómo le va a Mimi con la película?
-Aún no han empezado el rodaje, por lo que sé, pero lleva desde que le entregaron el primer boceto estudiándose a fondo el guión.
-Tuvo mucha suerte de que le dieran el papel protagonista. Aunque no vaya a ser la gran producción del año sigue siendo un gran salto en su carrera.
-Sí. Tuvo suerte de que el director se guió sólo por el talento y no por la fama-le respondí, hablando de carrerilla y por decir algo, ya que recordaba muy bien lo que me había contado Mimi sobre cómo había logrado el puesto mediante el expeditivo medio de acostarse con el director en su despacho.
-¿Y la serie? ¿Qué pasará con ella?
-De momento y por lo que sé-le expliqué-Han sacado a su personaje con una escusa mientras ella está rodando la película, pero volverá cuando terminé.
-¿Y tú crees…?-se cortó, quizá arrepintiéndose de haber ido a decirlo.
-¿Qué?
-¿Qué…?-parecía no decidirse-¿Crees que Mimi me podría conseguir un puesto en su ausencia?-la miré, sorprendida de su petición cuando nunca hasta ese momento parecía interesada el mundo de la interpretación-Quizá podría ser un personaje de relleno mientras ella está ausente.
-Pues no sé-le respondí sinceramente-Veré de decírselo, pero no te puedo prometer nada. ¿De acuerdo?
-Tranquila-asintió ella-Sé que harás lo que puedas.
-Bien.
-¿Qué te vas a poner para la fiesta de Matt?-me preguntó, cambiando de tema.
-Pues todavía no lo he decidido-le respondí, sincera-Va a ser algo entre amigos, por lo que tampoco voy a arreglarme mucho…Me pondré un vestido cómodo seguramente.
-Ah.
-¿Qué, pensabas arreglarte mucho?-le pregunté y, por picarle-¿Para atraer a Matt? Él ha visto muchas bellezas, tendrías que esforzarte mucho.
-Bueno-me replicó ella, aparentemente ignorando mi pulla-Si tú le gustabas no será tan exigente-me miró y, finalmente, estallamos en carcajadas durante un momento.
-Realmente Matt no merece ningún esfuerzo-le repetí-Aunque no debería decir algo así siendo su amiga, pero créeme, no intentes nada.
-Oye…De entrada yo tampoco voy a intentar nada-se defendió-Sólo que si quiere algo conmigo pues no me voy a negar en redondo. Estando libre no se le dice que no a un tío bueno como ese. Es un bombón.
-Haz lo que quieres-me rendí, como solía hacerlo.
-Anda, ven a mi casa y vamos a ver que nos ponemos.
-Es pronto todavía, deberíamos aprovechar para ponernos con…
-¡No! ¿Qué dices de pronto?-me cortó-¡¿Con todo lo que tenemos que hacer y dices que es pronto?! ¡Vamos, rápido!
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Prácticamente arrastrada por Matsuko, que a duras penas había contenido sus crecientes y progresivos nervios, Biyomon y yo llegamos a la puerta del apartamento del padre de Matt. Todavía no se notaba demasiado movimiento pero es que llegábamos con casi una hora de antelación al inicio oficial. Cuando llamé a la puerta al otro lado no se oía casi nada y tuvimos que esperar unos minutos hasta que el padre de Matt nos abrió.
-Vaya, buenas tardes, Sora-me saludó-Y amiga-añadió al ver a Matsuko-Bienvenidas-nos dejó pasar, cosa que hicimos, descubriendo que estaba todo preparado con gran pompa con grandes guirnaldas por el techo y sobre las puertas, globos y una gran mesa dispuesta en medio del salón con todo tipo de cosas-Unos amigos de Matt-nos explicó al ver como contemplábamos todo-Vinieron hace un par de horas y lo pusieron todo…Parece ser que mis decoraciones no eran bastante bonitas-dijo acercándose a mí, que por lo visto merecía su confianza para quejarse, como solía, es cierto, recibirla de otros.
-A Matt le gustan las cosas a su modo-comenté, por decir algo-Y, hablando del cumpleañero, ¿está en su viejo cuarto?
-Lo cierto es que no-fue la respuesta-Se fue hace un rato y dijo que volvería antes de las ocho, pero nada más.
-¿No está Matt?-preguntó, desanimada, Matsuko.
-Ella es Matsuko-le dije, presentándosela, al padre de Matt-Él es el padre de Matt, el señor Ishida.
-Encantada de conocerle-dijo ésta.
-Igualmente-asintió él-Bueno…Lo cierto es que no esperaba a nadie todavía-dijo sinceramente, pero podéis poneros cómodas en el salón mientras llegan los demás. Si tenéis sed podéis serviros en la cocina, ya que han traído bastantes refrescos.
-Gracias, señor-asentí.
-Yo estaré en mi despacho-terminó de decir antes de irse por el pasillo.
-¿Crees que Matt tardará mucho?-me preguntó Matsuko una vez que el señor Ishida hubo desaparecido por el pasillo.
-Pues podría tardar poco o mucho-le respondí sinceramente-Matt tiende a ir a su aire y no suele dar explicaciones ni anunciarse-y, mientras buscaba el móvil en mi bolso, añadí, tras un pensamiento repentino-Pero, ¿sabes? Si quieres te podría presentar a un amigo que es muy buena persona.
-¿Quieres decir que es feo?-me preguntó con total naturalidad. Era el gran defecto que le veía a Matsuko: era demasiado superficial en cuanto a la cuestión de los hombres.
-No es feo-le repliqué mientras buscaba un número en la agenda…Iba a llamar a Tai para decirle que ya había ido por mi cuenta a la fiesta-Y es muy simpático-le seguí diciendo a Matsuko, que parecía escéptica ante lo que le decía, pero me interrumpí cuando, antes de lo que esperaba, escuché como se descolgaba el teléfono-¿Tai?
-¡Ey, Sora!-oí claramente su voz-¿Qué te cuentas, pelirroja?
-Te llamo para decirte que estoy en casa del señor Ishida, que he llegado pronto, con Matsuko.
-¿Con quién?
-Con una compañera de clase.
-¡Ah! ¿Y por qué tan pronto?
-Mi amiga tenía prisas. Esperaba encontrarse a Matt…-deje las palabras en el aire para que el sobreentendiera los deseos de Matsuko-Pero aquí no hay nadie todavía.
-¿Te sorprende, pelirroja?-me preguntó, aunque lo cierto es que para eso tendría que no llevar conociendo a Matt desde hacía ya bastantes años.
-Claro que no. ¿Y tú cuando vas a venir?
