Cuatro Corazones (Capítulo 3)

Tercero de los nueve capítulos de "Cuatro Corazones".

Capítulo 3

-Pues al final no me he enterado de quién era el malo-admití cuando salimos del cine.

-La esposa, Mimi-me dijo T.K.

-A mi, personalmente me ha parecido aburrida-soltó Tai, haciendo un amago de bostezo-Salvo un par de escenas no ha habido emoción ni acción.

-Que sorpresa, siempre dices lo mismo cuando vamos al cine-comento Sora-A mi me ha parecido moderadamente bien, pero el final ha sido algo,…, les ha quedado poco fino. Eso sin contar con que el pretendido contenido político ha sido simplista a más no poder.

-A mi la actitud del protagonista me pareció extraña-intervino Cody-De,…, no me acuerdo como se llamaba el personaje, el  interpretado por Ewan McGregor, no sé porque al final de la película se delata, como jactándose de haber descubierto la verdad, le hubiera ido mejor sino hubiera sido tan pretencioso.

-Esta película le hubiera gustado a Izzy-apuntó Kari-Lastima que no pudiera venir.

-Me resulta increíble que Izzy tenga que prepararse a toda prisa un examen-dijo Matt-Él no es como Tai, que siempre se ponía a estudiar la noche anterior.

-Eso no es verdad, Matt-le respondió éste-No me ponía siempre la noche anterior,…, eso solamente lo hacía cuando el examen era a una hora temprana. Cuando era por la tarde, me ponía a repasar esa misma mañana-dijo, y todos estallaron en risas.

Yo sólo pude esbozar una sonrisa. Pensaba en Izzy,…, “¿Qué estaría haciendo ahora?” Había insistido en ir a ver la película que el me había mencionado por la mañana, no sé del todo por qué, dado que no era del tipo que me solía gustar… Salvo por Ken y Joley, que estaban en China, era el único que faltaba. Faltar… “Es probable que mi abuela, dentro de poco, falte para siempre”… Esa idea me hizo estremecerme… Pero al intentar pensar en otra cosa sólo la imagen de Sora surgió en mi mente… Aquella tarde habíamos hecho otra vez el amor, era la primera vez que nos dejábamos llevar desde que salía con Izzy… Y ahora dudaba, me sentía algo mal, culpable. Estaba pensando en eso, algo distraída, cuando choqué contra Sora, que caminaba delante de mí.

-¡Perdona!-dije.

-No pasa nada-me respondió-Oye, Tai, ¿no iras a coger eso?, está sucio.

-Tampoco es para tanto-le dijo agachándose y recogiendo algo del suelo. Yo rodee a Sora para ver que era al tiempo que los demás también se acercaban para ver porque nos habíamos detenido: Era un balón de fútbol, aunque muy sucio. Lo cierto es que me dio algo de cosa cuando Tai lo cogió-Sólo es algo de polvo y barro…-dijo examinándolo,…, y después de mirar alrededor de donde estábamos saltó-¡Ey, chicos!, ¿qué os parecen unos pases en ese parque de ahí?

-No me digas que tienes ganas de jugar ahora-dijo Matt.

-Yo siempre tengo ganas de jugar, por eso soy tan bueno-le respondió Tai, sacando pecho, como siempre-¿Qué dices, Sora? ¿Un partidito?

-Primero, no me parece una buena idea, y segundo, ¿crees que puedo jugar con estos zapatos y con esta ropa?

-No seas tan delicada, pelirroja-le replico éste-Lo que se ensucia, se limpia y ya esta.

-¡Yo sí me apunto!-saltó Davis.

-¡Perfecto!, Ya somos dos, ¿quién más se apunta?-Fue señalándonos-¿Matt, TK, Joe, Cody, chicas?-pero tras dos minutos de un espeso silencio se dio por vencido-Que poco espíritu deportivo tenéis-dijo soltando nuevamente el balón, que cayo al suelo y rodó ligeramente hasta quedar parado junto a una farola. Sin embargo se quedo parado, mirándonos con ojitos de perro degollado.

-Bueno, vale-se rindió finalmente Sora-Pero no más de quince minutos, y yo no pienso ni tocar ese balón con las manos, ni hacer nada que me manché la ropa, ni ir después a ningún sitio con alguien que vaya cubierto de barro.

-¡Estupendo!-replicó Tai cogiendo el balón y cruzando la calle hacía el parque. Lo cierto es que su ánimo, algo infantil, era realmente estimulante.

Con cuidado, crucé la calle con los demás, y mientras algunos se ponían a jugar, yo me dirigí a sentarme en un banco cercano. Los deportes como el fútbol o el baloncesto, etc. nunca me habían llamado la atención.

