Cuando una madre ama intensamente... (1)
La iniciación sexual de un Hijo por su Madre de una manera didáctica y con mucho Amor.
CUANDO UNA MADRE AMA INTENSAMENTE...
PRIMERA PARTE:
Cuando la duda o incertidumbre sobre lo correcto de nuestros actos y creencias nos embarga, buscamos siempre el conocer experiencias de otras personas que hayan pasado por situaciones parecidas, para identificarnos con ellos y sentir el apoyo indirecto de los demás y obtener el relajamiento de nuestra angustia. Esto es muy de humanos, pero no debería de suceder así.
He buscado en este portal, el conocer las historias de incesto que en ella se relatan, para conocer en que otras circunstancias se puede llegar a él de una manera Humana, sentimental y amorosa.
He leído muchos relatos fantasiosos, en donde solo el instinto desbocado es el principal protagonista, pero en otros pocos, he encontrado la ternura y el amor de una relación incestuosa, libre de coerciones, chantajes, o de la brutalidad del más fuerte.
Ello me ha animado a contar mi historia, porque sé que existen otras Mujeres como yo, que han pasado por lo mismo y que tiene su conciencia intranquila, para ellas, y sólo para ellas que comprenden y sienten el fuerte Amor de Madre que nos arrastra a sacrificar todo por nuestros hijos, relataré mi historia:
La Moral es la que dicta el comportamiento individual y de las masas, dentro de la concepción de las ideas, tradiciones y experiencias personales, calificando así, lo bueno y malo de una idea o acto determinado. Por ello la Moral no ha sido la misma a en las diferentes civilizaciones a través de la historia y ni aún ahora en las diversas culturas de nuestro planeta. Lo que antes se veía bueno, ahora es malo o viceversa, por ello el concepto de correcto e incorrecto ó de bueno o malo es relativo.
Cuando el ser Humano desarrolla una acción X, se tuvo que generar de una motivación, esto es: una necesidad, de ella, a un razonamiento, y de él, a la acción propiamente dicha. Por ello lo que se califica de malo, no tiene que ser intrínsicamente perverso, o de bueno intrínsicamente benévolo.
Es necesario hacer esta reflexión, para que el lector comprenda el contexto de mi historia.
Soy una ama de casa como cualquier otra, con angustias sobre el futuro de nuestros hijos y sobre la agresión que el medio ejerce constantemente sobre ellos; Drogas, alcohol, libertinaje, destrucción de paradigmas y tradiciones, etc. Por ello el supervisar constantemente lo que hacen, o en donde se encuentran, o con quien conviven, es la pauta de todos los días.
Tengo 36 años, soy viuda desde hace4, vivo con mi hermana y su familia, mi cuñado y mi hermana, ha sido nuestro apoyo desde que murió mi marido y nos han albergado en su casa como miembros de su propia familia no por que tuviéramos necesidades económicas, sino por el amor que nos tienen.
Cuando Murió mi esposo tenía 2 hijos: René de 14 y Alma de 12, ahora tengo también a Silvia de 2.
Yo tuve una nula educación sexual, mis padres tradicionales en todos los sentidos y más en cuanto a la educación, nunca me informaron sobre los deberes sexuales del matrimonio. Por ello tuve una información incompleta y distorsionada que adquirí por parte de mis compañeras de escuela.
Mi hermana fue la que casó primero con un Hombre informado y liberal, y yo con un tradicional como mis padres. La sexualidad para mí era más una tortura que un placer mientras vivió mi esposo, en cambio la de mi hermana era libre sin prejuicios o tabúes y la disfrutaba al máximo.
La depresión por la que pasaba, me tenía en muy mal estado, nada me gustaba o motivaba, hasta que mi hermana me empezó a hablarme del sexo de una manera maravillosa y poco a poco empezó a interesarme en él. Empecé tímidamente a hacerlo con compañeros ocasionales, pero donde realmente lo descubrí fue cuando ella me invitó a compartir su cama con mi cuñado. A partir de ese momento el sexo se fue apoderando de mi hasta liberarme completamente de mis prejuicios o tabúes que encadenaban mi cuerpo y mente. Teníamos sexo todos los días de una manera intensa y excitante, en donde el hacerlo en lugares y formas diferentes, era cosa de todos los días, e incluso cristalizábamos fantasías de lo más variadas y locas.
Mi Familia se integró completamente a la de mi Hermana, al grado que mis hijos llamaban hermanos, a los 3 hijos de mi hermana. Nosotras éramos: Mamí (mi Hermana) y Má (yo), y así de esa manera no se confundían al llamarnos pero en la práctica no funciona tan bien.
Pasó el tiempo y llegué a convertirme en una fanática del sexo, lo hacía casi exclusivamente con mi cuñado y mi hermana, así que sin darnos cuenta fundimos nuestras dos familias en una sola donde mi cuñado tenía dos esposas y 5 hijos. Vivimos en armonía y con la felicidad que tiene cualquier familia unida y respetuosa, claro, de una manera discreta aunque no siempre a salvo de comentarios o chismes por parte de los demás, pero en resumidas cuentas; una familia feliz.
Bajo este contexto, nació mi hija Silvia, hija lógicamente de mi cuñado, que en todo momento respondió como padre amoroso y responsable. Claro que tuve que decir que la paternidad correspondía a otro, sobre todo entre los amigos y familiares que no vieron con buenos ojos este nacimiento fuera de toda norma Moral. Si hubieran sabido la verdad: ya estarían bajo tierra.
Por mi aprendizaje avanzado de la sexualidad, me volví sensual en todos aspectos, disfrutaba de mi cuerpo así como de los olores, sabores, colores, y texturas, como nunca antes lo había hecho, por ello me volví desinhibida en múltiples aspectos, desde decir lo que pienso sin tapujos, hasta el desnudarme frente a mis nuevos hijos sin ningún tipo de recato o pena. Eso me ayudó a volverme segura de mi misma tanto en lo mental como en lo físico, a tal grado que provocó una revolución en mi concepto de ver el mundo, que ahora se presentaba, pleno, hermoso, y lleno de delicias como nunca antes lo había percibido.
Mis hijos ya estaban acostumbrados a verme desnuda desde pequeños, me bañaba con ellos y les inculqué el respeto y amor por sus cuerpos, así como admirar su belleza, por ello no fue sorpresa el que me vieran salir de la ducha o el cambiarme frente a ellos despreocupadamente, más bien la sorpresa fue para mí cuando descubrí a René espiándome cuando me duchaba o cuando me vestía.
