Cuanto más prima...
Como gracias a un test sexual pude terminar teniendo sexo con mi prima
En éstos tiempos de confinamiento voy a aprovechar para contar una historia que me pasó hace mucho tiempo con mi prima carnal, mi padre y su madre son hermanos.
Antes que nada os pongo en situación en aquella época contaba yo con unos 18 años ya que era mi primer año de universidad y mi prima tenía por aquel entonces 24 años.
Yo estaba en mi primer año de universidad y recuerdo que había varios test fakes que te hacían putaditas, como por ejemplo averiguar la contraseña de tu correo, y yo en concreto mandé uno de carácter sexual que lo que hacía era que me enviaba a mi las respuestas que ella había puesto.
Gracias a ese test pude saber muchas cosas de mi primita, que siempre había sido la típica prima buenorra que tenemos todos. Como por ejemplo cuando había sido su primera vez, que había sido infiel a su novio en aquel momento y ahora mismo su marido y que ella quería probar el sexo anal.
Cuando ella finalizó el test y apareció el mensaje al final indicando que el test se me había enviado a mi… me puedo imaginar la cara que ella puso, y al cabo de dos días tenía un email suyo.
Básicamente me decía que por favor no contara a nadie las respuestas del test que ya hablaríamos en la siguiente comida familiar que tendríamos y que siempre había confiado en mi.
Esto último es verdad y puedo dar fe de ello, ya que desde pequeñitos veraneábamos juntos en casa de nuestra abuela, sí que es cierto que por la diferencia de edad no compartíamos el mismo grupo de amigos pero nos contábamos lo que pasaba en ambos grupos, como es normal en los pueblos al final de la noche siempre terminábamos todos juntos y muchos días camino de casa íbamos hablando, contándonos cosas, con quien estaba tal o cual o con quien estaba ella o con quien estaba yo.
De ahí surgieron nuestras primeras veces y a falta de hermanos o amigas o amigos de más confianza nos lo acabábamos confesando cada noche, nuestro primer beso, nuestra primera masturbación, sexo oral o sexo completo… sabíamos todo el uno del otro, nuestra confianza fue aumentando verano tras verano y durante los inviernos a través de cartas que nos íbamos enviando de manera ocasional para ver como nos iba.
Pero todo tiene un parón, el nuestro llegó cuando de repente ella dejó de ir al pueblo, yo estaba deseando su llegada como todos los veranos, pero mi abuela me dijo que ese año había decidido que no lo pasaría allí como siempre, rápidamente cogí el teléfono y me puse en contacto con ella me estuvo diciendo que el chico del que me había hablado y con el que había empezado a tontear éste último año se estaba empezando a enamorar y poco a poco se había vuelto más seria su relación y que no quería ir al pueblo y quedarse con él.
Esto fue un antes y un después, ya que nuestra confianza seguía ahí pero apenas nos veíamos, las cartas se fueron reduciendo, las llamadas pasaron a ser inexistentes y de vez en cuando había un email, un sms felicitándonos, contando cosas más importantes pero ya nada tan seguido como aquellos 3 meses de vacaciones veraniegas que habíamos tenido desde hace tanto tiempo.
Después de aquel juego en el cual descubrí muchas cosas de ella… tuvimos una comida familiar donde nos juntábamos todo el mundo, padres, tíos, primos… y como siempre ella terminó sentada a mi lado, enfrente nuestro su novio, por el cual todo había cambiado.
Eran como la noche y el día, ella siempre ha sido un poco más liberal, el un machista empedernido que no deja que hiciera nada, se enfadaba con ella porque tomó una cerveza o según él porque comía un poco más de la cuenta, hasta que llegado un punto de la comida decidí saltar yo en defensa de mi prima… él se calló y mi prima me puso la mano en la pierna para tranquilizarme, cosa que consiguió muy rápido, ella conocía perfectamente mi carácter, siendo adolescentes más de una vez me había visto metido en peleas y sabía perfectamente que a su novio no le convenía nada verse metido en una conmigo.
Tras las disculpas finales por parte de él, y hablando de viejos tiempo le dije a mi prima que no se atrevería a volver a casa de la abuela el fin de semana de las fiestas patronales, ella me dijo que lo había estado pensando hacía tiempo y que aunque con sus amigos ya apenas tenía trato que sabía que conmigo iba a estar como siempre y que aceptaba la invitación.
Mi sorpresa y alegría fue doble, ya que su novio dijo que él no iba a pasar un fin de semana con un puñado de pueblerinos y le dije sinceramente mejor, mi prima me mató con la mirada pero todo el mundo se lo tomó a risa.
Tres meses después recibo la llamada de mi prima, yo pensé que se iba a inventar cualquier excusa y simplemente era para confirmar los detalles del viaje y lo que íbamos a hacer.
