Cuando tu hermano te da placer, tu padre también p
Mi vida cada día se hace mas incestuosa. Esta vez el encargado es mi padre, quien a pesar de ser un hombre correcto no puede contenerse ante las provocaciones de su perversa hija
Cuando tu hermano te da placer, tu padre también puede hacerlo
Hola, nuevamente estoy aquí para contarles una nueva experiencia de mi alocada vida, la cual cada día se hace mas incestuosa. Esta vez el encargado es mi padre, quien a pesar de ser un hombre correcto no puede contenerse ante las provocaciones de su perversa hija.
Mi hermano y yo teníamos sexo con mucha frecuencia, y es que la mayor parte del día nos quedábamos solos en casa y a pesar de que cada vez que lo hacíamos hablábamos de que sería la última vez, siempre terminábamos cediendo ante el deseo que sentimos hacia el otro. Es una necesidad la que me embarga de sentirlo dentro de mí, que no hay poder humano que me haga sacarme esa idea de la cabeza. A él le sucede exactamente lo mismo, y muchas veces me lo hace saber, y no es necesario que lo diga, la intensidad con la que me hace suya me hacen confirmar sus palabras.
Pero hoy les voy a contar algo, lo cual a muchos les parecerá enfermizo, y créanme que al principio a mi me parecía, pero hace mucho tiempo que perdí el mando sobre mi vagina, ella me controla y una vez que empieza a humedecerse no hay nada que pueda hacer solo darle lo que ella me pide. Y esa tarde a pesar de que luche contra mis hormonas no pude ganar esa batalla interior, mis hormonas terriblemente alborotadas me pedían a gritos ser taladrada por lo que decidí buscar a mi querido novio para que calmara esa ansiedad la cual ya me estaba torturando. Estaba sola en la casa así que pensé que podría decirle que viniera aquí y así poder saciarme a gusto, pero al contactar a mi querido carboncito me dijo que era imposible porque estaba trabajando. No saben lo frustrante que fue escuchar eso. A lo mejor por eso era que lo engañaba tanto, porque era incapaz de satisfacer mis necesidades.
Busque en mi agenda telefónica y el numero de Andrés encerrado en rojo parecía una gran opción. Pero el tampoco pudo complacerme, que horror, dos chicos me habían rechazado y eso me eso enojar demasiado, pero lo peor de todo fue cuando llame a mi gran amigo de la infancia con el cuan había compartidos gratas experiencias ya antes relatadas, y diciéndome que estaba ocupado y que no podía venir me hizo hacer una pataleta. Arroje un par de cosas al suelo muy al estilo de niña consentida y malcriada por que no podía tener lo que se le antojaba, y en ese caso lo que necesitaba era una verga en mi húmeda chucha, la cual ya estaba inundada, mis dedos ofrecían poco placer y cuando ya estaba resignada a una masturbada fue cuando se me empezó a cruzar esa malévola idea por mi cabeza.
Mi padre había entrado a la casa, había salido temprano del trabajo y nada más entrar se encerró en su cuarto. Dios es una mala idea, no Camila, eso sí que no, es tu papá, por dios santo.
Me fui a mi habitación a darme placer yo misma. Mis manos por todo mi cuerpo me hacían vibrar pero no eran suficientes para lo que necesitaba así que otra vez mi padre entro a mi cabeza. Ahí Camila deja de ser tan caliente, me decía, es tu propio padre, que pensara de ti, si dice que no y se molesta, esas preguntas rondaban en mi una y otra vez, pero contra las ganas de mi vagina húmeda no se puede luchar así que saque valor no sé de dónde, me puse una tanga y una blusita y haciéndome la desentendida empecé a desfilar por la sala, el no me había visto así que la excusa que pensé era que no lo había sentido llegar y por eso estaba así vestida.
Y así fue, el se sentó en el sofá y prendió la televisión. Y yo a los pocos segundos pase por la sala y nos encontramos de frente, el un poco apenado se disculpo.
- Disculpa, Camila, no te había visto
- Yo tampoco, no sabía que estabas aquí.
- Y que haces así vestida?
- Pues estaba en mi cuarto y salí a tomar algo de agua a la cocina, quieres un poco?
- Si gracias, pero anda ponte algo de ropa.
- Hay papá, no seas bobo, quien me va a ver?
- Pues yo.
- Ahí, que bobo, si eres mi papá.
Me acerque a vestida de la siguiente manera.
Mi papa se puso nervioso pero su miembro le traiciono y fue notable como creció por debajo del pantalón, yo haciéndome la distraída le di un vaso con agua y me senté a su lado.
- Papi, como te fue en el trabajo, porque llegaste tan temprano.
- Ah, pues hubo una junta y el jefe después de acabarla salió de viaje y nos dio el resto de la tarde.
