Cuando ya no queda nada, no tienes nada que perder
No me quedaba nada, antes de quitarme la vida vi a una jovencita demasiado bonita y me lanze a hacerla mia por la fuerza.
Cuando ya no te queda nada, no tienes nada que perder.
Me habían despedido del empleo hace como 4 meses y se fueron acabando mis ahorros, pasaba el tiempo y no encontraba trabajo y los problemas en casa con mi esposa aumentaron cada vez mas por falta de dinero hasta que un día ella me dejo por otro y terminamos separándonos, me dolió porque la amaba pero el otro tipo tenia trabajo y dinero en cantidad, contra eso no podía competir.
Pero no por ello el tiempo se detenía, así que en uno de esos días, saliendo de una entrevista de trabajo, decidí darme por vencido y suicidarme, cuando de pronto vi algo, algo hermoso, una chica, joven, muy joven, no pasaría de los 21 años, su piel color morena clara, iba vestida con una blusa color morado, con un escote gigantesco, que dejaba ver una muy buena parte de sus dos grandes pechos, con solo ver su escote sentí como mi verga estaba a punto de estallar dentro de mi pantalón, cabellera color negra que le llegaba por abajo de los hombros, llevaba un pantalón de mezclilla ajustado que marcaba la silueta de un trasero redondito, su caminar también era digno de admirarse, en fin, era una belleza total
Hace meses que no mantenía relaciones, no tenia cabeza para pensar en ello, pero al verla a ella, sentí como se desataban muchas sensaciones dentro de mi, no se como, pero empecé a seguirla, siempre ha cierta distancia, gracias a mi buena suerte y para ella, mala suerte, el viaje hasta su casa siempre lo hizo por transporte publico, algo lógico supuse, ya que posiblemente era estudiante y no tendría para un coche.
Por fin vi como entro a su casa, no sabia si vivía sola, no sabia nada, pero me era imposible no pensar en follarme a esa jovenzuela, con ese pensamiento, regrese a mi casa a esperar a que llegara la noche para volver, sintiendo siempre una sensación extraña, una sensación de riesgo.
Y llego la noche, agarre un cuchillo y me dirigí de nuevo a su casa, estuve observando un buen rato el exterior pensando en lo que estaba a punto de hacer, sin mas, me dirigí a la puerta y llame fingiendo ser un mensajero entregando un paquete, me abrió la puerta ella misma, iba vestida de la misma manera que como cuando la seguí hasta su casa, su blusita morada enseñando el escote, el pantaloncito de mezclilla ajustado, marcando la silueta de su culo y de sus piernas, sin mas empuje la puerta con todo el peso que pude, ella perdió el equilibrio y cayo, entre y cerré la puerta.
Tenía miedo y mucha adrenalina por lo que estaba haciendo, la chica se incorporo y trato de correr, la sujete de su brazo y la acerque a mí.
--¿Hay alguien mas en casa?
No respondió, ella gritaba pidiendo auxilio, eso me puso muy nervioso y le di una cachetada y le cerré la boca con una mano
--¿Hay alguien mas en casa?
Ella respondió negativamente moviendo de un lado a otro su cabeza.
--¿Vives sola?
De nuevo me respondió negativamente con la cabeza, saque el cuchillo que llevaba, le advertí que si hacia lo que pidiera no le haría daño, ella al ver el cuchillo dejo de tratar de liberarse de mi, le ordene que me llevara a donde tenia dinero, supuse que seria la recamara de alguien y así fue, me llevo a una recamara grande, una cama matrimonial, una foto de una pareja de unas personas adultas, supuse seria esta la recamara de sus padres.
Ya no aguantaba mas, tenia la necesidad inmediata de penetrar a mi presa, la lance a la cama y me lance a la chica, arranque violentamente su blusa, llevaba un sujetador que apenas podía con el par de melones que cargaba, se lo arranque también dejando al descubierto ese par de monumentos, los empecé a estrujar con las manos, los besaba y los lamía como un poseso, ella gritaba y se resistía, eso me excitaba aun mas, quise besarle la boca pero ella se negaba, no me importo mucho en ese momento, en mis pensamientos sabia que lograría mis objetivos aunque ella no quisiera.
Empecé a pasarle mis manos por su culo aun con su pantalón puesto, era firme, no pude mas y empecé a bajárselos, como oponía mucha resistencia se me dificulto un poco, pero esa noche, nada seria imposible para mi, termine dejándola sin su pantalón, le quite también sus bragas dejando a la vista un coñito rosadito, depilada, simplemente verla así, desnuda era un gran placer y mi polla estallaba pensando en que dentro de poco fallaría con ese cuerpecito.