Una Madre no ve el cambio se da en sus hijos ante sus ojos, por precisamente el verlos todos los días, pero llega un momento que determinada actitud, gesto, postura, o incluso comentario, hace que desaparezca la banda de nuestros ojos para ver a nuestros hijos trasformados en Hombres o Mujeres. Eso precisamente me pasó al descubrirlo espiando por la puerta entreabierta del baño mientras salía de la ducha, obviamente mi corazón comenzó a palpitar rápidamente ante la supresa mientras pensaba en qué actitud tomaría ante ello, pero opte por aparentar no darle demasiada importancia. Pero al día siguiente lo volví a ver tras la puerta espiándome, así que cuando él salio de casa para ir a entrenar Fut bol en la escuela, me metí en su habitación y comencé a revisarla a conciencia. Intuía que si mi cuerpo ya le atraía, se encontraba en pleno despertar sexual y por ende, habría objetos o rastros de su incipiente actividad sexual.
Después de hurgar unos momentos entre su guardarropa, di con lo que buscaba: Un par de revistas de desnudos, en donde se veía explícitamente las más variadas posturas sexuales y en donde sexys chicas eran poseídas por musculosos y varoniles Hombres. Eso confirmaba mis sospechas.
Seguí revisando su habitación y descubrí en la ropa sucia, una de sus truzas con claros signos de esperma, sentí su clorado aroma, y con la punta de la lengua constaté su delicado sabor y cremosa consistencia, ya que aún se encontraba algo fresca. Sabía de que se debía a una noche de sueños húmedos que había tenido y por la mañana confundido por el hecho, se deshizo de ellas.
Ahora ante la evidencia irrefutable, mi corazón dio un vuelco de alegría y de tristeza a la vez, porque sabía que mi hijo dejaba de ser niño para transformarse en hombre y que poco a poco lo perdería irremediablemente.
Al pasar los días, empecé a descubrir con sorpresa, escondidos entre su ropa deportiva; bragas de mi hermana y mías, así como sostenes, los cuales dejé en ese mismo lugar. Por esos días me enteré que amigos de él, habían tenido un accidente automovilístico al regresar a casa después de beber varias copas de licor y más de uno intoxicado por drogas.
Realmente el impacto que causo eso en nosotras fue mayúsculo y se acrecentó aún más cuado supimos por René, que ellos volvían de un burdel de las orillas del Ciudad.
--¿Se metieron con chicas de ese burdel? --pregunté
--Sí. --contestó
--¿Y tú has ido a ese lugar?
Yo siempre he mantenido una buena comunicación con mis hijos, aún en temas complicados y espinosos, así que por ello pregunté directamente.
--Mmm... Sí -contestó lentamente
--¿Y te has metido con ellas? -- pregunté un tanto exaltada
--No Má.. No lo he hecho.
Le creía, pero me aterrorizó el solo imaginar que se metió a esos sórdidos lugares en donde va toda clase de mal vivientes y malhechores, el instinto de una Madre salio a relucir y a mi cuerpo lo embargó un escalofrío. Sabía que se encontraba a un paso de tener su primera relación sexual, así que había llegado el momento de actuar.
Mi hijo René siempre ha sido el más apegado a mí, desde que nació, ha existido una comunicación intensa y fluida que nos mantiene unidos en todas circunstancias. Siempre que me notaba decaída o triste; se acurrucaba en mi regazo y me llenaba de besos, por eso no es de extrañar que sea con él con quien más me identifico. Cuando murió su padre, se unió tanto a mí, que me sentía reconfortada y protegida por él en todo momento.
Recuerdo que cuando me casé a los 18 años, aún no había terminado mis estudios de Administración, y a los tres meses estaba embarazada. Prácticamente me acompaño durante el último año de carrera; cuando estuvo en mi vientre y cuando lo llevaba conmigo a presentar exámenes en su cunita portátil.
Esa noche, la angustia me mataba, suponía que a esas alturas ya se masturbaba pero quería estar segura de que lo hacía. Sabía que había llegado el momento de hablar de sexualidad a fondo con él, aunque para este momento ya sabría mucho de ello.
Mi cuñado me había propuesto en varias ocasiones que ya era tiempo de que él y René se sentaran a hablar sobre el tema, pero yo desestimaba su oferta por sentirlo aún un niño, además la forma de pensar de mi cuñado sobre el sexo, no concordaba en todo con la mía, ya que era muy abierto para algunos aspectos y en otros completamente cerrado y testarudo, por ello prefería afrontarlo yo sola.
Una Noche me planté frente a la puerta de la habitación de mi hijo y apoyé mi oreja, intentando escuchar algún sonido que lo delatara, pero no escuchaba nada. Estaba a punto de retirarme convencida que imaginaba situaciones, cuando escuche el sonido de la revista al hojearla y el gemir de René, en ese momento estuve segura de que lo hacía y pensativa regrese a mi habitación. Toda la noche estuve pensando en cual sería mi paso a seguir; por un lado el despertar de su sexualidad lo ponía a merced de innumerables peligros, como las enfermedades venéreas, asistir a lugares de ambientes peligrosos, como ya lo había comprobado o a la simple desinformación sobre el SIDA y los embarazos no planeados. Por otra parte, sabía que por no haberla tenido; la importancia de una buena información sexual, era muy necesaria, la cual redundaría en una vida plena, sin temores o tabúes.
Una mala información o una experiencia negativa; lo encadenarían a recuerdos o miedos crónicos que lo llevarían a traumas o peligros mayores. Por ello tenía que ser cauta y dejarme llevar por mi amor y por mi inteligencia, para enseñarle de la mejor manera posible.
Un pensamiento comenzó a rondar mi cerebro y no me dejaba descansar, Era sobre lo que había leído en el libro: Estudio Hate sobre la sexualidad Femenina que se basaba en varias encuestas que habían realizado entre mujeres de diferentes edades y posiciones socioeconómicas, en donde las cuestionaban sobre la sexualidad en general, y en uno de sus capítulos coincidían en la importancia de educar a los hijos en el sexo, pero con una educación segura libre de prejuicios o tabúes que deformaran su ávida mente y que la mejor manera de conseguir eso era, el enseñarles de una manera directa y personal.
Tras analizarlo concienzudamente, estaba completamente de acuerdo con esa opinión y Pensaba: Si lo más preciado que tenemos en nuestro hogar son nuestros hijos, a los cuales les otorgamos todos los cuidados y esmeros de que somos capaces, para que se desarrollen como seres completos y sepan afrontar la vida con las mejores herramientas que puedan disponer; si les transmitimos lo mejor que sabemos de nuestras experiencias para que no tropiecen con las mismas dificultades por las cuales nosotros atravesamos; si tratamos de formarles un futuro de protecciones y cuidados, ¿Por qué los dejamos a la deriva, solo con un bagaje limitado en cuestiones sexuales?¿Porqué no enseñamos con el mismo esmero y dedicación sobre el sexo, que como el enseñarlos a comer, a estudiar o a guiar una bicicleta?