-Pues pensaba salir para allá dentro de diez o quince minutos. No tenía prisas y como tú no me dijiste nada, pues suponía que iríamos cada uno por nuestra cuenta.
-Ya.
-Por cierto, Sora…
-¿Qué?-que él precisamente dudara a la hora de hablar me preocupó enormemente, puede que incluso más de lo que era racional-¿Qué?-repetí ante su prolongado silencio.
-Bueno. Esto es mejor que lo hablemos cara a cara, pero te diré que hace un rato he tenido una larga charla con mi representante.
-¿Te refieres a lo que creo que refieres?
-Sí.
-¿Qué te ha dicho?
-¿Por teléfono?
-Necesito saberlo ya-le dije, intentando controlarme pero sintiéndome dispuesta a sacárselo de la forma que fuera.
-Los del equipo le han dicho que en unos días podría ser oficial y le han puesto un contrato sobre la mesa.
-¿Un contrato? ¿Para cuándo?
-Sería ya para la próxima temporada.
-Ya…
-Me ofrecen una remuneración que multiplica la que tengo ahora-y, como si creyera que por sí sólo eso no sonaba impactante o por precisar, añadió:-Por veinte.
-Suena…generoso-lo cierto es que yo misma debía admitir que era una oportunidad más que brillante. Pero también me dije que la verdadera cuestión que me preocupaba no era que Tai se fuera o no a Fukuoka, sino la aparente carencia de proyección de futuro que teníamos ante nosotros como pareja…Sabía que quería para su futuro en el fútbol, pero, ¿qué quería para su porvenir conmigo?
-Voy a arreglarme-dijo de repente, tras un breve silencio-Luego hablamos, si quieres.
-Claro que querré-me limité a señalar.
-Contaba con ello-replicó, burlón, y pude imaginarme su arrogante y atractiva sonrisa junto al teléfono-Hasta ahora, pelirroja-añadió antes de colgar.
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Por suerte no estuvimos solas mucho tiempo más. T.K. llegó, acompañado de Kari, ambos con sus respectivos compañeros –lo que me hizo llamar a mi madre para que le dijera a Biyomon que viniera-, apenas cinco minutos después. Él nos dijo que quería asegurarse de que todo estaba preparado y para ayudar a su padre, pero como nosotras, se encontró sorprendido con lo montado por los amigos de su hermano. Yo estaba todavía pensando en lo que Tai me acababa de decir, pero Matsuko enseguida se puso a cotillear con Kari mientras T.K. había ido a hablar con su padre.
La cosa fue animándose en los siguientes minutos, según todos fueron llegando. Mimi e Izzy fueron los siguientes, medio abrazaditos, levados todavía por la amorosa pasión que siempre marca las primeras épocas…Yo recordaba muy bien mi primer mes con Tai…Ninguno de los dos quería salir de la cama por las mañanas. Davis fue el siguiente, acompañado de una joven morena que nos presentó como Midori, aunque aclaró que era sólo una “amiga”; y poco después, Cody. A menos cuarto llegó, cosa que me alegró porque durante un momento me había preocupado, Joe, que me saludó con una tímida pero dulce sonrisa y la confesión de que, ocupado en un proyecto de la universidad, casi no iba a venir, pero que se decidió en el último momento, cosa que le felicité. Olvidé entonces mis problemas y recordé los de Joe, preguntándome cuánto le habría afectado, por debajo de su apariencia tranquila, la ruptura definitiva con Suzu. Le observé un momento mientras saludaba a los demás y me dije que, siendo como era simpático y agradable, majo y dispuesto al compromiso y además, guapo, aspecto en el que había mejorado mucho desde que le conocí, no tenía ya una nueva novia. Me decía a mí misma que Suzu debía estar loca o no saber valoras las cosas para dejar esa joya en pro de tener muchas aventuras. En ese momento y, tras lo que parecía tanto tiempo, el mismo Ken, que hacía mucho tiempo que no habíamos visto en persona, entró, con sus elegantes modos, acompañado de Yolei, y casi les recibimos con aplausos por la emoción. La verdad es que era la primera vez en una eternidad que todo el grupo iba a reunirse. Nuestros compañeros también estaban contentos y correteaban a sus anchas por los pasillos…Todo parecía muy caótico, pero me hizo sentirme feliz y por eso no tuve ganas de reprocharle nada a Tai cuando finalmente llegó a menos diez. Sólo faltaba el mismo chico del cumpleaños, que nos tenía, como solía, haciéndonos esperar.
Con todos en la casa el silencio anterior se había desvanecido por completo y el jolgorio dominaba el ambiente. A pesar de las diversas preocupaciones que en los últimos días me habían llenado la cabeza, en ese momento me encontré liberada y me decidí a no preocuparme durante un buen rato. Apenas me fije en un primer momento en Tai, que enseguida se había puesto a bromear con Davis y los demás chicos, y pude escuchar como aquel le preguntaba a Ken que qué tal eran las chicas de China.
Yo me uní al grupito de las chicas, que se había apoderado del pequeño saloncito que había sido hacia no muchos años un cuarto destinado a T. K. Cuando entré Mimi les estaba contando cosas de la película y del guión y eso me recordó la petición de Matsuko, que también estaba allí, a su lado, absorta en las palabras de aquella.
-¿Y para cuándo te podremos ver en pantalla, Mimi?-le preguntó finalmente Kari, interrumpiéndola cuando ya consideró, y yo pensaba un poco igual, que se estaba alargando demasiado con detalles superfluos-Estoy deseando verte como emperatriz. Seguro que los vestidos deben ser muy bonitos.
-¡Oh!-asintió Mimi, asintiendo entusiasmada, casi de forma infantil-Lo son…Pero en cuanto a tu pregunta-suspiró-No sabría decirte, pero dentro de bastante…El rodaje se espera que duré al menos seis meses, en ningún caso menos.
-Pues cuando conozcas a los famosos de Hollywood-le dije bromeando-No te olvides de las viejas amigas y que circulen esos teléfonos, ¿eh?
-¿Y las nuevas no tenemos derecho?-dijo con igual tono Midori.
-Bueno-le replicó Mimi, como pensando-De momento eres amiga de Davis, o eso nos ha dicho él-hizo especial hincapié en el término “amiga”.
-Somos amigos-asintió ella, segura, pero ninguna de nosotras iba a contentarse con esa respuesta…Estábamos más que interesadas por esa amistad, sobre todo Kari.
-¿Pero como de amigos?-le preguntó.
-Amigos-se limitó a repetir Midori-Nos conocimos hace ya unos meses. Yo trabajo en la tienda que hay al lado de su cafetería.
