Cuarentena con mi padre (II)
Continúa la serie de relatos sobre como pasan la cuarentena un hijo con su padre en casa.
Pasó el resto del día normal, pero pensando en esa situación morbosa (¿acababa de decir morbosa?), sí. Aunque por supuesto, quien se iba a imaginar lo que vendría...
[22:00pm] Acabamos de cenar los 3 y mi madre se quiere ir a dormir ya, porque los días están siendo un no parar y está muy cansada. Mi padre decide aguantar más y se queda en el comedor viendo la tele. Yo me dirigo a mi cuarto y me pongo a jugar un rato a la Nintendo, mi pasatiempo favorito estas noches.
[23:15pm] Después de una hora y pico, la batería de mi consola empieza a hacer mella y es momento de dejarla cargar. El dock con el cable de la consola la tengo conectada a la televisión del comedor (ya que tiene esa función de jugar también ahí). Me voy allí y ¡oh, sorpresa! veo a mi padre sin camiseta, con los pantalones de chándal de estar por casa bajados por la rodilla y sobándose su rabo por encima.
- ¡¡¡Mierda!!!
- ¡¡Juan Juan!!
Me doy media vuelta y me meto al cuarto de baño que era lo más cerca que estaba. Joder tío, que corte.
Llaman a la puerta y escucho a mi padre Juan, porfa, abre un momento la puerta, en voz baja para no despertar a mi madre.
Abro.
- Hijo… eh… perdona, que estaba ahí un poco juguetón y no te había sentido venir…
- No papá, tranquilo, no pasa na’. Sólo que no me lo esperaba jaja
- Ya me imagino… vaya imagen, pero es que estos días tu madre no da para más y estoy a dos velas.
¿Mi padre me acababa de insinuar que llevaba días sin follar? ¿Me explicas esta confianza de repente en estos temas? No daba crédito. Mi cara, un cuadro y nervioso.
- Nada papá, es lo que toca jaja…
- Si… lo sé… estaba con la tele y viendo una peli de en un canal de estos de pago y había salido una escena un poco subida de tono y uf… jajajaja
- ¿Pero… peli porno?
- No no, si todavía ni es la hora golfa para que las pongan jajaja
- Yo que sé. A lo mejor era un canal especial guarro…
- No, pero la verdad que me estaba poniendo muy caliente… sino mira.
Zasca. Mi padre se baja esos shorts hasta abajo y me deja ver, a un palmo mia, su rabo, morcillón total. ¡¡Qué cojones!! (en ambos sentidos de la palabra).
- Ya ves, así estoy…
- Papá… eh....eh… (No sabía qué responder).
Ahora se acababa de empalmar entero. Si ya era grande de normal, por lo que vi esta mañana, ahora era mucho más gorda y un poco más grande. Vaya rabazo. El primero que veía en persona, que no fuese el mío.
Otra cosa que me preocupaba era que pudiese escuchar mi madre esta conversación, pero enseguida descarté esa opción. Duerme siempre con la puerta cerrada y ya estaría bien dormida. Aparte, el baño no estaba cerca. Pero mi sorpresa fue…
- Qué. No me digas que no has visto nunca un rabo Juan, coño.
- Pu… pues la verdad que no…
- ¿De verdad? (Aquí subió un poco más la voz, de sorpresa total).
- A ver, en persona no, excepto el mío… en el porno si joe…
- Ah joder jajaja ¿Pero a ningún colega tuyo tampoco?
- ¡Papá!
- Hijo yo que sé…
- Tú estarás más acostumbrado por tu curro y demás.
- Si, eso es verdad.
No me podía creer esta conversación que estábamos manteniendo. Esta confianza, primera vez, en estos temas íntimos. Lo mejor de todo era que él seguía con esa erección y a mi se me acababa de poner bastante morcillona. Lo notaba bajo mi pijama. Y creo que él lo notó también…
- Bueno hijo, estamos en confianza (y con su mano, hizo un gesto de pillarme el paquete, como de colegas con guiño incluido).
- Pero bueno… que he tocado por aquí...
Mi instinto me llevó a taparme con mis manos el paquete. Qué vergüenza.
- Pero buenoooo… ¡que no pasa nada! Jajaja A ver coñe, que soy tu padre.
- Que no… que vergüenza…
- Juan, que tu a mi me has visto ya… mírame (lo dijo tocándose el rabo en plan masaje) no pasa nada. Si es curiosidad por ver si has salido a mi jaja
- Pufff…
Y ya está. Decidí bajarme el pantalón vergonzosamente.
- Jajaja si también la tienes animada.
Y acto seguido a decir eso, me la cogió con la mano… estaba en shock.
- Juanito… no la tienes nada mal… estás saliendo como tu padre…
No había quitado su mano de mi rabo y encima, estaba haciendo un pequeño masaje. Imaginad, entre lo nervioso y lo cachondo que me estaba poniendo esta situación que no me acababa de creer, se me puso completamente a 100 el rabo.