Si sabemos que las primeras experiencias sexuales son trascendentales para la formación del individuo sexual, ¿Porqué no hacemos que sean la mejores y las más sólidas, basadas en el amor incondicional hacia la pareja y la compenetración de sus espíritus?¿Porque no fomentar nosotros los padres la unión de nuestros cuerpos con los de ellos, transmitiendo el culmen del amor y la experiencia?
Todo esto me confundía, pero debía tomar la mejor decisión de que fuera capaz por su bien y el de su futura pareja. Un último pensamiento invadió mi mente
¿Quién mejor que yo para transmitirle de una manera amorosa y comprensiva, el cómo amar a una mujer en la cama? ¿Quién le guiaría mejor que yo, paso a paso a disfrutar y hacer disfrutar a su pareja hasta los confines del placer?
¡Nadie, solo yo!.
Al llegar la mañana ya había tomado una decisión.
Debo admitir que la idea de hacer el amor con mi hijo ya había rondado mi mente durante muchos años, una prueba clara de ello fue la relación con Luis: un chico al cual seduje sin proponérmelo, y el cual me brindó su amor primero y su primera experiencia sexual, yo lo hice quizá no tanto por él, sino buscando el gran parecido que tenía con René, que aún era un niño. Ó quizá la idea la haya traído inconscientemente desde antes que naciera René, en un clásico complejo de Electra y que se fue afianzando en mí a través de mi descubrimiento del sexo libre y voluptuoso, no lo sé, pero mi deseo fue acrecentándose en lo profundo de mi corazón hasta que su curiosidad y mi fantasía se juntaron.
Sabía que lo que intentaba hacer se llamaba incesto y que ésta práctica, está catalogada como uno de los tabúes sexuales de la Moral moderna, pero en la época antigua no era así, es más, se fomentaba entre los miembros de la realeza para evitar que su sangre divina se mezclara con la de los demás mortales, me refiero a los faraones de Egipto, o entre los Efesios, y Mesopotámicos por citar algunos de los muchos pueblos que la practicaban, amén de objetivos más prosaicos como: herencias, o prejuicios raciales, etc.
La idea moderna de la aberración del incesto se basa, en que los productos de esas uniones por lo general nacían deformes por errores genéticos o con una propensión a las enfermedades, pero en la actualidad se ha descubierto a la luz de los nuevos avances científicos, que no es así. En un articulo de la revista journal of Genetic Counseling, se habla de un estudio donde se ha seguido cuidadosamente las comunidades endogámicas que existen y no se ha encontrado ningún factor fuera de los normales que pudieran insinuar que se tiene mayor riesgo con estas practicas, de una generación a otra, por otra parte si la práctica se prolonga indefinidamente, los genes recesivos que se pueden heredar, sí pueden causar problemas a largo plazo. La misma revista dice que la practica del incesto es mucho más común de lo que se cree en diversas comunidades del mundo. Y sorprendentemente se ha descubierto que es recomendable incluso, el practicarlo para el fortalecimiento genético de rasgos beneficiosos heredables. Esta información sería de mucha ayuda si mi intención fuera el procrear con mi hijo, objetivo a todas luces fuera de lugar.
La base de estos descalificativos a la endogamia o incesto, se relacionan directamente con la degradación genética, que sabemos no existe sino a través de múltiples generaciones y la unión de padres e hijos coercitivas o con violencia y violación, que en este caso, sí es altamente condenable y aberrante.
Por otra parte existen personas que dicen que cuando se practica el incesto, en donde existe mutuo acuerdo, y se hace con respeto y entregándose amorosamente, definitivamente no puede ser malo, aún más, creo que debería ser practica común entre padres e hijos para el armonioso desarrollo y la comunicación plena entre el hombre y la mujer.
Esperaba que se diera la oportunidad para echar a andar mis planes, y esa se dio dos días después.
Intencionalmente deje la puerta del baño entreabierta en mi habitación, sabía que Rene llegaba del instituto a esas horas así que le sería fácil el darse cuenta que me encontraba duchando. Efectivamente, 10 minutos después lo vi reflejado en el espejo lateral del lavabo que quedaba frente a mí. Me veía embelesado y sin pestañar, yo intentaba parecer lo más natural posible, pero en cada movimiento intentaba dejar ver lo más de mi anatomía para que me conociera bien. A mis 35 Años mi cuerpo se mantenía firme y hermoso, mi dedicación hacia el deporte y a la buena alimentación que practicaba y que había acrecentado a la muerte de mi esposo; habían dado sus frutos, así que podía asegurar sin falsa modestia, que lo que René estaba viendo en esos momentos, no tenía nada que pedirle a las chicas de las revistas que tenía en su armario.
Cerré la llave de la regadera y salí de la ducha, mi cuerpo mojado emanaba vapor que se mezclaba con el aire en pequeñas espirales, sabia que se debía al agua caliente pero muy dentro de mí también sabía que eso se debía a mi excitación creciente. Veía a Rene que, con solo un ojo, devoraba mi cuerpo que lo recorría de arriba a bajo con placer, mientras yo pasaba la toalla por aquellos lugares que sabía que más llamaban su atención.
Me disponía a abrir la puerta rápidamente y así, desnuda, pasar a la habitación y sorprender a René en su fisgoneada, cuando escucho la voz de mi hija Alma que le reclama airadamente:
--¿Que haces ahí René? ¿ No sabes que Mamá se está bañando?.
--He.. Sí.. es que yo solo quería preguntarle... --balbuceó
No quise que el conflicto entre ellos subiera de tono y echara a perder la iniciativa de Rene para seguirme fisgoneando, así que me envolví rápidamente en la toalla y salí de ahí.
Encontré a Rene de espaldas a la puerta intentando explicarle a Alma el por que se encontraba ahí y al salir me dirigí a ellos con naturalidad:
--¿Hola chicos, como les fue en la escuela hoy?
Los dos contestaron al mismo tiempo que les había ido bien en la escuela, y sin dejar que Alma tomara la palabra, le pregunte a René:
--¿Te trajo la Mamá de Ramiro, o te viniste en el autobús?
--He me vine con la Mamá de Ramiro. --contestó René
--Ha, ¿No te dijo nada de la reunión del Martes? le pregunté de nuevo sabiendo que no había tal reunión.
--He, no, no me dijo nada.
