Cuarentena con mi suegra

La pandemia trae beneficios inesperados

De un momento a otro, todo cambio. Ya no podíamos salir con miedo a contagiarnos, todos con mascarillas, locales cerrados, toque de queda por las noches y en la televisión hablando de contagiados,  recuperados y fallecidos.

Como en mi caso, muchos podíamos hacer teletrabajo, trabajar cómodamente desde la casa, algo bueno de esta maldita pandemia. Me levantaba temprano, prendía la pc y me volvía acostar, respondiendo uno correos de vez en cuando, contestando el teléfono, mientras mi mujer, por su trabajo,  estaba obligada a salir a trabajar.

Pasó que el marido de una de sus compañeras de trabajo se contagio y por seguridad colocaron a todas en cuarentena, incluida mi mujer.  Incrementamos las medidas de prevención entre yo y ella, ya que sufro de diabetes y soy enfermo critico.  De inmediato no hicimos el tez coronavirus, ella salió con covit positivo y  yo afortunadamente, negativo.

Por suerte era asintomática y no presento ninguno de los síntomas, pero de inmediato, por seguridad para mi,  se decidió que fuese yo el que me fuera a quedar con mi suegra los días de cuarentena, para dejarle toda la casa a ella y evitar que yo me enfermara.

Mi suegra tiene 66 años, vive sola en su casa,  separada hace muchos años,  por lo que problemas de habitaciones no teníamos. No tuvo ningún problema en aceptarme en su casa mientras mi mujer se mejoraba. El que tuvo problemas, fui yo.

Siempre me atrajo mi suegra como mujer y ahora estar viviendo los dos solos, bajo el mismo techo, sin sexo, sería un verdadero tormento.

Mi suegra es una mujer de contextura gruesa, muy culona y de tetas impresionantes. A pesar de su edad, era una mujer muy atractiva. Mi mujer también es tetona , pero nada comparado con las tetas de su madre, que la superaba con creces.  Para mí sus tetas siempre fueron un imán a mis miradas,  un sueño inalcanzable.

Así fue como termine viviendo en casa de mi suegra, lleve mi computadora y alojado en el cuarto que antes era de mi mujer, comencé a convivir con ella y comenzar mi calvario. Todas las mañanas, mi suegra me preparaba el desayuno en bata y mientras me servía, sus enormes tetas delante de mí eran realmente un martirio. Eran tremendas, realmente exquisitas, que desperdicio de tetas sin que nadie las aprovechara, ya que por años mi suegra estaba sin pareja, mas ver su enorme culo cuando me daba la espalda, imaginándomela con poca ropa debajo de su bata , era un suplicio.

La verdad nos llevábamos muy bien, conversábamos bastante,  me atendía muy bien , cocinaba exquisito y yo ayudaba con los trabajos típicos del hogar, cambiar llaves, arreglar enchufes, incluso , hasta el baño lo pinté para matar el aburrimiento.

Justamente cuando pinté la puerta del baño, con la pintura aun fresca, mi suegra me dice que se tenía que duchar. Le explique que no podía cerrar la puerta, porque la pintura aun estaba fresca y me dijo que no tenía ningún problema en hacerlo con la puerta algo abierta. La deje sola y cuando escuche el agua correr, silenciosamente camine por el pasillo y me quedé fuera de este.  A través de la cortina semitransparente , la silueta de mi suegra desnuda, enjabonándose el culo, con  sus enormes tetas colgando   y yo afuera con la verga completamente dura , sin poder evitar tocarme.  Fueron 10 maravillosos minutos de ver la silueta de mi suegra en la ducha , hasta que cerró el agua y me tuve que mover. Volví a mi cuarto en silencio, con la imagen grabada de ella en mi mente, deseándola con locura.

Al rato mi suegra ya se había vestido y circulaba por la casa en bata , con una toalla en la cabeza. Le dije que ahora era mi turno de bañarme, diciéndole como broma, que no me fuera a espiar. Ella se rió y me dijo que trataría de no hacerlo. Me desnude y me metí bajo el agua. Mientras el agua caliente corría por mi cuerpo, la imagen de mi suegra aun no salía de mi cabeza, mas aun estando en el mismo lugar donde ella había estado poco antes desnuda, cuando tomo el jabón y veo que pegado a el ,  había un pelo de coño de mi suegra , ya fue mucho para mi. Tenía la verga durísima, y necesitaba urgente un relajo , por lo que me masturbé deliciosamente , mientras con los ojos cerrados, recordaba la silueta de mi suegra, cuando en eso me entró una idea. Si yo había pensado que podía ver a mi suegra duchándose, ¿podría ella pensar lo mismo? … y mirando por la cortina hacia el pasillo, me pareció ver un bulto en el pasillo. Me quede atento con la mirada hacia la puerta y vi que la sombra se movió.  ¡Mi suegra me estaba espiando!

