Cuarentona caliente

Ahí, de una, sin aviso previo y con la lubricación natural de mamá se la dejé ir por el culo, entró sorpresivamente hasta la mitad, después con dolor y bastante fuerza fui adentrándome en ese hermoso, perfecto y virgen culo de mamá hasta chocar sus nalgas con mi pelvis.

  • Eso fue por forzarme.

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Inmediatamente se agachó a recoger su ropa y su celular que estaba encima del mueble frente a la cama, se vistió y caminó hasta la puerta.

Luego besó su mano como para tirarme un beso, pero la apoyó directo de sus labios a los míos y vuelta a sus labios para luego llevar ese beso a la punta de mi pija y antes de salir dijo:

  • Voy a bañarme y preparo el desayuno. Limpia acá y llevá lo sucio a la lavadora.

  • Si má'.

  • Bañate también.

  • Sí.

Con una media sonrisa y con el índice entre sus dientes muy pícara y sensualmente me dice:

  • Te espero para tomar la leche.

Y salió para casa con la ropa desacomodada, despeinada y sin ropa interior.

La ví irse. Para mí se la veía feliz y satisfecha. Yo volví a la habitación, ví ese desastre que dejamos. Reía de pura felicidad. Tiré las sábanas al suelo y la ropa interior de mamá que había quedado en el suelo y en baño.

Con su tanga mojada me acaricié la cara, su olor exquisito me la estaba parando nuevamente, me miré el pene y le dije con toda la felicidad del mundo:

  • Nos cojimos a mamá!!!!!

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Después de bañarme me vestí, agarré las cosas sucias y fuí a la casa, dejé todo sobre el lavarropas, caminé hacia la cocina donde me emboscó de espaldas.

  • Hace rato estábamos en tus dominios. Ahora estamos en los míos.

Ella estaba empapada y desnuda, creo que cuando sintió que estaba en la casa salió corriendo de la ducha. Me abrazaba desde atrás, acariciaba mi pecho también la pija sobre la ropa y desde atrás se frotaba en mí mojándome todo.

  • Qué te parece si lo hacemos en ese sillón? - dijo señalándolo.

  • No má'. No tuviste suficiente?

  • Es imposible que tuviera "suficiente" de algo que acabo de descubrir o es que no me querés volver a coger?

  • Claro que sí má', pero así no.

  • Y eso por...

  • No pareces la misma, estás diferente y no me gustás así.

  • "Diferente" cómo...

  • Cómo una puta. No te enojes, pero a mí me encanta y enamora mi mamá, la que me cuida y cocina tan rico.

  • Pero...

  • Pero nada má'.

  • Ya no vamos a coger más?

  • Si, claro que sí; pero mirate, ahora das miedo. Lo de hace rato fue increíble, pero ahora estás irreconocible.

  • Cogeme papito lindo, metemela y después si querés discurseame o sermoneame - esto lo dijo llevándome hacia una columna en la que se apoyó y cerrando los ojos se me entregó al lado de ese sillón.

  • Ahora mismo no me gustás mamá.

  • Estás seguro? - dijo estirando su mano para desprenderme el botón del pantalón.

No hice nada por apartarla, pero la agarré de los hombros y le dije:

  • Si me buscás por ahí no te gusta lo que vas a encontrar.

  • Sé lo que busco y lo que voy a encontrar.

  • Ma', dejalo así por favor, si te pierdo el respeto nunca más vamos a recuperarlo.

  • No te seduce que tu madre esté parada desnuda frente vos pidiéndote que la cojas?

  • Si, claro que sí má' y no sabés lo que te deseo, pero me estás presionando. Vine a desayunar con mi mamá, no a cogerme a la puta desesperada que estoy viendo.

A todo esto mamá ya me había desprendido el pantalón y me masturbaba a dos manos muy lentamente, yo solo atiné a agarrar sus muñecas y separla un poco de mí apoyándola en la columna.

Ella trataba de acercarme su concha a mi pija que estaba durísima y para colmo me dolía de la cogida que nos mandamos en la casita.

Creo que nunca estuve tan duro, era una dureza que dolía y encima me sentía vacío después de habernos cogido tanto esa mañana.

Ante mi negativa ví sus lágrimas y me debatí un segundo entre qué hacer y qué no. Un hombre no suele inmutarse por las lágrimas de una mina, pero un hijo no puede dejar de impresionarce al ver a su madre llorar y rogar.

  • Lo vamos a hacer en ese sillón, apoyate en el respaldo y sacá el culo. Pero después no lo vamos a volver a hacer hasta que hablemos, sí?

  • Si, mi macho - me dijo cuando se estaba acomodando.

Yo la agarré fuerte del brazo le dí la vuelta para que me vea y le digo:

  • Soy tu hijo, no tu macho - después la solté medio violentamente y me desnudé.

Me acerqué por detrás, ella tenía las piernas separadas y se las junté, apoyando la mano en su hombro la forcé a qué bajara un poco el torso y en cuanto se agachó sus nalgas se abrieron, apunté a su hermosa y depilada vagina y me fuí a toda prisa hasta el fondo, ella se sorprendió y sintió dolor, obvio si habíamos cogido como enfermos esa mañana.

  • No tan fuerte hijo, estoy muy sensible bebé.

No escuché, la saqué hasta la punta y me fui hasta el fondo, hasta su útero. Trató de abrir las piernas, pero se lo impedí, así tenía más roce.

