Cuarentena con Brujo
La soledad y la falta de sexo, pueden hacer que te alivies con el macho que tienes mas a mano...
Muchas historias y relatos han sido escritos con el trasfondo de la cuarentena provocada por la pandemia de Covid 19. Relatos de amor filial, donde pasar la cuarentena en casa de los padres, los tios, los hermanos, los primos incluso los abuelos generan situaciones de sexo descontrolado entre familiares debido a la cantidad de horas e incluso dias conviviendo juntos y a la necesidad del deseo sexual contenido y reprimido dentro de la casa.
También relatos de pisos compartidos por estudiantes, ya sean heteros, gays, o lesbianas que acaban acostandose despues de tantos dias encerrados, algunos siendo el principio de una historia de amor y otros de un romance apasionado, pasando por algunos que acaban incluso en trios u orgias. También historias de sexo con el vecino, pero creo jamas se han escrito historias como la que me sucedió a mi y que a continuación os voy a relatar.
Empezaré presentándome, mi nombre es Paloma tengo 52 años y estoy casada con mi marido que tiene tres años mas que yo, y tenemos dos hijas de 24 y 22 años. Soy profesora de matemáticas en un colegio de Sevilla en el que además ejerzo como jefa de estudios. Mi marido y mi hija mayor viven en nuestro pueblo a casi 200 kilómetros de Sevilla donde tenemos una casa rural, con rutas a caballo, senderismo y otras muchas actividades rodeadas del entorno natural de nuestro pueblo. Yo paso la semana en Sevilla y voy al pueblo los fines de semana. Por su parte mi hija pequeña está en Madrid estudiando odontología.
Cuando hace casi dos años llegó la maldita pandemia de Covid 19, en Madrid suspendieron las clases unos dias antes que en otras comunidades por lo que mi hija pequeña regresó al pueblo con su padre y su hermana. Yo por el contrario tuve unos problemas con el coche, me pilló desprevenida y cuando decretaron el estado de alarma me tuve que quedar en Sevilla sola, bueno sola no, tenía la compañia de Brujo.
Brujo era un impresionante y precioso galgo español de cuatro años y color negro. Cuando era jovencito sufrió una fractura en una pata lo que le impidió seguir cazando, entonces le comenté a mi marido que me lo llevaba conmigo a Sevilla para que me hiciese compañia. En nuestra casa rural estamos rodeados de animales, tenemos caballos, gatos, gallinas, perros y sobre todo galgos, debido a la afición de mi marido por la caza de la liebre con esta esbelta raza de velocistas.
Los primeros dias de cuarentena se pasaban bien solo con la incertidumbre de saber como estaria mi familia, pero al hablar con ellos a diario me tranquilizaba. Además supuestamente la cuarentena seria solo de un par de semanas por lo que no le di mucha importancia a quedarme sola. Sin embargo según se fueron desarrollando los acontecimientos, sin dejarnos de salir y ampliando y prorrogando la cuarentena comencé a impacientarme. Me aburria y estaba deseosa de ver a mi familia, y por que no decirlo de tener sexo. A pesar de tener ya una edad y no ser una jovencita, soy una mujer a la que le encanta y disfruta del sexo y trato de tenerlo siempre que puedo. No me considero ni mucho menos una ninfómana, solo me gusta follar como a todo el mundo supongo y los fines de semana cuando voy al pueblo mi marido y yo aprevechamos el tiempo y follamos todo lo que podemos para aliviar la abstinencia de no vernos el resto de la semana cuando estamos separados. Tras unas primeras semanas, las ganas de sexo se fueron apoderando de mi y comencé a masturbarme con mis dedos, o el chorro de agua de la alcachofa de la ducha. Sin embargo necesitaba algo mas parecido a una polla, como no tengo dildos, compré en el supermercado hortalizas de forma fálicas como plátanos y calabacines, pero aun así no sentía lo mismo que con la polla de mi marido.
Ahí es donde comprendí que la compañía de Brujo sería mas importante de lo que yo pensaba. Gracias a Brujo podia bajar mínimo dos veces al dia a pasearlo y que hiciese sus necesidades, cuando el resto de vecinos estaban en casa encerrados. Pero lo que no imaginaba es que la compañia de Brujo me iba a resultar útil de otra manera.