Me excitó pensar que ella sentía lo mismo que yo , comencé a mostrarme , enjabonándome  bien la verga desde la base , para que se notara más grande aun , tratando de acercarme bien a la cortina de plástico semitransparente , cosa de darle un buen espectáculo, incluso me daba vuelta y con la verga chocaba con  la cortina , dándole un buen espectáculo de mi herramienta a la madre de mi esposa.

Al salir, envuelto en la toalla, mi suegra estaba en la cocina.  Intercambié unas pocas palabras con ella, donde  la note muy extraña y nerviosa, era indudable que me había visto.

Desde ese día, algo cambió. Notaba tensa nuestras conversaciones, las miradas distintas, era evidente el deseo de ambos. Yo notaba que se acercaba mas a mi , me tocaba la espalda , los brazos y yo cuando cocinaba , me acercaba apegándome a ella, alabando su comida , colocando una mano en su cintura , sintiendo el efecto que esto provocaba en ella.

Una tarde mi señora le hizo una video llamada a mi suegra, conversamos los dos con ella. Le dijo a su madre, como broma, que no me dejara salir a ningún lado, que me cuidara y ella que no se preocupara, que me tenia vigilado.

Más tarde salí a comprar un trago para sorprender a mi suegra, avisándole que iba y volvía. Ella me recordó que me tenía que controlar, que me tenía bajo su cuidado , a si que no me demorara, riéndose.  Volví con una botella de alcohol, diciéndole que hace rato se me antojaba tomarme un trago y que me acompañara. Le gustó la idea, preparó una tabla de quesos, servimos dos copas y nos pusimos a beber y a conversar sentados en el sofá, viendo las noticias frente al televisor.

Hablamos obviamente de lo que estaba pasando en nuestro país y ya después de lo que estaba siendo nuestra convivencia, donde le dije que me sentía muy agradable en su casa y que pocas ganas tenía de volver. Ser rió diciéndome si no echaba de menos a su hija. No directamente, pero  le di a entender que era el sexo lo que extrañaba.  Me dijo que ya me acostumbraría, que ella llevaba años en eso y le dije que era difícil, que era muy fogoso y que esta cuarentena me traía loco, donde con su mirada se notaba su deseo por mi.  Luego de la tercera copa, ya  mostraba muy distinta, más relajada incluso  hasta algo coqueta. Por mi parte, no podía dejar de mirarla imaginándome teniendo sexo con ella, la vista se me iba sola a sus tetas, era algo inevitable.

La conversación siguió muy amenamente, su copa fue recargada en varias oportunidades,  estaba contenta,  se reía,  su voz se notaba algo traposa, algo desinhibida, diciendo que con el alcohol había entrado en calor. En un momento me dijo que se sentía muy bien al tener un hombre en casa, que se sentía más segura y yo que me encantaba estar en su casa, que había compartido como nunca con ella, que era una gran mujer. Junto con decirle esto, le tome la mano y me quedo mirando fijamente.  Hubo un minuto de silencio , mirándonos directamente a los ojos y trató de levantarse , diciéndome que mejor se iría a costar , “antes de ..” y dejo hasta ahí la frase. La anime a que la terminara, y me dijo que no, que mejor se iba a costar.

Yo que ya tenía bastante alcohol en la sangre, más caliente aun al sentirla tan confundida,  la volví a tomar de la mano evitando que se marchara, desafiándola a terminar la frase. Me dijo que fuéramos francos, ambos sabíamos que estaba pasando, que la conversación estaba tomando otro rumbo que ella no quería  y que no podía suceder.  Me acerqué a ella para besarla y de inmediato se levantó ,  trató de marcharse. Me levanté y la tome fuerte de la cintura, con sus manos en mi pecho me dijo que no, que la soltara, pero cuando trate de besarla,  no me detuvo, y nuestro labios se encontraron.

Fue una locura , caímos en un beso ardiente, desenfrenado, sin importarnos nada. Frenéticamente  nuestros cuerpos se juntaron y comenzamos a besarnos y a tocarnos con pasión. Nuestras lenguas luchaban furiosas dentro de nuestras bocas, mis manos apretaban sus voluminosas nalgas, atrayéndola hacia   mí, mientras nos movíamos rítmicamente,  rozando nuestros sexos a través de la ropa.

Le apreté las tetas, desesperado busque los botones de su blusa, los que rápidamente cedieron, dejando sus enormes tetas a entrever, con un sostén que apenas las podía contener.  Con su blusa abierta y sus desafiantes tetas semi descubiertas, besé su cuello, bajando desesperado hasta el contorno de sus pechos, luego con ambas manos, conseguí sacar una al aire, la que me devore con frenesí.

Su mano en mi pantalón tocándome la verga , tratando de desabrochacharmelo. Con fuerza me empuja hacia atrás, caigo al sofá y  se me monta encima mío,  colocándome las tetas en la cara , tratando de liberar mi verga de su encierro.  Apenas lo consiguió ,  sentí su mano apretándomela muy fuerte , y en un arrebato de pasión ,  baja su cabeza se larga a mamármela con furia descontrolada.

