Cuarta parte: feliz de ser la puta de mi padre

Continua la historia de cómo me convertí en la puta de mi papito siendo dirigida por mi marido.

Tal como ya les he contado, mi segundo marido me fue convirtiendo poco a poco en una puta de hombres maduros, mientras más viejos y degenerados mejor para él y debo decir que también para mi. Mi marido hizo que saliera la puta que llevaba dentro de mi. Siempre me consideré una mujer ardiente y muy liberal, desde mi adolescencia a todas mis parejas les fui infiel, pero soló hasta que me sedujó mi actual pareja descubrí lo putona que podía ser y eso siempre se lo voy a agradecer.   Mi marido sólo pide ser él el que elija al macho que me va a montar, como lo debo calentar y que luego le cuente todo lo que me hicieron con lujo de detalles... esas tres condiciones yo las cumplo feliz y ambos gozamos con todo mi relato cuando estamos en la cama.

Hace tiempo que dejé inconclusa esta historia, les pido disculpas a los hombres maduros que la siguen, me cuesta mucho escribir pues me pongo demasiado caliente de solo recordar como le abrí las piernas a mi papito.  Les recuerdo que mi papá -Miguel- me puso en cuatro en el sofa, me bajó el colalles, a mi tener el calzón a media pierna me exitaba mucho, le paré bien el culito... mi papá me chupó harto el ollito y me lo escupió varias veces. Con mis manos me separaba mis nalgas invitándolo a clavarme su pichulón... no se demoró, me puso la cabeza y de un fuerte empujón me metió la mitad... grité de dolor y placer, agarrándome con fuerza de las caderas me mando el segundo empujón, me lo clavó todo... el dolor era inmenso...pero el placer también.  Llorando le gritaba "dame duro" "así pónmelo todo" "métame los cocos".  Mi papá no paraba, nunca me habián culeado así tan salvajemente... aceleró y me anunció que me iba a llenar el chico de leche. Acabamos juntos, fue brutalmente rico, sentí que mi orgasmo partía desde mi ano hasta mi chocho. Luego nuestros cuerpos se derrumbaron en el sillón... me pidió que le lamiera el pico, nunca habia chupado un pico con restos de mi caca... fue muy calentón y cumplí a cabalidad mi tarea... luego nos besamos largo rato y nos sentamos a la mesa desnudos a comer las exquisiteces que le había preparado brindando por nuestra lujuria.  "Eres la puta más caliente con la que estado" me dijo mientras me besaba, yo le contesté "y usted es el más macho de todos los hombres con los que he puteado".

Me sentía realizada estando desnuda sentada en la mesa junto a mi papá que ya era mi macho. Ya convertida en la puta de mi padre, luego les contaré las otras muchas veces en que gocé su verga ensartada en mi culo, les adelanto que a mi nuevo macho le encantaba culiarme por atrás y hacerme gritar con esa mezcla de placer y dolor. Disfruté muchisimo descubri que habían orgamos por el ano.

Entre brindis y brindis yo me ponía más cachonda e imaginaba que mi marido abriendo la puerta y mirar a la puta de su mujer transformada en la puta de su papi. Sentía su olor de sus meados en todo mi cuerpo y su leche saliendo de mi ollito manchado la silla.

Estaba ardiendo como nunca, necesitaba su verga entrando en mi zorra, lo besé con pasión y le supliqué que fueramos a mi cama matrimonial, desesperada sólo pensaba en tener su cuerpo sobre el mío, mi cuerpo a punto de explotar demandaba ser montada. Y quería que fuera en mi cama, quería que su olor empapara mis sábanas, quería que el semén que salía desde mi ojete manchara mi nido matrimonial. El culo me ardía y estaba dispuesto a ser embestido nuevamente, pero también herbía mi sapo ansioso de ser sometido por esa hermosa verga.

Mi papito me tomo de la mano y me condujo hasta mi cama, me susurraba que era la puta más caliente que había tenido, yo seguía chorreándome y no podía dejar de gemir pese a que sólo caminaba al lado de mi nuevo semental.

En el dormitorio seguimos besándonos, nuestras lenguas no podían separarse... yo ya estaba enloquecida descubriendo el placer de ser follada por mi padre.

Me tiró sobre la cama y yo inmediatamente la abrí las piernas al máximo, Volvió a comerme el choro y a chupar mis juguitos... "Karla putona", "maraca buena pa la verga", "insaciable"... cada cochinada que me decía me encendía más.

"Ensártame toda tu pichula" le contestaba yo, "soy tu puta barata", "si papito, soy buena pa la verga", "lléname el choro con tus mocos"...

(continuará)