Mi respuesta… pareces nueva, fiestas del pueblo, gente joven… mucha vida de noche, mucha fiesta, alcohol… y mucho dormir por el día, la verdad que esa conversación me llevó a mi vida pasada con ella y estaba encantado con la situación.
Al venir sola se notaba que venía menos tensa que la última vez, ahora sí que era ella y os la voy a describir.
Su nombre María del Carmen, Mari de toda la vida, 25 años en ese momento, en torno al metro sesenta de estatura y no destacaba por nada pero destacaba por todo, una cara preciosa, media melena castaña, unas tetas que la verdad nunca me había fijado en ella pero aparentemente normales, una talla 80 supe luego, así que no mucho pecho pero muy firme y unas piernas y un culo que a mi ese día me hicieron perder el norte, además venía con unas mallas de deporte que le quedaban como un guante, según ella eran más cómodas para conducir.
EL otro protagonista era yo, Ramón, que me conocéis de otros relatos, en aquel momento 19 años uno más de lo que narro al principio ya que ya estamos por verano y habíamos cumplido los dos un nuevo año. En ese momento igual de alto que ahora, metro ochenta y cinco, muy fibroso, hacía kick boxing, jugaba al fútbol e iba al gimnasio (bendita juventud), músculos marcados y abdomen igual.
Cuando paró su coche salí a recibirla y vino corriendo a mi y de un salto se subió encima de mi, nos dimos un abrazo muchos besos… y todo volvía a ser como cuando éramos más jóvenes la diferencia es que teníamos la casa para nosotros, ya que nuestra abuela ya no vivía en el pueblo.
Dejó sus maletas, se dio una ducha y salió con unos shorts que tapaban sus nalgas justos, pero al andar las dejaban ver, el pelo mojado y un top cortito enseñando ombligo… que yo no sabía donde mirar, mi único comentario fue, que pasa que estás aprovechando para usar el vestuario que el talibán de tu novio no te deja ponerte? Y nos reímos los dos tras el comentario, pero en cierto modo me dio la razón.
Me estuvo contando su relación que él era así de cara a los demás por celos, pero que en realidad con ella se portaba muy bien y a mi era lo que me valía, pero no terminaba de caerme bien del todo.
Estuvimos hablando de como me iba en la universidad, su trabajo y como ella estaba con pareja estable… estuvimos hablando de mis conquistas universitarias y como no… saqué el tema del test y ella se puso roja, se tiró encima de mi a hacerme cosquillas y dejamos el tema aparcado.
Nos tumbamos a dormir un ratito, como siempre en la misma habitación, para coger fuerzas para la noche, nos preparamos… y cada uno fue con su grupo de amigos, el suyo le acogió con los brazos abiertos ya que a pesar del tiempo las amistades que se hacen desde pequeñito perduran en el tiempo.
Igual que pasaba antes… ahora era igual, terminamos toda la gente relativamente joven en una peña bailando, bebiendo… y allí nos volvimos a ver, me estuvo contando que había estado muy agusto con la gente que hacía tanto que no veía, nos sentamos a hablar y por escasez de sitios ella se sentó encima de mi, cosa que no extrañó a nadie, ya que de siempre había sido habitual que termináramos de confesiones la noche.
Cuando el día empezaba a asomar dijimos que nos íbamos a casa, ya que estábamos cansados y como si fuéramos una pareja nos agarramos de la cintura y nos fuimos para casa.
Íbamos medio tambaleándonos y riéndonos a medida que llegábamos a casa y seguíamos hablando, volví a sacar el tema del test y ahora no lo rehuyó, me dijo que me conocía perfectamente y que lo volvería a sacar pero que ahora por la valentía que le daba el alcohol me contestaría a todo, me estuvo diciendo que efectivamente había sido infiel a su pareja, pero que había sido al principio y solo sexo, que en cuanto la situación fue más seria entre ellos no había vuelto a pasar nada, yo le dije que era una lástima, porque igual me hubiera lanzado, ella me pegó un golpe en el hombro… y nos volvimos a abrazar, ésta vez mi mano bajó un poquito más de su cintura y con dos dedos podía acariciar su culito.
Ella lo notaba pero no dijo nada por impedirlo, ya casi llegando a casa me preguntó sobre el sexo anal, yo le conté mis experiencias ella decía lo típico que le daba reparos proponérselo a su pareja porque alguna vez hablándolo sin ella decir nada él dijo que era de degenerados, y yo me empecé a reir como si no hubiera mañana, porque esa respuesta me cuadraba perfectamente para como era él.
