Cuarentena Coronavirus
Una epidemia obliga al Gobierno a recluir a la población en sus casas. La gente desesperada esta dispuesta a cualquier cosa para conseguir alimentos y un lugar seguro.
Un relato distócico nos presenta una hipotética sociedad futura donde, ya sea por la deshumanización de la misma, un gobierno totalitario o el control intrusivo que la tecnología ejerce sobre el día a día, el individualismo se degrada en términos absolutos en favor del pensamiento único y de una sociedad unitaria. En definitiva, un mundo de pesadilla donde nadie debe saltarse las reglas o corre el riesgo de ser aniquilado. Por ello se afirma que la distopía es lo opuesto a la utopía, la sociedad ideal donde todo funciona a las mil maravillas.
Dada la actualidad del tema hoy me puse a escribir un relato que considero podríamos englobar en este género “Cuarentena Coronavirus” es un relato de ciencia ficción, un relato distócico, En este primer capítulo me centraré en plantear como una crisis sanitaria global podría conducirnos a un mundo de pesadilla, deshumanizado, con una pérdida general de valores. Un único objetivo común a todos los seres humanos mueve sus decisiones y comportamientos, la supervivencia. Para sobrevivir el ser humano es capaz de cualquier cosa, el sexo se convierte en moneda de cambio para conseguir ese objetivo ¿será suficiente?
CAPÍTULO 1- El colapso de la Sociedad.
Agosto 2020, la epidemia del Coronavirus está fuera de control. El Gobierno ha decidido recluir a la población en sus casas. Una minoría de personas protegidos con trajes especiales mantiene los servicios básicos, luz, agua, comunicaciones y producción de lo imprescindible para subsistir.
Se rumorea que el origen de la pandemia fue un ataque bacteriológico para destruir la economía china cercana a superar en muchos campos a su rival americano. El avance tecnológico de China en campos como el 5G había sido el detonante para lanzar el ataque y arruinar o paralizar el desarrollo del rival asiático. Desgraciadamente se les había ido de las manos y aunque en un primer momento el foco se ciñó al país asiático, no tardó en extenderse por el resto de países del mundo. Corea, Japón, irán, Italia, España fueron de los primeros en sufrir las consecuencias, el resto del mundo fue cuestión de pocas semanas.
Se ha impuesto la ley marcial, el ejército está en las calles nadie puede salir de sus casas sin un permiso especial o acompañado de personal autorizado. Hay orden de disparar sin previo aviso a quienes no respeten estas restricciones, el motivo es la lucha sin cuartel a las bandas que asolan las ciudades robando los pocos recursos que encuentran. Inicialmente eran robos en comercios, especialmente las tiendas de alimentación y las de productos de primera necesidad, actualmente todas ellas completamente vacías. Los únicos recursos disponibles fuera del control del gobierno y el ejército son las pocas existencias que tiene la población en sus casas. La gente mata por obtener esos pocos recursos, asaltando viviendas, edificios enteros o pequeñas poblaciones aisladas.
Los alimentos frescos prácticamente han desaparecido. Campos, granjas, explotaciones agrarias han dejado de producir alimentos. Tan sólo se producen en pequeñas explotaciones aisladas del exterior o invernaderos que los ciudadanos han creado dentro de las viviendas o edificios los que tuvieron la previsión de conseguir las semillas necesarias para producirlos. Fábricas controladas por el gobierno producen compuestos nutritivos envasados al vacío de forma masiva. Algo parecido a los alimentos que llevan los astronautas en el espacio. El ejército y grupos autorizados de personas los distribuyen una vez al mes puerta a puerta.
La población muere por millares, no por causa del coronavirus, sino por enfermedades de todo tipo incluida la desnutrición. Los pocos hospitales abiertos están completamente saturados. Gran parte del personal médico, enfermeras y auxiliares han causado baja o fallecido. El ejército y los grupos de personas autorizados retiran día a ´día docenas de cadáveres de las casas que son incinerados en crematorios industriales.
El Estado ha conseguido mantener internet como herramienta básica de comunicación. Todos los ciudadanos han tenido que instalar una aplicación que registra la identidad de cada una de las personas que están alojadas en cada casa mediante un programa de reconocimiento facial a través de la webcam, el programa se llama REGISTRO. Cada día todas las personas tienen obligación de verificar en dicha aplicación que siguen alojadas y vivas en la misma dirección. Para recibir alimentos, ayuda médica o cualquier suministro es imprescindible que conste que esa persona está registrada por la aplicación en el lugar que indica. Los que no están registrados simplemente no existen para la administración, quedan fuera de cualquier suministro o ayuda.
El dinero ha perdido cualquier valor, hemos vuelto de un plumazo a una economía del trueque, un bric de leche, un paquete de café o una tableta de chocolate valen más que cualquier cantidad de dinero. El oro y las joyas se siguen utilizando como moneda de cambio pero todo el mundo prefiere algo que sea útil, lo más buscado los alimentos y las medicinas...
Al no poder salir a la calle los grandes bloques de viviendas son más útiles para este tipo de intercambios. La gente a través de internet pone sus anuncios de lo que necesita o lo que está dispuesto a ofrecer para los vecinos del bloque. Cada cosa que se ofrece o se busca a través de internet se valora en clics, algo así como una teórica moneda virtual. De tal modo que si un paquete de café se valora en 5 clics quien está interesado en conseguirlo tiene que ofrecer productos que sumen ese valor, por ejemplo un paquete de sal de 2 clics y uno de azúcar de 3 clics.
Cuando no se tienen productos para intercambiar y se necesita algo con urgencia como puede ser una medicina, comienzan los problemas. La opción oficial es solicitar ese producto básico cuando se recibe el suministro de alimentos una vez al mes lo que implica esperar todo un mes para que en el supuesto de poder conseguirlo por la vía oficial se recibiría al mes siguiente. Una de las primeras cosas que se ofrece como moneda de cambio para conseguir cualquier producto es el sexo. La gente, 99 % de las veces mujeres, ofrecen su cuerpo a cambio prácticamente de cualquier cosa.
El gobierno a troceado el país en zonas de abastecimiento y asistencia, las cuales se dividen a su vez en sectores. Bajo supervisión y control del ejército grupos de personas denominados “Colaboradores” son los encargados de la entrega física de los alimentos, recursos básicos, medicinas, etc. También son los encargados de retirar cadáveres de las casas, llevar en transportes especiales a las personas que lo necesitan a centros médicos, etc. Estos grupos de colaboradores son los únicos, al margen del ejército y personal imprescindible como pueden ser los médicos, que disponen de trajes anticontaminación, vehículos adaptados, armas y recursos para realizar su trabajo con garantías.