- Ahh, papi, necesito que me des algo de dinero para las compras de la cena.
- Ahh, ok, ahora más tarde vas y compras lo que necesites.
El disimulaba bien pero metía su ojo hacia mi entrepierna, yo también metía mi ojo hacia su paquete, se quería salir del pantalón, ya mi tanga estaba muy mojada y creo que era evidente, me puse nerviosa y trate de levantarme y desistir pero cuando me estaba levantando su pregunta me dejo helada.
- Camila, te orinaste encima?
- Este, mmm, porque lo dices.
- Mira como tienes la tanga empapada
No sabía que decir, mi cara estaba como un tomate, pero fueron las hormonas las que hablaron por mí.
- No es orín papi.
- Y que es.
- Es que estoy excitada.
- Así? Y eso porque.
- Pues, no sé, de repente me puse así. Pero creo que tu también, o me equivoco.
Ya era demasiado evidente su pene parado y por más que tratara de disimularlo ya no lo pudo ocultar más. Además de eso su manera de mirarme hacia mucho que ya no era la de mi papá si no la de un hombre que tenia deseos de poseerme. Al igual que mis miradas hacia el eran las de una perra en celo que quería ser devorada urgentemente.
- Porque lo dices.
- Bromeas, acaso me lo vas a negar.
Mi mano se fue derecho hacia su paquete y agarré por sobre el pantalón su enorme rabo, mi mano acariciaba a la verga de mi papá y el muy sinvergüenza en vez de decirme que estaba mal lo que hacía comenzó a acariciarme mi sexo por sobre la tanguita.
- Hijita, si estas así de caliente como dices tu papá te puede apagar un poco.
- En serio?
- Si hijita, además tu también me has prendido muchísimo, si sientes como me pusiste.
Su mano me dirigía por su verga. Nuestras miradas se perdieron en el deseo y nos dejamos llevar por la lujuria.
- Papi, estoy muy caliente, me podrías coger.
- Claro que si hijita, ven aquí con papi.
Me levanto y me hizo arrodillar delante de el.
- Hijita primero hazle una mamada a tu papá.
- Si papi. Como quieras
Se saco su verga del pantalón, que rabo!!!, era un gran miembro bastante grueso y de gran longitud el cual de inmediato lo engullí. Luego mi lengua comenzó a recorrer cada centímetro de esa hermosa verga, mi papa me movía mi cabeza de un lado a otro y me la bajaba de manera que la verga me entraba hasta la garganta, dios, ese olor a hombre me estaba haciendo perder control, si es que en algún momento lo tuve, levantaba la mirada y lo miraba fijamente a los ojos mientras mi lengua recorría desde las bolas hasta la cabeza de su verga, el me sonreía y me decía que siguiera. Esa mirada era tenebrosamente morbosa, lo cual me hacia mojarme como loca, mis dedos jugaban con mi chucha mientras seguía mamándole la verga a mi padre.
Cuando ya realmente no aguantaba más le pedí que me la metiera.
- Papi métemela ya por favor.
- Si, hija, ven vamos al cuarto.
Entramos a mi habitación y allí nos desnudamos completamente, mi padre al ver mis senos expuestos ante el comenzó a chuparlos con vehemencia mientras yo agarraba su paquete y lo frotaba sobre mi zona pélvica. Después de unos segundos mi papa me acostó en la cama y me abrió las piernas, el se puso en medio de ellas, y me acomodo la verga en la entrada de mi húmeda chucha. La forma en que nos mirábamos era muy excitante, yo sentía que me corría aun cuando no me había penetrado siquiera.
Cuando finalmente la comenzó a meter me dijo.
- Hijita mía, siente como tu papa te come.
- Si, papi, que rico, sígueme cogiendo.
Primero fue una cogida como queriendo tantear el terreno, poco a poco la verga de mi padre se iba hundiendo mas dentro de mí, con cada centímetro que entraba sentía mas adrenalina, éxtasis, no sé que sentía, solo sé que era demasiado placer. Un placer que jamás había sentido, era una situación realmente morbosa, mi padre me acariciaba mis senos con u tacto excelente, parecía que conociera la manera en que me gustaba ser poseída, todo lo que me hacia me encantaba sobremanera.
Llego el momento de mi primera corrida. Me movía más agitadamente, y gemía más apresuradamente.
- Sigue papi que me corro. Sigue. Sigue. No pares.
El acelero su ritmo hasta que solté una gran descarga. Toda su zona pélvica, gran parte de su abdomen y sus piernas quedaron empapadas por mis jugos. Mis piernas temblaban, el gran orgasmo que tuve me hizo perder coordinación de movimientos, trataba de sentarme en la cama pero no podía, y literalmente sentía como mi chucha palpitaba, era algo jamás experimentado, mi padre me miraba extasiado por lo que estaba viendo. Cuando finalmente pude recuperar el aliento le mire y le sonreí pícaramente.