Que ganas de mamar tenía esa mujer, parecía que la tenían amarrada,  era increíble el ímpetu que colocaba en cada mamada. Termine de sacarle la blusa y su brasier , mientras yo me terminaba de sacar los zapatos y el pantalón.

La saque de su posición y me dedique a desvestirla por completo. Ante mi apareció el cuerpo desnudo de mi suegra , sus enormes  tetas caídas , su voluminoso culo , todo mío esa noche.

Sin dejar de besarnos y tocarnos, nos fuimos hasta su cuarto, caímos a la cama, donde enajenado succione fuertemente sus pechos, para luego bajar , abrirle las piernas de lado a lado y meter mi boca en su mojada concha para chupársela con todas mis ganas. Mi suegra lanzaba alaridos de placer, restregándome con furia su concha contra mi cara, sintiendo la lengua de su yerno lamiéndole la concha, hasta que casi suplicando me pedía que se la metiera de una buena vez.

Metiéndome entre sus piernas, mi verga se perdió entre sus carnes, comenzándomela a coger como un animal. Con las piernas abiertas y levantadas,  gemía como loca , e imploraba  que se la metiera mas y mas adentro.  Aferrado a sus enormes nalgas, como un gimnasta olímpico se la metía con furia una y otra vez , viendo sus ojos cerrados y rostro arrugado sintiendo mucho placer. Ese voluminoso  cuerpo era completamente mío  esa noche y no dejaría de cogérmela hasta que la fuerza me acompañara.

Me monte sobre su vientre, le agarre las tetas y metí mi verga entre ellas, mientras mi suegra levantaba su cabeza, buscando meterse mi verga en la boca. Se la deje a la altura y la vieja se deleito con ese pedazo de carne en su boca, chupando como si de eso dependiera su vida.

La coloque de boca, acostada sobre sus enormes tetas que sobresalían para cada lado , su enorme trasero desafiante ante mi absorta mirada. Era gigantesco, carnoso, blanco, delicioso.  Me deleite mirándolo y tocándolo, hasta que baje a él y lo mordí, lo bese , restregué mi cara con el , pasándole la lengua , disfrutándolo a mi anchas. Separé sus nalgas y sumergí mi cara entre ellas, pasándole la lengua, escuchando sus gemidos de placer. Con ambas manos se las separaba, pasando mi lengua por su ojete, haciéndola estremecer del gozo que le brindaba. En su enorme concha peluda , roja y jugosa , mis dedos se perdían en su interior. Tres dedos fácilmente entraban , restregándoselos, sintiendo lo lubricada que estaba.

Me monté sobre ese culo y comencé a follármela, gimiendo en su oído, preguntándole si le gustaba como se la cogía su yerno. Entre sollozos me decía que le encantaba, que se la metiera hasta el fondo, que le hiciera todo lo que yo quisiera hacerle, que esa noche era mi puta.  La levanté y la coloque en cuatro sobre la cama , yo de pie , con su enorme culo a mi disposición. La agarré de sus anchas caderas y con todo me fui contra ella, penetrándola fuertemente, viendo sus nalgas  moverse con cada una de mis embestidas, mientras su tetas colgantes chocaban entre ellas. Sus alaridos no cesaban, era como un llanto , como si estuviese sufriendo mucho, pero no era así, era su forma de disfrutar y como lo hacía.

Terminé de espaldas con mi suegra montada, saltando sobre mí, enterrándose mi verga hasta el fondo, mientras ella misma se agarraba las tetas para evitar que le golearan la cara.  Entre quejidos y lamentos, me avisa que estaba acabando, moviéndose más rápido aun. La cama parecía que se iba a desarmar, yo solo quieto con el asta parada, aguantando, viendo como mi suegra escandalosamente se descargaba sobre mí, mojándome abundantemente, algo que me fascinó y ya sin poder aguantarme , comencé acabar dentro de ella.

Fue exquisito, mi suegra cayo rendida sobre mí y me quede agarrándole las nalgas fuertemente descargando dentro de ella hasta mi última gota de semen.

Como en mis mejores tiempos , al poco rato volví a repetir y a la mañana siguiente igual. Fueron 5 días de pasión desenfrenada , cogíamos a cada rato, incluso tuve que apoyarme y comprar unos viagras para mantener el ritmo,  pasábamos tocándonos , vivía con mi verga en su boca y no solo me dejaba acabar ahí, si no que también se lo tragaba. Lo único que no hicimos fue sexo anal, a pesar que lo intentamos , pero era demasiado estrecha. Pero todo llega a su fin , a mi mujer le levantaron la cuarentena y tuve que volver a casa , no sin antes darle una espectacular cogida de despedida a mi suegrita.