Cuantas más mejor

De a poco, mi novio me llevó a probar otro hombre. Y así llegué a probar 6 a la vez. Y el, espiando.

Mi nombre es Cecilia, tengo 25 años y vivo en La Plata. Mido 1,65 y mis medidas son 92-62-93. Mi pelo es castaño oscuro, largo hasta media espalda, casi lacio. Mi cara desconcierta casi siempre, porque generalmente parezco recatada. Sin embargo, por lo que me han dicho los muchos chicos con los que compartí mi cuerpo, no se imaginaban encontrar detrás de esa carita una puta tan relajada. Y es verdad, cuando me desenfreno (en la cama o donde sea que veo una pija) me convierto en una viciosa.

La historia que les voy a contar ocurrio hace dos años.

Yo tenia novio, con el que nos llevábamos muy bien en la cama. Sin embargo, la rutina empezó a hacer mella, y decidimos empezar a buscar soluciones. Asi fue que empezamos alquilando peliculas porno, y luego empezar a comentar nuestras propias fantasias mientras cogiamos.

Asi fue que un dia, en plena sesion de sexo, le dije que me gustaria coger con varios hombres. Al dia siguiente empezamos a hablarlo, y decidimos que lo mejor seria ir por etapas.

Lo primero era acostarme con algun chico, y en lo posible, que fuera desconocido. Tal cosa no seria gran problema, pues en mi epoca de solitaria, iba a los boliches y siempre salia acompañada.

El primer fin de semana que pudimos, lo organizamos. Me vestí bastante normal, para salir, pollera no muy corta, blusa suelta y zapatos de taco. Por debajo, una tanga sencilla y un corpiño semi transparente, todo en color negro.

Entre sola al boliche, y en poco tiempo entable conversacion con un chico que me gusto. Mi novio estaba por alli, viendo con quien hablaba. Yo solo debia esperar un gesto de el, para seguir adelante.

Poco tiempo paso, y el chico (Pedro) me invitó a ir a un lugar más tranquilo. Dado que ya habia recibido el gesto de mi novio, acepté, pero poniendo como condición que fueramos a mi casa. Esto era una cuestión de seguridad. Como hay dos habitaciones, mi novio iria a una, llegando antes que nosotros, y yo estaria en el resto de la casa con el muchacho que me acompañara. Asi fue que salimos para mi casa, yo tratando de hacer tiempo para que mi novio llegara primero.

Solo fue llegar, servir un vaso de cerveza y empezar con la franela. Yo me excite muy rápido, pensando que ya estaba con otro hombre y mi novio estaba en la otra habitación, encerrado, escuchando todo. Con tanta excitación, no tarde en correr un poco la silla en la que estaba sentada para desabrochar el pantalón de Pedro y empezar a chuparlo. El respondió inmediatamente desabrochando mi blusa y tocandome las tetas. Tenia un pito muy lindo, de buen sabor, no demasiado grande. En menos de lo que tardo en contarlo, me saque la bombacha, me subí la pollera hasta la cintura y le baje los pantalones, para sentarme encima de esa pija tan bonita. Y la sentia entrar, tratando de no hacer demasiado ruido, pero cuando estaba en esto, Pedro me agarró del culo, me abrió los cachetes y me empezó a trabajar mi colita virgen con el dedo. Fue tanto el placer que no tarde en acabar, a los gritos, olvidando por completo a mi novio en su escondite.

Luego de una hora y media, con dos polvos encima, Pedro se fue, y yo fui en busca de mi novio. Estaba en la habitación y había prendido la tele, para ver una película porno. Me dijo que no había podido parar de pajearse mientras me escuchaba gimiendo, y ahí estaba, con su buena verga entre las manos, a punto de estallar. Si bien yo ya estaba satisfecha, no podia negar que todo se lo debia a él asique decidi poner mi boca a su servicio. Sabia que le gustaba mucho que se la chupe, dice que soy una experta en eso, y asi lo hice acabar. Como Pedro no me había acabado en la boca, tenía muchas ganas de sentir el semen, saborearlo y tragarlo.