--Alma, amor, pásame por favor la crema que se encuentra en tu baño, la de la etiqueta de flores ¿Sí?
--Sí Mamá.- dijo obedientemente.
Le pedí que fuera por ella para evitar seguir conversando y así diluir la situación, de igual forma le pedí a René que bajara a la cocina y que revisara el guiso que mantenía en el horno para la comida, de esa manera daba por zanjada la incipiente e incomoda discusión entre los dos.
La oportunidad para iniciar mis planes de educación, había fracasado por razones externas, pero la siguiente vez tendría más cuidado.
Definitivamente el primer paso para poder actuar, debería de ser de él, yo reaccionaría a su curiosidad y no la motivaría de una manera clara, esa era mi convicción, así que espere para que se diera el momento.
Durante los siguientes tres días intenté repetir mi plan de que me espira mientras me duchaba, lo hice hasta tres veces al día cuando sabía que se encontraba en casa, pero fue inútil. Seguí intentándolo hasta que el Sábado por la tarde, después de que regrese del club donde estuve jugando tenis toda la mañana, esperé para ducharme en casa, buscando otra oportunidad. Las cosas se dieron solas, ya que los chicos habían salido con Norma a la matinée del cine y no regresarían hasta por la tarde y mi cuñado se había ido con unos amigos a ver el partido de Fut Bol en un bar cercano y los bebés se encontraban en su cuna cuidados por la niñera, así que las condiciones eran las ideales, todo dependía ahora de René.( Llevaba ya 11 meses de haber dado a Luz a Silvia y mi Hermana a Diego, en un embarazo simultaneo de las dos.)
Me metí a la ducha con serias dudas de que apareciera, ya que había salido con sus amigos a jugar el partido de fut bol de la semana en su escuela, y por lo regular no aparecía hasta por la tarde, así que me dedique a ducharme tranquilamente. Cuando estaba a punto de cerrar la llave, descubrí que la puerta estaba abierta y que Rene me observaba, así que mi corazón se acelero de súbito y puse en practica el plan que había quedado trunco hace unos días.
Salí despacio y exagerando mis movimientos voluptuosamente; comencé a secar mi cuerpo con una toalla grande. Con el rabillo del ojo veía constantemente en dirección a la puerta para saber si aún se encontraba ahí y haciendo un movimiento rápido como si buscara mi bata para salir del baño pero cambiado la trayectoria de mis movimientos en el ultimo momento; abrí la puerta sorprendiéndolo. Rene se quedo paralizado por la súbita acción, yo por supuesto que fingí cara de sorpresa, pero no hice ningún movimiento para tapar mi desnudez, que lucía en todo sus esplendor ante él.
--Hola, René, ¿Qué sucede? pregunté despreocupadamente secándome la cara con la toalla..
Rene me miraba a la cara temiendo que sus ojos lo delataran al admirar mi cuerpo.
--Naa..da, solo quería sab.. er si... te encontrabas en casa. dijo tartamudeando
Yo me dirigí a la puerta de mi habitación que estaba abierta y la cerré con llave despreocupadamente, para evitar interrupciones embarazosas. Después me senté sobre la cama y comencé a secar mis pies detenidamente. Él permanecía en la misma posición siguiendo con interés todos mis movimientos.
--Dime, ¿cómo te fue en el partido?
--Hee, bien, ganamos, --dijo ya con más confianza.
--¡Haa, que bien!, me alegro por ustedes se lo merecían. dije levantándome de la cama y poniéndome frente a él y con despreocupación exagerada le pregunté:
--Siento que uno de mis pechos está más caído que el otro, ¿Dime; Notas algo?
Le hice la pregunta para acercarme a él y concentrarlo en mi cuerpo.
--Hee, pues, no no creo se ven al mismo nivel.
Levante mis brazos para que subieran también mis senos y ponerlos más en relieve y fingí que los observaba con atención a través del reflejo del espejo, después de unos momentos, baje mis brazos y di un paso al frente, quedando a unos centímetros de él. René había crecido mucho en el último año, su complexión se volvió fibrosa y atlética por el mucho deporte que practica, su musculatura contorneaba su cuerpo alto y duro, aún no superaba los 1.75 Metros que yo mido, pero estaba ya muy cerca.
Comencé a tocarme los pechos con curiosidad médica, y como un simple comentario le dije:
--Me alegra saber que aún están en su sitio, a pesar que están llenos de leche para tus hermanos. dije moviéndolos de un lado hacia el otro despreocupadamente.
Veía a René que su cara se había tornado roja por la vergüenza ó ¿quizá excitación? Y que los miraba fijamente.
--¡Quién lo dijera¡, --dije alegre-- son los mismos pechos donde tú te alimentaste hace 16 Años, y siguen ahí produciendo leche, ¿Recuerdas su sabor? pregunte fingiendo inocencia.
Él movió la cabeza de una lado hacia el otro, contestando así a mi pregunta, así que yo lo tome de la nuca y levantando mi pecho izquierdo con la palma de mi mano, lo acerque a mi pezón. Él inclinó su cabeza y abrió su boca recibiéndolo delicadamente y despacio comenzó a succionar. Al acercar nuestros cuerpos percibí que su pene erecto presionaba en mis muslos --- ¡ Está excitado! me dije con emoción y uní completamente mi cuerpo al de él cerrando mis ojos. Despacio subí su mano Izquierda y con ella rodeé mi seno, que despacio comenzó a acariciar. Rememoré cuando él era un Bebe y mamaba como ahora: despacio, tímidamente, con su calor envolviendo mi seno, los recuerdos de aquellos tiempos y la felicidad que sentía, hicieron que mis ojos se nublaran por la nostalgia.
René notó mis suspiros y mi llanto callado y asustado pregunto:
--¿Te he hecho daño, Madre? Perdóname, yo no...
--No, René, al contrario; me has llenado de felicidad al recordar cuando eras un bebé y mamabas como ahora y lo feliz que era en ese tiempo al lado de tu Padre, pero no hagas caso de mis lagrimas, yo... ¡hoooo...! exclame fingiendo sorpresa cuando sentí su pene rozar de nuevo mis muslos, y con un ligero movimiento hacia atrás me separe de él, que de nuevo se sobresalto quedándose inmóvil y confuso, así que aprovechando su desconcierto dije:
--Creo que te has excitado, sentí tu pene en mis muslos dije aparentando tranquilidad.
Él enrojeció aún más y trato de ocultar su erección con sus manos, yo enternecida me acerque a él y lo abrace fuertemente besándolo en su mejilla, y le dije al oído.