Comencé a frotar mi polla contra su cuerpo, a pasear mis manos por su cuerpo, su culo firme, redondo y suavecito, sus muslos y piernas torneadas, también firmes, ignoro si ejercitaba su cuerpo o no, su cintura y cadera breve, sus pechos grandes, firmes y suaves, su cara, como la de un ángel, seguía sobandome contra su cuerpo mientras ella con sus brazos trataba inútilmente de empujarme para que no estuviera encima de ella, intente besarla de nuevo y se volvió a negar, le solté un golpe firme en su rostro, comprendió que seria mejor que cooperara y entonces se dejo, pude meter mi lengua en su boca, juntar mis labios con los de ella, era delicioso, podría pasar besándola toda la noche, sentí como mi miembro estaba a todo lo que podía, así que busque la entrada de su coño para penetrarla, ella empezó a forcejear de nuevo, gritaba y suplicaba que no lo hiciera, que cogiera el dinero pero que no le hiciese daño, no me importo lo que ella quisiera o no, simplemente cuando sentí que mi punta estaba dentro de ella se la metí de golpe toda, no se si era virgen o no, eso no me importo, empecé a bombearla salvajemente mientras ella empezó a soltarse en un fuerte y doloroso llanto, Dios, era delicioso follarla, su coño era estrecho, tibio, me apretaba mucho el miembro, seguía bombeándola, mientras la besaba y con una manos sujetaba uno de sus pechos mientras veía como el otro se balanceaba de un lado a otro gracias a mis embestidas, no tarde mucho en venirme dentro de ella, Dios, aquella chiquita me dejo totalmente seco y exhausto, me quede un buen rato dentro de ella, era lo mejor que me había pasado en mucho tiempo.
Una oportunidad como esta, posiblemente nunca mas la volvería a tener, así que descanse un poco para volver a follarla, la imagen de como mi leche ya seca le había escurrido de entre sus piernas mientras ella seguía sollozando fue suficiente para que mi polla volviera a ponerse firme, empecé de nuevo a tocarla y a besarla, ella aun tuvo fuerza para tratar de oponerse a que volviera a ultrajarla, pero no fue suficiente, seguía con mis toqueteos mientras buscaba de nuevo su entrada, su dolor me excitaba sobremanera, decidí hacerlo de manera lenta esta vez, la penetre y comencé a bombearla despacio, ella empezó a sollozar esta vez preguntándome a mi o a nadie el porque le hacia tanto daño, la ignore, mientras seguía con lo mío, estuve penetrándola un buen rato, quería alargar el momento lo mas posible, me es imposible describir el placer de follar con una chica como aquella, llego un momento en que no pude mas y sentí que estaba a punto de correrme, salí de ella para descargarle en sus deliciosas tetas, era increíble el placer que esta chica me estaba dando, era un placer visual el ver como dejaba sus tetas y parte de su rostro bañados con mi leche, increíble, nunca había tenido dos orgasmos tan intensos en la misma noche.
Era extraño que horas antes estaba pensando en suicidarme y ahora, gracias a esta jovencita, disfrutaba de un gran placer que da la vida, verla indefensa, bañada de mi leche y derrotada de nuevo me provocaron una erección aunque ya no tan fuerte, aun así intente de nuevo, Dios, era una locura tener la polla dentro de ella, podía sentir su calor, su estrechez, empecé a bombearla salvajemente para ver si podía sentir un tercer orgasmo, metía mi polla hasta el fondo mientras mis huevos tocaban sus muslos, veía como sus pechos se movían al vaivén de mis embestidas y veía como su rostro simplemente suplicaba que acabara pronto y así fue, logre llenarle de nuevo su coño con mi leche, aunque ya no tan abundantemente como la primera vez, pero el placer fue el mismo, en ese momento me excito imaginar que ella quedara embarazada de mi por la cogida que le había dado, así que me quede dentro de ella un buen rato para evitar que se le escurriera mi leche.
Después de eso, me vestí de nuevo, recogí un poco de efectivo de aquella recamara y me largue de aquella casa, sentí un poco de pena por lo que había hecho, pero recordé lo delicioso que había sido y entonces en lo único en que pensé fue en seguir adelante.
Hace poco me dio por saber que habría sido de aquella jovencita, me di una vuelta por aquella casa, pero se mudaron, estuve tentado de preguntar a los vecinos por su nueva ubicación, pero la voz de la sensatez me dijo que si ya había tenido el placer de poseer a una chica como aquella, de la mala manera en que lo hice sin consecuencias, lo mejor era dejar ese pasado en paz, dejarlo como un dulce recuerdo.