Cada ciudadano a través de internet y su aplicación “Registro” contacta con su grupo de “colaboradores” asignado para comunicar una incidencia o necesidad urgente, por ejemplo un fallecimiento o un parto.
Los protagonistas de nuestro relato son un grupo de personas de los denominados “Colaboradores” liderados por un personaje al que todo el mundo conoce como Malcom. Este grupo tiene asignado un sector en la ciudad de Zaragoza.
Malcom fue de los primeros en darse cuenta de la gravedad de la crisis originada por el Coronavirus. Liderando su grupo organizó el asalto a un gran centro logístico de la capital aragonesa en los primeros días de la pandemia. Una pequeña flota de camiones y furgonetas grandes robadas previamente le sirvió para desvalijar uno de los mayores almacenes de suministro de una de las principales cadenas de supermercados del país. En una sola noche fue capaz de vaciar aquellos inmensos almacenes y distribuir todo lo robado entre una serie de grandes naves industriales abandonadas de las cuales se había apoderado con anterioridad. Para conseguirlo fue determinante disponer de un pequeño ejército personal compuesto de unos 200 hombres, adiestrados como una fuerza paramilitar y fuertemente armados.
Nada quedó al azar, había conseguido hacerse con la propiedad de una empresa en quiebra dedicada a la fabricación de grandes congeladores y cámaras industriales donde acumulo todo el producto perecedero, carne, pescado, frutas, verduras, etc. etc. La suma de todo aquello permitiría abastecer a la población de un sector de cinco mil personas como el que ahora tenía asignado durante un largo período de tiempo. Malcom no tenía ninguna intención de distribuir aquello gratuitamente, quería sacarle partido pero ante todo garantizarse recursos para él y sus hombres durante el tiempo que durase la crisis.
Cuando el gobierno decretó la Cuarentena y ordenó la reclusión de la ciudadanía en sus casas no le resultó difícil sobornar a las personas que fue necesario hasta conseguir que le asignaran uno de los sectores próximos al polígono industrial donde tenía a buen recaudo todo lo robado con anterioridad. Gracias a ser nombrado “colaborador”, disponía de libertad de movimientos, trajes anticontaminación, vehículos, armas. Un pequeño ejército de hombres fieles que bien armados y ocultos protegía sus almacenes de cualquier intento de asalto por una banda.
Desconocía el tiempo que podía durar aquella crisis, quizás para siempre, nadie lo sabía. No estaba dispuesto a malgastar sus recursos guardados a buen recaudo, tan solo pequeñas cantidades de sus almacenes salían para contentar al grupo de hombres más fieles, su suministro personal, los sobornos que seguía necesitando puntualmente y pequeños trueques con algunos ciudadanos de su sector.
Para controlar a la población de su sector asignado, le sobraba con la distribución de los recursos que repartía en nombre de la Administración. Si alguien le causaba problemas simplemente le retiraba el suministro de alimentos o cualquier otra ayuda como atención médica o suministro de medicinas, con toda seguridad al mes siguiente estaría muerto. Era un ser sin corazón, no sentía piedad por nadie, todo el mundo le tenía miedo.
Malcom había establecido su cuartel general y centro de operaciones en un gran complejo educativo de lujo inaugurado recientemente.
Los motivos para escoger aquel lugar habían sido varios:
1.- Muy próximo a sus almacenes.
2.- Era un gran complejo que no tenía nada que envidiar a un gran hotel, con todo tipo de instalaciones deportivas y de ocio, piscinas, saunas, gimnasio, cine, aula, salón de actos, cocinas, comedores, almacenes, le permitía alojar y concentrar perfectamente a su pequeño ejército.
3.- Toda el recinto estaba rodeado de un importante muro, sensores, cámaras de vigilancia, etc. que facilitaba la defensa ante un ataque o asalto imprevistos.
4.- Una red de galerías comunicaba bajo tierra los distintos edificios facilitando pasar de uno a otro sin necesidad de utilizar trajes de protección especiales.
5- El complejo incluía un edificio para el personal de servicio ya que el colegio de élite ofrecía alojamiento para el personal y sus familias. Desde los profesores, pasando por personal de cocina y comedor, su propio servicio médico, fisios, etc. Malcom se las apañó para desprenderse del personal superfluo y quedarse con todo aquel que podía serle útil de algún modo.
6.-Una inmensa planta sótano comunicado con los edificios le permitía tener su flota de vehículos a buen recaudo. Incluso disponía de sus propios depósitos de combustible.
7.-Una espléndida instalación de placas solares en todos tejados de los edificios le garantiza disponer de energía ante cualquier corte de suministro.
8.-Disponía de su propio sistema de recogida, aprovechamiento de agua de lluvia, depuración y filtrado. Una red de depósitos subterráneos en los que podía almacenar agua potable para varios años. Una de las primeras cosas que hizo fue llenar los depósitos de agua directamente de la red general. Ante un corte en el suministro de agua el dispondría de reservas suficientes como para esperar que futuras lluvias los llenaran de nuevo.
9.-El complejo incluía una residencia femenina de estudiantes de bachillerato. Un centenar de chicas jóvenes alojadas allí como internas en el momento de declararse la cuarentena. Disponer de mujeres jóvenes para él y sus hombres era otro punto fuerte para garantizarse la fidelidad de los suyos.
10.-Había conseguido proteger y controlar un pequeño centro comercial que lindaba con “su fortaleza”. Tiendas de todo tipo que había conseguido proteger de la ola de robos y asaltos. Ropa, bricolaje, herramientas, prácticamente cualquier tipo de necesidad la tenía cubierta con lo que había en aquel centro comercial vigilado por hombres fuertemente armados.
Con todo aquello Malcolm disponía de una instalación fortificada y con abundantes medidas de seguridad, agua y alimentos en abundancia, energía, instalaciones para acoger un pequeño ejército bien abastecido, mujeres y cualquier necesidad puntual que pudiese encontrarse en un centro comercial. Había sobornado a los mandos militares que controlaban la zona y reinaba en aquel pedazo de territorio que pensaba defender a sangre y fuego si era necesario.
