Cuatro años y contando...

4 años desde que fuimos pareja, más de 3 siendo amantes y el deseo ardiente de hacernos el amor, hasta el momento no concretado...

Hola! Soy Yo nuevamente... Después de un largo período de ausencia, retomo este bonito pasatiempo. Esta historia está dedicada a una personita, que adoro como a nadie más, con quien tengo una relación de más de 4 años, la mayoría de este tiempo siendo mi amante, pero que nunca, muy a pesar de nuestros deseos, hicimos el amor.

Príncipe de la comarca de mi corazón: Eres el hombre de mi vida, tanto como no lo eres. Te deseo cada noche, tanto como te odio en nuestros desencuentros. Te amo como nadie te amará en esta vida. Eternamente tuya...

Luego de una bonita velada, que incluye el clásico café, una película, a veces buena y otras detestable, y una cantidad considerable de caricias que fueron subiendo de tono en estos cuatro años, me acompaña a tomar el colectivo hacia mi casa. Como casi siempre, llueve...

En el camino hay pocos techos para refugiarse y la tormenta nos empapa... Mi camisa blanca se vuelve transparente y esas gotas que corren por su rostro me tientan a tener su cuerpo más que cerca del mío. Como siempre, en el abrazo comienzo a desaliñarlo... su camisa sale del pantalón y poco a poco se va abriendo.

Sus manos, recatadas como siempre, acarician mi espalda, el comienzo de mi cola, el costado de mis pechos... Siempre tan caballero... Pero no tiene idea que eso me excita más que el tocar el punto justo. Comienzo a besar muy suavemente tu pecho, intercalando abrazos y piquitos en su labio inferior.

Agradecí siempre que el colectivo demorara tanto, que la zona esté desierta de gente, para poder aprovecharlo como quisiera. Luego de un buen rato, el colectivo llegó y él, como buen caballero, me acompañó en el viaje y hasta la puerta de mi casa. En el colectivo continuaron las caricias, aunque un poco más recatadas ante la mirada de los demás pasajeros.

Usualmente, al bajar del colectivo, me acompaña hasta la puerta de mi casa, otra hora de caricias que producen una inundación en mi bombacha y una despedida, quien sabe por cuanto tiempo. Pero hoy voy a cambiar el final, aquí empieza la ficción, que lejos de ser hot, es mi sueño de una noche romántica...

Al bajar del colectivo, entre la parada y la puerta de mi casa, hay un hotel alojamiento que nunca visité. Extraño en él, toma la iniciativa, me abraza fuerte y entramos. Obviamente, no existe resistencia alguna, cuatro años esperando este momento... Pide la mejor habitación, con un poco de timidez (I Know, es la primera vez que él va a un telo) pero, al mismo tiempo, una seguridad irreconocible.

Ya en la habitación, traba la puerta tras de si. Contrario al común de los hombres, que entran por primera vez a un telo (juegan con las luces, la tele, la música), se acerca a mi comienza a besarme y propinarme las caricias que siempre desee y nunca obtuve.

La habitación completamente en silencio es testigo de nuestros suspiros, de la respiración entrecortada, de nuestros jadeos y de los deliciosos gemidos que nuestros cuerpos se producen mutuamente. Hacemos el amor dos veces, con un intervalo de caricias únicas e inolvidables.

Culminamos la noche con una refrescante ducha juntos... El agua corriendo por su cuerpo desnudo me provoca, pero prefiero dejarlo ahí...

Salimos del hotel, sin decir palabra. No lo veo como algo negativo, porque su brazo me rodea la cintura y eso vale más que millones de palabras. Recorremos los escasos metros que nos separan de la puerta de mi casa, nos damos un dulce beso y un deseo: "Buenas Noches".

Queridos lectores: Espero no haberlos defraudado, se que este relato no es tan hot como el resto, pero tiene una carga emocional muy importante y quería compartirlo con alguien...

Como siempre, espero vuestros comentarios en: princesa_hot2003@yahoo.com.ar

Saludos a Todos, especialmente a Afrodita, Raba y Pablo...