Esa noche dormimos muy bien, sabiendo que ya podiamos pasar a la siguiente etapa: tenía que acostarme con dos chicos de la facultad. Con uno de ellos, ya habia tenido algún acercamiento, aunque nunca habiamos llegado a nada.

Asi es que a los dos dias (el lunes siguiente a la salida con Pedro), quedamos en que nos juntariamos a hacer un trabajo en mi casa. Dado que eran conocidos, le dije a mi novio que no estuviera allí, para evitarle el mal momento que suponía que iba a pasar. Sin embargo, me pidió repetir lo de la noche del viernes, asique se escondió nuevamente en una de las habitaciones.

A las 4 de la tarde llegaron Daniel y Esteban, pero con una sorpresa: venían con otro chico, al que yo solo conocí de vista, diciendo que como no tenía con quien hacer el trabajo, habian decidido invitarlo. Su amigo se llamaba Santiago, y realmente estaba muy bien. Pense en hecharme atrás con el plan, pero resulta que me había vestido de tal modo que eso sería dificil. Llevaba una minifalda blanca muy ajustada, tanto que era notorio que no tenía debajo ninguna bombacha, ni tanga, ni nada: por debajo estaba totalmente desnuda. Arriba tenía un top rojo, muy ajustado, que apenas cubría mis tetas (no muy grandes pero bien paradas), tan ajustado también que era inevitable notar mis pezones debajo, sin corpiño. El top era además bastante corto, es decir que terminaba justo debajo de mis tetas, y dejaba a la vista mi vientre plano. Y ni hablar del escote, que mostraba de principio a fin el surco de mis pechos.

Siendo que así los atendí, luego de las presentaciones y las explicaciones, note como los tres habían clavado su mirada en mis tetas. Fui a la cocina a preparar un café, como para distender el ambiente, pero al volverme me di cuenta de mi error: sus ojos se habían dirigido definitivamente a mi culo. En ese clima, solo se escuchaba el ruido de los tacos de mis zapatos. Mientras tomabamos el café, charlamos un poco, y en la charla mencione las pocas ganas que tenía de estudiar. Logicamente, lo hice para ver si reaccionaban como era esperado. Y asi fue: los tres estuvieron de acuerdo conmigo. Me disponía a juntar las tazas y Daniel se ofreció a ayudarme. Al volver de la cocina, sin ningún pudor, frene de golpe, fingiendo un topiezo, y Daniel chocó conmigo, apoyando todo su frente contra mi espalda y culo. Aproveché el momento para refregarlo un poco, frente a los otros dos chicos, y al girar hacia el, deslice mi mano rozando su bulto sobre el pantalón. Solo dijo "me parece que hay mucho calor en el ambiente, vamos a ver si te podemos enfriar". Me abrazó, me besó y enseguida puso sus manos en mi culo. Cuando me soltó, mire a los otros dos, que estaban aun sentados y mirando lo que pasaba, y les dije "¿Qué les parece si vamos los tres a la habitación? En la cama grande vamos a estar más comodos". No hubo respuesta, solo se levantaron y me siguieron.

Al entrar, se desnudaron mientras yo me sentaba en el medio de la cama, quedando ellos en calzoncillos y yo todavía con mi ropa, salvo los zapatos que me había sacado.

Ellos se subieron a la cama con intenciones de arrancarme las ropas, pero los detuve: "tranquilos que tenemos tiempo" les dije. Y empecé a desenvolver los paquetes. Lo puse a los tres arrodillados sobre la cama, y yo me puse en cuatro patas, de frente a ellos, moviendome sensualmente y permitiendo que vean un poco más por mi escote. El primero fue Daniel: le acaricie el pene por sobre el calzoncillo. Ya lo tenía duro y parecia de tamaño normal, unos 17 cm. Le baje suavemente el slip, y empecé a chuparlo magistralmente. Una vez que tuvo su dosis, empecé con Santiago: su pene era más grande, y lo tenía bien erecto, por lo que la cabeza sobresalía por el elástico del slip. Debia medir unos 23 cm, nunca había visto un pito tan grande. Pase la lengua por la cabeza, manteniendome apoyada en la cama, sin usar las manos. Con los dientes le baje un poco el slip, que con la fuerza de su erección se deslizó de a poco hacia abajo. Aún sin usar las manos, contemplé tan hermosa verga y empecé a chuparla, pasandole la lengua, hasta que me la fui metiendo hasta donde pude. Asi la chupe un rato, hasta que note Esteban se había cansado de esperar su turno y se estaba pajeando, al igual que Daniel. Esteban tenía un pito parecido al de Daniel, solo que un poco más grueso, lo cual comprobé despues al notar que apenas podía rodearlo completamente entre mi dedo pulgar y anular. Empecé entonces una mamada a trío, como en las peliculas que veia con mi novio. Un rato cada una, un par de lenueteadas a los huevos.