Desde el despacho del antiguo Director del complejo educativo Malcom controlaba su pequeño imperio. Los 5.000 habitantes de su sector estaban ubicados en aproximadamente 1.500 domicilios. Suministrarles lo necesario una vez al mes implicaba atender más o menos 50 domicilios diarios. Aquella tarea la realizaban 50 personas que trabajaban para Malcom en grupos de dos, denominados unidades y numeradas del 1 al 25. De este modo cada unidad tenía asignados 60 domicilios que eran su responsabilidad.
Cualquier cosa relacionada con aquellos domicilios dependía de aquellas dos personas, retirar un cadáver, llevar a un centro médico una urgencia, etc. Cuando un ciudadano verifica por internet cada día su identidad en la aplicación “Registro”, aquella información era supervisada directamente por la unidad asignada que ante una falta de registro diario de una persona acudían al domicilio para comprobar la incidencia si era por un fallecimiento o cualquier otra causa.
Malcom disponía de otros 150 hombres fuertemente armados que defendían permanentemente sus instalaciones, almacenes y el complejo educativo convertido en un fortín. Actualmente apenas había incidentes, el comercio en general había sido desvalijado. La ley marcial impuesta hacía que el ejército disparara sin avisar a cualquier persona sin autorización. A `pesar de todo siempre había desesperados que se arriesgaban para conseguir productos de primera necesidad, fundamentalmente alimentos y medicinas. Aquellos pocos osados que se atrevían siempre lo intentaban con los más débiles de entre sus propios convecinos, rara vez Malcom había sufrido incidentes destacables que pusieran en riesgo sus instalaciones.
El día que tomó posesión de aquel recinto había reunido a todas las personas que estaban en alguno de aquellos edificios en el salón de actos, profesores, dirección, personal auxiliar, alumnos, etc. Les explicó la situación, sus vidas dependían de él, alimentos, agua, medicinas, cualquier cosa que necesitaran. No iba a tolerar ninguna resistencia ni admitiría que nadie se negara a cualquier cosa que el pidiese, fuera lo que fuese. La desobediencia o enfrentarse a él acarreaba la muerte instantánea o la expulsión del recinto que en esencia era lo mismo. Un par de personas que intentaron protestar por lo que consideraban un atropello fueron tiroteadas, ejecutadas delante de todos y aquello sirvió de ejemplo de lo que les esperaba a los demás si no obedecían ciegamente las indicaciones de Malcom.
-Quiero una relación de todas las personas que hay en el recinto. Una ficha personal de cada uno que incluya la edad, profesión, a que se dedicaban aquí, sus conocimientos, habilidades, sus relaciones de parentesco, quiero saberlo todo y quiero saberlo ya - ordenó Malcom a uno de sus hombres de confianza que todo el mundo llamaba “Capi”.
Cuando tuvo toda la información sobre su mesa y comenzó a analizarla le comentó a su hombre de confianza.
-Veo que de alumnos hay 112 chicas y 8 chicos. ¿No era una residencia femenina? ¿De dónde han salido estos chicos?- preguntó Malcom
-Son hijos de profesores y personal del centro que viven en el edificio de apartamentos destinado al personal que ponía a su disposición el colegio. -respondió Capi
-¿Y cuántos son esos? los adultos me refiero -preguntó Malcom
-Hay 54 adultos señor, 34 de ellos mujeres y 20 hombres.
-¡Demasiada gente!, Tenemos que ver los que pueden sernos útiles y los que no. No estoy dispuesto a malgastar los recursos. ¡Reúnelos a todos en el salón de actos!, quiero ver el ganado que tenemos en nuestro corral.
-Por supuesto señor, ahora mismo. ¿Quiere algo más? Por cierto no sabemos cuánto tiempo puede durar esto quizás nos vendría bien contar con alguno de los hombres adultos a los que podamos instruir para suplir posibles bajas de nuestra gente si esto se alarga. - comentó Capi
- Bien, puede que tengas razón. Lo tendré en cuenta ahora cuando los vea, pero no creo que de estos chupatintas saquemos ningún hombre con cojones para trabajar con nosotros. - respondió Malcom
-¿Ordena alguna cosa más, señor?
-Me interesan mucho ese montón de chavalas jóvenes que tenemos. Podemos utilizarlas para contentar a los militares que hemos sobornado y a esos malditos burócratas, cada día me piden más cosas a cambio de no meter sus narices en nuestros asuntos. - explicó Malcom
-Sí señor. Para nuestros hombres también serían un buen desahogo. He visto algunas y hay verdaderas monadas. - Añadió Capi
-Agruparlas en tres clases, por edades. En las fichas personales de cada una quiero saberlo todo, todo es todo, si son vírgenes, cuando tienen la regla, sus medidas, el peso, la talla de sostén, etc.
-Por supuesto señor, me encargo personalmente.
-Esas jovencitas pueden ser una mina. Si te vas a encargar personalmente quiero saber si hay alguna virgen, cuales son las que más experiencia tienen en el sexo, sus prácticas habituales, si les han dado por el culo o cuantas pollas se han comido. ¡Clasifícalas! ¿Me entiendes lo que quiero y porque lo quiero?
-Si Jefe, por supuesto. Hay algunas muy guapas pero posiblemente algunas no valen ni para putas también he visto alguna muy fea señor, Jajaja - respondió Capi con una risa burlona. Aquel orangután no era capaz de ver más allá de nariz, por algo Malcom era el Jefe.
-¡No seas tan corto de miras! Todas son hembras jóvenes, que el médico las revise y compruebe si están sanas, si son fértiles. No sabemos cuánto tiempo puede durar esto y las feas también valen para la cría.- replicó Malcom
- Tiene razón señor, nunca soy capaz de ver las cosas a largo plazo como usted. -reconoció el hombre de confianza.
-Bien, tenemos mucho tiempo, quiero hacer las cosas bien. Ahora dedícate a clasificar el ganado y lleva los adultos al salón de actos.
-No se preocupe Jefe, se bien como le gustan las cosas.
-Cuando termines con las estudiantes encárgate de que cada unidad haga lo mismo con los domicilios que tienen asignados. Quiero que cada unidad seleccione personas que puedan ser útiles aquí en un momento determinado y también las mejores hembras que están en sus casas. Y quiero fotos de cada una de esas personas, necesito ver bien el ganado que tenemos disponible en nuestro territorio. - ordenó Malcom
-Creo que toda esa información ya la tenemos disponible, me encargaré de comprobarlo - respondió Capi
-Hazlo como quieras, ya sabes lo que yo necesito. Si alguien pone algún problema también sabes lo que hay que hacer.