--Me he dado cuenta que has crecido mucho en estos últimos meses, y que en tu cuerpo se desarrollan cambios importantes que te desconciertan, cambios para los cuales no estabas preparado, y que ahora te avergüenzan, como tus erecciones; el vello en tu cuerpo ó tus sueños húmedos, pero todo eso es normal, es la transición de niño a adulto que elabora la Naturaleza en cada ser de la tierra, por eso no debes de avergonzarte de tenerlos, por el contrario debes enorgullecerte de que te estas transformando en un hombre, con todas sus cualidades y responsabilidades. Yo te ayudare a afrontar tu transformación con alegría, con ánimo de descubrir cada día, la ley renovadora de vida que te ofrece la Naturaleza, observando las maravillas que obran en tu cuerpo y descubriendo sus placeres. Seré tu guía y consejera, ¡claro!, si tu lo quieres. --dije haciendo una pausa y después continué:
--Sé que ésta responsabilidad le compete más a un Padre que a una Madre, pero la vida lo ha querido así, y si tu lo aceptas, te prometo hacerlo lo mejor que pueda, siempre lo haré con Amor y dedicación, buscando tu felicidad futura. Espero que comprendas y me perdones si fallase en esto o aquello, pero lo importante es que siempre tengas en mente que lo hago con todo mi corazón y amándote siempre. Pero si tu decides, que mejor que te enseñe tu tío David, por ser hombre y que había mejor entendimiento entre ustedes, yo me retiraría y ...
--No, no interrumpió René Quiero que seas tú, Ma, por favor --suplicó
Lo estreche fuertemente contra mí pecho, y lo guié hasta la cama, me tendí sobre ella y le pedí que se recostara junto a mí. Cuando estuvo a mi lado, puse sus manos en mis pechos, y atraje su boca hacia mi pezón erecto. René comenzó a succionar con fuerza, al sentir como manaba cada vez más la leche en su boca, mientras con su otra mano amasaba mi pecho explorándolo concienzudamente. Mientras lo hacía, yo acariciaba su cabeza con dulzura, disfrutando de la deliciosa sensación de sus labios en mis pechos, después, cuando sentí que ya casi los había vaciado de su albo contenido, me separe de él y lo hice recostar sobre su espalda y le dije:
--Sé que te masturbas, es algo natural en los chicos que están descubriendo su cuerpo y las nuevas sensaciones que les ofrece, pero no es bueno hacerlo tan seguido, es exigirle demasiado al cuerpo ya que es una pérdida de energía que debidamente canalizada, de una forma natural; te daría más placer, pero lo realmente peligroso, es que te acostumbres a hacerlo y que encuentres más placer en esa practica que en hacerlo con una Mujer.
Lo mire con ternura y acaricie su cara con mis manos, y tomando aire y proseguí:
--Quiero que conozcas bien tu cuerpo y el de la mujer, para que descubras paso a paso la maravilla del sexo seguro y sin prejuicios o tabúes. Que te sumerjas en las aguas del placer, sabiendo canalizarlas con medida y razón, sin ofender a nadie y sin ofenderte a ti mismo, por ello necesito que me prometas que seguirás mis consejos al pie de la letra y que serás discreto con lo que te diré y enseñare. ¿De acuerdo?.
--Sí, de acuerdo Mamá.
Le acaricie de nuevo su cara y le bese tiernamente en la mejilla, desabotoné la camisa y su cinturón bajando hasta las rodillas sus pantalones. De igual manera baje sus trusas y deje al descubierto un hermoso pene blanco y bien proporcionado que como estatua épica, se mantenía erecto con toda su fuerza y deseo, estaba debidamente circuncidado ya que mi Marido era un convencido de las bondades higiénicas de esa práctica. Su Glande rojo y carnoso, despuntaba como un delicado pero firme hongo, su pene aún no alcanzaba todo su desarrollo, era aún esbelto pero prometía que sería magnifico, eso me emocionó ya que él tendría un magnifico pene para brindar placer.
Lo tome con mis manos y comencé a acariciarlo despacio, mientras le decía:
--Es necesario que conozcas perfectamente tu pene y sus funciones: El pene toma sus dimensiones cuando estas excitado, porque se llena de sangre, ya que en su interior existe un tejido esponjoso que retiene la sangre y obliga al pene en su totalidad, a aumentar de tamaño y a obtener su dureza. La parte delantera se llama Glande o cabeza y es la parte más sensitiva del pene, su forma es redondeada y semiesférica para poder penetrar sin hacer daño a tu pareja abriendo los labios de su vulva con delicadeza, así como el deslizarse sin problema. En su parte exterior existe un pliego de piel que se llama Frenillo, es altamente sensitivo y causa un gran placer al frotarlo. En su parte central se encuentra un pequeño orificio que se llama Meato y es por donde sale tu orina, se encuentra conectado a la vejiga y a tus testículos los cuales están en el interior de una bolsa de piel que se llama Escroto.
Los tome con delicadeza envolviéndolos con mi otra mano, y continué:
En su interior se encuentra produciéndose constantemente los espermatozoides, que como sabes, son los portadores de material genético que dará forma a una nueva vida junto con los del óvulo femenino.
Seguía acariciando su pene, moviendo su piel hacia arriba y hacia abajo para buscar excitarle más y continuar con mis explicaciones didácticas. Sentía como poco a poco su pene aumentaba la presión, presagiando una eyaculación inminente, así que me di prisa.
---Si pones atención, descubrirás que por tu meato ha salido una pequeña gota transparente, ¿ La ves?.
--Sí.
--Bien, esta compuesta de químicos desinfectantes y lubricantes, que bajarán la acidez de los restos de orina que queden en el conducto destruyendo las bacterias, propiciando así, una fecundación libre de gérmenes y ácidos que podrían destruir los espermatozoides.
Tomé la pequeña gota con mis dedos y los separe despacio dejando un puente viscoso entre los dos dedos.
--Como ves, es ligeramente espeso y su sabor es salado. y diciendo esto limpio mis dedos en mi lengua.
René hace un gesto de desagrado cuando lo hice, pero no dijo nada yo continúo con mis movimientos, sintiendo como la tensión aumenta en su pene y sin decir palabra meto su Glande en mi boca y lo acaricio con mi lengua delicadamente.
De súbito mis recuerdos me llevaron cuando René contaba con escasos 18 meses y lo bañaba por la noches. Cuando me ponía a secarlo sobre la cama, me impresionaba que tuviera siempre una erección, era maravilloso ver a ese minúsculo pene bien formado y erecto ante mis ojos que me hacía fantasear, que lo tenía entre mis labios y lo besaba delicadamente. Una noche no pude soportar más mi excitación y comencé a besarlo con efusión. Lo succionaba y acariciaba con mí lengua por varios minutos, hasta que no pocas veces soltaba un potente chorro de orina en mi boca que me atragantaba y me hacía reír con ganas.