Estaba mirando como jugaban intentando no pensar en ninguna de mis preocupaciones cuando Matt se acercó y se sentó a mi lado. Estuvimos en silencio unos minutos, la verdad es que hacia bastante tiempo, o eso me parecía, que no nos veíamos, más allá de cuando nos juntábamos todos. Hice como sino me diera cuenta de su presencia, no quería recordar el mal sabor de boca que me dejo aquella experiencia.

-Te veo muy bien esta noche-dijo.

-Gracias-me limité a responder, pensando que con mi sequedad él no volvería a intentar entablar una conversación.

-Así que estás con Izzy.

-Sí.

-La verdad es que no me lo esperaba-siguió hablando-Bueno, que él se fijará en ti si es fácil de comprender, pero no pensaba que fuera tu tipo.

-Yo pensaba que lo más comprensible para ti hubiera sido que se fijará en mí solamente después de ser rechazado por Sora-no pude evitar decirlo, aunque nada más pronunciar esas palabras me sentí algo mal,…, pero aquella noche no me sentía con fuerzas para sostener una charla incómoda como aquella y quería que se fuera a otra parte.

Él se quedo un momento callado. No le quise ni mirar, pero supe que mis palabras le habían cogido por sorpresa.

-Así que sigues pensando que solo quería estar contigo porque Sora me dio largas.

-Claro que lo pienso-no pude evitar replicarle-Durante todo un año estuviste tanteándola, hasta que finalmente un día se decantó finalmente por Tai. Sólo entonces, cuando pasó un mes y viste que no te quedaba ninguna posibilidad con ella, entonces te acordaste de que existía. No me arrepiento de no haberte recibido con las puertas abiertas, si es lo que esperabas.

-Fue demasiado evidente como para negarlo, pero te aseguro que eso no fue nada, no estaba enamorado de Sora,…, simplemente estaba confundido.

-Estuviste confundido todo un año, justo el año en que Tai y Sora se distanciaron y creías tener una posibilidad, pero, ¡mira que maravilla!, en cuanto viste que no, recuperaste la cordura. Perdona si no me convenzo demasiado con tu versión de los hechos.

-Entiendo que estés enfadada.

-No estoy enfadada, no me importa lo suficiente para enfadarme, pero no me tomes por tonta. Además-continué-No te molestes en intentar nada, como ya sabes, ahora estoy con Izzy, y me va muy bien con él. Es mejor que tú en todos los aspectos. Incluso en la cama-añadí en un intento de fastidiarle, pero no parece que se percatara.

-Ya sé que he perdido toda oportunidad de que me correspondas, sólo quiero que sigamos siendo amigos.

-Lo seremos cuando dejes ya el tema, y ahora no quiero seguir hablando-sentencié, dándole la espalda para que entendiera que no quería seguir hablando. Él, captando la señal, no tardo en levantarse y alejarse.

No estuve mucho tiempo sola, pues nada más irse Matt llegó Sora. Iba cubierta de barro de rodillas hacia abajo.

-Parece que ya no iré a ninguna parte-dijo sentándose a mi lado-Debería haberlo sabido, pero bueno, tampoco pasa nada.

Estuvimos las dos un momento en silencio.

-¿Te ha molestado Matt?

-No. Solamente resulta demasiado persistente.

-Di más bien que resulta muy pesado.

-Sí-sonreí-Y yo creía que ahora, al estar con Izzy, me dejaría tranquila.

-Fuiste demasiado optimista.

-Ya lo veo.

-Por cierto-saltó de repente-¿Tú crees que le pasa algo a Joe?

-¿A Joe?-hasta entonces no me había fijado en él, pero entonces le mire. Estaba sentado en un banco cercano, cabizbajo-Sí, podría, ¿pero qué?

-Le he preguntado antes y me ha dicho que no, pero sé que miente. Y creo que es por Suzu. He oído el rumor de que ella este fin de semana le dio plante o algo así, pero no sé si son noticias de fiar… ¿Tú has oído algo?

-No.

Sora iba a decir algo cuando se acercaron Tai y los demás.

-Ya nos podemos ir, pelirroja-espetó sin más.

-¿Ya os habéis cansado?-pregunté.

-Realmente no-respondió Davis-Pero se ha pinchado el balón-y lo alzo con las manos, totalmente deshinchado.

-Yo me voy ya a mi casa-intervino Cody-¡Hasta luego, chicos!-se despidió.

-Sí, creo que ya es hora de que nos separemos por esta noche-Sora calló de repente-¿Dónde están T.K. y Kari?

Durante un segundo todos los buscamos con la mirada.

-Parece que se han ido-dije.