Los dejé así y me pare sobre la cama. "Sorpresa" les dije, y empecé a deslizar mi top hacia arriba, para que vean que no tenía sujetador. Me lo saqué por completo y me agache hacia delante, poniendo mies tetas al alcance de sus manos. Soltaron sus penes y me manosearon un poco, hasta que me pare nuevamente. Entonces me levante de a poco la minifalda, dandome vuelta, para que vieran mi precioso culo. No tarde en sentir sus manos recorriendome, asique me di vuelta y le pedí a Daniel que se acostara. Cuando lo hizo, me saqué la minifalda y me senté encima suyo, metiendome su pene en mi concha, para cabalgarlo. Mientras tanto, le empecé a chupar otra vez a Santiago, y agarré el pito de Esteban, y fue cuando noté lo grueso que era. A estas alturas, los chicos ya estaban totalmente en clima, sacados, y empezaban a hablarme y hablar entre ellos. Escuchaba como me hablaban y me imaginaba las peliculas, porque realmente parecia una escena de pelicula porno.

Como si adivinara lo que quería, Daniel me agarró del culo y me abrió los cachetes, y empezó a sobarme el agujero del culo. Yo no paraba de chuparlos a los otros dos, hasta que decidí cambiar, luego de dos orgasmos.

Me acosté boca arriba y le pedí a Esteban que me penetrara, y me reservé para el final a Santiago, con su pija maravillosa.

Esteban bombeo un buen rato, mientras yo, desde abajo, le chupaba los huevos a los otros dos. Con las piernas abrazaba el culo de Esteban y lo empujaba cada vez más adentro, sintiendo como entraba su pija, tan gruesa que me abría bien la concha. No tardó en acabar, en medio de los gritos de "Toma leche, puta, te lleno de leche, putita", lo cual me excitó tanto que acabé ruidosamente.

Daniel, que ya llevaba un rato aguantando, me dijo "¿Querés tomartela?" y mi voz sonó casi desesperada, muy fuerte "Si, dame tu leche, dame, dame, quiero tomarme toda tu leche", y abrí la boca para recibri los chorros, que fueron todos a mi garganta. Faltaba todavía Santiago. Le limpié la pija a Esteban y le dije a Santiago que me la metiera en la concha, pero para eso me puse en cuatro. Me agarró de atrás, apoyó la punta de su gran pija en la abertura de mi concha (bastante ensanchada por la de Esteban) y empezó a meterla muy despació. Parecía que no terminaba nunca, y cada vez la metía más despacio. Daniel y Esteban se pusieron delante de mí con sus pijas fláccidas. Querían que los chupara, pero yo quería dedicarme solo a sentir como entraba esa pija, la más grande que había tenido entre las piernas (y eso que había tenido muchas). Cuando termino de entrar y mientras le gritaba "que hermosa pija, que pija enorme, metela toda, como me gusta esa pija inmensa", llegué a un orgasmo intenso, tras el cual pude empezar a pensar en las pijas que tenía delante. Apoyada en la cama, otra vez sin usar las manos, empecé a chupar la de Daniel, , que de a poco empezó a ponerse dura, aunque no totalmente erecta. En ese pnto la dejé y empecé con la de Esteban. Así hasta que las dos estuvieron paradas otra vez. Para esto, Santiago seguía bombeando, pero en poco tiempo sentí sus empujones, y la fuerza con que me agarraba las caderas, y empezó a bombear con mucha fuerza, tirando fuerte de mi cintura para atrás, hasta que me llenó de leche la concha.