Regreso rápidamente a la realidad, cuando escucho que gime y ve con ojos desorbitados como introduzco la totalidad de su pene en mi boca hasta tocar la parte posterior de mi garganta, siento los vellos de su pubis cosquillear mi nariz y percibo el incipiente y picante olor del sudor que brota de entre sus piernas, eso me gusta y provoca que de mi vagina, comiencen a gotear mis jugos deslizándose por mis muslos. Apreso firmemente su pene con mis labios metiéndolo y sacándolo con rapidez de mi boca, repito la operación varias veces, aumentando el ritmo hasta que de improviso un potente chorro de esperma golpea mi garganta, saco rápidamente el pene de mi boca recibiendo un chorro más de esperma en mi cara, y pongo mi mano como un cuenco junto a su Glande recibiendo el abundante esperma que al tenerlo ya lleno, se derrama por entre mis dedos. De nuevo introduzco su pene en mi boca recibiendo más esperma que por años se ha ido formando, para en este caso: deleite mío, hasta que lo vacío completamente. La fuerza de la presión con que lo impulsa, es increíble, como solo un cuerpo joven y sano lo puede hacer. Trago con placer su tibio y cremoso semen, que me llena de emoción al pensar que soy la primera en recibir su deliciosa simiente. Escucho un ligero llanto que sale de la garganta de René al descargar en mi, su incipiente esperma, gime de placer y eso me excita terriblemente, lleno de besos su brillante pene y sus testículos, que se han comprimido por el esfuerzo. De mi mano, escurre esperma que baja por mi antebrazo en varios finos hilillos.
Cuando siento que su éxtasis a pasado, le digo despacio y quedamente:
---Esta esperma que salido de ti, es el elemento más precioso sobre la tierra, ya que fecunda y hace brotar la vida. Es la sustancia más limpia y prístina que existe, y la amo desmesuradamente. y diciendo esto la bebo despacio, con mi lengua limpio los restos que quedan en mi mano como una gata y exclamo:
--¡Es deliciosa y me vuelve loca!.
--¿Que sabor tiene? preguntó, absorto en lo que hago
--Uno muy sutil, que es difícil de definir, su olor es como si tuviera algo de cloro en su composición, y su consistencia es cremosa y ligeramente picante, ¡Me fascina!
--¿ Y... no te hace daño al tragarlo?
--Por supuesto que no, esta compuesto casi en su totalidad de proteína, se podría decir que es un alimento altamente energético.
René sonríe y me abraza, yo me acurruco entre sus brazos mientras me acaricia tiernamente, y me dice:
---Gracias Mamá, ¡eres increíble!.
Yo le sonrío y le lleno de besos y confirmo que no me he equivocado en lo que he hecho.
---Será mejor que te vayas a dar una ducha. le digo sin dejar de ser Madre ni por un minuto.
--Sí claro, ahora mismo. dice alegre, saliendo rápidamente de la habitación.
Durante todo el día pensé en lo que había sucedido entre nosotros, y en el cómo se había desarrollado, mis temores se habían disipado al ver su cooperación plena, el solo recordarlo me excita de nuevo y pienso en cual será mi siguiente paso.
René cambio desde ese día, se volvió más cálido, cariñoso y me encantaba su sonrisa cómplice, que me regalaba a cada momento, como diciendo : tu y yo tenemos un secreto increíble y delicioso, y es solo nuestro
Mientras preparaba mi siguiente paso, el cual pensaba hacerlo en unos dos o tres días más, René me sorprendió al día siguiente por la noche, cuando ya todos dormían. Entro a mi habitación, yo me encontraba semidormida, cuando percibí que mi cama se movía y que alguien se metía entre mis sábanas. Inmediatamente sentí al calor de un cuerpo que me abrazaba. Los chicos seguido se acostaban conmigo, ya sea por que alguna pesadilla los asustara, por el fragor de alguna tormenta, o simplemente por que querían estar conmigo. La puerta de mi habitación siempre permanecía sin llave para quien quisiera entrar, pero ahora las cosas tendrían que cambiar.
Sentí su aliento cálido bañar mi rostro y con una voz suave y queda, Rene dijo:
---¿Estas despierta Má?
---Sí, ¿Qué pasa ?
--Nada, simplemente vengo a decirte que quiero masturbarme.
¡Vaya!, olvidaba que el impulso juvenil al sexo es incontenible y no tiene descanso en esta etapa de su desarrollo, así que girando mi cuerpo le pregunté:
--¿Quieres que te dé otra clase?
--¡Sí, por favor Má.! suplicó
--Bien, cierra la puerta con llave.
René salta de la cama y aseguró la puerta y de nuevo se metió entre las sabanas.
Lo abrace cálidamente, mientras le besaba el cuello con delicadeza, él se dejaba hacer todo lo que yo quisiera como un confiado corderito. Lo despoje de sus trusas y le di la espalda para que me quitara mi pijama, tardó un poco mientras luchaba con los botones así que le ayude. Me recosté nuevamente en la cama y levante mis piernas para que él bajara mis bragas sin problema, despacio las iba resbalando de mis caderas hacia mis muslos hasta que salieron libremente y acariciándolas y poniéndolas frente a su nariz, aspiro su olor e inmediatamente con un gesto presuroso, las arrojo hacia un rincón.
La luz que envolvía a la habitación era muy sutil, no me ayudaría en lo que quería hacer, así que encendí una de las lámparas de noche que se encuentran en mi buró, llenado la habitación de una cálida luz.
Arrojé las sabanas a un lado y deje al descubierto mi cuerpo inmóvil.
---Ahora quiero que observes bien mi cuerpo, y te detengas en cada lugar que consideres interesante y me hagas preguntas sobre ello ¿de acuerdo? dije quedamente
Él asintió y empezando por mis pies recorrió mi cuerpo centímetro a centímetro. Pasaba su tibia mano por mi vientre recorriendo mis pechos con delicadeza, para de nuevo bajar hacia mi vulva y detenerse ahí. Abrí mis piernas y lo deje que observara por unos momentos, después dije quedamente:
--Te enseñare como es mi vulva y de que elementos está compuesta
Pasando mis dedos por entre los labios, separé más mis piernas y continué:
--En primer lugar, como puedes observar, está envuelta en una concha de carne que la protege del rigor exterior --dije didácticamente
Como siempre la mantenía rasurada, fue fácil que identificara sus componentes. Me incliné hacia ella separando paso a paso sus labios coincidiendo mis acciones con lo que decía.