-Ah, sí…, creo que T.K. tenía algo especial para Kari por su,…, que era,…, ah, sí, por eso de que llevan uno o dos años, no me acuerdo bien-dijo Tai.

-Es bueno que al menos uno de los hermanos Yagami tenga constancia de los días especiales-le pico Sora-Seguro que ni te acuerdas de nuestro día.

-Contigo todos los días son especiales, pelirroja-reaccionó Tai rápidamente-Pero claro que me acuerdo de “ese” día,…, ¡ese 30 de febrero fue inolvidable!

No pude evitar sonreír ante su nueva gracia. También Sora. Davis reía de forma exagerada, como solía con los chistes y broma de Tai.

-Bueno, yo también me voy-dije entonces-Tengo algo de sueño-Era verdad, pero lo cierto es que pesó más la naciente esperanza de que Izzy se pasará por mi casa cuando terminará lo que estaba haciendo-¡Nos vemos, chicos!, ¡hasta luego, Sora!

-Espera, que te acompaño-me dijo ésta.

-¿Cómo?, ¡pelirroja!-saltó Tai-¿No te vienes a mi apartamento esta noche?

-No, hoy tengo ganas de dormir en mi casa-le dio la espalda bruscamente, yo también estaba sorprendida, pero al poco se volvió hacia él y añadió con tono sugestivo-Pero vente si quieres.

-¡Pues claro!

Decidido así, nos pusimos los tres en marcha tras despedirnos de los demás. Al principio íbamos en silencio, con algún comentario ocasional de Tai. Pero al poco Sora le dijo:

-Oye, Tai, ¿sabes que me apetecería?

-¿Qué?

-Un helado de fresa, ¿por qué no te acercas a esa heladería a la que vas tú a estas horas porque esta siempre abierta?,…, no me acuerdo del nombre, pero creo que esta cerca, ¿no?

-Bueno, sí, esta “relativamente” cerca, pero,  ¿te apetece un helado ahora?

-Sí,…, claro. ¿Tú quieres un helado, Mimi?

-¿Eh? No, gracias.

Durante un momento Tai puso una cara extraña, pero finalmente se encogió de hombros y se separó de nosotras, en busca del helado de su novia. Nada más alejarse, Sora me interpeló:

-¿Qué tal estás?

-Bien.

-Te noto como apagada hoy, ¿sigues pensando en tu abuela?

-Sí, en parte.

-Seguro que se recuperará.

-Lo sé.

-¿Y con Izzy no ha pasado nada que yo no sepa, no?

-Claro que no, aunque pienso mucho en él. Le acabo de ver hace poco y ya es como si no le viera desde meses o años.

-Sí, son los primeros días. Todo momento con la pareja parece poco.

“Los primeros días” ¿Es que es solo eso? ¿Un encaprichamiento pasajero? No me había planteado quizás con la suficiente seriedad lo que esperaba del futuro de mi relación con Izzy. Quizás era eso lo que subyacía detrás de todo: incertidumbre. Entre Izzy, nuestra relación, su tarea para Gennai, el tema de mi relación con Sora y la enfermedad de mi abuela,…, eran muchas cosas a la vez. Y una pregunta me vino a la mente.

-Oye, Sora, ¿y vienes acompañándome a casa por hacerme estas y seguro que más preguntas? Esta tarde me dijiste que iríais los dos a su casa.

-Sí, es verdad, pero si Izzy se pasa a verte esta noche o mañana temprano, quiero saber,…, bueno, ya sabes, creo que te lo habrá contado.

Tardé un poco en entender de qué hablaba.

-¡Ah, sí! Pero él dijo que probablemente no era nada.

-Ya, pero prefiero oír la confirmación cuanto antes.

-¿Pero no será nada, no?-Realmente no me había parado a pensarlo hasta ese momento, pero prefería no imaginar nada.

-No lo sé.

Hubo un momento de silencio.

-Y dime-siguió diciendo ella-¿Te sientes bien después de lo de ésta tarde?

-Sí… Bueno, quizá un poco mal porque,…, estoy con Izzy y él no tiene ni idea. Nada puede ocultar el hecho de que le he sido infiel.

-Sí, te entiendo. Tienes que poner en orden ese asunto cuánto antes. No quiero renunciar a ti, ¿sabes?-se fue acercando-Pero tampoco que empieces a sentirte mal cada vez que hagamos el amor.

-Sí-no puede más que asentir pues sus labios se posaron sobre los míos, cerrándolos.

Cuando nos separábamos yo iba a decirle algo más al respecto cuando Tai volvió con su helado.

Aquella noche me fue mi turno de estar despierta mientras otros disfrutaban.