Yo la examiné con un poco más de detenimiento que en mi primer vistazo. Lo cierto es que la chica, con ese flequillo sobre unos bonitos ojos castaños y su respingona naricilla…Era más que mona. No me extrañaba nada que Davis se hubiera fijado en ella, pero ambos mantenían que sólo eran amigos…Y ella lo decía con firmeza pero sin alterarse ni lo más mínimo.
-Una chica puede ser amiga de un chico-añadió-¿No es vuestro grupo un buen ejemplo?
-Pues la verdad es que no del todo-le respondí-Porque todas hemos acabado saliendo con amigos. Pero bueno, chicas-decidí romper una lanza en su favor-No vayamos a liar a nadie. No tenemos porque pensar que nos mienten o algo.
-¿Pero Davis te gusta?-le preguntó Matsuko, enfocando la cuestión desde otro punto de vista.
-Me cae bien y es majo-se limitó a decir Midori.
-O sea, que sí-sentenció Mimi.
-Me gusta como amigo-aclaró Midori.
-¿Y crees que a él le gustas como amiga?-le preguntó Kari-Porque yo recuerdo cuando iba tras de mí…Era gracioso, aunque se hacía pesado después de un rato y por eso, por el bien de mi paciencia y el suyo en general, le tuve que frenar.
Midori estaba a punto de responder pero, para decepción general, llamaron repentinamente a la puerta y entró el padre de Matt.
-Perdonad la intrusión, pero finalmente Matt ha decidido aparecer en su fiesta de cumpleaños-nos anunció.
-¡Por fin!-aclamamos todas a la vez, saliendo por la puerta hacia el salón principal, donde nos reunimos con los chicos, todos juntos, en semicírculo alrededor de Yamato. Él venía como solía, despreocupado y con su look de estrella de la música, aunque no había aparecido, como esperaba, acompañado de los de su banda. Supuse y me alegre de comprobarlo, que había decidido que su fiesta fuera sólo con nosotros…Porque algunos de sus compañeros eran majos, pero también tenía un par de elementos que me caían fatal, especialmente el batería.
-¡Hola, chicos!-nos saludó, un poco como si fuéramos un grupo de sus fans, cosa que, por el día, nos tomamos un poco a broma y le coreamos como si fuéramos tales-Espero que lo estéis pasando bien.
-¡Tenemos hambre!-espetó Tai desde el fondo, echando por tierra la presentación de Matt.
-Venga, Tai-le dijo Matt-Déjame lucirme en mi fiesta. Que un día es un día.
-Ya tienes a tus fans para eso-le contestó-Nosotros ni siquiera nos bajamos tu música de la red para oírla gratis.
-¡Ja! Yo sé que tu hermana tiene todos mis discos-le replicó él.
-No sé de qué hermana me hablas-fue la respuesta-No sé si sabes que soy hijo único-subrayó esa última palabra.
-Ya me extrañaba que la novia de mi hermanito, tan guapa ella, fuera pariente tuya.
-¡Vuelve a la armónica, qué es lo único que sabes tocar medio bien!-le soltó Tai, supongo que porque no se le ocurrió nada mejor con que replicar a Matt, y todos nos reímos de ese nuevo pique que habían intercambiado.
-¡Bueno, bueno!-Matt hizo una señal de paz con las manos-Vamos a ir sentándonos en la mesa, que está todo preparado.
La verdad es que, con todo, tenía hambre y es que recordé que ni siquiera había comido aquel día, por lo que, nada más nos sentamos, quedando yo entre Mimi y Joe, con Tai enfrente, empecé a picotear de todas las cosas que había…No es que fuera a ser una comida muy nutritiva, pero por un día…
-Os comunico-empezó a decir Matt al poco-Que dentro de poco voy a emprender una gran gira de un mes por el este de Asia-dijo, pasando a recitar con orgullo-El domingo 15 en Pekín y un segundo concierto el lunes 16, el miércoles en Shanghái, el viernes en Hong-Kong, el 22 en Vietnam, el 25 en Tailandia, el resto de la semana tres conciertos en la India, luego ya el 1 de mayo en Singapur, donde tengo dos conciertos más los días siguientes, el domingo 6 uno en Indonesia, la semana siguiente en Taiwán y, finalmente, el martes 15 el regreso a Japón con un concierto especial en Okinawa.
-¿Te lo has empollado todo muy bien, eh, Matt?-le chinchó Tai, como todos esperábamos.
-Las estrellas debemos saber muy bien dónde se nos espera-le replicó éste sin mostrarse afectado en apariencia, pero esta vez Tai si tuvo una buena respuesta que hasta a mí me sacó una gran sonrisa:
-¡Ah! Por eso te vas al extranjero-comentó como si cayera de pronto en una evidencia.
-¿Por qué no te dedicas a comer patatas fritas, Tai?-fue el turno de Matt de acabar la ronda de puyas.
-Bueno, bueno, haya paz-intervino Kari-Creo que lo que todos coincidimos en querer es en que Ken nos hable de su viaje a China y de cómo le van las cosas. Nos lo debe tras tanto tiempo de dejarnos abandonados y sobre todo porque pronto él y Yolei vuelven a Osaka y a saber cuándo volveremos a tenerles por Tokio.
-¡Eso, eso!-corearon algunos las palabras de Tai.
-Bueno, realmente no hay mucho que contar-empezó diciendo Ken-Ha sido un viaje de negocios-siguió diciendo, modesto-Aunque he podido visitar muchos monumentos y museos interesantes. China tiene un pasado muy rico. Os aseguro que la Ciudad Prohibida es algo impresionante.
-Dicen que el siglo XXI va a ser chino-comentó Cody, siempre tan escueto y reservado en sus comentarios.
-Sí. Eso parece-asintió Ken-China se levanta y parece que va a comerse el mundo, pero realmente tiene que tener cuidado o descubrirá que tiene todavía pies de barro, pese al gran desarrollo que ha experimentado desde la muerte del Presidente Mao. De aquí a unos años tendrá que afrontar serias cuestiones si no quiere que los problemas internos le hagan perder los pasos dados. Tiene que solucionar el problema del desequilibrio entre el oeste desarrollado y un centro y este del país que viven todavía como antes de la revolución de 1949, tienen que garantizar unos servicios a una gran cantidad de población que tras el desmantelamiento de los sistemas colectivos del maoísmo han quedado desprotegidos, la necesaria reforma de la agricultura, con los problemas que podría suponer la reducción de la mano de obra necesaria en el campo, y bueno-se interrumpió, supongo que considerando que podía aburrirnos si seguía en ese plan-Que el PCCh tiene cosas que hacer por delante. Eso por no hablar de si habrá o no una progresiva transición a estructuras políticas más democráticas.