-- Como ves, existen unos labios exteriores que la protegen y otros interiores que cubren el meato que es éste, --dije poniendo la punta de mi dedo sobre él-- Es el canal por donde desagua mi Vejiga, y aquí esta... la entrada de mi vagina. Cuando se es virgen, la entrada se encuentra semiocluida por un tejido membranoso y delicado que tiene un pequeño orificio que se llama Himen. Cuando se tiene sexo por primera vez, esa membrana se rompe por la presión de pene al entrar, ocasionando un pequeño sangrado, es algo doloroso, pero no más que una molestia.
Cuando los labios mayores se encuentran con sus bordes hacia adentro de la vulva, es signo de que no se ha tenido un parto vaginal y cuando los bordes se dirigen hacia afuera es que ya se ha dado a luz. ¿Cómo están los míos?.
--Mmmm hacia fuera --dijo mirándolos atentamente
--Ya lo creo, con dos partos vaginales que he tenido se han vuelto muy notorios. --dije burlonamente
--Ahora: ¿Ves como escurre un liquido blanquecino sobre la parte inferior de la vulva?
--Sí.
Me sentía muy excitada por tenerlo ahí y el ver como me miraba.
---Bien, es lubricante vaginal que sirve para hacer más fácil la penetración. Cuando una chica se encuentra lo suficientemente excitada y lista para la penetración desde un punto de vista físico, segrega gran cantidad de sus jugos. No debes de...
---¿Entonces, tú lo estas ya? interrumpió con un dejo de malicia en su voz.
Sin inmutarme aparentemente, pero sintiendo como mi corazón palpitaba fuertemente retumbando en mi cerebro le contesté:
---Sí, estoy preparada, pero ahora déjame continuar. dije seriamente
Él asintió y yo proseguí:
---No debes de intentar una penetración cuando no exista este liquido, o cuando sea muy escaso, ya que podrás lastimar a tu pareja y lastimarte tú también. Existen algunas chicas que no pueden producir suficiente, por eso usan un lubricante especial a base de agua para substituirlo. Nunca uses un lubricante que no sea especial para el sexo, ya que las vaselinas o lubricantes para Bebé, pueden ocasionar alergias severas ¿Quedó claro?
---Sí, muy claro.
--Bien, en la parte superior de la vulva, justo donde se unen los labios exteriores con los interiores, se encuentra oculto bajo ellos el órgano sexual exterior más sensible que tiene la mujer, llamado: Clítoris. Cuando es estimulado correctamente, acelera la excitación de la mujer, al punto de obtener un orgasmo. La calidad del mismo depende de la excitación, la manipulación del clítoris y de la capacidad de concentración de la mujer.
René pasa su mano por mis pechos y exclama asombrado:
--¡ Tienes tu vientre y tus pechos de color rojo!
--Si, es normal, es una señal óptica sexual que te dice que tu pareja se encuentra Mmmm.... muy excitada --dije tragando saliva con dificultad y continué-- Se llama rubor sexual, si eres observador te habrás dado cuenta que los labios de mi vulva han aumentado de tamaño y su color se ha vuelto más vivo. En mi nariz, las ventanas están más dilatadas; Mis pezones han aumentado de tamaño y la aureola del mismo también; y mis senos -- los tomo con mis manos y los levanto-- también lo han hecho, son un 20 por ciento más grandes ¿lo notas?
Le pregunto al mismo tiempo que tomo sus manos y las llevo hasta mis senos, sosteniéndolas ahí y continuo:
--Mi vagina ha aumentado de tamaño, en unos 10 cm. aproximadamente, y se está lubricando copiosamente, ¿Lo puedes percibir?
Pregunto pícaramente mientras le tomo dos de sus dedos y los introduzco en mi vagina lentamente
--Sí, ..La siento húmeda y caliente.
--Al llegar el orgasmo, mi vagina, en su entrada, se hinchará y mis músculos se contraerán rápidamente, mientras mi cuerpo se volverá rígido y sudoroso.
Se lo digo dulcemente y comienzo a menear mis nalgas para que sienta más mi vagina caliente.
-- Mi vulva aumenta de tamaño hasta unas tres veces su tamaño normal y sus labios crecen y se vuelve de un rojo brillante, todo esto por que se congestionan de sangre, es el sistema nervioso que responde al estimulo sexual, que tú me estas dando
La mirada de René es intensa, veo en sus ojos la excitación extrema mientras su piel se torna roja.
---¿Cómo manipulo el clítoris para dar más placer?
---Cuando existe una penetración de frente o cuando ella se monta sobre ti, la mujer pude controlar el grado de fricción del pene contra el clítoris y así obtener el placer adecuado para obtener un orgasmo. Lamentablemente en otras posiciones sexuales no es posible, o es más difícil, por ello, algunas mujeres tienen preferencias muy marcadas en cuanto a posiciones sexuales se refiere
--¿Y las tuyas cuales son? --preguntó
---Eso será tema de otra sesión, por ahora nos concentraremos en el cuerpo de la mujer: --dije tajante-- Cuando sea inminente un encuentro sexual, debes de tener en cuenta que la excitación de ambos no es la misma, el hombre adquiere un grado de excitación mucho más rápido que la mujer, aunque algunas mujeres son tan rápidas o aún más que los hombres. Por ello debes de ser paciente para que obtengan los dos, el grado de excitación que se requiere para una penetración.
---¿Cómo obtengo ese grado de excitación en ella?.
---Lo principal que deseamos las mujeres cuando iniciamos un encuentro sexual, no es tanto la penetración, sino el contacto físico con la persona que amamos, es mucho más importante la compenetración de nuestros espíritus, que el del cuerpo. Deseamos sentirnos, protegidas; mimadas; queridas; deseadas, y por supuesto muy, ¡pero muy amadas!, Claro que sentimos deseo, pero necesitamos más el sentirnos amadas. Por ello debes demostrar cuanto amas a tu pareja antes de intentar una penetración, y en algunas ocasiones no es adecuado que la haya, simplemente manteniéndose unidos transmitiéndose su amor, llegaran a alturas insospechadas.
Dije mirándole fijamente a sus ojos traviesos que no dejaban de barrer mi cuerpo.
--Es muy importante que busques primero la satisfacción de tu pareja antes que la tuya, así al quedar ella satisfecha, será materia dúctil para adaptarse plenamente a tus deseos. Por otro lado las mujeres tardamos más en obtener un orgasmo que los hombres y lo peor que puedes hacer, es el tener el tuyo y dejar a tu pareja sin obtener el suyo, eso derivara en una frustración y por ende en una degradación de la relación muy grave.