De a poco la fue sacando, y Daniel dijo "Bueno, yo quiero más". Dio la vuelta y en esa misma posición empezó a cogerme por la concha, mientras (en lugar de agarrarme de las caderas) me abría los cachetes. Primero metió dos dedos en mi concha, toda mojada. Después, mientras me cogía, mojaba mi culo, y empezó a meterme un dedo.

Mientras tanto, yo chupaba a Esteban, y limpiaba bien la pija de Santiago, que aún fláccida era hermosa y enorme (al menos para lo que yo conocía hasta ese momento).

De Pronto, Daniel salió de mi concha y empezó a frotar su pija por mi culo. "Cuidado, nunca me lo abrieron" le dije. "No importa, te lo voy a agrandar de a poco" contestó. Al escuchar esto, Esteban se metió debajo mio y me metio su pija de un golpe en la concha. Me sobaba las tetas y chupaba mis pezones, lo cual me excitaba mucho, y yo me entretenía chupando la pija de Santiago, que estaba empezando a ponerse en todo su esplendor. En ese momento, la pija de Daniel venció la primer resistencia de mi culo, que al estar bien lubricado y ensanchado por los dedos que me había metido, no me provocó ningún dolor, pero si mucho placer. Sentía las dos pijas adentro, una en la boca, y me sentía un puta total. Solo pensar eso me hizo sentir que venía otro orgasmo. Entonces pensé en mi novio, en la habitación de al lado, escuchando como me cogían entre tres, y acabé.

Los chicos cambiaron de posición: Daniel vino a mi boca para acabarme ahí, Esteban Se puso en mi culo y Santiago me la metió otra vez en la concha. Como la pija de Esteban era más gruesa, me metió primero tres dedos, aprovechando que todavía estaba dilatado y lubricado. Después si, empezó a metermela. Apenas sentí un poco de dolor, pero enseguida disfruté de dos hermosas pijas adentro mio. Daniel no tardó en acabar en mi boca, y tragué todo lo que pude. Santiago me dijo "Ahora te la voy a meter en el culito, puta, vas a ver como gozas" Y lo corrió a Esteban, que se vino abajo mio para metermela en la concha. Esta vez Santiago no fue tan suave. Me la metió un poco fuerte, mientras decía "Tomá yegua puta, pedazo de perra, toma pija por el culo" Y yo decía "Si, dame pija, dame que soy tu puta" Esteban dijo "No, sos la puta de todos" "Si, si" dije yo, "Soy su putita chupaverga, cojeme asi por la concha, también soy tu putita". Daniel no paraba de pajearse, y en eso, Esteban dijo "A cambiar de posición". Me acostó boca arriba, de modo que mi culo quedara al borde de la cama. Santiago se arrodillo en el piso, y desde ahí siguio penetrando mi culo. Daniel y Esteban se pusieron uno de cada lado y me dieron para que chupe sus pijas. No tardaron en acabar, desparramandome leche por la cara y las tetas. Sentí el liquido caliente y empecé a frotarlo, untarlo por mis tetas, me las refregué bien, acariciandolas con las manos llenas de leche. Me llevé un poco a la boca, y disfruté de ese exquisito sabor.

Al ver esto, Santiago me empezó a dar más fuerte, diciendo "¿Nunca sentiste leche en el culo, putita?" "No" le dije "Pero quiero la tuya" casi gritando "quiero que tu leche me llene el culo por primera vez, dame tu leche, que salga de esa verga hermosa". Sentía que mi voz era cada vez más fuerte. "Ahora vas a ser una puta completa" me dijo Santiago. "Si", le dije "Dame fuerte, rompeme el culo, llenamelo de leche, como la más puta". Y Acabó. Sentí el chorro de leche en el culo y acabé yo también.

Cuando se fueron, entre en la habitación donde estaba mi novio. Todavía estaba desnuda y con leche en las tetas y en la cara. Hasta en el pelo. "Vení, puta de mierda, chupamela" y no me lo dijo dos veces. Agarré su pija, no demasiado grande, pero rica. Y en dos chupadas lo hice acabar, y me tragué su leche.