-Por supuesto señor, ahora mismo. ¿Quiere algo más?
-Sí, haz que pase el director del centro, quiero hablar con él mientras reúnes a los adultos abajo en el salón de actos y te pones a trabajar con las estudiantes.
Capi salió del despacho de Malcom y este se quedó revisando en el ordenador los datos de la zona -necesito una persona que me ayude a gestionar todo esto- se dijo para sí. Decidió esperar a que su hombre le entregase todas aquellas fichas personales, sería más fácil seleccionar la persona idónea.
A sus 40 años Malcom era un hombre que se había hecho a sí mismo a base robar, pisotear o pasar por encima del cadáver de más de uno. Sin escrúpulos, con mano de hierro y con mucha inteligencia sabía anticipar sus decisiones, prever escenarios futuros y sabía rodearse de las personas adecuadas, quizá esta última era su mejor virtud. Físicamente era un tipo alto, de cabeza rapada, fornido, con pinta de boxeador, uno de esos que dan miedo solo con verle.
Poco después llamaban a la puerta, era D. Bautista, el director. Malcom se hizo pasar al despacho del verdadero propietario que ahora tenía de pie frente a él y se le quedó mirando. Era un hombre maduro, sobre los 55 años, bajito, delgado, con gafas, pinta de oficinista. Posiblemente era el primero que sobraba en aquella instalación, Malcom no veía la utilidad que podía tener el Director del centro para él.
-Hay demasiadas personas en el complejo, muchas bocas que alimentar, voy a prescindir de todos los que no sean útiles. Sinceramente usted me parece el menos útil de todos. ¿Hay algún motivo que justifique mantenerlo con vida? -preguntó Malcom directamente.
-Yo creo que puede serle muy útil señor. Tengo algo que puede serle muy valioso. -respondió el Director que tenía pinta de vender a su madre para conseguir cualquier beneficio.
-¿Y qué es eso?, ¿Que justifica que usted viva? -preguntó Malcom curioso por saber la respuesta.
. ¡Información señor!, tengo mucha información que puede serle muy útil. Hay muchas cosas que solo se yo en este complejo, sobre sus instalaciones, algunos secretos que esconde. También conozco cada detalle de todas las personas que viven aquí, sus intimidades, sus secretos. Se perfectamente de quien se puede fiar uno, los que harían cualquier cosa porque no se supieran sus trapos sucios.
-¿Y cómo tiene usted esa información que dice? -preguntó Malcom. La respuesta del Director le había dejado desconcertado, ¿Que quería decir con aquella respuesta?
-Hay un sistema interno oculto de video vigilancia que solo conocemos un par de personas. Y de las dos yo soy la única que ha visto lo que graban, video y audio. Micro Cámaras y micrófonos instalados en casi cualquier rincón, incluidos el edificio de personal y la residencia. Le puedo asegurar que es más que nadie de todo el mundo que vive aquí. -explicó convencido el Director.
-¡Vaya, vaya!, con eso no contaba, Si eso es verdad puede serme muy útil, tiene razón. ¿Vive solo o tiene familia en el complejo?
-Soy viudo, tengo una relación con la Jefa de Estudios. Vivimos en uno de los apartamentos del personal con su hija. - respondió el Director.
-Quiero que me demuestre que lo que dice es cierto. Si es así y colabora conmigo usted y su familia vivirá bien, mucho mejor que los demás, si me ha mentido usted y ellas abandonaran el complejo. No creo que duren más de un día fuera de aquí. -amenazó Malcom
-Si me lo permite me acerco y se lo enseño en el ordenador. Puede verlo todo desde mi ordenador, perdón quise decir su ordenador. -respondió nervioso Bautista ansioso por demostrar que podía ser útil, para seguir viviendo era capaz de cualquier cosa.
El Director se colocó al lado de Malcom, comenzó a teclear, en la pantalla apareció una aplicación con contraseña que Malcom se apresuró en anotar en un papel.
-¡Ve!, en esta primera pantalla puede escoger la zona o edificio que quiere ver y escuchar en directo. Por ejemplo si vamos al edificio de los apartamentos del personal pincha aquí y accede al apartamento que quiera. Ahora puede ver en pantalla todas las habitaciones del apartamento, escoger la que desee, dentro de cada habitación hay un mínimo de dos cámaras en cada una, algunas tres, otras cuatro. Dispone de un zoom increíble en cada cámara y posibilidad de girarla manualmente o pulsar en modo de seguimiento automático a una persona. Puede ver y escuchar en directo o acceder al archivo de cada cámara individualmente.
-¡Menudo sistema!, Esto es mejor que el Gran Hermano -exclamó sorprendido Malcom al ver aquel despliegue de tecnología.
-¡No lo ha visto todo!, esto es última tecnología, hay un sistema de seguimiento facial. Podemos escoger una persona y ver en directo todo lo que dice o hace permanentemente. También podemos ir al archivo de esa persona y ver todo lo que ha hecho o dicho desde que está registrada en el sistema. Incluso podemos ir a una fecha concreta, de una persona concreta o un lugar concreto y ver lo que aconteció en ese momento.
-¡Impresionante!, ¿puedo ver lo que ha hecho uno de mis hombres ayer por ejemplo? -preguntó Malcom
-Tendría que registrarlos previamente en el sistema para que se realice un seguimiento y archivo automático de toda su actividad. Para eso hay que ir persona a persona y darlos de alta con el nombre o apodo que quiera delante de una cámara que registre sus rasgos faciales.
Malcom con la ayuda del Director fueron uno a uno a los lugares donde estaban apostados sus hombres de guardia y los fueron registrando en el sistema. En una hora tenía a todos sus hombres controlados por aquellas cámaras. Ver lo que hacían o habían hecho en un momento determinado era una herramienta de control que no podía ni haber soñado.
-¡Espléndido!, ¡Me encanta este juguete!
-¡Estoy seguro de ello!, No solo es poder ver y escuchar en directo lo que ocurre en cualquier lugar o ha ocurrido en un momento determinado. También me dijo que está interesado en saber que personas pueden serle útiles, le dije que conocía los secretos de todos. Existe también mi archivo privado personal, se lo mostraré
Malcom le dejaba hacer, se notaba que al Director le encantaba su juguete, daba la sensación que aquel maduro era un voyeur empedernido con el mejor juguete para ello. Lo siguiente que vio confirmó sus sospechas. Bautista escogió ahora en la pantalla el edificio de la Residencia, seleccionó una de las habitaciones. En la pantalla aparecían las fotos de las dos chicas alojadas en aquella habitación. El Director pincho en una carpeta anexa con el nombre de una de las dos chicas, se abrió un documento con formato diario en el aparecían anotaciones del tipo, el día tal a tal hora Susana se acuesta con fulanito, a las 23h el mismo día otra anotación en la que indica que ha tenido sexo con su novio oficial. Ahora Bautista pinchó sobre esta última anotación y en la pantalla aparecieron las imágenes de aquella sesión de sexo de la tal Susana con su novio.