  • Me duele bebé, no tan brusco.

  • Cállate. Presionaste tanto para coger, ahora no vas a decirme que hacer.

  • No me calles ahh ahhh.

-Shhh, te dije que ibas a perder mi respeto.

Yo entraba y salía de ella con violencia. En un momento miro su culo y veo su ano (impresionante, rosado, cerrado, chiquito, perfecto un 0km) estaba como latiendo y tuve una idea.

Levanté su torso prendido de sus tetas, ahora estábamos parados, ella con los pies juntos sacando cola también sacando pecho y yo detrás con una mano en cada teta entrando y saliendo con bronca en la concha de mi vieja.

  • Me estás lastimando por dentro. Paremos acá.

  • Me lloraste para que vuelva a cogerte, ahora aguántate. Vení, acerquemosnos al sillón.

La llevé empalada hasta el sillón agarrándola de los brazos. Hice que pase una pierna al otro lado del respaldo como si se montará en él; a todo esto no se la saqué por las dudas de que pueda negarse a terminar.

La cuestión es que quedó bien abierta sentada en el respaldo, quedando muy cómodos diría yo, en él podía quedar sentada o empinada si apoya las manos un poco más adelante o totalmente acostada si apoya las tetas.

Así como estábamos empecé con un mete y saca lento que se fue transformando en rápido y violento en segundos.

  • Pará mi amor, me equivoqué, no... no debí obligarte ah, no me la metas más. Me duele hijo.

La deslice suavemente hacia afuera.

  • Si hijo, si. Gracias.

Pensó que se la iba a sacar.

  • Eva, ni siquiera estoy cerca de acabar - le dije y se la metí hasta el fondo inexplorado de su interior.

Ella gritó que le dolía. Yo no hice caso.

  • Cállate de una puta vez, todavía me falta. - solo se me ocurrió sacarme una media y metérsela en la boca.

Ella yacía boca abajo en el respaldo del sillón, se la fui retirando milímetro a milímetro presionando su cintura para que no se levanté. Me saqué la otra media, se la puse en la boca y le dije:

  • Apretá fuerte.

Ahí, de una, sin aviso previo y con la lubricación natural de mamá se la dejé ir por el culo, entró sorpresivamente hasta la mitad, después con dolor y bastante fuerza fui adentrándome en ese hermoso, perfecto y virgen culo de mamá hasta chocar sus nalgas con mi pelvis.

Gritó. Se retorció. Se tensó cada músculo de su cuerpo, sus brazos y piernas se flexionaron lo cual aproveché para acomodarme y agarrándome de sus hombros comencé a moverme lento para afuera y violento y rápido para adentro. Subiendo la fuerza y la intensidad en cada penetrada.

Ella no lo estaba disfrutando y yo tampoco.

En cierto momento sus brazos y piernas cayeron al suelo; yo le estaba dando con todo, habrán sido como unas 10 penetradas salvajes cuando me dí cuenta que estaba cómo inconsciente, ahí fue que paré.

Se la retiré casi completa, me gustó ver cómo su esfínter inflamado envolvía mi hongo hinchado.

Le agarré una nalga y la sacudí un poco.

  • Mamá, estás bien?

Dijo algo, pero con las medias en la boca fue imposible entender.

Me aferré a sus caderas; no quería seguir, pero tampoco se la quería sacar, algo dentro de mí me decía que jamás ella volvería estar conmigo, por eso lento y suave se la fuí metiendo hasta que los huevos chocaron con su hermosa vagina.

Una vez estando tan cerca le saqué las medias de la boca despejé su cabellera de su rostro, respiraba agitada y con dificultad, con algo de miedo le pregunté:

  • Mami estás bien?

Solo levantó el pulgar.

Con sumo cuidado salí de ella y mi verga dura golpeó mis "abdominales". Mamá no se movía yo miraba mi "obra", la concha le babeaba, sus labios estaban el doble de hinchados y su esfínter inflamadísimo.

"Me zarpé" pensé muy íntimamente. Con mucha dificultad la recosté en el sillón de costado con una pierna estirada y otra flexionada para que no se rocen sus partes sensibles.

Ella lloraba, pero no tenía ningún gesto de dolor. Tenía una calma extraña, como la Gioconda, sus lágrimas solo brotaban de sus ojos.

En eso me entré a desesperar.

  • Mami te llevo al hospital? A algún médico?

No sabía qué hacer. La veía tranquila llorando lágrima tras lágrima pero como adormilada.

  • Du-chate... y prepara-me la... tina... con agua... tibia.

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La llevé en mis brazos al baño.

  • Sos un buen hijo. - dijo llorando dándome un beso.

El contacto de su cuerpo con el agua hizo que se relajara toda, completamente toda, tal así que su esfínter distendido dejó ir toda la mierda que le batí en el orto con tremenda cogida.

Yo me asusté y le pedí perdón mil veces con muchísima culpa, "arruiné a mi mamá" pensé.

Ella cuando se cagó soltó también una carcajada, pero las lágrimas no cesaban, riendo dijo:

  • Este es el símbolo de toda mierda que había en mí. Me siento plena, por eso me relajé tanto y te dejé hacer.

  • eh eh - no sabía qué decir.

  • Tenemos que recuperarnos bien para hacerlo otra vez, no?

  • Si mami

  • Gracias bebé. Ahora vamos a ser más felices.