Una tarde, después de los aplausos a nuestros sanitarios a eso de las ocho de la tarde, saqué a Brujo como de costumbre a pasear. Llegamos a un parque que había cerca de casa y entonces Brujo casi me tira al suelo cuando se acercó a nosotros una chica joven, mas o menos de la edad de mis hijas, muy delgada y desaliñada, fumaba un porro y sujetaba la correa de un perro mestizo, parecia lo que aquí conocemos como una perroflauta. Esa chica solia coincidir algunas tardes con nosotros y mi perro jamás había reaccionado así al verla.
-¡Quieto Brujo que me tiras!
-Tranquila señora, mi Bimba está en celo y al pobre le habrá dado el olor...
-Ah...
-Tranquilo pequeñin... ¿Como te llamas bonito?
-Se llama Brujo...
-Hola Brujo eres un perrito muy guapo...
Brujo comenzó a lamer a la chica en el pantalón mientras olía el sexo de la perra, yo por mi parte me esforzaba en tirar de la correa.
-Estás muy excitado Brujo...
-Si la verdad es que está el pobre...
-¿Y ha probado con la estimulación para aliviarlo?
-¿Estimulación?
-Si estimulación manual.
-¿Que le haga una paja a mi perro?
-Bueno llameló como quiera. Verá, yo tengo varios perros y cuando alguna perra está en celo, los machos se vuelven locos, y los masturbo para relajarlos...
-¿Lo dices en serio?
-Si mire vamos ahí detrás de esos setos
-¿Ahora?
-Ven Brujo bonito te dejaré nuevo.
La chica se llevó a Brujo detrás de unos setos mientras yo sujetaba a su perra. La chica comenzó a acariciar a Brujo, se puso de rodillas y pasó su mano por sus genitales. Sacó su polla de la funda y comenzó a masturbarlo, mientras lo masturbaba acariciaba su lomo. Es curioso, pero a pesar de llevar puesta una mascarilla, daba la impresión que esa chica estaba tan excitada o mas que mi perro. Tras un buen rato Brujo comenzó a soltar gran cantidad de semen, la mayor parte fue a parar a la sudadera de la chica, después Brujo comenzó a lamerse su rojiza polla.
-¿Ves que agustito te has quedado Brujo? (Dijo la chica mientras besaba a mi perro en el hocico ante mi mirada de perplejidad)
-Si bueno vamonos Brujo.
-Ya sabe cuando Brujo esté nervioso, ayudeló a relajarse
-Vamos Brujo despidete de tu amiga.
-Adios Brujo, adios señora.
Llegamos a casa y después de cenar y hacer una videollamada a mi marido y mis hijas, comence a navegar por internet y me encontré con unas páginas de zoofilia donde mujeres y hombres tenian sexo fuerte y esplícito con todo tipo de animales. De manera inconsciente me excité y comencé a mojar mi entrepierna, por lo queme tuve que masturbar.
A la mañana siguiente llevé a Brujo a la bañera para bañarlo, cuando acerqué mi mano a sus genitales mientras lo enjabonaba, sacó su enorme picha roja de su funda, algo que jamás había hecho. Entonces sin saber muy bien por que, agarré su polla con mi mano y comencé a acariciarsela como había hecho la chica en el parque. Al poco tiempo de su polla comenzaron a salir gotitas trasparentes, la sensación de esa polla engordando y creciendo en mi mano hizo que me calentara, y mientras se la meneaba, con mi otra mano comencé a a sobarme mus tetas por encima del jersey, unos minutos dedpues la polla de Brujo comenzó a soltar chorros de leche blanca y espesa que se quedaron entre mis dedos dejandolos completamente pringosos. Esa misma tarde saqué a Brujo al parque y alli estaba la chica solo que con otros dos perros distintos en esta ocasión.
-Hola..
-Ah hola, ¿Que tal Brujo?
-Esta muy bien la verdad
-Está mas calmado y relajado... ¿Lo ha ayudado usted?
-Si la verdad es que si, al principio me costó un poco pero al final me decidi
-Bueno y bien...¿A que si?
-Si si muy bien.
-¿Para los dos?
-Si te soy sincera sentí una sensación extraña al notar crecer su polla en mi mano, no sabría describirlo.
-¿Morbo?
-Pues si creo que si.
-Pues si usted se convierte en su hembra ya verá.
-¿Como dices?