-Ya, todo eso está muy bien, pero, ¿no tienes anécdotas graciosas ni cosas curiosas que contar?-le preguntó Tai.
-Pues la verdad es que no sabría que decirte-le respondió Ken, encogiéndose de hombros y, para pasar la pelota a otros, preguntó-¿Y qué tal las cosas aquí, algo que no me hayáis contado por correo o msn?
-Parece que no hay nada-comentó T. K., rompiendo el silencio que se había sembrado en la habitación-Es que ahora se puede estar al día de todo desde cualquier parte del mundo.
-Sí-asintió Yolei, de cuya sempiterna presencia en msn éramos todos conocedores-Las nuevas tecnologías son fantásticas.
-Lo sabrás tú bien-saltó Tai, cosa a la que Yolei respondió burlona sacándole la lengua y provocando una carcajada general.
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La fiesta continuó un largo rato, distendida y agradable, armonizada en momentos por Matt, que nos mostró algunas de las nuevas canciones en que estaba trabajando. La verdad es que encontré francamente graciosos los esfuerzos de Matsuko por llamar la atención de Matt, pero este debió decidir que no era su tipo y sólo la trato con amigable cortesía. Aunque a partir de la medianoche la cosa se relajo y nos volvimos a dividir en pequeños grupitos por la casa, además de que Cody y Davis, este por tener que atender mañana su negocio, se retiraron en ese momento. Yo estaba con las demás chicas, otra vez en el pequeño saloncito, donde charlábamos animadamente sobre la relación entre Davis y Midori, que se había ido con aquel. Y fue entonces cuando, tras llamar a la puerta, apareció Tai y me dijo que quería hablar conmigo. Para ese momento yo había querido dejar el tema por esa noche, presuponiendo de qué quería hablar, pero no me negué y, dejando al grupo, fui con él a un lugar apartado del pasillo.
-¿No estarías cotilleando nada sobre mí, eh?-preguntó, burlón, quizá para romper el hielo.
-Puede que ahora lo estén haciendo-fue mi respuesta, también en broma, pero lo cierto es que podía ser verdad.
-Creo que tenemos algo pendiente, Sora-me dijo, un poco más serio, aptitud que no encajaba mucho en él.
-Sí.
-Lo de Fukuoka es una oportunidad de oro y le he dicho a mi representante que mañana, o sea, hoy, le diría que sí.
-Me parece muy bien-asentí.
-Creo que sinceramente nos hemos preocupado demasiado por este asunto.
-Puede…
-Mira, sí, lo he estado pensando. Seguiré viajando mucho y aunque resida en Kyûshû podré venir muchas veces a la capital. Y con las nuevas tecnologías, como hemos dicho, no hay distancias ya.
-Ya-asentí.
-No pareces tú, pelirroja-me dijo, sorprendiéndome-Tú siempre eres la que da las soluciones a los demás, la que todo lo resuelve y te veo ahora como si no supieras que podemos hacer, como si nos enfrentáramos a un gravísimo e irresoluble problema.
-…-no supe que decir, él tenía razón y yo misma me había dicho eso ya varías veces.
-¿Sabes?...Hay una cosa a la que le llevo mucho tiempo dando vueltas.
-¿Sí?
-¿Por qué no te instalas en mi casa?
-¿En tu casa? ¿Ahora qué te vas a ir a Fukuoka?
-Hombre, no voy a venderla, me gusta ese piso-me explicó-Pero necesita ser habitado…Y, además, cuando estuviera en Tokio…Estaríamos juntos.
-¿Me estás proponiendo algo, Tai?-hice un esfuerzo por sonreír pero me sentía nerviosa…A mis dudas sobre el futuro de los dos, que seguían ahí pesé a la seguridad que mostraba él, se unía la incertidumbre de lo que se ocultaba con sus palabras.
-Podríamos dar un paso más en nuestra relación-dijo finalmente-Y…-se le notaba nervioso.
-Tendría que darle tiempo a Mimi para que se buscará una nueva compañera de piso-le dije-No está hecha para vivir sola…
-¡Claro!-respondió Tai, aunque yo sentía mis palabras más como una reflexión y una posibilidad que como una aceptación de su propuesta-De hecho, quien debería irse con Mimi es Izzy, y que se independice ya de sus padres.
-¿Qué, lo tienes todo pensado?-le pregunté, intentando ser optimista y queriendo ver con animación el futuro.
-Claro, pelirroja. Y dentro de poco…Bueno…Ahora mismo no tengo nada dispuesto para eso…-parecía nuevamente nervioso, quería decir algo pero no se terminaba de lanzar-Bueno, creo que nos tendríamos que casar.
-¿Casarnos?-repetí, aunque había intuido que la conversación podía llegar a ese punto.
-¿Es lo más correcto, no?-me preguntó, como perplejo-Nos casaríamos, te vendrías a vivir conmigo…Tendríamos un par de críos…No sé…Con tiempo, claro.
-Ya. ¿Y tú nos mantendrías con tu sueldo millonario?
-Bueno. En principio me suena bien-se encogió de hombros.
-Hace sólo unos días te pregunté si esperabas de mí que fuese esposa, madre y ama de casa, y me respondiste con un “claro que no”.
-Y era verdad.
-No me parece que hayas contado mucho conmigo y mis planes antes de elaborar tu visión de futuro.
-Hombre…Tú terminarías tus estudios y te dedicarías, bueno, a lo que quisieras.
-¿A lo que quisiera?-intenté controlarme, pero de repente me sentía irritada-¿No sabes a lo qué me dedico?
-Sé que estudias historia en la universidad-fue su sencilla respuesta-Cosa que no tiene muchas salidas, pero si te gusta yo no digo nada. Y luego tienes tu grupo de amigos que os reunís para hablar de cosas y tal.
-¿Esa es la opinión que tienes de lo que hago?
-…-tuvo que notar que se había pasado.
-Mira-le dije, conteniendo las ganas de darle una patada en la espinilla-Mejor será que dejemos de hablar antes de que nos tengamos que disculpar mañana por alguna tontería.
-Sí-asintió con pesadumbre, mientras se retiraba…Noté su mirada en la espalda antes de desaparecer por el pasillo, donde pronto le iría cruzar la entrada principal, pero no me volví hasta que supe que no estaría.
El sonido de unos pasos acercándose de repente me asustó. Por un momento temí que fuera Matt y que, tras haber oído algo, intentará uno de sus juegos conmigo, pero me relaje cuando Joe hizo su aparición por el pasillo con Gomamon en brazos.
-¡Ey, Sora!-me saludó aquel, conteniendo por poco un bostezo.
