Cuarentena con mi novio.... y su padre. Parte 6
Se descubren secretos del pasado de Juan y Pedro, que hace que todo sea mas divertido entre los 4
PARTE 6:
Una vez Pedro recuperado de la follada que le acaba de meter a Theo, veía como Juan estaba en la puerta desnudo pajeándose, mirando a su hermano, cuando este de repente dijo:
- Hugo, Theo, sabíais ¿quién era mi putita cuando era adolescente?
Todos nos quedamos callados, pero escuchamos un gemido que provenía de donde estaba Juan.
- Mi hermano era mi putita, no la habéis visto apoyada en la puerta deseando ser follado por un macho. – dijo Pedro con el rabo ya poniéndose duro.
- No jodas tio – dijo Hugo quedándose atónito, mientras Theo se mantenía callado.
- Putita, ven y ponte de rodillas.- Dijo Pedro dirigiéndose a Juan, este llegó hasta su hermano y se puso de rodillas.- Ves sobrino, tu padre es una putita de las buenas, aunque tu novio no se queda atrás.
- Mi perrete es el mejor tio, ya has visto como se tragó tu rabo.- dijo Hugo riéndose.
- Hugo, ¿te apetece que juguemos con nuestras putas? Tengo ganas de pasar un buen rato con mi sobrino de cerdeo.- dijo Pedro con el rabo ya duro mientras miraba a su hermano dándole permiso a que lo oliese.
- Eso tio suena muy bien- dijo Hugo mirando a Theo mientras este le hacía un gesto afirmativo a lo que su tío le estaba proponiendo.- vamos a divertirnos como cerdos.
Los cuatro se dirigieron al comedor, Juan y Theo fueron a por unas copas, estando en la cocina desnudos y empalmados Juan le dijo a Theo:
- Theo, espero que sigas dejándome follarte como tu macho como hasta ahora.
- No te preocupes Juan.- dijo Theo
- De verdad Theo, no sé qué me pasa con Pedro, solo con mirarme me ha dominado siempre, si te contara, en mi boda….
- VAMOS PUTITAS NUESTRAS COPAS – Dijo Pedro desde el salón cortando la conversación breve que tenían Juan y Theo mientras echaban las copas.
Cuando entramos en el salón estaban los dos en dos sillones, uno en frente del otro y en medio había dos mesas, una donde estarían las copas y otra entre los sillones.
Todos cogieron sus copas y empezaron a beber y a charlar sobre morbos y vicios que les gustaban a los cuatro, estaban ahí para pasarlo bien y esa era la meta de esa tarde y la siguiente convivencia.
Las conversaciones se fueron calentando, y Pedro ya con el rabo duro, solo se dirigía a Hugo, estaba en modo dominante, y Hugo al ver el juego de su tío se calentó y calentó a su perrete.
- Hugo, ¿qué te parece si nos sentamos y ponemos a las putas en la mesa para que nos la coman mientras bebemos? – Dijo Pedro con cara de vicio, se notaba que tenía ganas de jugar.
- Claro tío, pero vamos a vendarles los ojos y atar a mi perrete y a tu puta a la mesa, no sabrá cuál de los dos le folla o que polla se está comiendo. – dijo Hugo con una sonrisa pícara que a su tío hizo que se me mojase todo el capullo.
- Vamos putitas subíos a la mesa. – dijo juan autoritario dirigiéndose a nosotros mientras Hugo iba a por unas cuerdas.
Juan y yo nos subimos a la mesa, de tal manera que yo estaba bocabajo y juan encima de mí, su polla estaba en mi cara, y la suya en la mía. Cuando llego Hugo nos ató mientras Juan nos vendaba los ojos.
Escuchábamos susurros de lo que estaban hablando, habíamos perdido mi suegro y yo el sentido de la vista, estábamos cerdos comiéndonos los rabos mientras nuestros hombres preparaban todo para empezar a jugar.
- Inhala perrete, colócate bien – Me dijo Hugo mientras me hacía Inhalar Popper, poniéndome más cerdo aun de lo que estaba. Mientras escuchaba como inhalaba otra persona, imaginaba que sería Juan.
- Ahora os toca disfrutar – dijo Pedro, mientras sentía que un rabo entraba en mi ojete, sentía que me ardía y al estar abierto entro hasta lo más hondo de mí haciéndome que gimiese como un cabron.
- Joder tío no veas como traga tu putita ¿no? – Dijo Hugo juguetón. Mientras sentía que la polla salía, me dejó hueco con ganas de más.
- Inhala puta – dijo ahora Pedro, e inhale las veces que él quiso hasta ponerme tan cerdo como él me quería.
Solo sentía pollas, muchas veces me sentía empalado totalmente, me follaban la boca y el ojete a su antojo, imaginaba como estaba Juan, tan cerdo como yo, lo oía gemir.
Hubo un momento donde solo se escuchaban las respiraciones de Juan y mía intentando tranquilizarnos de la follada que nos estaban metiendo. Empezamos a sentir que nos estaban soltando, y nos quitaron la venda de los ojos.
- Perrete, ahora te toca a ti disfrutar conmigo y para mí. – dijo Hugo dirigiéndose a mí.
- Sabes que soy tuyo amo. – dije yo guiñándole un ojo.
- Papa, vete con el tío mientras hablo con Theo – dijo Hugo dirigiéndose a su padre mientras me empezaba a meter tres dedos en mi ojete ardiendo. Juan se fue al salón a que Pedro le contase el plan que tenían para mí.
- Cariño quiero que mi padre y mi tío te follen el culo a la vez, por favor, quiero que te preñen para luego enseñarles como se le folla a mi perrete – decía el Hugo más pervertido y cerdo que conocía, ese Hugo que ya tenía 4 dedos dentro de mi culo y me tenía agarrado a él aceptando y gimiendo.