-Pues que cuando estos animales te hacen su hembra ya no quieres volver a saber nada de los tios.
-¿Estas diciendo que?
-Estoy diciendo que cuando sientes la polla de estos animales crecer dentro de ti, hasta la bola, quedandote pegada a el y notando como te va llenando con su leche, no quieres volver a tener sexo con los de tu especie.
-¿Tu te follas a tus perros?
-Hágame caso y compruebelo por usted misma.
-Ay dios que vergüenza...
-Si si claro, adios Brujo, adiós señora...
Cuando volviamos a casa no podia evitar dar vueltas a las palabras de esa chica, me la imaginaba ensartada por esos dos perros grandes que llevava ahora igual que las chicas de los videos que había visto la noche anterior. Pero por otro lado debo reconocer que haber masturbado a Brujo me había producido mucho morbo. Como la noche anterior busqué videos de zoofilia y me masturbé viendo el video de una jovencita muy delgadita que se parecía a la chica del parque follando con un galgo como Brujo.
A la mañana siguiente volví a bañar a Brujo, solo que esta vez me desnudé y me metí con el a la bañera, volví a enjabonarlo y al notar el roce de mi mano por su polla, Brujo volvio a desenfundar su sable rojo, me lamió mi boca con su lengua, también lamió mis tetas, mientras yo acariciaba mi clítoris por debajo del algua. Estaba decidida me iba a follar a mi galgo.
Salimos de la bañera y nos dirijimos a mi habitación. Le puse unos calcetines pequeños a Brujo como había visto en internet para evitar que me pudiera arañar. Ya en la cama me recosté en el cabecero, separé mis piernas y Brujo comenzó a olisquear y a lamer mi coño peludo. La sensación de esa leguan recorriendo cada centímetro de mi sexo hizo que tuviera un orgasmo descomunal.
Después me incorporé, comencé a acariciar la polla de Brujo y esta comenzó a crecer y a soltar gotitas de líquido lubricante. Estaba tan excitada que hice lo que jamás me creía capaz de hacer, sin dudarlo dos veces comence a lamer la polla de mi perro, me la metía entera en la boca y la daba lamiditas, Brujo se retorcia de placer.
Me puse a cuatro patas imitando a las hembras de su especie, e incitándolo con la mano le invité a montarme, sin embargo el perro no lograba hacer blanco. Después de un rato intentándolo y ante la imposibilidad de Brujo de acertar a meternela, decidí probar de otra manera. Coloqué unas almohadas debajo de mi espalda para levantar la pelvis y facilitarle a Brujo la penetración en la postura del misionero. Agarré su polla, la acerqué a mi raja y en esta ocasión el perro logró introducir su miembro en mi coñito. Se movia con excesiva velocidad, el roce con mi clítoris hizo que me corriera y notar como crecia dentro de mi era indescriptible. Tuve uno de los orgasmos mas grandes de mi vida, al notar como nos quedabamos enganchados y como me sentía llena de leche. El perro tardó mas de cinco minutos en salir de mi interior y debo reconocer que esto se me hizo eterno, no quería ni hacerme daño ni hacerselo a el. Cuando por fin salió una enorme cantidad de leche salio de mi coño manchando el edredón, Brujo se apresuró a lamer mi coño.
Estaba tan cachonda que necesitaba volver a follar, y no desistí en mi idea de ser montada como una perra. Volvi a situarme a cuatro patas y Brujo lamio mi coño y también mi ojete, despues de algun que otro intento en esta ocasión Brujo si hizo blanco y consiguó cubrirme por detrás, como si de una perra se tratara. Otra vez el mismo frenesí, un placer descomunal al volver a sentirme llena de esa enorme polla roja, entrando hasta la bola y llenando mi útero con su semen. Cuando la polla de Brujo salió de mi interior, me quedé rendida y me dormí. Al despertar Brujo estaba durmiendo en la cama.
Volvi a hablar con la chica del parque, le di la razón en lo que decía de follar con nuestros perretes era lo maximo. Ahora la cuarentena sería mas divertida en compañia de Brujo hasta que pudiera volver al pueblo. Tenía ganas de ir a la casa rural, quería volver a disfrutar de la polla de mi marido, y como no, también de la de mis perros sobre todo las de León nuestro mastín y la de Tobi nuestro pastor alemán. Y por por que no... ¿también os he comentado que tenemos caballos?