-¡Ja! ¿Tienes sueño?-me acerqué y me incliné sobre él como si fuera un bebé.
-Creo que los dos estamos cansados-comentó Joe-Y por eso nos vamos a casita. A dormir.
-¿Sí?-lo cierto es que a mí el sueño también empezaba a afectarme-Lo cierto es que yo también me iré pronto.
-Tenías razón-por un momento no entendí a qué se refería-La fiesta ha sido bastante divertida y agradable. Menos mal que al final he venido.
-Hombre, no podías faltar-dije, sonriendo.
-Fuiste muy amable conmigo esta mañana. Te lo agradezco.
-Es lo que haría cualquier amiga.
-Aunque suene raro te diré que espero no tener que devolverte algún día el favor-sonrió, cabizbajo, y por un momento casi pensé que se sonrojaría-Pero ya sabes que para lo que sea, estoy aquí.
-Gracias, Joe-le dije, agradecida por un lado y por el otro preocupada de si había escuchado lo que Tai y yo habíamos hablado…-Antes espero que no hayamos alzado mucho la voz-me atreví finalmente a decir, tanteándole.
-Tranquila.
-Supongo que te has enterado ya de la oferta que han hecho a Tai.
-Sí, algo he oído. ¿Es por eso por lo que…?-no se atrevió a terminar la pregunta.
-No del todo. Realmente lo que ha pasado es que…-me corté un momento pero lo cierto es que necesitaba sincerarme con alguien y Joe me pareció una buena opción-Que me parece que Tai no asume que una relación es cosa de dos y que no puede planear por su cuenta como debería ser “nuestra” vida. Él se ha montado su proyecto y, bueno…Se ha olvidado de que yo también tengo una vida aparte de ser su novia.
-Entiendo-asintió él-Una pareja no debería hacer planes por separado, al menos si quiere ser una pareja.
-Eso creo yo-asentí…-¿Y tú, qué me dices de ti?
-Yo ahora mismo estoy totalmente libre en ese tema-dijo sonriendo.
-¿Has olvidado ya a esa…-decidí no calificarla como me parecía por sí acaso-a Suzu?
-Es cosa del pasado-asintió él.
-¿Y tienes a alguna en mente?-me permití preguntarle.
-¿Te refieres a alguna chica?
-Hombre, sí, a menos que me digas que has cambiado de acera.
-No, sigo en mi sitio-rió-Y puede que si tenga a alguna en mente, pero lo veo difícil.
-Pues no lo veas-le dije-Un chico como tú, tan agradable, simpático, inteligente, bueno y, además, guapo, no debería tener muchos problemas para seducir a ninguna chica. Te lo aseguro.
-Bueno…No sé.
-Sólo necesitas ser un poco más lanzado.
-…-no parecía convencido-Bueno. Ya veré que hago.
-Tú. A por ella-y añadí, riendo-¡Pero usa protección, eh!
.
.
Poco después de Joe yo también fui a despedirme de Matt y de los demás y, saliendo del piso, emprendí la marcha hacia mi piso. Pensaba en lo que había hablado con Tai y, estando ya tranquila, me dije que quizá me había excedido en mi respuesta a sus palabras. Quizá él tenía razón y no estaba analizando las cosas con mi lógica de siempre, puede que por ser yo la afectada…Estaba reflexionando sobre ello cuando, poco después de haber salido a la calle, unas palabras me llamaron la atención:
-La fiesta de Matt no ha estado mal-no pude distinguir de quien era la voz, pero identifiqué el lugar de procedencia…Entre el bloque de pisos en que vivía el padre de Matt y el otro había una amplia calle entre cuyos carriles había un frondoso parque. La voz procedía del mismo, pero la persona, o personas si hablaba con alguien, quedaba al otro lado de los altos arbustos-Ha sido estupendo estar todos juntos una vez más.
Yo, llevada por la curiosidad, me acerqué y, aprovechando que no pasaba nadie por la calle, busque un hueco desde el que pudiera observar quienes eran. No tardé en encontrarlo y entre el muro de hiedra que separaba el pequeño parque de las calles, observé el otro lado. Los vi en una esquina que quedaba relativamente oscura, apartada de las farolas, a resguardo al lado de un gran árbol, pero en perfecta posición para que yo, desde mi puesto de observadora, los espiase: eran Ken y Yolei. A un lado pude ver como Wormmon y Hawkmon parecían dormir, medio acomodados sobre un banco.
-Creo que si vamos a tu casa posiblemente tus padres ya estén acostados-escuché que él le decía a ella.
-La verdad es que no tengo ganas de moverme de aquí-dijo, recostándose contra el grueso tronco que había tras ella-La noche es agradable y hace un agradable fresquito aquí…Y estamos tranquilos.
-La verdad es que sí-asintió él, pero no pudo añadir mucho más porque ella tiró de él y le colocó sobre ella...Él se inclinó sobre ella y allí, apoyados contra el tronco, empezaron a besarse. Yo me dije que era el momento de irme y que, en cualquier caso, no podía quedarme ahí…Aunque ellos quizá no pudieran verme, me exponía a llamar la atención de otros transeúntes…Sin embargo, no pude evitar quedarme al ver que no se veía a nadie…
Él le acarició suavemente las mejillas…Lo cierto es que yo todavía la veía un poco rara desde que hacía ya un año, se había operado para quitarse las gafas…Ella, más directa, fue con sus manos más directa a su entrepierna, que palpó, agarrando su bulto con las dos manos…Vi como él se relamía los labios…Me imagine, sonriendo malicioso, que debía tenerla ya bastante dura y, recordando su época como “superdotado” me pregunté si le quedaría algo de eso entre sus piernas…
Él volvió a besarla, esta vez más apasionadamente, mientras ella le desabrochaba, lenta pero con seguridad, el cinturón del pantalón, el botón y le bajó la cremallera. Mientras sus lenguas seguían jugando ella finalmente le sacó finalmente la verga y, a pesar de la distancia, pude percibir su tamaño, bastante bueno, y sobre todo que era gordita…Se fue terminando de endurecer en la mano de Yolei que fue directa a acariciar sus testículos.
Él no se quedó atrás, pasando a desabrocharle a ella sucesivamente la chaqueta y, después, la blusa. Ella le ayudó y así pudo ir más rápido. De hecho, no espero más a que se quitara ninguna de las dos prendas sino que, abiertas las dos, le apartó con cuidado pero sin pensarlo el sujetador y empezó a devorar con pasión las tetas de su novia… Que eran bastante grandes…Hubiera dicho que más que las mías… ¡Uf! Lo cierto es que me estaba calentando al verles.