Ya había conseguido estar con tres chicos, pero yo quería más. Mi novio dijo que ya estaba bien, pero le contesté que de él dependía: o lo hacía con su consentimiento o lo hacía a escondidas. "Está bien", dijo mi novio, "pero quiero verte". Al principio dudé, pero después se me ocurrió algo. Ya que había pensado que el polvo con los tres chicos era como una película, le propuse a mi novio que siguiermos como hasta ahora, el escondido, pero yo conseguiría filmarme.

Aceptó y le gustó la idea, aunque dijo que hubiera preferido estar presente.

Así fue que a las dos semanas había conocido a un chico que trabajaba en publicidad. Con eso tenía aseguradas una o dos cámaras de video. Solo faltaba conseguir los participantes.

Todo se dio por casualidad. Estaba en casa, estudiando con Andres y Mario, dos compañeros de la facultad. Estabamos terminando con el estudio, arreglando para encontrarnos nuevamente al día siguiente, cuando llamó por teléfono Javier, el publicista. Me preguntó si estaría al día siguiente en casa, ya que tenía que filmar por ahí cerca y necesitaba un lugar donde cargar las baterías de las cámaras. Perfecto, le dije, te espero.

Al día siguiente, mi novio fue a su lugar. Yo me vestí, otra vez planeando estar bien provocativa. Tanga y corpiño rojos, semitransparentes, pollera larga, con tajo a un costado y bastante amplia y camisa, desprendida de tal modo que se viera el surco de mis senos. Ademas, como era blanca, se notaba mi corpiño rojo.

A las cuatro de la tarde llegaron Andrés y Mario. Preparé café, y al poco tiempo llegaron Javier con las cámaras y tres Técnicos: Alberto, Hernán y Luis.

Pusieron a cargar las baterias, y dijeron que iban a tardar un rato, asique preguntaron si quería que volvieran más tarde. Evidentemente, seis chicos y una chica no era el ambiente ideal para el estudio, es imposible concentrarse con tanto movimiento. Pero vi la oportunidad y pregunté ingenuamente: "¿Las cámaras funcionan sin las baterías?". Javier dijo "Bueno, se pueden conectar a la corriente normal mientras las baterias se cargan". "Bueno, podrías filmarnos. Por acá tengo un video" Le dije. Sorprendido, Javier Tomó una de las cámaras y la preparó. Empezó a filmar, y yo empecé a mostrar mi pierna bien torneada a través del tajo de la pollera. El ambiebnte no tardó en calentarse. Le dije a Andrés y Mario que vinieran conmigo. Puse uno a cada costado y los agarre de la mano. Ante la sorpresa de todos, puse sus manos sobre mis pechos. "Ah, parece que Santiago no mintió cuando dijo que sos bastante atorranta" dijo Mario. A lo que contesté "Más o menos, en realidad, haces un tiempo que estoy hecha toda una puta". Javer filmaba, pero inmediatamente los tres técnicos que lo acompañaban se acercaron a mi y empezaron a tocarme. "Momento" dije "falta Javier, y los quiero a todos y que quede filmado, asique armen los tripodes". Eso hicieron. Pusieron las dos cámaras, cada una con sus cassettes, apuntando hacia el centro de la habitación, donde había una mesa ratona y un sofá contra la pared.

Lo primero que hice fue apartarlos y empezar a desnudarme. "Primero vean el cuerpo que van a tener" dije. Y agachandome les dejé ver mis tetas por el escote de la blusa. Me saque la blusa y la pollera, quedando con los zapatos de taco y el conjunto rojo. "Ahora si, a ver sus pijas". Decidí ser metódica. Que cada una tuviera su mamada a cámara, para que quedé todo bien registrado.