Yo le contaba como fue la primera vez que tuve sexo anal, afortunadamente para mi fue con una chica que lo había hecho más veces, pero le conté también como había sido hacerlo con una chica que había sido la primera vez para ella y mi prima Mari cada vez ponía más interés, se juntaba más a mi, su mirada cada vez mostraba más deseo y al llegar a casa tras darnos una ducha por separado por supuesto antes de acostarnos (esta costumbre la tenemos de toda la vida al volver de fiesta) y fuimos a la habitación, yo como siempre me acosté desnudo, costumbre que ella ya sabía que tenía y ella en tanga como cuando éramos más pequeños.
Para mi sorpresa… se metió conmigo en la cama y me dijo que tenía que seguir contando mis experiencias que ella ahora estaba un poco oxidada en ese sentido y se quería actualizar.
Cada vez notaba como se acercaba más a mi, hasta que terminados durmiendo con ella apoyada en mi pecho y yo abrazándola, a la mañana siguiente despertamos de lado, ahora ella yo quien abrazaba su cuerpo, con una teta de la mano y mi polla durísima entre sus nalgas, nos despertamos casi a la vez, nos miramos… y nos empezamos a reir.
Mi polla no se movía de entre sus nalgas, yo la verdad que tampoco quería y mi mano… mi mano se empezó a mover sobre su teta, ella cerraba los ojos y suspiraba en bajito, me dijo que su idea era que pasara esto desde anoche, que no había podido quitarme el ojo al cuerpo que tenía ahora y que me había estado provocando desde que íbamos a la casa, pero que era un poco parado.
Mi respuesta… fue morder su cuello y decirle al oído que todavía tenía cierto respeto por mi primita mayor, pero que ahora que había perdido dicho respeto se iba a enterar y le di un pellizco a su pezón, ello dio un gemido más alto y volví a morder su cuello, y de ahí pasé al lóbulo de su oreja, ella llevó su mano a mi polla que seguía incrustada en la raja de su culazo… y fue masturbándome poco a poco, mientras yo jugaba con sus tetas, mordía su cuello y le avisaba muy bajito de lo que iba a ocurrir en esa cama.
Poco a poco me fui moviendo para quedarme entre sus piernas y lamer todo su cuerpo, desde su cuello, pasé a su oreja, su cara, mordí sus labios y se los besé como si fuera el primer beso que daba, mordía su lengua… y seguí mi camino, mordí y besé su cuello, seguía bajando… y estuve un ratito en sus tetas, la que no chupaba o mordía era tocada y pellizcada por mi mano.
Cuando me pareció oportuno seguí bajando, mordía su tripa, su ombligo… y le quité el tanga que estaba empapado, ella pensaba que me iba a centrar en su coñito, pero la sorprendí ya que pasé de largo y chupé, besé y mordí sus muslos, sus gemelos, sus rodillas, sus pies, para volver besando hacia arriba y ahora ya sí entre sus piernas… la agarré de sus caderas y arrastré fuera de la cama, para dejar las piernas colgando y ahora como ella se temía… aproveché para dar un lametazo desde su ombligo hasta su coño, terminándolo en su culo, dando ella un saltito, ya que no se lo esperaba.
En ese momento empecé a jugar con su coñito, lo lamía, lo besaba, lo soplaba… mientras tenía las manos en sus tetas, cuando ella gemía sin parar, dejé de usar las manos en sus tetas y las llevé también a su coño y empecé a jugar con su clítoris mientras penetraba su coñito con un dedo y luego con dos, y al ratito cambiaba, jugaba con mis dedos en su clítoris y penetraba su coñito con mi lengua, poco a poco iba dejando escapar un lametazo a su culo, cada vez más húmedo entre sus jugos y mi saliva, para llegado el momento quedarme jugando con mi lengua en su culito, mientras acariciaba su clítoris con una mano… y la otra preparaba su culito con un dedo.
Ella se reía y me decía que era un cabronazo, pero que lo estaba deseando… poco a poco y con tanto jueguecito en sus partes nobles me confesó que se correría en breve y dejé su culo para ahora sí centrarme con dos dedos en un mete y saca cada vez más rápido en su coño y mi lengua absorviendo su clítoris. Corriéndose ella en mi cara, dejándome llena de sus jugos.
Me levanté y nos incorporamos los dos, yo me sequé la cara con mi camiseta que estaba en el suelo y ella se puso encima de mi e igual que había jugado yo con ella… hizo lo propio, empezó a besarme, morderme por todo el cuerpo, para terminar haciéndome una mamada como había tiempo que no recibía, no por lo buena, si no por las ganas que puso, hasta que le avisé que estaba apunto de correrme y mirándome a los ojos me dijo, hazlo primito, que estoy deseando recibir tu leche en mi boca, lo último que recuerdo eran sus ojos mirándome y yo llenando su boca con mi leche matutina.