Callé dejando esa ultima reflexión en su mente antes de ponerlo a prueba.
--Ahora quiero que con tu dedo índice, sigas explorando mi vulva delicadamente.
René comenzó a abrir más mis labios con temor, su mano temblaba, pero lo hacia despacio, delicadamente. Abría cada pliegue de piel y tocaba mi clítoris con torpeza. Cundo sentí que su dedo estaba bañado por mis jugos le dije:
--Ahora quiero que pruebes mis jugos, mete el dedo en tu boca y dime a qué sabe.
René dudó unos segundos, pero inmediatamente ahuyentó su temor y metió el dedo en su boca con decisión. Después de chuparlo un momento dijo:
---No percibo su sabor, quizás solo un poco salado, y como si tuviera algo de aceite.
--Sí, tiene aceites lubricantes como te lo explique hace unos momentos. No debes de dudar cuando estés con tu pareja, de entregarte completamente a ella, eso significa el probar todos sus jugos y todas las partes de su cuerpo, claro, si a ella le agrada, pero por lo general nos agrada muchísimo. La entrega es total, porque así lo exige el amor, sin reticencias ni dudas.¿Quedó claro?
--Muy claro. dijo seriamente.
--Bien, ahora quiero que con tu lengua explores mi vulva, acariciando mi clítoris despacio.
Pensé que dudaría de nuevo, pero en un acto decidido y sin titubeos, hundió su cara entre mis piernas y comenzó a lamer mi vulva como si de una paleta de dulce se tratara. Sus lamidas largas y profundas me excitaban cada vez más. Con mis dedos descubría mi clítoris para que lo lamiera con suavidad, cosa que hizo inmediatamente. Lo tomaba con sus labios pellizcándolo y lo cubría con saliva de su lengua caliente y ágil, poco a poco sus movimientos se volvieron certeros y aumentaban mi excitación, comencé a mover mis caderas con cadencia buscando darme más placer. De mi garganta salina ligeros gemidos que se fueron transformando en grandes jadeos, que trataba de amortiguar para que no salieran de la habitación y delatara lo que ahí sucedía.
En un momento sentí, como del fondo de mis entrañas surgía el orgasmo, paralizando mis piernas y poniendo rígido mi vientre, el clítoris me hormigueaba y la explosión de placer llego abotagando mis sentidos.
--Haaaa... sí... haaa hhaaagggg .hhaaaaaiiii.. gemía incontrolablemente mientras el orgasmo estallaba en mi cabeza, pero no duró mucho porque René asustado me preguntaba insistentemente: ¿Si me sentía bien? ¿Que era lo que me sucedía? ó ¿Por qué lloraba?, Caí en la cuenta de que nunca había presenciado un orgasmo femenino y que eran mis gemidos de placer lo que le tenía asustado, así que tomándolo por su cara con mis dos manos le dije:
--¡Ha, mi amor, me has hecho llegar al paraíso del placer, he obtenido un orgasmo maravilloso, me has hecho muy feliz!.
Su cara angustiada, se transformo en una de alivio y felicidad y lo estreche fuertemente entre mis brazos besando su cara desenfrenadamente. No caí en la cuenta que se encontraba sobre mí y que yo tenía las piernas abiertas, comencé a sentir su pene en mi vulva y me dio un repentino temor. Así que me gire despacio hasta quedar yo sobre él y bajando despacio por su vientre tomé su pene con mis labios y lo comencé a besar lujuriosamente. Unos segundos más tarde mi boca quedo llena de su esperma tibio y cremoso, esta vez lo tragaba con desesperación buscando extraer hasta la ultima gota de su deliciosa leche.
Cuando dejo de contraerse su pene, con mi mano derecha subí la piel que envolvía su entumecido pene extrayendo una gota grande y aperlada de esperma que recogí con mis labios y unte con un dedo sobre toda su superficie. Mis labios brillaban intensamente por el esperma untado y reptando sobre su cuerpo uní mis labios con los de él dándole su primer beso de amor. Nuestras lenguas jugaron a perseguirse por todos los rincones de nuestras bocas; encontrándose, saboreándose, uniéndose locamente. Mi corazón inflamado de amor se desbordaba en caricias y besos que recorrían su cuerpo en un frenesí de pasión imparable, hasta encontrar el sosiego de nuevo en sus labios abiertos que me invitaban a devorarlo.
Después de varios minutos, ¿Ó serían horas? Nuestros cuerpos cansados sucumbieron ante Morfeo, que nos cerro los párpados sin darnos cuenta y nos hundió en un profundo sueño, hasta que el cantar de un clarín me despertó al clarear el alba. No recordaba donde estaba, ni que había hecho, pero tras unos segundos de reflexión, sentí el abrazo de René y el corazón me dio un vuelco, lo desperté a besos y cuando él abrió los ojos le dije:
--Hola corazón, ¿Cómo amaneció mi dulce aprendiz?
Él sonrió y no dijo nada y tras besarlo de nuevo en los labios, dije:
---Amanece, es mejor que regreses a tu habitación para evitar sospechas.
De entre las sabanas, sale René desnudo, ¡Con una hermosa erección que me asombra!
Delicadamente lo atraigo hacia mí e inclinándome, beso su Glande con un beso sonoro y le digo:
--Hasta luego hermoso amiguito
René sonríe y tomándome por los hombros me besa en la boca con pasión, yo recibo su ardiente lengua que recorre la mía, pero haciendo acopio de fuerza, lo separo de mí.
--¡Vete ya! digo con urgencia.
Y él desparece tras la puerta.
Cuando bajo a la cocina después de una ducha revitalizarte, para preparar el desayuno, para mi sorpresa, encuentro a René preparando unos deliciosos hot cakes. Ciertamente su actitud me extraño, ya que no se ha caracterizado por ser muy colaborador con la familia, pero sabía a qué se debía el cambio y me sentía feliz. Todo el día dio muestras de su cambio de actitud; me acompaño a las compras en el autoservicio, me ayudo con la ropa de sus hermanos, lavó los platos después de comer, y cuando salí a llevar a las niñas a su clase de Ingles, me llamó dos veces por el teléfono móvil para saber como me encontraba. Me sentía como presidenta de una gran corporación donde todo giraba en torno a mí.
Por la tarde en la oficina, recibí dos llamadas de él.
--¿Ma? preguntó René.
--¿Si, amor?
--Te quiero mucho.
---Yo también hijo, y no sabes cuanto. dije llena de dicha.
FIN DE LA PRIMERA PARTE, DE CUATRO