-¡Ve!, en mi archivo personal hay anotaciones de todo tipo de cada una de las personas del complejo. Todos sus secretos, lo que han hecho o dicho está registrado con enlace a las pruebas correspondientes. - decía orgulloso el Director. Aquello suponía horas y horas de minucioso trabajo para poder disponer de toda aquella información.
-¡Excelente Bautista!, esto es un trabajo de chinos. Seguro que has sabido sacarle partido a todo esto en más de una ocasión, ¿me equivoco? - preguntó Malcom
-¡Por supuesto!, información es poder. A la gente no le gusta que se aireen sus trapos sucios. Si tú tienes algo puedes pedir algo a cambio, como ahora, ¿no es así?
-Tú y yo creo que nos vamos a entender muy bien Bautista, me has convencido creo que puedes serme muy útil. Te lo advierto si me engañas, no me dices toda la verdad o tramas algo por tu cuenta tienes los días contados. Háblame de tus debilidades, quiero saber con quién voy a trabajar, ¡Se sincero!, ¡No me mientas! -preguntó Malcom que quería saber las motivaciones de aquella rata dispuesta a mostrar las intimidades de todos por salvar su culo.
-Instinto de supervivencia señor. Haría lo que fuera por preservar la vida. Reconozco que me gusta vivir bien y me pierden las mujeres, son mi debilidad. Puede confiar en mí, le serviré fielmente. -dijo Bautista.
-Jajaja, ¡Bien!, esas motivaciones son buenas en los tiempos en que vivimos. Conmigo vivirás bien y aquí no te faltaran mujeres, estamos bien surtidos. Apuesto que ya te has tirado a más de una aprovechando toda esa información que dispones.
-Sí, señor. Alguna profesora infiel, alguna del personal auxiliar pero sobre todo algunas chicas de la residencia, las jovencitas me pierden. Algunas son muy fáciles de convencer, un aprobado, guardar un secreto… y se abren de piernas sin problemas -reconoció el crápula del Director.
-Seguro que tienes hecho tu propio ranking de putitas y putas del centro, quiero que me selecciones cuatro, luego me dirás las virtudes y el porqué de cada una. También quiero que anotes el nombre de otras cuatro personas adultas prescindibles del centro y el motivo. Voy a comenzar a confiar en tu criterio, demuéstrame que no me equivoco contigo.
-Señor, si le doy esos nombres nadie puede saber que han salido de mí, sería un apestado para todos si supieran que les he traicionado. -suplicó el Director.
-¡Por supuesto Bautista!, por supuesto, nadie lo sabrá. Estas cosas se quedarán entre nosotros, mis hombres tampoco quiero que sepan que están vigilados permanentemente desde hoy gracias a este sistema.
El Director escribió sobre una hoja de papel dos grupos de cuatro nombres, en uno puso “putas” encima y en el otro “prescindibles”.
-Te lo has pensado poco. Veo que lo tenías claro. Dime primero porque has escogido a esos “prescindibles” -preguntó Malcom
-Los tres hombres son conserjes mayores, a punto de jubilarse, no hacen nada productivo, están todo el día sentados. La mujer es una de las de la limpieza, ocurre lo mismo, demasiado mayor, la limpieza la puede hacer cualquiera. - respondió al instante sorprendiendo la claridad de ideas y practicidad del Director. Se notaba que dirigir un centro como aquel durante tantos años la hacía tener las ideas claras y no le costaba tomar decisiones. Las dos cosas eran muy valoradas por Malcom.
-Me parece bien el criterio. Saldrán hoy mismo de las instalaciones. Ahora háblame de las “putas”, me parece que este tema es tu fuerte Jajaja -rió con fuerza Malcom
-La primera es una profesora treintañera, se llama María, creo que es la mujer más atractiva del centro, guapa, rubia de gran melena larga y con unas tetas de infarto. Su marido es profesor también, un pobre cornudo, los dos viven en uno de los apartamentos pero creo que se ha tirado a todas las vergas que se le acercan. Casi todos los profesores y varios del personal de servicios se la han pasado por la piedra, le pierden las pollas. Literalmente es la mayor puta de todas.
-Bien, buena elección, con criterio, ¡Me gusta! Sigue, háblame de la otra
-Matilde es otra profesora, madurita pero muy bien conservada, elegante, atractiva, un poco pija y seria, parece una mosquita muerta pero por dentro es un volcán. Es viuda, se casó con un militar con dos hijos, el hombre falleció en un accidente de aviación. Vive en uno de los apartamentos con los dos hijos de su difunto, los chicos son alumnos del centro. Duerme con los dos chavales en la misma cama, se los folla, los dos se tiran a su madrastra al mismo tiempo. También ha tenido alguna aventura con varios alumnos, le gustan jovencitos. Sabiendo su secreto hace lo que le pidas, sin restricciones,
Escuchando al Director, Malcom se daba cuenta de lo inútil que era la información solicitada a Capi, su hombre de confianza, todo lo que le había pedido lo sabía con creces el Director y encima estaba grabado por las cámaras.
-Bien, buena pieza la tal Matilde por lo que cuentas. ¿Y las otras dos?
-Sandra y Yolanda son dos alumnas, las mayores putitas de la residencia, guapas, tetonas, follan por vicio. No hay que amenazarlas con nada, te lo dan todo solo con pedirlo. - explicó el Director
-Si tuvieras que escoger una, ¿Cual me recomendarías para mí? Quiero una mujer inteligente que me ayude en la gestión de mi trabajo, El Gobierno nos pide muchos impresos que rellenar. Pasaré mucho tiempo con ella también quiero que sepa relajarme cuando lo necesite. -preguntó Malcom.
-En mi opinión la más completa en todos los sentidos es María, inteligente, atractiva y con un cuerpazo. Solo para relajarse hay muchas que merecen la pena probar, además de estas cuatro quiero decir. Por supuesto que siempre depende de sus gustos, si me los dice podré hacerle una selección más personalizada -el tono de voz sonó malicioso.