Me arrodille y le pedí a Javier que tomara una cámara y no perdiera detalle. Acerqué a Hernán y empecé a sobarle la verga. Primero se la acaricié, lamiendole los huevos. Su pija era normal, de unos 20 cm, no muy gruesa. Al poco rato, ya estaba bien parada, por lo que decidí seguir con otro. Heche un vistazo y le pedía a Mario que se acercara. Al igual que los demás, ya estaba empalmado. Era muy parecida a la de Hernán, sólo que mucho más rica. En realidad, nunca había chupado una verga de tan rico gusto. La pase por mis labios y me la metí en la boca. Sabiendo que todos esperaban su turno, le dije "Una pija tan rica merece mucha más lengua, después quiero tenerla otra vez en la boca por mucho tiempo".

Vi las pijas de Luis y Alberto, y se me antojó una doble mamada. Los acerqué agarrandolos de los lindos pitos que tenían. Ambos eran un poco más grandes que los anteriores, digamos unos 25 cm. La de Luis era de un grosor normal, pero la de Alberto era muy gruesa. Más gruesa que todas las que hubiera visto. Era en verdad una pija grande como nunca tuve (y repito, tuve muchas). Empecé chupandolas y pajeandolas por turnos. Pronto mi hambre aumentó y apoyé las dos cabezotas en mis labios, comencé a lamerlas al unísono, y abrí la boca todo lo que pude, hasta meterme las dos parcialmente.

Quedaban Andrés y Javier. Hernán tomó la cámara y empecé otra doble mamada con ellos. El tamaño, en el caso de Andrés, volvía a ser más normal. Lo llamativo era que su cabeza era más grande que las demás, en proporción al tamaño completo. Y Javier... tenía la pija más hermosa que halla visto. Era más o menos como la de Alberto, aunque no tan grande. Pero igualaba en sabor a la de Mario, su cabeza era redondeada y proporcionada, de un color suave, nada intenso, la piel de su verga era muy clara (sin ser blanca), una pija apenas inclinada hacia un costado y hacía arriba, y muy suave al tacto. No tenía esos típicos puntitos que tienen las pijas, era completamente lisa, con las venas apenas marcadas. Al principio me pareció que le faltaba fuerza, pero estaba dura como una piedra. Nunca había tocado una pija tan dura como esa. A la segunda chupada me di cuenta de que no podría dejar de chupar esa verga, de pajearla, de pasarmela por los labios, por la nariz, por los ojos.

Una vez chupados los dos, y aunque no quería soltar la pija de Javier, me saqué la tanga y el corpiño, mirando a cámara, muy despacio. Sin sacarme los tacos, ya que nunca lo había echo con zapatos así puestos, y según dijo Mario, me daban un lindo aire de putita relajada. Me senté en la mesa ratona, abriendo bien las piernas, para que fueran pasando. Mario empezó por metermela, arrodillandose en el piso frente a mi. Las cámaras ya estaban otra vez ubicadas, para que nadie quedara afuera.

Para mi alegría, Javier dijo que se la había chupado de maravilla, asique me la puso otra vez a mi alcance. Volví a chuparla y sentí que entre la hermosura que tenía en la boca y el aparato de Mario entre mis piernas no resistiría mucho. El primer orgásmo llegó en breve. Lo grité con ganas y esto enardeció al resto. Me levantaron, corrieron la mesa ratona y me dejaron sobre la alfombra, poniendome en cuatro. Javier volvió a ponermela en la boca, mientras Marío se acomodó debajo para metermela en la concha.Al mismo tiempo, Luis empezó a chuparme el culo, metiendo su lengua, separando bien mis nalgas, acariciandome el reborde del agujero con dos dedos que no tardo en meterme. Ya no aguantaba las ganas de completar el trío, y le dije "Luis, por favor, meteme esa enorme poronga en el culo (y casi gritando)... que no aguanto más".

Luis se rió y contestó: vas a tener que aguantar, porque se me está ocurriendo hacerte algo que tal vez sea de las pocas cosas que no probaste. "¿Qué?" le pregunté, con un poco de miedo, porque casi no me quedaba nada por probar. Luis dijo que antes tenía que darle mi concentimiento. Lo pensé un segundo. Una hermosa verga en mi boca, otra taladrandome la argolla, y cuatro pijas más deseosas de entrar por alguno de mis tres agujeros. ¿Qué más podía pedir? "Si, Luis, haceme lo que quieras, que para eso soy la putita".