Me había retirado a mi habitación cuando empecé a oír ruido de muebles al desplazarse… El sofá del salón. Me imaginaba que es lo que me encontraría y la excitación me hizo levantarme e ir a mirar.

Ya tenía mucha experiencia haciéndolo, por lo que me deslice en completo silencio por el pasillo hasta que el salón quedó a mi vista. Como imaginaba, Sora estaba contra el sillón, que se había desplazado hacia delante, mientras Tai la besaba apasionadamente, metiéndole la lengua hasta la garganta. Ella se limitaba a dejarse hacer mientras las manos de él recorrían su cuerpo, ya muy conocido para éstas.

Tai le quitó entonces la camisa y le desabrochó con mano ágil el sujetador, dejando aquellos deliciosos senos a su alcance. Empezó a lamerlos, repartiendo lametones primero de forma alternativa y luego concentrándose en uno, succionando los pezones y dándole pequeños mordiscos.

Ella le acarició la cabeza y, entonces giró la cabeza y… Me vio. La verdad es que sobresalté. Ella ya sabía que a veces la espiaba y yo sabía que ella lo sabía, pero nunca me había sorprendido de forma tan descarada. Pero ella se limitó a sonreír y, además, se movió para girar con el sillón de manera que Tai quedara dándome la espalda.

El siguió comiéndose alternativamente una u otra teta mientras Sora se acariciaba la libre con la mano.

-Así, sí, Tai-le dijo-Como te gusta comerlas, ¿eh?

-Pues claro, tienes unos melones que me vuelven loco, Sora-le contestó él.

Ella le fue empujando suavemente hacia abajo mientas la lengua de él recorría al tiempo su vientre, introduciéndose en su ombligo, hasta alcanzar su pantalón. Tai se separó un momento y le sacó el calzado y luego el resto de la ropa. Apenas unas horas después de nuestra experiencia volvía a tenerla desnuda ante mis ojos, aunque como la vez del callejón, sólo podía mirar.

Tai se introdujo entre sus piernas, abriéndoselas, y comenzó a lamerle el coñito. No lo percibía muy bien dada la posición, aunque ella volvió a girarse levemente, intentando que yo siguiera sin ser vista por Tai al tiempo que podía obtener la mejor visión posible. Estaba mojadita y lo que hacía Sora, queriendo claramente que la contemplase follando con Tai me daba un morbo increíble. Por un momento me dije que algún día ella también debía mirarme hacerlo con Izzy… Me llevé la mano por debajo de mis braguitas y mi conejito acogió, tan mojado estaba, mis dedos nada más bajar. Recordaba perfectamente que hacia menos de una semana que, espiando también a Tai y Sora, me había masturbado como en aquella ocasión…Y con Izzy mirándome.

Deje de pensar en eso. Ahora lo que me interesaba era la comida de coño que Tai le hacia a Sora. Se había puesto de manera que podía ver bastante bien la lengua de él recorriendo muy bien sus pliegues, su vulva, los alrededores, el monte de Venus…Dándole abundante saliva, metiendo la punta donde la entrada cedía.

Luego los dedos hicieron su aparición. Tai no tuvo paciencia ninguna y le introdujo los tres dedos centrales de su mano derecha de un solo movimiento, presionando y a las bravas… Ella gimió y apretó la cabeza de él contra su entrepierna.

-¡Oh, Tai! Me encanta cuando no te andas con delicadezas-le dijo.

-Claro que sí, pelirroja-le replicó, levantándose-Y ahora, prepárate, que te voy a follar.

Dicho y hecho. Nada más pronunciar esas palabras, Tai se bajó los pantalones y se saco su polla, ya dura y muy rígida. En la posición en que estaban pude verla bien y la verdad es que, como siempre, me pareció inmensa. Era la más grande que conocía, y la verdad es que había probado algunas ya…

Él cogió las piernas de Sora y las colocó alrededor de sus caderas mientras ella se agarraba a su cuello y hombros. La punta del pene de él quedó cerca de su vagina, pero no tardo en ajustarla con la mano y al poco, de un empujón y con el auxilio de la gravedad, se la clavo por completo en el coñito a Sora.

Con sus fuertes brazos empezó a hacerla botar y a cogerla. Ella gemía de la forma más excitante que había escuchada, al compás de la penetración.

-¡Sí, Tai!-decía entre sus jadeos-¡Fóllame, fóllame, fóllame!

-No hace falta que me lo repitas, pelirroja-se burló él, acelerando en sus movimientos.

Yo ya tenía que tener cuidado. Seguía masturbándome, pero debía procurar que Tai no me descubriera… Los recuerdos se agolparon en mi mente… Todas las veces que había estado con chicos y con Sora se arremolinaron en una gran secuencia porno en mi cabeza, acompañando a lo que me enseñaban los ojos y a lo que mis dedos producían en mi coñito…El placer era inmenso.

