Cuando tú duermes II
La sorpresa mas insólita para el día de Amanda.
Capitulo III:
Ella se sienta a escasos metros de mí. Todos los días la veo, ella ríe con sus amigos, juega y a la vez presta atención, sin embargo, parece preocupada. Yo solo la miro, a veces callada, otras sonriente, y algunas veces más fría.
Desde aquel primer día fortuito que nos encontramos; no volví a hablarle de nuevo; no me atreví.
Solo asentí cuando me dijeron si los quería acompañar a buscar nuestra clase por las distintas aulas que había en la universidad. Tardamos unos minutos, el hermano de Deamon hablaba y hablaba, pero yo estaba abstraída de la realidad mirándola caminar.
Al rato encontramos nuestro grupo; nos saludamos con un gesto y cada quien a su lugar...
Realmente es más reconfortante estar fuera del escenario que dentro de su vida; ¿Qué le diría? ¿De qué hablaríamos? ¿Me prestaría atención? ¿Le importaría? Seguro que no. Pero sabe mi nombre, y eso me alcanzaba.
-¿Qué haces?-Me pregunta repentinamente John, el chico que se sienta a mi lado. No iba a contarle que estaba pensando en Deamon, no, porque seguro él era uno más de su grupo de admiradores.
-Estoy aburrida, la clase no termina más-(mirando la hora)
John: ¿Te enteraste del evento del fin de semana?-Niego con la cabeza-La verdad no escuche nada teóricamente comprobable pero dicen que D( Deamon) hará una fiesta en su casa y va a invitar a alguien de la clase!!!-
-John si seguís gritando así nos van a retar cállate!!-los chicos nos miraban, algunos serios y otros sonriendo.-Culpa tuya ahora la profe nos ve feo-Le digo dándole un pequeño empujón a modo de reprimenda xD.
John: Seguro que te morís por saber a quién va invitar Deamon.-Le vuelvo a dar otro pequeño empujón y me dedico a escuchar la clase, por más que estaba aburrida me hacía ocupar mi cabeza y no pensar en quien invitaría D.
¿Por qué es tan linda? Gafas, pelo corto que marcaba su hermoso cuello, una silueta de perfección y siempre con sus buzos o camisas.
Todos los chicos sin excepción y más de una chica estaban muertos por ella, por su físico y por ser deportista, pero había algo más, algo que nadie más notaba. Su mirada no era solo intrigante, ella hablaba más con la mirada que con sus palabras. Siempre la encontraba mirando hacia la ventana, con su mano sosteniendo su rostro, triste...y ella sabía ocultarlo bien porque cada vez que alguien le hablaba dibujaba una sonrisa. Una sonrisa que escondía sus ojos tristes.
Capítulo IV
La clase había terminado. Ya eran las 13:00hs y como era viernes el fin de semana ya estaba comenzando. Al final lo que dijo John no parecía ser cierto. D y sus amigos guardaban sus cosas normalmente al igual que lo hacía yo, salvo el resto de chicos que estaban atentos y a la expectativa de los movimientos de Deamon. Ella parecía absorta a todo lo que sucedía a su alrededor.
La veo por última vez y agarro mis cosas, me doy vuelta y empiezo a salir de la clase. Era inútil quedarme a ver esto. Estaba justo por salir de la sala, pero siento que alguien me toma del brazo.
Mi piel se heriza, mi pulso aumenta.
-¡espera Amanda!-
rayos-.- era john, pensé que era D.-La licenciada aún no termina la clase, quiere anunciar una noticia. De mala gana me dejo llevar por john adentro del aula para escuchar a la Licenciada.
-Ahora que están todos...-Dice la licenciada viéndome- Quiero y debo informarles algo y espero que su actitud resolutiva no cambie la relación que tenemos frente a esta aula, todos nosotros.
A pedido del director y como acción personal, debo informarles que en esta clase se encuentran mis hijos-
-Queeee???- Gritamos todos de asombro.
-Alexa y Marcus Deamon son mis hijos y quiero dejar en claro que eso no conlleva ningún beneficio. Deberán estudiar por su cuenta y esforzarse como cada uno en esta sala-
Mi asombro era sin dudas magnifico, mi mirada se detuvo en el par de hermanos. Marcus se reía sigilosamente, parecía no afectarle en lo más mínimo lo que decía la licenciada, digo, su madre. Pero Alexa, se encontraba con la mirada hacia el suelo, sin decir palabras.
La Lic. Volvió a hablar una vez que todos dejaron de murmurar.
-Repito, espero que su actitud resolutiva y su juicio crítico sean los adecuados para integrar a estos alumnos como unos más de la clase. Sin más que decir, disculpen la demora ocasionada. Pueden retirarse-
Por supuesto que no iba a ser motivo de problemas en clase la reciente noticia, menos por el grupo de admiradores de Alexa, pero algo, por más mínimo que sea, había cambiado.
Alexa era la hija de nuestra Licenciada y por si fuera poco, habría una fiesta en su casa.
“Amanda…fíjate tu correo. Nos mandaron invitación! Esta noche hay fiesta en la casa de los Deamon. Paso por vos a las 20:00hs.” John