- Te gusto hija?
- Si papi, delicioso, pero quiero mas
- Claro que si hija, tu papá te dará verga hasta que quedes satisfecha.
Ahora él se acostó en la cama boca arriba y me pidió montarme encima de el. Yo obviamente le obedecí, (hay que hacer caso a los pedidos de los padres) me senté en su barriga y me incline un poco y le bese en los labios, el me miro extrañado pero no me dijo nada, yo le volví a besar pero esta vez mi lengua entro a su boca, nuestras lenguas se enredaron en un beso apasionado e inolvidable. Luego con mi mano derecha acomode su verga en mi chucha sin dejar de mirarle a los ojos. Cuando ya estaba en mi cueva comencé a sentarme dejándome taladrar, luego comencé a subir y bajar sobre ese rabo mientras mi padre me agarraba mis senos, yo estaba apoyada con mis manos en su pecho. Era una gran cogida, ver a mi padre mientras me coge es algo que no les puedo describir, tremendamente placentero, morboso, enfermizo, no sé que mas decir. Después de poco más de 4 minutos en esa posición me dijo que estaba a punto de correrse.
- No te preocupes, yo me estoy cuidando, córrete dentro.
- Ok, mi amor, te voy a llenar tu chuchita con mi leche.
Yo subía y bajaba mas frenéticamente hasta que sentí como mis entrañas eran bombardeadas por una gran cantidad de semen hirviendo, wow, demasiado caliente y una gran cantidad la que mi padre eyaculo dentro de mí, una y otra vez sentía que me llenaba, con cada subida sentía como me escurría por mis piernas, cuando ya estaba perdiendo la erección me levante y comencé a mamársela, chupaba la verga de mi padre hasta que se la deje totalmente seca.
- Papi, que rico, que rico me coges.
- Hija, eres una verdadera zorra.
- Si papi, quiero ser tu zorra y que me cojas cuando quieras
- Hijita cada que quieras aquí estará tu papá para complacerte.
Le di un beso nuevamente, me monte sobre él, sus manos sobre mi espalda y las mías sobre su rostro, fue un gran beso, hasta que sentí como su verga crecía entre mis piernas. Me puse en 4 piernas y le pedí que me siguiera cogiendo. El se puso detrás de mí y me dijo.
- Hijita, te voy a comer tu culo, prepárate.
- Si papi, métemela por mi culo. Mi culo es tuyo
Sus dedos los llenó de saliva y la untó en la entrada de mi culo, le daba unos lengüetazos y me lo llenaba de saliva, me hacia cosquillas pero me gustaba muchísimo, empezó a meterme uno a uno sus dedos, primero uno, luego dos y luego un tercero.
- Ya métemela, papi.
Puso su glande en mi agujerito y comenzó a taladrarlo, era bestial la sensación, me estaba desgarrando, pero ni por mi madre me atreví a hacerlo parar, tenía a mi padre detrás de mi metiéndome su verga por mi culo y no quería que se detuviera, el con sus grandes manos en mi cintura me atraía hacia su gran miembro y otra vez lo metía, sus huevas golpeándome me hicieron caer en cuenta que entraba completa, lo cual me sorprendió, primera vez que una verga entraba completa en mi culo, eso acelero mi orgasmo, le pedí que me diera más fuerte que estaba por correrme y así lo hizo.
Una nueva descarga y un gran gemido expulse, fue una gran corrida, la cama parecía que hubiera estado a la intemperie en medio de un aguacero, casi en su totalidad estaba mojada, pero mi papa no paraba de comerme el culo, dios mío que placer, jamás había disfrutado tanto una enrabada, sentía como se dilataba y se cerraba cada vez más rápido. Hasta que sentí como se llenaba de su leche. Se había corrido en mi culo y de gran manera, durante unos cuantos segundos después de la corrida seguía metiéndola y sacándola como si esa fuera su ultima cogida, y yo le agradecía, sin dudas mi papa sabía lo que hacía, pensé que esa era la razón por la cual mi madre estaba feliz con él, con esa manera de coger cualquiera se amaña, una sonrisa picara salió de mi.
Cuando finalmente perdió la erección la sacó de mi culo. Me acosté boca abajo y podía sentir de mi culo salir su leche caliente. Dios mío, muy a pesar de mi alocada vida jamás me había sentido tan llena como en esa oportunidad. Muy a pesar de todo mi culo estaba muy adolorido y a medida que pasaban los segundos me dolía mas, le levante y le pedí que me ayudara a lavar las fundas y a arreglar el desorden.
- Que paso hija, ya no quieres que papi te siga comiendo?
- Sí, pero tenemos que asear, y seguimos en el baño.
- Bueno como quieras cariño.