No terminé de decirlo cuando sentí que sin sacar la pija de Mario de mi concha, Luis estaba apoyando la suya en el mismo agujero. Tenía toda la verga de Javier en la boca, y pensé en decirle que no, que no hiciera eso, pero ya era tarde, ya estaba abriendose paso. Mario se detuvo un momento para que entre más fácil, y en menos de lo que lo cuento ya tenía dos pijas en mi concha, cosa que jamás había siquiera imaginado.

A todo esto, Hernán había agarrado una de las cámaras y se puso detrás nuestro a hacer un primer plano de tal penetración.

Andrés y Alberto no tardaron en acercarse. Alberto arimandome la pija a la boca, para que alternara con la de Javier. Andrés, desde atrás, abriendome los cachetes del culo para masajearmelo. No se en que momento, voleo una de sus piernas y quedó entre Luis y yo, desde atrás, sin que Luis dejara de metérmela. Yo estaba toda abierta, despatarrada, en cuatro patas, chupando dos vergas sin parar, ni reaccioné de lo que pasaba hasta que tras haberme metido dos dedos en el ojete, me apoyó la cabeza de su pija en el culo y empezó a hacer fuerza. Nadie quería perderse la gran cojida. Me dolía, me ardía un poco, pero no pude evitar que la excitación me provocara, me empujara a ser un poco más puta, si eso era posible. Además, imaginaba los polvos que echariamos con mi novio viendo eso. Y entonces le dije "Dale Andrés, metemela toda, partime el culo al medio...SI..." No pude decir más, Javier me había agarrado la cabeza y me había ensartado su verga en la boca.

Mario y Luis empezaron a moverse al mismo ritmo, entrando y saliendo los dos al mismo tiempo. Andrés había empezado un ritmo alternado, cuando los otros dos salian, él entraba con fuerza. Además Mario me chupaba las tetas, y Andrés me las manoseaba. Luis me abría los cachetes del culo y los labios de la concha. Javier y Alberto se empeñaban en meter sus dos grandes aparatos en la boca al mismo tiempo. Y Hernán filmaba primeros planos. Cada tanto, se arimaba a mi boca para que lo chupara un poco.

No se cuantas veces acabé, ni cuanto tiempo estuvimos así, hechos un manojo. Solo se que en un momento, por el espejo del fondo del pasillo, vi a mi novio, mirandonos, sin que nadie más que yo lo viera. Le dediqué mi mejor cara de puta, cerre los ojos y me metí las pijas de Javier y Alberto en la boca.

De pronto, Andrés me dijo "Te voy a llenar el culo de leche, perra", y sentí el chorro caliente que había conocido poco tiempo antes por el culo.

Salió Andrés, tomó la cámara y le dijo a Hernan "Dale vos ahora, que está parece que no se cansa nunca". Cuando Hernán fue a ocupar la posición, decidieron cambiar de lugares. Mario y Luis pasaron adelante, a la boca. Alberto con su enorme verga, se acostó abajo mio y me la mando, sin problemas "Nunca había metido la pija tan fácil en una concha, la tiene bien estirada la putita". Si, le dije, para vos, para tu pija, para tu leche, mi argolla está bien abierta. Javier se fue para atrás, donde Hernán ya me estaba taladrando el culo. Me la metio también en la concha, pero esta vez costó un poco más, las dos pijas eran muy grandes y gruesas. Desde ahí, Javier veía como entraba la pija de Hernan en mi culo. "Mirá, lo tiene como una cacerola". Y realmente, lo tenía muy dilatado. Hernán se movía con ganas y no me dolía para nada. Claro que la sentía, pero por como se movía parecía que sobraba espacio. No tuve mejor idea que decirlo: Si, con ese pijón adentro y sobra espacio. Javier salió de mi concha y apoyó la verga en el orificio de mi ano. No, no, alcancé a decir, pero enseguida tenía las vergas de Luis y Mario en la boca, esa verga de Mario tan rica. Y Javier empezó a hacer fuerza, mientras Andrés filmaba en primer plano.