Cuando terminé de correrme me dejó la polla bien limpia y trepó hacia donde estaba yo y me dio un beso, un beso que nos dejó a los dos sin aliento y nos abrazamos, a pesar de estar recién levantados, nos quedamos medio dormidos y cuando nos despertamos de nuevo volvíamos a estar los dos muy cachondos, tras unos besos, unos toqueteos decidimos irnos a hacer la comida, ella se puso una camiseta mía de baloncesto que hacía de vestido, sin nada más debajo y yo el pantalón que iba a juego con dicha camiseta.
Tras una comida opípara, nos volvimos a la cama y me dijo, ahora tienes que terminar lo que has empezado, que hay una parte de mi cuerpo que quiero que me estrenes y será siempre para ti. Mi polla reaccionó al momento y ante la falta de otro lubricante, cogimos una botella de aceite de la cocina y volvimos a la habitación, en la cama empezó un nuevo juego y cuando me quise dar cuenta ella estaba encima de mi, cabalgándome despacito mientras yo mordía sus pezones y le decía lo mucho que me estaba gustando, a la vez que decía esto ella se incorporaba y se sentaba completamente sobre mi y yo aprovechaba para acariciar su clítoris a la vez que me follaba y cuando ella se corrió me dijo que terminara yo pero le dije que no, que me moría de ganas de probar su culo, se puso en cuatro y con el aceite empecé a meter un dedito muy suave, lento, despacio… mientras ella respiraba agitada, parecía que le gustaba más de lo que se iba a pensar, poco a poco iba acariciando su clítoris porque ya iba a meter el segundo dedo, cosa que agradeció, ya que ella notó un poquito más de dolor pero la estimulación clitoriana hizo que poco a poco se fuera relajando y dejando llevar y con el tercer dedo… decidimos probar con mi polla, pusimos las almohadas de las dos camas debajo de su tripa, lo cual facilitaba todo y ella se acariciaba el clítoris, yo me puse detrás de ella, le cogí de las nalgas para abrírselas bien y sin que se lo esperara se la metí de una vez en su coño, dios que placer! Cada vez que lo recuerdo se me pone dura sin poder evitarlo.
Ella no se lo esperaba y empezó a gemir al ritmo de mis embestidas, metí a la vez un dedo en su culo y saliéndome de repente le dije que íbamos a ello, mi polla estaba más dura que nunca, al menos yo no la recordaba así, me la embadurné bien de aceite a pesar de sus jugos y poco a poco fui penetrando el culo cerradito de mi prima, ella se daba placer con su mano en el clítoris, hasta que poco a poco iba entrando y cuando estaba terminando, dio un empujón hacia atrás y dijo métemela bien de una vez y nos quedamos quietos, yo acariciaba su culazo, que con el aceite estaba más apetecible que nunca y al minuto aproximadamente me empecé a mover, al principio despacio, no la sacaba mucho, pero al cabo de cinco minutos aproximadamente, empecé a moverme más rápido, prácticamente la sacaba entera y se la metía de golpe y ella gemía cada vez más y al ritmo de mis embestidas y su mano se corrió, como me confesó después como nunca en su vida y al minuto prácticamente me estaba corriendo en su culo, quedándome quieto hasta que noté que mi polla se salía de ella y mi semen a la vez iba recorriendo sus piernas, volví a coger la camiseta de ésta mañana y sequé mi semen de sus piernas y cogí a mi prima en brazos, que se apretaba a mi con sus piernas y nos fuimos a la ducha besándonos.
Una vez limpios y tras enjabonarnos el uno al otro, salimos de la ducha de nuevo calientes, nos fuimos a la cama, donde en la posición del misionero follamos lento, o mejor dicho hicimos el amor lento, despacio, besándonos, mirándonos, mordiéndonos… hasta que nos corrimos a la vez, ésta vez dentro de su coño.
Me dejé caer hacia un lado y en la misma posición que nos habíamos dormido ayer nos quedamos, ella con su cabeza en mi pecho y yo acariciando su espalda.
AL despertar de esa dulce siesta me dijo que había sido increíble, que sin duda lo repetiríamos y así fue durante todo ese fin de semana, hasta ahora son las mejores fiestas del pueblo que recuerdo.
Ahora cada vez que tenemos una reunión familiar procuramos escaquearnos un ratito y como ella me dijo en su día, ese culito sigue siendo sólo mío y me gusta sentir como a las comidas familiares siempre va con su plug anal para según dice ella no perder el tiempo abriéndoselo de nuevo y estar preparada.
Si os ha gustado os contaré como fue al última comida familiar, donde nada más llegar al restaurante me dijo que me descargara una aplicación para controlar el juguetito que llevaba en su coño y como terminamos follando en los baños.
Para cualquier comentario sobre todo femenino, mi email es: raimond_2004@hotmail.com y mi cara libro raimond rey mago.