-Vaya, pelirroja. Esta primera ración va a salir pronto-le dijo.

-Rápido, siéntate en el sillón-le replico ella-Y cierra los ojos hasta que yo te lo diga.

Él, dejándola en el suelo se sentó, cerrando los ojos tal y como ella le había pedido. Entonces, algo que me pareció increíble. Sora me hizo claros gestos de que fuera hacia ellos mientras se arrodillaba delante de Tai. Los repitió al ver que al primero no había reaccionado.

Yo me acerqué con cuidado. Tai, desnudo de cintura para abajo estaba sentando en el sofá mientras su novia se introducía toda su pollita en la boca, lamiéndola, jugando con la lengua en la punta. Sora me hizo un gesto de que esperara. Yo no sabía que se proponía…

-¡Ah! Pelirroja… ¡Ya sale!

Y entonces se corrió. Yo no lo veía porque la punta de la polla de Tai estaba en la boquita de Sora, pero se veían ciertos hilillos correr fuera de los labios. Ella siguió lamiéndolo hasta dejarla limpia.

Sora, en ese momento se levantó y puso su mano derecha sobre los ojos de Tai, pensé que era para asegurarse de que no miraba, ¿pero qué no miraba qué? Me hizo una seña para acercarme con la izquierda. Yo temía que Tai me descubriese, pero era morboso estar tan cerca, más de lo que nunca había estado al espiarles, llamada por Sora. Y ella me acarició la mejilla izquierda cuando estuve al lado y me atrajo hacia sí para besarme.

Y cuando sus labios abrieron los míos y nuestras lenguas se encontraron, una gran cantidad de un gelatinoso y templado líquido, con un tono entre ácido y dulce, me invadió de repente la boca. La lengua de Sora me lo fue suministrando al empujarlo y yo, sin resistirme, lo fui tragando según podía… Era la corrida de Tai… No tenía ninguna duda. Cuando me lo tome todo se puso un dedo en los labios como petición de silencio y acto seguido señaló la puerta de mi cuarto. Yo entendí lo que quería y, obedeciendo, me retire rápidamente. Aunque no pude dormir antes de mojar mis sábanas con el fruto de la masturbación.

Aquella noche debía estar más cansada de lo que me imaginaba, dado que cuando al día siguiente me desperté eran ya las nueve y el sol iluminaba plenamente mi habitación. No es que tuviera ese martes nada que hacer especialmente, pero me enfadé conmigo misma por ser tan dormilona. Además, ni siquiera había dormido del todo bien, había tenido un mal sueño en que me había visto en el funeral de… No, no quería recordarlo. Lo primero que noté fue hambre, y me concentré en ella para olvidar la pesadilla, pensando en el desayuno mientras me aclaraba un poco la cara en el lavabo.

Y cuando fui a la cocina me llevé una sorpresa. Ahí estaban Izzy y Tentomon, hablando los dos con Palmon. Y aunque habíamos quedado no sé por qué me pareció una escena rara. Al entrar, los tres se volvieron para saludarme. Izzy se me acerco y tendió una taza.

-Te he preparado un café-dijo antes de besarme-Por cierto, Sora me ha contado qué os lo pasasteis bien anoche,…, y que visteis la película que yo quería ver.

-Ah, sí-me limité a musitar, todavía mi mente no estaba despejada del todo-¿Dónde está Sora?-pregunté sin darme en la cuenta de lo sencillo de la respuesta.

-Se fue hace una hora, a la universidad. Tai se fue con ella.

-Ah-asentí mientras tomaba el café-Oye-dije al acordarme de pronto-¿Y tú tarea qué tal? ¿Te llevó mucho tiempo?

-Lamento decir que mal y que sí-su tono sonaba preocupado-Estuve diez horas en mi labor, y no he conseguido nada concluyente.

-¿Eso qué quiere decir?

-Quiere decir que puede haber “algo” en la frontera del mundo digital. Puede ser una falsa señal o no. Y si hay algo puede no ser un problema o ser una amenaza. No se sabe nada de momento.

-Vaya. ¿Y qué se supone que vamos a hacer? ¿Has informado ya a Gennai?

-Claro. Dijo que iba a preparar algo, pero no nos ha dado demasiada información de momento. Tai ha decidido que lo mejor es que siga siendo,…, como decirlo, algo entre nosotros cuatro, no hace falta poner nerviosos a los demás por una posible falsa alarma.

-Entiendo.

-¿Pero tú qué tal estás? Te noto extraña, ¿algo te preocupa?