Ella le estrechó contra sí mientras como un bebé éste gozaba de sus pechos. La diestra de Yolei, en tanto, no descansaba y había pasado a masturbarle, primero lentamente, lo que me permitía contemplar la gorda pollita de Ken en su mano, con el glande carnoso y la piel estirándose y relajándose…Desde luego yo estaba ya…Miré a mi alrededor y vi que la calle seguía despejada, pero no me atreví más que a acariciarme suavemente por encima de la ropa…
-Venga, Ken-le dijo ella-No quiero esperar más esta noche…
Entonces él dejo sus pechos y se inclinó para subirle a ella la falda que llevaba mientras se acomodaba delante de ella, sus cuerpos pegados y apoyados contra el árbol…Ella dirigió la verga de él hacia su coñito, apartando a su paso la tela de las braguitas…Y, tras un momento, cogiéndose de las manos, dieron el paso…Como para contener cualquier gemido se volvieron a unir en un profundo beso mientras el mástil de Ken desaparecía en el coñito de Yolei.
Contemplé atenta como aquella conchita abría sus puertas para acoger aquella gran masa, hasta que los carnosos labios rozaron los duros huevos. Vi el efecto de tan dura entrada en el rostro de ella, que cerró los ojos, llevada quizá del primer efecto y al poco, del placer. Él, sin embargo, satisfecho, se relamió claramente los labios…
-¡Oh, sí, Ken!-suspiró ella.
Él no respondió con palabras sino que, cogiéndola por una pierna que sujeto contra su cadera, empezó a moverse en un rápido movimiento de penetración. El cuerpo de ella vibraba contra el árbol al recibir sus cada vez más fuertes envestidas y él, mientras, volvió a devorar y a chupetear sus pezones…No pude evitar pensar en Tai y me terminé de poner a cien recordando nuestros polvos más excitantes…Si en ese momento hubiera aparecido a mi lado no sé cómo podría haberme contenido…
Seguía sin haber nadie en la calle, lo cual me pareció una dulce suerte…Y finalmente, mientras contemplaba como Ken seguía cogiéndose cada vez con más fuerza a Yolei, a la que veía a muy duras penas contenerse para no estallar en gemidos de placer, introduje mi mano dentro de mi pantalón, de mis braguitas y alcancé mi coñito…Como ya sabía, estaba húmedo, y, sin dejar de contemplar como Ken cogía a Yolei de la otra pierna y la ponía contra la otra rodeando su cintura para seguir envistiéndola contra el árbol, me llevé la mano a la boca y saboree mis propios y sabrosos jugos.
Ella se abrazó a él mientras se sujetaba más con sus piernas en su cintura y él, cogiendo sus nalgas, la alzó sin dejar en ningún momento de penetrarla. Ella empezó a besarle el cuello y a lamérselo mientras él la seguía hacer botando sobre su polla…Me imaginé a Tai cogiéndome se esa manera…La verdad es que alguna vez lo habíamos hecho, por el calentón, en la calle, pero me dije que debíamos probar en ese parque alguna noche…Ken y Yolei me habían descubierto un lugar estupendo y morboso para hacerlo…
-Me estoy sintiendo un poco nerviosa-oí que ella le susurraba-Como si alguien nos estuviera viendo… ¡Oh!
Yo, ante esas palabras, me retiré un poco, pero no lo suficiente como para dejar de verlos. Él pareció desestimar con un gesto sus palabras pero dijo:
-Estoy a punto… ¿Acabo y nos vamos?
-¡Sí!-afirmó ella inmediatamente.
Él aceleró y sentí el morbo y las ganas de hacerlo invadirme al escuchar el morboso sonido del golpeteo del cuerpo de Yolei contra el de Ken al ritmo de su agitada penetración…Escuché sus suaves jadeos…Estaba Ken a punto de terminar y no tardó…Al poco se la sacó y ella, notándolo, se desprendió de él y se colocó de rodillas, cogiendo rápidamente su pollita y masturbándola con energía…
Los jadeos de él adquirieron más ritmo y, al poco, eyaculó con fuerza y el rostro de Yolei fue cubierto progresivamente por la corrida de Ken…La verdad es que se me hizo la boca agua al ver la espesa leche mojando y deslizándose por su frente, sus mejillas, sus labios…Ella se introdujo la verga, aún dura, en la boquita, y se dedicó a limpiarla, hasta que la saco limpia…Después, con un dedo, fue llevando los restos de su cara a su boca…Todo mientras Ken no perdía ojo de lo que hacía…
-Bueno, vámonos-dijo Yolei, levantándose tras acabar y poniéndose la ropa. Ni ella ni él tardaron mucho en arreglarse y desaparecer por el camino del parque, tras despertar a sus respectivos compañeros.
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Lo cierto es que, después de aquella breve sesión de sexo que había presenciado, yo misma estaba muy caliente y con ganas de hacerlo…Pensé en Tai, al que suponía en su casa, pero en un primer momento, tras la mala separación que habíamos tenido…Pero por otro lado no quería entrometerme entre Mimi e Izzy, que se habían ido juntitos poco antes que yo de la casa de Matt…Y la idea de un trío con ellos no era lo mejor para mi relación con Tai…Finalmente, tras dudar un segundo, me dirigí a la casa de éste con el paso más rápido que pude pero sin correr…
Pero una cosa me interrumpió en mi caminata…Al pasar junto a un descampado que estaba frente a mi antigua casa, y por tanto también junto a la casa de los padres de Tai, con los que aún vivía Kari, vi el coche de éste aparcado en la puerta… Pero no tuve que dudar mucho pues en seguida se me presento una oportunidad de saber si estaba o no, cuando sentí unos ligerísimos pasos recorriendo lo alto de la tapia que separaba la calle del descampado… Me giré y vi a Gatomon caminando sobre el alto muro con sus ágiles y elegantes movimientos felinos.
-¡Gatomon!-le llamé, haciendo que se detuviera y, de un salto, bajara a mi lado.
-Buenas noches, Sora-saludó.
-Oye, quizá podrías decirme una cosa, entre tú y yo-le tanteé sin más, pues tenía gran interés en saberlo.
-Claro, dime.
-¿Has visto a Tai últimamente?
-Hace un rato-asintió ella-Llegó a casa y está allí.
-Muchas gracias, Gatomon-le agradecí mientras me preguntaba a mí misma si estaba lo bastante caliente como para buscarle en su casa…
-No hay de qué.
-Supongo que sus padres estarán durmiendo-comenté, aunque lo cierto es que más para mí que para Gatomon, pero me sorprendió con su respuesta:
-Los padres de Kari no están en casa.
-¿No están?-repetí, asombrada.