-Jajaja, ¡Que cabronazo!, se nota que este es tu punto fuerte. Cada día vas a encargarte de seleccionar una distinta que pase la noche conmigo, independientemente de que yo escoja alguna otra que me llame la atención. Al día siguiente te diré lo que me ha gustado y lo que no, para que vayas afinando la selección. Si veo que vas acertándome el gusto dejaré que tú también las vayas probando. - dijo Malcom
-¡Gracias señor!, es usted muy generoso - respondió Bautista en tono que sonó a peloteo.
.- ¡No te equivoques conmigo Bautista!, no soporto a los aduladores. Me gustan las personas que hablan claro, que me son fieles y me lo demuestran. ¡No te pases de listo conmigo! -dijo Malcom en tono serio.
-Por supuesto señor, no era mi intención - respondió el Director, visiblemente nervioso. No quería echar por tierra lo ganado en aquel rato, había condenado a muerte a cuatro personas, señalándolas directamente. Aquello tenía que merecer la pena.
-Acompáñame al salón de actos, he mandado reunir a los adultos. Quiero conocer en persona a todo el mundo - dijo Malcom.
Los dos hombres se encaminaron al ascensor que conducía directamente a la planta baja donde estaba aquel tremendo salón de actos. En las primeras filas estaban sentados desde hacía un buen rato todas personas adultas que vivían en el complejo.
Malcom hizo que le entregaran a cada uno un folio de papel donde escribir, nombre, edad y trabajo que desempeñaban en el centro. Puestos de pie les hizo agrupar por familias los que las tuvieran allí presentes. Había bastantes parejas, el colegio favorecía a las parejas disponer de aquellos apartamentos prácticamente sin coste por delante de los empleados solteros. Por aquel motivo la mayoría de los que habían quedado en el complejo eran parejas y muchas de ellas con hijos, algunos alumnos del centro, los menos. Algunas parejas tenían niños pequeños, por lo que pudo ver eran 6 niños los que había también en el centro y que él no tenía constancia de que existieran.
-Los que tengan hijos que escriban en el cartel el número, una E si son estudiantes mayores o una N si son niños. -ordenó Malcom.
Sabía perfectamente que las personas con hijos estarían más dispuestas a sacrificarse que las que no. Un hijo es una motivación extra muy importante.
-¡Son demasiados!, solo las personas que nos sean de verdadera utilidad permanecerán en este complejo. Los que sean una carga tendrán que abandonarlo. Las personas con hijos pequeños tendrán que esforzarse por encima de los demás, los niños también comen.
Aquellas palabras helaron la sangre de todos. En el complejo tenían cobijo, comida y sobre todo seguridad. Abandonarlo era condenarse a una muerte segura, a manos del ejército o de las bandas de delincuentes. Fuera de allí no tendrían “Registro”, lo que implicaba quedarse sin alimentos ni suministros de cualquier tipo. Ocupar una casa vacía y robar comida era la única opción para las personas que se quedaban fuera del sistema. Uno, dos días, una semana máximo de vida era la expectativa de vida para los condenados a salir. O caer en manos de salteadores que en el caso de las mujeres esclavizaban durante días hasta que se cansaban de ellas.
Malcom sacó el papel del bolsillo con los nombres anotados por el Director, nombró a los cuatro sentenciados por Bautista que dieron un paso al frente -estas personas tienen que abandonar el complejo, ¡ya! Son demasiado mayores, no nos sirven-
Eran peor los rostros de los que no había nombrado que los de las cuatro personas mayores que eran expulsadas. Todos se dieron cuenta de lo importante que era justificar de algún modo que eran útiles para el hombre que regía los destinos de todos. Malcom estaba demostrando ser implacable y sin corazón.
Luego Malcom nombró a María y Matilde, las dos profesoras, a las que citó en su despacho por la tarde con una hora de diferencia. Desde luego Bautista, el Director no tenía mal gusto, María su preferida era una rubia imponente, de gran melena rizada, alta y con un busto exagerado. Matilde era el contrapunto, morena, elegante, aire de pija, muy atractiva, ciertamente tenía aire de mosquita muerta. De no haber visto aquellas imágenes en las que se la veía montada por sus dos hijastros al mismo tiempo no se lo habría creído.
-¡No puede tratarnos así!, somos ciudadanos españoles, el gobierno nos protege, ¡No somos ganado! -protestó el marido de la rubia tetona que no pudo contener su indignación, se llamaba Álvaro y era profesor.
-¿No puedo?, ¿El Gobierno los protege?, Tú vas a marcharte hoy con esos cuatro viejos que he nombrado, veremos quién te protege en la calle, valiente. -respondió seco Malcom
-¡No, por favor!, mi marido no sabía lo que decía, ¡Haremos lo que quiera, todo lo que quiera!, se lo suplico - dijo la mujer del profesor
María, la rubia tetona, acababa de ponerle en bandeja a Malcom dar otra muestra de que podía hacer con ellos lo que quisiera, cualquier cosa.
-Bien, veo que hay una mujer inteligente. Eso me vale para ti rubia, no dudo que lo harías, pero no me vale para tu marido. Si es así que lo diga él - replicó Malcom
-¡Álvaro por favor! ¡Dilo!, ¡Hazlo por mí! -rogó María a su marido. Sabía perfectamente que Álvaro no era un héroe, tan solo le perdía la boca.
-¡Haremos lo que quiera, todo lo que quiera! -dijo por fin Álvaro, tragándose sus palabras. El marido de la rubia se tuvo que tragar sus palabras, la vida era demasiado preciada y como todos no estaba dispuesto a perderla.
-Vamos a ver si es cierto Alvarito, quiero que señales a dos hombres de los que hay aquí, los que sean más amigos tuyos, los que tengas más confianza. Tu mujer me confirmará que escoges a los correctos, ¿verdad que si María? -ella asintió con la cabeza viendo como su marido señalaba a dos de los hombres, ambos profesores, le extrañó la decisión de su marido pero no dijo nada.
Malcom se quedó mirando a los dos tipos y luego miró de nuevo a María -si pudieras salvar a dos hombres de todos los presentes, sin incluir a tu marido ¿a quienes salvarías?, señálalos y dime por qué - preguntó ahora Malcom
María señaló a dos hombres -uno es mi hermano y otro el hermano de mi marido - respondió María.