Durante un momento, la imagen de mi abuela, como el flash de una cámara, ilumino mi imaginación. Pero pensé que no era el mejor momento para distraer a Izzy con mis problemas. Ni siquiera con el secreto que Sora y yo teníamos y que debía decirle… Pero todavía no.

-No, no,…, estoy perfectamente.

-¿Segura?

-Sí… ¿Y tú qué tal hoy? A parte de cansado por la larga noche que has debido pasar.

-Estando contigo no puedo estar mal-dijo no sin sonrojarse ligeramente.

-¡Qué cosas dices!-dije-Además no estoy arreglada ni nada, voy en pijama-señalé, abriendo los brazos como para que fuera más evidente, aunque nada más terminar de pronunciar las palabras, me pareció una tontería.

-Pues yo te veo perfecta-dijo levantándose y acercándose a mí. Su tono, aunque un poco cortado, era evidentemente insinuante.

-Eres un adulador-dije en forma similar, dejándola la taza encima de la mesa mientras ya sentía sus brazos rodeándome.

Pero en ese momento, no sé por qué, a mi mente volvieron las imágenes de la pesadilla. Yo sola, vestida de negro, ante la tumba de mi abuela. Por un momento me pareció sentir un frío helador que me congeló hasta los huesos. Ese viento, aún ficticio, me dejo desalentada. Él debió notarlo:

-¿Estás bien, cielo?-notaba su calido aliento en mi cuello.

-Sí, perdona. Es que de repente he notado algo raro-me sentía algo extraña. Había estado toda la tarde y noche anterior añorándole, y ahora que le tenía cerca, algo me había,…, ¿cómo definirlo? “Apagado”-Esta mañana he tenido un mal sueño y me ha dejado un poco “así”, pero estoy bien.

-¿Una pesadilla?

-Sí.

-La verdad es que eso me recuerda una cosa-dijo sonriéndose.

-¿A qué?-pregunte.

-Hace una semana yo también tuve un sueño que también me dejo “impactado”, aunque en mi caso era positivo.

-¿Sí?, ¿de qué era?

-De tú y yo, sobre la cita que íbamos a tener el viernes.

-Ah, ¿y terminaba bien?

-Sí-respondió-Aunque la realidad luego fue mejor-dijo besándome el cuello.

Yo le respondí besándole también al tiempo que mis manos, mecánicamente, desabrochaban los botones de su camisa. Recordando repentinamente lo que vi ayer y lo que trague ayer… Me puse a tono enseguida.

-Vamos a mi cama-le dije.

-Vale-asintió.

Fuimos andando hasta a mi cama mientras las prendas de ropa iban cayendo por el camino y nuestras lenguas no dejaban su particular enfrentamiento. Cuando llegamos le arrojé de un empujón contra la cama que lo dejo tumbado, lo que aproveche para ir directa a por esa verga, ya medio erecta que asomaba entre sus piernas.

Empecé a besarla y a lamerla con pasión ansiosa, antes de introducírmela todo en la boca, aunque apenas podía cuando terminó de endurecerse entre mis labios. Él me acariciaba los despeinados cabellos mientras yo recorría su pollita con mi lengua, lamiendo el mástil primero lenta pero cada vez más rápidamente desde los huevos hasta el glande, que succionaba fuertemente antes de volver a descender. Una de mis manos dirigió sus dedos, después de ensalivarlos, a su culito, y mi índice entro en su ano, explorándolo. Justo me la metía toda en la boca cuando el dedo corazón y el anular fueron, uno a uno, siguiendo a su compañero.

Me la fui metiendo y sacando de golpe de mi boquita, dándole mucha saliva mientras mis dedos exploraban su culito y lo dilataban poco a poco. Izzy gemía y, recostado, levantó un poco más su culito para que me pudiera mover mejor. Al final le había cogido el gusto a que le explorara su culito.

Pero entonces noté sus manos agarrándome los hombres y alzándome.

-No puedo aguantar más, Mimi-me dijo.

Acto seguido me tumbo boca abajo sobre la cama y, cogiéndome por las piernas, puso mi culito en pompa. Entonces su lengua hizo su aparición, recorriendo desde mi conchita a mi ano, sumergiéndose en ambas entradas. Pero al poco se retiró.

Y su polla apareció en su lugar entrando de un empujón en mi húmeda conchita. Me la introdujo de un solo golpe, note sus huevos chocar contra mi piel.

-Perdona, Mimi, pero desde ayer estoy así de caliente y tengo que desahogarme-se excusó.

-Claro, Izzy-repliqué-Fóllame todo lo duro que quieras-le pedí entre los primeros gemidos que el cuerpo me empezó a hacer soltar.