Me dolió, claro que me dolió, pero los jugos de mi concha que Javier tenía en la pija, más lo que sacaba de mi argolla con el dedo, más la saliva que le pusieron, estaba bien lubricada. Pronto entró, muy despacio. Y pronto estaban los dos bombeandome el culo. Estaba en el mayor éxstasis, cuando Andrés, apoyandose desde atrás otra vez, rozó mi vagina con la punta de su bicho bien parado. Estaba un poco incómodo, asique Hernán y Javier se pusieron un poco más adelante, semi parados, para dejarle lugar. Miré para atrás y ví que la cámara había quedado apuntando a la multiple penmetración, dejada ahí por Andrés. Poco a poco, alcanzó a ocupar su lugar, y ahora si, tenía dos pijas por agujero. Cuando sentí que estaba toda adentro, exclamé "Seis, seis pijas adentro mío, es el sueño de toda puta, como me gustan esas pijas". Cada tanto me ahogaba con las vergas de Luis y de Mario, pero no perdía oportunidad de alentarlos. "Metan hasta el fondo, más, más, dos pijas por agujero". Ellos también me alentaban "A ver cuanto aguantas tanta pija, puta culo roto, a ver si chupas sin parar, puta chupaverga". Alberto no paraba de chupárme las tetas, los pezones, y los demás, a turnos, me las manoseaban, dandome pequeños pellizcos en los pezones. Yo no podía más. Después de 8 o 9 orgasmos que había tenido antes, sentía que venían más. Ellos lo notaban, y no paraban de hablarme "Acaba, puta, acabá con las seis pijas adentro, acabá, que te vamos a llenar de leche, putita".

Y yo acababa. No podía parar. Había pasado como media hora con 6 pijas adentro, dos en el culo, dos en la concha y dos en la boca, por momentos, hasta estas últimas simultaneamente.

De pronto, se escuchó el ronquido de Luis, que empezó a hecharme su leche en la boca. Mario se descargó casi instantaneamente. Las dos pijas estaban acabando al mismo tiempo dentro de mi boca, que casi estallaba de leche. "Tomate toda la leche, putita, tomatela, trola de mierda, mamaverga". Cada palabra me excitaba más. Mientras trataba de tragar toda la leche, y me pasaba la lengua por los labios para juntar lo que se escapaba, miraba la otra cámara, con mi mejor cara de puta. Cuando me sacaron las pijas de la bnoca, las limpié bien. A todo esto, atrás seguían dándome sin parar. Mi culo, ya acostumbrado a la bestial penetración, permitía que los dos entraran y salieran al unísono. En mi concha, las vergas de Alberto y Andrés también entraban y salían al mismo tiempo. Por momentos, iban las cuatro juntas y sentía como la concha y el culo de pronto se vaciaban de pija, y al instante siguiente recibían las cuatro pijas a la vez, con toda la fuerza. Por momentos, cuando unos entraban otras salían. Por momentos, entraban una en el culo y otra en la concha, y luego era el otro par el que embestía. Otras veces, las embestidas eran alternadas, una en el culo, otra en la concha, otra en el culo, otra en la concha y así empezaban otra vez, dejandome con una sola verga por turno. Las empezaba a conocer, sabía cuando la pija en el culo era de Javier o de Hernán, cuando la que entraba en la concha era de Alberto o de Andrés.

Al poco tiempo también mi culo y mi concha se llenaron de leche. Alberto acabó primero, después Hernán (en mi culo) y después Andrés, otra vez en mi concha. Esto me hizo calentar tanto, sentir tanta leche adentro mio, que empecé a gemir otra vez y acabé, mientras Javier me terminaba de llenar el culo de leche.

Fueron saliendo, y yo fui limpiando cada una de las vergas, mirando a cámara con mi mejor cara de puta. Después quedé tirada en el piso y empecé a meterme los dedos en la concha y en el culo, para sacar el semen que quedaba, y me lo llevaba a la boca, para tomarlo, mientras me filmaban.

Después, todos se fueron, dejando los dos videos que habíamos filmado.

Así fue que estuve con varios hombres. Pero mi novio también quería verme con chicas. Aunque esa es una historia que les contaré en otro momento.

Por ahora, pueden escribirme a dani051978@hotmail.com