Andábamos por la casa desnudos, llegamos a la lavadora y pusimos a lavar las fundas.
Nos mirábamos y una sonrisa de complicidad nos embargaba, ya estaba a punto nuevamente así que le tome la verga y me la lleve a la boca, una gran chupaba mientras nos dirigíamos al baño. Pero el no quiso hacerlo allí, me llevo a su cuarto y me tiro en su cama, la cama que mil veces había sido testigo de sus cogidas con mi madre estaba a punto de presenciar como mi padre me comía completamente, sentía una necesidad de verga que de inmediato me acomode y le abrí las piernas.
- Papi, cómeme, devórame.
- Si hijita, como quieras, soy tu padre y te hare cualquier cosa que me pidas.
Era alucinante escuchar a mi padre decirme esas cosas, yo le rodee la cintura con mis piernas y comenzamos de nuevo, subía a las nubes y bajaba con cada penetrada, estaba perdida en el placer, ninguna droga lograría tal efecto,
- Sigue papi, métemela toda, méteme tu verga, si que rico, sigue, mas, mas, mas
- Te gusta mi verga hija?
- Si papi, me encanta sentir tu verga dentro de mí, no pares de meterla.
- Ok, hija, te seguiré dando verga hasta que me canse
- Si, por favor, no te canses todavía, aun quiero más verga tuya.
- No te preocupes, que aun me queda mucha energía para ti.
Nuestros cuerpos sudaban a radiar, mi chucha no paraba de botar líquidos, mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho y mi chucha parecía otro corazón, era algo loco, pero a pesar de que era algo anormal y muy mal visto a ninguno de los dos nos importaba. Yo solo quería que mi padre no parara de meterme su verga y el estaba plenamente excitado conmigo delante de el.
- Hija mía que rica estas, debí comerte hace mucho tiempo, estas demasiado sabrosa.
- Hay papi, tienes razón, debí dejarme comer por ti hace micho. Me encanta como me coges.
Luego me levanto y me puso de espalda hacia él, los dos de pie y yo en 4 y agarrada sobre el cabezote de la cama, me puso la verga en la chucha y me siguió cogiendo. Ahí sentía mucho mas placer, sus movimientos eran más frenéticos y mi chucha lo estaba disfrutando mucho mas, nuestros gemidos se mezclaban, la atmosfera en ese cuarto era indescriptible pero brutalmente placentera. Yo me estaba volviendo loca ante tanto éxtasis, sentía una nueva corrida, mi corazón comenzó a latir más rápido y mi zona pélvica comenzó a contraerse cada vez más intensamente.
- sigue papi me corro, sigue.
- Córrete zorrita, córrete rico para tu papá.
Esa frase cada vez que la recuerdo me moja, la corrida fue mucho más intensa que las anteriores esa tarde, tanto así que mi gemido fue muy fuerte, pero el no paraba de meterla, yo estaba en otro planeta, mi corazón latía como loco, sin control, mis piernas temblaban, mi chucha parecía un rio, no paraba de botar líquidos, era una sensación nunca antes vivida, y cuando finalmente no pude más me acosté en el suelo, estaba muy cansada, pero muy cansada.
- Estas satisfecha hija?
- Si papi, me llenaste de mucho placer. Córrete en mi boca. Ven.
Me arrodille como pude y comencé a chuparle la verga, mi papa me estaba follando por la boca, nunca me había gustado hacer una mamada con esa brutalidad pero ese día no me opuse a nada. Luego yo tome en control de la mamada, la agarraba por la base y me metía la cabeza y un poco más de su verga, ya estaba a punto de correrse así que comencé a hacerle la paja, cuando finalmente se corrió, me dejo la cara totalmente envuelta en semen, yo trataba de comerme todo lo que me echo, le chupaba su verga y me comía lo que seguía eyaculando hasta que perdió la erección.
Luego los dos nos acostamos en el suelo abrazados y ahí fue cuando comenzamos a hablar.
El me hizo saber que no se arrepentida de nada y que con gusto me volvería a complacer. Que era mi papa pero que también era hombre y yo mujer y si los dos lo deseábamos, podíamos dar rienda suelta a la lujuria. Yo le pedí que me siguiera cogiendo cuando él quisiera.
Finalmente nos bañamos juntos, el me lavó y yo lo lave a él. Fue un gran baño en el cual nos besábamos como si fuéramos un par de novios enamorados, cuando salimos el me vio cambiar y luego yo a él.
Luego salimos a la sala y nos sentamos juntos a ver la televisión. Cuando llego mi madre actuamos como si no se hubiera hecho nada. El resto de la noche paso normal. Después de eso aun no hemos repetido pero seguramente si pasara y cuando suceda seguramente aquí estaré relatándoles un poco mas de mi alocada vida. Espero que les guste. Cualquier cosa comenten, que les responderé gustosa..