Su polla empezó con dudas embestidas en que me la clavaba de un golpe en pocos segundos y se retiraba lentamente antes de volver a clavármela a lo bestia. Estuvo así un largo rato, tomándome por mi conchita mientras yo gemía y sólo podía desear que no parase cuando aceleró y le dio más ritmo…

Y en un momento dado la sacó completamente y la puso en mi culito. Yo me sobresalté, pero no intente nada. La punta de su polla apretó contra mi agujerito y éste cedió. Noté su polla ir taladrando, abriéndose paso entre mis cerradas carnes, hasta meterse por completo. Un intenso destello de dolor me hizo apretar los dientes, pero la mano de Izzy en mi coñito, masturbándome con suavidad, me alivió…

Y sus embestidas regresaron, aunque en esté momento era mi culito el que las recibía, cada vez más ricamente… hasta ahora Izzy era el único que lo había tenido y me lo estaba poniendo como un bebedero de patos… y me gustaba, me sentía más putita que nunca cuando me daba por culo…

-Qué culito tienes, Mimi, es una gozada-me dijo.

-Es todo para ti, Izzy-le dije.

-¡Cómo gozo!

Tras decir eso, la sacó y volvió a metérmela en mi coñito, y luego al revés… Y así fue follándome alternativamente por mi coñito y mi culito. Sentía mis orificios totalmente abiertos, me sentía follada al máximo…

-¡Oh, sí, Izzy!

Y finalmente llegué a un tremendo orgasmo…

-Eso ha estado muy bien-le dije. Pero entonces se me ocurrió que me apetecía algo especial.

Me salí y, quedando de rodillas ante él, le bese, metiéndole la lengua todo lo que podía mientras mis manos acariciaron su culito y su dura y caliente verga. Una de mis manos entró entre sus nalgas y mis dedos volvieron a jugar con su ano. Él al principio dio un respingo, pero se controló en breve y pude jugar por ahí con tranquilidad. Cuando consideré que había dilatado bastante, le ordene:

-Ponte a cuatro patas, cielo.

Él me hizo caso y quedo más o menos como estaba yo antes, con el culo ligeramente en pompa. Sí, así es como lo quería. Abriendo un cajón saqué un consolador que ya llevaba preparado un arnés para usarlo y me ajusté la correa.

Si él, al verlo que hacía, sintió nervios o miedo de hacerlo no dijo nada y me puse lenta y tranquilamente detrás de él. Estaba decidida a hacérselo, casi independientemente de lo que él opinara, pero le quería dar tiempo para hacerlo. Ya lo había probado en una ocasión, pero no estaba segura del todo de que le gustara… Pero le acabaría gustando, pensé.

Puse la punta del juguete contra su culito y apreté. La polla de goma fue entrando entre sus carnes, abriéndole. Fui lenta y tranquilamente. Me gustaba ver como su culito iba devorando aquella gran verga de goma mientras le escuchaba respirar de forma entrecortada…

-¿Quieres qué pare?-le pregunté.

-No, Mimi-respondió-Sigue, sigue.

-¿Te gusta a ti también recibir, eh?

-Mucho.

Yo sonreí y, de un golpe, terminé de clavársela entera. Era verdad que físicamente no disfrutaba apenas nada, pero aquella sensación de intercambiar los roles, de ser yo la que ponía a Izzy a cuatro patas y le hacía gemir como una putita, siendo yo la que le follaba y él el que recibía polla… Me encantaba. Era una sensación de dominio fantástica.

Empecé a moverme, cogiéndole mientras él, como deseaba, gemía al sentir mi pollita entrando y saliendo de su culito, empalándole por completo. Metí mis manos por debajo de su cuerpo y, mientras una le acariciaba el vientre y bajaba hasta los testículos, la otra le masturbaba rápida y duramente, apretando y tirando rápidamente de la piel.

-¡Oh, Mimi!-apenas pudo decir entre jadeos mientras yo aceleraba mis movimientos.

-Date la vuelta, Izzy.

Él, con mi ayuda y con cuidado para que no se saliera, giró sobre sí mismo, quedando boca arriba y yo coloqué sus piernas sobre mis hombros. Ahora le sujetaba mientras le embestía más duramente. Él se acariciaba la polla, tocándosela mientras yo disfrutaba viendo la expresión de su cara, el dolor inicial hacia tiempo que había dado paso a un inmenso placer y él se masturbaba cada vez más rápidamente.

-¡Ah!... Voy a terminar, Mimi-anunció.