-Por lo que tengo entendido han tenido que ir a algo y volverán mañana-dijo a modo de explicación mientras, ya que estaba, aprovechaba para limpiarse una pata. ¡Uf! Incluso esa tontería servía para calentarme…
-Vaya-me sorprendía que ni Tai ni Kari lo hubieran comentado,…, ninguno de los dos, sobre todo Tai, era reservado con esas cosas.
-Bueno-de otro salto, ciertamente impresionante a mis ojos, volvió a su camino-Sigo a lo mí. Adiós.
-Adiós, Gatomon-me despedí, pero ya tenía otra cosa en mente…
Cruce rápidamente la calle aprovechando que no pasaban coches y, tras abrir la puerta del portal, fui directa por las escaleras –por mis prisas incluso el ascensor me parecía lenta-hacia la casa de los padres de Tai…Sentía unas tremendas ganas de abalanzarme sobre él para hacerlo como si no me importara el mañana…Nada más ocupaba mis pensamientos.
Llegue, sudorosa tras la subida, a la puerta y tomé aire antes de llamar suavemente, pues no quería que me oyeran los vecinos. No sabría decir si tardaban mucho o es que los nervios y la impaciencia me carcomían, pero me parecía que se pasaba la eternidad y no podía estarme quieta, cual si andará sobre brasas… ¿Qué estaría haciendo? Finalmente, para alivio de mi incipiente desesperación, Tai apareció en la puerta…Estaba a medio vestir, desnudo de cintura para arriba y con el pantalón mal colocado…Y descalzo…En otro momento me habría preocupado sobre por qué estaba así en una noche que no era nada calurosa, pero en ese momento sólo pensé que era perfecto para ir a la cama. Yo misma me asombraba de la calentura que de repente me había embargado…
-Sora-estaba francamente sorprendido-¿Qué haces aquí?
-Tai-logré contenerme-Debo decir que he estado pensando y creo que tenías al menos parte de razón en lo que dijiste y que me excedí en mi reacción.
-¿De verdad? Porque entiendo que te enfadaras…Verás…
-Espera-le corté-Es que ahora mismo no quiero que hablemos ni de tu contrato, ni de mi carrera, ni de tu casa ni de la mía…-me acerqué a él y puse mis manos en su pecho…Se notaba caliente-Sólo quiero que hagamos el amor-le dice lo más sensualmente que pude antes de empezar a besar suavemente su cuello.
-Sora…-él estaba paralizado, no sabía si por la sorpresa u otra cosa, pero no me importaba…Le empuje hacia el pasillo y cerré la puerta detrás de mí…
-Sé que tus padres no están-le dije, entre que lamía su pecho-Vamos a su cama-le sugerí…
Él, quizá todavía en shock por mi repentina aparición y por mi sedienta calentura, apenas dijo nada, pero no opuso resistencia cuando le cogí de las manos y le lleve al cuarto de sus padres…Al ver la amplia cama de éstos y las fotos familiares sobre los muebles…Mi morbo fue a más…
-¿Es qué te has tomado algo, pelirroja?-logró finalmente murmurar él con su conocido tono siempre burlón.
-Sorprendí a unos en la calle-le respondí, aunque ocultando la identidad de aquellos-Y me han dejado así-dije cogiendo su mano y metiéndomela bajo el pantalón para que palpará mis húmedas braguitas…
-Oye, no están mis padres, pero si mi hermana…
-Ahora mismo no me importa…-le besé, devorando su boca y gozando de su lengua-Por mí como si quiere mirar-añadí, relamiéndome los labios…
-…-finalmente, tras un momento de pensarlo, cosa que me sorprendió, él sonrió pícaro y noté sus dedos moviéndose y acariciando mi coñito por encima de la tela-Pues entonces, de acuerdo, pelirroja…En la cama de mis padres, para que no estés celosa de las proezas de Mimi-añadió, recordando claramente lo que habíamos hablado el día anterior…
Entonces él tomó la iniciativa y, de un fuerte empujón que me sorprendió, me echó boca arriba en la cama. Se colocó sobre mí y fue directo a mi entrepierna, desabrochándome los pantalones con manos ágiles y rápidas y luego, con movimientos ansiosos pero bien coordinados, me los fue quitando, junto con mis braguitas…Quede así desnudita de cintura hacia abajo y, mientras él arrojaba mi ropa al suelo, yo me toqué suavemente mi conchita y con mis dedos me la abrí para que la contemplara bien…Se relamió obscenamente los labios y vi en sus ojos el reflejo del deseo.
Finalmente se colocó entre mis piernas y sentí como besaba directamente mi colina de Afrodita. ¡Uf! Me sentía tan caliente… Él llevó sus dedos a mi rajita y fue recorriendo mis carnosas puertas…Sentía las yemas de sus dedos acariciando mis húmedos labios y cerré los ojos para concentrarme plenamente en ese sensación…
-Estás muy caliente, pelirroja-dijo-Aquí estás empapada…Pero yo sé lo que necesitas-añadió.
Sus manos se situaron a uno y a otro lado de mi rajita y, acariciando mi rajita, la abrieron poco a poco… ¡Ah! Su lengua empezó a recorrer mi coñito,…, al principio sólo de arriba abajo, profundizando cada vez más, como si quisiera follarme con ella, para luego jugar sobre mi conejito recorriéndolo sobre múltiples formas…Y mientras dos de sus dedos, de manos opuestas, apretaron mi clítoris y lo masajearon…Lo tenía realmente hinchadito y me sentía ardiendo por lo caliente…El placer me inundó como si fuera un vaso vacío sobre el que de repente se abre un grifo…
-¡Oh, sí, Tai…!-suspiré-¡Más, más…!-le pedí, casi suplicando.
-No te preocupes pelirroja, que voy a más…-me respondió.
Entonces, después de seguir un rato más saboreando y degustando mi rajita, se apartó y empezó a recorrerla con su índice…Al principio lo pasaba ligeramente, como en una breve caricia, pero enseguida fue presionando y al poco se hundió con facilidad en mi conchita…Sentí su dedo como flotando o nadando en mi interior, acariciando mi interior…Pero no estaría solo mucho tiempo. Un segundo se le unió al poco y con ellos Tai comenzó un movimiento de mete-saca… Y un tercero y un cuarto…Veía todos los dedos de su mano, en línea, desaparecer en mi rajita al compás de sus movimientos, y él mientras rodeó mi monte de Venus con sus labios, succionándolo con sus labios…
Y, de repente, sentí algo más…Tai había cerrado la mano casi formando un puño y ahora pugnaba por introducírmela por completo… ¡Oh!... Mi coñito se fue abriendo y vi como mi conejito engullía poco a poco su puño hasta la muñeca…Y él siguió empujando hasta que parecía haberme metido hasta la mitad de su antebrazo. Sentí sus dedos como agitándose en mi interior… ¡Tss! ¡Ah!