-¿Hermanos de los dos?, ¿es normal tanta familia en este centro? -preguntó Malcom extrañado por tanta relación de parentesco.
-Los dos son buenos profesionales de mantenimiento, cuando se convocaron las plazas hablé con el Director. Me pareció un buen empleo en ese momento para los dos - explicó María.
-Me parece raro que tu marido no les haya escogido entonces, ha preferido a dos profesores que a su familia ¿Por qué? -preguntó Malcom imaginando como María había convencido al Director para que les contratara.
-Álvaro es poco familiar, prefiere los amigos para relacionarse o quizás no quería que usted supiera que somos familia, no lo sé, es la verdad. -respondió María.
-Bien, me vale. Bueno señores si alguno de ustedes no está dispuesto a hacer todo lo que yo quiera ya puede marcharse. Mis hombres les acompañarán a la calle encantados. El resto vamos a jugar un rato, algo divertido para todos. Tenemos que conocernos más, estrechar relaciones…. - todos bajaron la cabeza, ninguno quería morir, apreciaban demasiado su vida.
Malcom ordenó colocar en dos hileras a los hombres en una y a las mujeres en frente. A María, los dos amigos de su marido y sus dos familiares los apartó a un lado. Había bastantes más mujeres que hombres.
-Bien, ahora quiero que cada hombre comenzando por el primero de la izquierda escoja de las mujeres de enfrente, excepto su esposa si está presente, la mujer que le parezca más atractiva. Como hay más mujeres que hombres cuando se complete la primera ronda repetimos hasta que todas tengan algún hombre en su equipo. -explicó Malcom
-¡Muy bien ya tenemos los equipos formados!, ¡Separaos más!, ¡Dejad espacio de un equipo a otro!, así muy bien eso es. Quiero una hilera a lo largo, los hombres mirando hacia mí, las mujeres de espaldas a mí, mirando al hombre de su equipo. -todos fueron obedeciendo las indicaciones.
-Tu María aquí a mi lado de frente a todos los hombres y vosotros cuatro a la derecha de María. ¡Perfecto! Ahora quiero que todo el mundo se quite la ropa, ¡Toda!, ¡Quiero ver a mi ganado desnudo!, Venga señoras y señoras todos en pelotas, ¡Rápido, es para hoy! -gritaba Malcom -Vosotros también -dijo señalando a María y sus cuatro varones acompañantes.
-Muy bien, así, veo que hay variedad Jajaja. Ahora va a empezar el juego. Quiero a todas las mujeres de rodillas delante del hombre de su equipo. Cuando yo lo diga las mujeres comenzarán a mamar la verga del hombre de su equipo. Para que no falte la motivación si algún equipo no consigue que su hombre se corra todo el equipo será expulsado del recinto. - la cara de todos era un poema ¿hasta dónde era capaz de llegar la degeneración de aquel individuo que les tenía en sus manos?
-María se ha ofrecido como voluntaria para motivaros un poco por si no es suficiente las mujeres que tenéis en vuestro equipo. Les va a comer la polla a los amigos de su marido y a la familia, luego se los tirara a los cuatro. Si alguno de ellos no lo consigue lamentablemente tendrá que abandonar nuestro precioso recinto. Bien, cuando suenen mis palmadas todas las mujeres a mamar con ganas. El equipo del hombre que primero se corra recibirá una deliciosa tableta de chocolate, se que hace meses que nadie lo prueba Jajaja -explicó Malcom, mirando fijamente la cara de Álvaro, el marido de María, que estaba a punto de follarse a su hermano, su cuñado y los amigos de su marido, a la vista de todos. Álvaro bajaba la cabeza, incapaz de verlo, se sentía responsable de aquella locura, si se hubiera callada posiblemente no estarían en aquella situación.
-¡PLAS, PLAS! - sonaron las palmadas de Malcom y todas las mujeres se lanzaron a mamar la verga del hombre de su equipo. Ansiosas esperaban que se corriera cuanto antes, nadie quería ser expulsado y aquella miserable tableta de chocolate era un buen aliciente también.
Malcom se quedó mirando a María, desde luego aquella rubia tenía un cuerpo espectacular. Colocada de rodillas los cuatro hombres formaban un semicírculo frente a ella y les mamaba la verga uno tras otro. Aquellas tetas gigantes se agitaban con los movimientos de su cabeza, los cuatro se habían empalmado sin problemas. A una indicación de Malcom comenzaron a follarla, uno tumbado boca arriba en el suelo la penetró el sexo, mientras otro follaba su culo y ella seguía mamando dos vergas que tenía frente a su cara. Parecía que a María no le estaba resultando demasiado esfuerzo tirarse a los cuatro, ni siquiera el pensar que uno era su hermano y otro su cuñado que Malcom se encargó de que fuesen los primeros en metérsela, uno por delante y otro por detrás.
El Director fue el primero en levantar la mano, aquel crápula se había corrido ya. Una morena preñada arrodillada frente a él tenía el reguero de leche de la corrida entre sus tetas hinchadas que seguro eran capaces de amamantar ya dado su avanzado estado de gestación.
Bautista, el Director, una vez conseguido el objetivo observaba el espectáculo del resto de la gente. Su pareja, la mujer arrodillada frente al hombre que estaba a su lado se esforzaba por conseguir que aquel hombre se corriera también. No tardó en conseguirlo y sacando la polla de su boca hizo que se vaciara sobre sus pechos. Todos querían que quedase constancia del hecho para no verse expulsados. Poco a poco todos los equipos consiguieron su objetivo, ningún hombre quedó sin correrse.
-¡Muy bien!, parece que nadie quiere marcharse, felicidades. No veo que ningún hombre este empalmado de nuevo, me parece que no sois machos de repetir jodiendo. No está bien que las mujeres se queden con ganas, aquí por lo que veo solo disfruta María - dijo Malcom mirando como la rubia se estaba tirando ahora a los dos amigos de su marido.
-¡Tranquilas señoras! Ahora les toca a ustedes, quiero a todas a cuatro patas en el suelo con el culo en pompa -dijo Malcom que a una señal suya a uno del hombre que había vigilando el salón de actos hizo pasar a un numeroso grupo de sus hombres.
- ¡Muchachos os toca!, es vuestro turno, os lo habéis ganado, que cada cual escoja una perra para montar. No quiero un culo al que no le limpien bien las cañerías. ¡Venga muchachos ronda de culos gratis! -gritó Malcom viendo como sus hombres se abalanzaron sobre aquellas mujeres intentando escoger las más atractivas pero poco a poco ninguna quedó libre. Comenzaron a sucederse las penetraciones anales y los gritos de las poco acostumbradas o vírgenes del culo. La sucesión de alaridos de las más gritonas no pudo evitar que todas fuesen enculadas hasta llenar sus culos de leche.