Tengo que decir, que no lo tengo nada mal. Sobre todo el mío, comparado con el de mi padre que acababa de ver, medían prácticamente igual, unos 18, pero el mio mucho más fino que su gordura y sin tener esos huevazos de él.
- ¿Hace cuánto que no te haces una paja? Porque tú también vas cargado ehhh.
- La verdad, que hace 4 días o así…
- No no, si ya…
Me estaba haciendo una sutil paja con su gran mano y me estaba gustando. Incluso, me estaba relajando cada segundo que pasaba y la verdad, necesitaba descargar, no me iba a engañar. De perdidos al río.
- Bueno, tu me ganas. Sobre todo en huevos.
- Jajajajaja. Si, los tengo bien. Toca toca.
Era lo que más me impactó, así que eso fui a hacer. Los palpé con una mano. Él con su mano en mi rabo duro, masajeando lentamente y yo con mi mano en sus huevos colgones, masajeando también y con su rabo duro. Metidos en el baño, de pie, con la puerta cerrada.
- Bueno Juanito, voy a seguir viendo la tele a ver si se va a levantar tu madre y va a decir que dónde estamos jaja
Quita la mano de mi rabo, se levanta el short guardándose esa herramienta que tenía que estaba empezando a sobar.
- Buen rabo, por cierto, estoy orgulloso (y con un guiño, abre la puerta con cuidado y sale del baño).
QUÉ COJONES. No entendía que acababa de pasar. De repente va y corta la situación. A lo mejor lo estaba interpretando yo mal y era algo normal entre padre e hijo, pero joder, se ha tirado 5 minutos masajeando mi rabo y me ha dejado tocar sus cojones.
Me subo el pantalón, salgo del baño y ahí le veo, sentado en el sofá, esta vez con el pantalón subido e incluso con camiseta.
- ¿Te vas a ir a dormir ya?
- No, iba a cargar la consola y a seguir con el ordena ahora después.
- Vale, yo me iré en un rato. Si no te digo na, buenas noches Juan.
- Buenas noches papá.
Cuando puse a cargar la consola, me dirijo a mi cuarto. Me tumbo en la cama. Pienso en la situación del baño y me pongo a fuego otra vez. Me toco y tardo 2 minutos en correrme…
Me invade una situación de culpa. ¿Qué había pasado?, mejor ¿qué había pasado con mi padre? No lo entendía. A lo mejor estaba exagerando, bah. No voy a pensarlo. Fin.
Y así ese extraño día pasó.
[11:30am]
- ¡JODER! ¡Son las putas 11:30!
Mi horario normal estos días era sobre las 9:30, más o menos, para aprovechar y hacer las tareas de la uni, además de que algunos días teníamos tutorías virtuales con algunos profes y con mis compañeros para algunos trabajos.
Menos mal que ese día no había nada.
¿Sería la paja de anoche que me relajó más de lo demasiado? Al pensar aquello, me vino a la mente la situación del baño con mi padre, pero ahora no me invadió esa sensación de culpa que me dió al acabar de correrme. Al contrario, me puso morcillón, vaya que sí.
Venga Juan, espabila - me dije.
Fui a desayunar. Allí estaban mi padre y mi madre, en la cocina preparando la comida. Mi madre hoy entraba más tarde. Así que la mañana pasó de lo más normal, cada uno con lo suyo.
Son las 15:00h, y nos disponemos a comer. Si, solemos comer siempre a esa hora, aunque mi madre ya se había ido porque entraba a las 14:00h.
- Que tarde te has despertado hoy Juanito. Vaya perezoso.
- Ya… no sé que me ha pasado. Pero bueno, menos mal que no tenía nada importante.
- Bien, así has aprovechado a descansar un poco más.
- ¿Tú que has hecho?
- Ayudar a tu madre con la comida y mi tabla de ejercicios de siempre.
- (...)
Una conversación durante la comida de lo más normal, aunque mi mente de vez en cuando pensase en lo ocurrido anoche. A lo mejor, como pensé por un momento, era algo normal, pero claro, no le iba a preguntar a mis colegas… ¿oye tío, tu padre y tú os habéis tocado el rabo?. Nada, terminamos de comer, a limpiar los platos cada uno y cada uno a lo suyo.
[17:15pm] Me estaba empezando a rallar. Estaba viendo una película, pero como si no lo hiciese. Seguía aún dándole vueltas (qué pesado y aburrido, pensaréis). Si, la verdad que si, pero es que me estaba poniendo de nuevo muy caliente. Tanto, que lo que se me acababa de ocurrir me estaba poniendo el corazón a mil…
Tenía pensado calentar a mi padre.
--- Fin de la segunda parte del relato ---
PD: Cuando escribía este relato, no he podido evitar hacerme una paja.