-¡Oh, Dios, sí!-gemí, inundada de placer…
-¿Qué, te gusta, eh, pelirroja?
-¡Sí, sí, no pares!-le pedí…Realmente me sentía…Como posesa…
Él, sin sacar la mano de mi interior, se movió sobre mí y, tras desabrocharme torpemente con su mano libre la blusa, empezó a besar mi vientre mientras me penetraba con su puño, que seguía empujando hacia mis entrañas…Pensé que quería meterse entero, pero pronto comenzó un movimiento de penetración, follándome con su puño mientras su lengua hurgaba en mi ombligo…
Le acaricié el cabello y, mientras seguía gozando de su puño, logré con mis temblorosas manos terminar de desvestirme quitándome la blusa y el sujetador… ¡Oh! Me acaricie los pechos, jugando con mis pezones, y sentí su lujuriosa mirada mientras lo hacía… Él avanzó más y logró rodear con sus labios la cumbre de mi teta derecha sin dejar de poseerme el coñito…Empecé a gemir fuerte…El placer me embargaba y la verdad es que a esas alturas no me importaba ni que Kari ni que nadie se enteraran de que estaba gozando como una zorrita de ser follada por mi novio…Pero su puño no me bastaba…
-¡Tai! ¡Métemela ya!-le pedí.
-Claro, pelirroja-me respondió y, tras morderme suavemente el pezón derecho, añadió-Lo que tú quieras.
Y, complaciéndome, cumplió mi petición. Primero sacó lentamente su mano de mi coñito…Que se lamió morbosamente…Y luego, pausadamente, se fue colocando sobre mí, besando y lamiendo mi vientre, mi ombligo, mis pechos, mi cuello y hasta mis labios mientras se posicionaba…Nos besamos apasionadamente y su lengua y la mía se envolvieron la una a la otra mientras la punta de su pollita alcanzaba y acariciaba mis otros labios… Yo estaba caliente y, poniendo mis manos en sus nalgas, le presioné para que, de una vez y hasta el fondo, me clavara aquella firme espada.
Sentí como según mi deseo me clavaba su larga polla hasta el fondo, hasta mi oscuro interior…Ya me había abierto lo bastante como para que ahora su polla encontrará el camino expedito y al poco y sin más ceremonia me estaba cogiendo con una inusitada serie de fuertes embestidas…A esas alturas gritaba como una loca…Mis exclamaciones de placer era más que excesivas pero no me importaban, formaban parte de la delicia que me embargaba…
El duro miembro de Tai estaba devastador y como señor en mi conchita, estirando al máximo la entrada, y yo le rodeé con mis piernas, queriendo sentirle más y más adentro…Sentí una corriente de placer que me llenó desde los dedos de los píes hasta la cabeza y finalmente, mientras él me empujaba cada vez con más fuerza, haciendo chocar ya la cama violentamente contra la pared, sentí el culmen de un tremendo orgasmo…
-Tai, Tai-no pude articular más que su nombre mientras las primeras convulsiones me llenaban y sentí como mi coñito bañaba en sus jugos aquel gran mástil-Me…, me…
Un último gran grito a modo de cisne acompañó al inicio de un sublime orgasmo como nunca los había conocido…Las piernas me temblaban de una forma que no podía parar y de mi rajita manaban los jugos casi como de una pequeña fuente, empapando las sábanas… Él, mientras yo me retorcía del más puro placer bajo él, siguió clavándomela y devorando mis pechos…
Aún después del largo rato que me pareció que, para mi alegría, duro el efecto del orgasmo, tarde un poco relajarme y seguí respirando agitadamente en la cama, notando el sudor que cubría mi cuerpo…No sabía qué extraña excitación me había embargado en ese parque al espirar a Ken y a Yolei, pero desde luego, nunca había gozado antes de esa manera… Tai me observó unos mientras me relajaba y se dedicó a acariciar mi cuerpo desnudo…Mi pecho, mi vientre…Y a llevarse mis jugos a su boca, para saborearlos…Pero aquella noche, antes de dormir, iba a querer algo más…Él también tenía derechos y, cuando le vi acariciarse su duro miembro, no lo olvidé.
Con la mano derecha busque su polla, dura como una roca, y comencé a acariciársela suavemente. Él se acercó y, para que lo tuviera más fácil, se colocó de rodillas sobre mi pecho, rodeándome con las piernas… En esa situación comencé a masturbarle con la derecha mientras la izquierda le amasaba los testículos… ¡Um! ME gustaba sentirlos calentitos y ver su cara de placer mientras se la manoseaba…
Después de estar acariciándola un rato y temiendo por su respiración que no fuera a aguantar mucho, sin más, apunte su polla para abajo, hacia mi boca, y pase a metérmela en ella…Succioné el glande con mis labios mientras mi lengua jugueteaba sobre él y lo recorría, con especial atención al agujerito que lo coronaba…Él cogió mi cabeza y buscó meterme toda su verga en la boca, pero apenas me metió poco más de la mitad antes de que tuviera que pagar y yo intentara toser, casi ahogada. Pero con todo, le deje empezar a follarme la boca, cosa que hizo rápidamente…
Y mientras él hacía esto, yo palpé su culito y pronto empecé a palpar por ese lugar…Su agujerito pronto apareció y mis dedos empezaron a recorrerlo…Con Tai no había hecho muchas cosas en ese sentido, pero en ese momento, me sentía decidida. Así que, mientras él aligeraba en su cogida de mi boca, yo le introduje muy lentamente un dedito en el culo. Él mostró en su rostro que tuvo que contenerse para no quejarse, pero no me dijo nada, por lo que seguí jugando con ese dedito en su culito…Y le introduje al poco un segundo…
-¡Oh, pelirroja!-jadeó en ese momento…Y pronto noté por qué. Las contracciones de su culito me indicaron por adelantado lo que me esperaba y al segundo noté como se corría en mi boca…Gocé escuchando sus gemidos mientras vaciaba en mí su espesa leche a través de calientes borbotones que me llenaron hasta la garganta y que empezaron a caer por la comisura de mis labios…
Noté como su pene se fue como deshaciendo en mi boca y al poco lo saco, todavía con un hilillo de semen brotando de él…Hilillo que no dude en tomarme también, dejándole la colita limpita, tras terminar de saborear el que me había dejado en la boca…
Tras eso, él se tumbo, claramente satisfecho en la cama, y yo por un momento me quedé a su lado…La verdad es que yo también había quedado más que contenta…