Yo embestí y, subiendo su culito para intentar clavarla más, me quedé así, apretando contra su interior mientras su polla explotaba en una gran corrida que le llenó todo el vientre de su blanquecino néctar. Lo había visto muchas veces, pero siempre me fascinaba el miembro viril palpitar antes de soltar el semen a borbotones, y la visión de una polla eyaculando me encantaba.

Él quedó, al terminar, jadeando ligeramente sobre la cama mientras yo me retiré de su interior. Después de quitarme el vibrador, me puse sobre él y fui lamiendo las gotas de leche esparcidas por su barriga y por su pecho, acumulándolas en mi lengua… Y cuando las tuve todas, me dirigí a su cara y le besé, le besé y le pasé hasta la última gota de su corrida. Recordaba haberme tomado la leche de Tai ayer por boca de Sora y ahora lo hice imaginando que le devolvía a mi querida amiga el favor. Él tragó todo lo que le suministré, pero yo en ese momento sólo tenía mente para esa fantasía que de repente dominaba mi mente. Decidí que algún día debía llevarla a cabo. Me tumbé sobre la cama y me estiré… Estaba algo cansada. Note sus brazos rodeándome y sonreí cuando me besó en la mejilla. Todo era tan bello en ese momento…

El ruido del móvil llenó de golpe todo el apartamento.

-Creo que es mi teléfono-dije-Tendría que ir a cogerlo a la cocina, pero tengo pocas ganas de levantarme-añadí bostezando. No sé de donde venía ese repentino cansancio, me había levantado tarde y no había hecho nada en lo poco que llevaba de día.

-¿Voy y te lo traigo?-me preguntó Izzy.

-No, gracias-le respondí mientras me levantaba con un poco de esfuerzo. Sentía un poco de frío en la espalda-Iré yo.

Me levante, sentándome en la cama, y busque las zapatillas. Ya de pie, cogí la bata para cubrirme y fui todo lo deprisa que pude a la cocina. Por suerte, el móvil todavía sonaba cuando llegue. Era Takeshi.

-Buenos días-saludé.

-¿Cómo está mi representada favorita?, ¿no te habré despertado?

-No, ¡claro que no!

-¿No te he interrumpido en algo importante, verdad?

-Bueno,…, pues-volvía a mi habitación mientras recogía las prendas de mi pijama, que se habían quedado esparcidas por el suelo del pasillo-No, tengo un momento, dime.

-Perfecto. Solamente quería recordarte que tienes una prueba mañana por la mañana. A las ocho y media.

-Lo recuerdo.

-Es una oportunidad de oro, sé que soy pesado recordándotelo otra vez, pero me costó mucho conseguirla.

-Ya lo sé.

-Aunque ayer quedaste bien en la reunión, la prueba será definitiva. Si lo haces bien, de aquí a cinco años te habré convertido en la actriz más famosa de Japón, eso te lo aseguro.

-Te veo muy seguro.

-Claro. Las cosas van a ir rodadas. Lo difícil es empezar, pero cuando tu nombre haya aparecido en dos películas de cierto renombre y sea algo más conocido, empezará a ganar caché sin parar, hasta la cima.

-Esperemos.

-Y tengo otros proyectos.

-¿Otros?

-Tienes una buena voz, hay que sacarle rendimiento.

-¿A mi voz?

-Claro, voy a hablar con Sintaro para que le de alguna cancioncilla a tu personaje en la película. Si tiene buena recepción, sacaremos un disco de la banda sonora, y de ahí ya solo hay un paso para una carrera musical con todas las de la ley.

-¿Eh?,…, eso suena bien,…, pero, ¿estás seguro de que es una buena idea?

-Desde luego, cuanto más campos abarques, mejor. ¿Y lo de ser modelo te sigue sin apetecer, no? Porque tengo un contacto, ya sabes.

-Ahora mismo me sigue sin interesar.

-De acuerdo. Por cierto, en cuanto a la serie, ¿estás segura de qué quieres seguir en ella después de la película?

-Sí, me gusta mi trabajo en la serie. Además mi personaje había aumentado mucho su papel en la última temporada.

-Tengo algunas ideas en mente para tu carrera, dependiendo de cómo quede la película.

-Cuando sean proyectos serios y no ideas vagas me las dices-le corte para ver si terminaba ya la conversación.

-De acuerdo, bueno, te dejo. Te veré mañana.

-Sí, ¡adiós!-me despedí finalmente.

-¿Una llamada importante?-me preguntó Izzy cuando me senté nuevamente en la cama.

-No. Era mi agente. Cree que me tiene que estar recordando las cosas cada dos por tres.

-Mientras hablabas me ha llegado un mensaje de Tai.

-¿De Tai?, ¿y qué dice?

-Que Gennai le ha pedido que vaya al mundo digimon.