Malcom dejó que otro grupo de sus hombres ocupase el lugar de los primeros y se las follara ahora por delante. Una hora más tarde daba por terminada aquella reunión, ahora ya conocía en persona a todos. Y todos los adultos del recinto sabían hasta dónde era capaz de llegar psicópata.
Le había llamado la atención aquella mujer joven, embarazada, 26 años, morena, en su cartel ponía cocinera y en el de su pareja, camarero. Se llamaba Marta, estaba embarazada en avanzado estado de gestación.
-¡Tu, la preñada! ¡Quédate!, los demás podéis ir a vuestros apartamentos.
El marido de la joven embarazada se quedó junto a ella, los dos tenían el susto en el cuerpo. ¿Que querría aquel hombres?, se preguntaban.
-¿No me has oído?, le dije a ella que se quede a ti no te necesito para nada. ¡Márchate!
-Es mi mujer, ¿Que quiere de ella? -insistió el tipo, que no parecía dispuesto a dejar a su mujer.
-¡No te importa!, puedes irte al apartamento o con los cuatro abuelos a la calle, tú decides -dijo Malcom.
Aquellas palabras hicieron que se lo pensara mejor y no tardó en darse la vuelta y dejar a su mujer sola. Enfrentarse solo suponía la muerte.
-Acompáñame vamos a mis dependencias. ¿Eres buena cocinera?, mis hombres cocinan fatal.
-Creo que sí señor -respondió Marta
Encima del despacho del Director había un magnífico ático de lujo completamente instalado. Era la viviendo que ocupaba el Director cuando el llego, ahora Bautista ocupaba uno de los apartamentos con su pareja y la hija de ella.
Marta no se podía creer todo lo que había en aquella nevera cuando la abrió. Su cuerpo acostumbrado a las raciones del ejército no recordaba lo que era ver de nuevo carne, pescado, fruta fresca, verdura.
-¡Sorpréndeme!, prepara alguna especialidad que te salga mejor. Si me gusta podrás comer tú también.
Marta cogió una manzana, roja, perfecta, no podía dejar de mirar aquella fruta, hacía meses que no veía una. Se moría de ganas por darle un bocado. Ni escuchó lo que Malcom le dijo.
-Jajaja, apuesto que te la comerías ben a gusto. A tu hijo le sentaría muy bien que comas productos frescos. ¿De cuánto estas?
-Ocho meses señor, este mes salgo de cuentas. ¡Claro que me la comería!, ¡Me encantaría!
-Todo tiene un precio en esta vida Marta. ¿Estas dispuesta a pagar?
-¿Que quiere decir señor?
-Puedo cuidar de ti, de tu hijo, siempre me han atraído las mujeres embarazadas. Tú eres muy guapa..., no me gusta tomar las cosas a la fuerza… -insinuó Malcom
Marta se calló, sabía que si se resistía podía tomarla a la fuerza. Acababan de follarla dos de los hombres de aquel depravado y tenido que mamar la verga al Director delante de todos. Haría cualquier cosa por el bien de su hijo a punto de nacer. Llevaba un vestido premamá estampado, de tirantes a los hombros. Lo agarró de la cintura y se lo quitó con facilidad, a continuación se quitó el sujetador y la braga ambas de color carne. Quedó completamente desnuda mostrando aquella barriga descomunal completamente recta, echada hacia adelante. Unos pechos grandes, hinchados se apoyaban sobre la barriga. Un sexo peludo, dilatado, de grandes labios que sobresalían marcando una vagina grande. Su cuerpo delgado contrastaba con lo dilatado de su vientre, pecho y sexo. Se dio la vuelta para que la viese por completo, de espaldas apenas uno se daba cuenta que estaba embarazada.
-¿Que quiere que haga? Haré lo que sea por mi hijo -dijo Marta por fin.
Malcom la miraba embobado, aquella morena preñada le había puesto la verga a reventar -¿Tu marido sigue teniendo sexo contigo?
-Hace tres meses que no tenemos sexo, la situación, tengo ansiedad, el insiste pero hace tiempo que no permito que me penetre ni por delante ni por detrás. Me veo gorda, fea, hinchada, molesta no me gusto a mí misma. -explicó Marta.
-¿No te gusta el sexo?, ¿no te apetece? -volvió a preguntar Malcom.
-Sí, claro que me gusta. Me masturbo casi a diario, es algo psicológico, no me veo bien y no me gusta que me vea desnuda, me siento incómoda, mal, no me gusto yo misma.
-A mi me pareces muy guapa, ¡Me la has puesto dura! Ven, acércate
Marta avanzó los dos pasos que les separaban, nada impediría que su hijo tuviera lo mejor que pudiera ofrecerle. El precio no era importante, haría todo lo que fuese necesario. El la acarició, se limitó a ver como ella dócilmente se le ofrecía. Hizo que primero se duchara y luego preparara la comida para los dos. Después tranquilamente se la folló despacio comprobando como Marta se corría, estaba disfrutando también. Desde aquel día Marta sería su cocinera privada atenta a cualquier requerimiento de Malcom, a su completa disposición. No le faltarían alimentos ni cuidados para su hijo, merecía la pena aquel sacrificio.
La vida de todos había cambiado desde que aquella maldita epidemia convirtió el mundo en un campo de lucha por la supervivencia diaria. ¿Hasta dónde puede soportar un ser humano que su dignidad sea vejada por mantener la vida? Imagino que cada cual tiene su límite, sus líneas rojas, depende de las circunstancias, de ser solo él o de saber que otros seres queridos dependen de nuestras decisiones.
FIN DE LA PRIMERA PARTE
Queridos amigos lectores me gustaría conocer vuestra opinión sobre estas cuestiones que planteo. ¿Merece la pena relatar una posible continuación?, ¿os ha gustado el planteamiento? Vuestras opiniones son importantes para mí, puedo continuar desarrollando la trama o dar por válido este final parcial.
Vuestras valoraciones en la web me ayudan a tomar decisiones, lo que gusta, lo que no, lo que más se lee, lo que no, y las sagas que mas ansiosos queréis tengan continuación.
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Gracias a todos que día a día siguen leyendo mis textos.
Un abrazo
MariaRuizRed