Cuando te recuerdo (primer relato)

Me acuerdo de ti y acabo tocándome.

En verano no sólo hace calor en general, sino que también calienta a una servidora, y más todavía si echo de menos aquellos encuentros que teníamos. Empiezo a recordar cómo nos besábamos, cómo tú lengua iba bajando recorriendo mi cuerpo mientras tus manos masajeaban mis pechos centrándose en mi pezones, apretándolos lo que me volvía loca, una mezcla de placer y dolor que me encanta.

Me empiezo a poner cachonda. Mi mano sube por debajo de mi camiseta y me encuentro con mis pezones duros preparados para lo que viene. Los aprieto, estiro haciendo que duelan, pero qué placer. Una de mis manos sigue en mis pechos, la otra comienza a descender y, a medida que me acerco a mi vagina, me humedezco cada vez más. Hoy estoy depilada, suave como te gustaba recorrerlo con tu lengua haciendo maravillas. Empiezo a jadear y a mojarme más.

Me meto un dedo, luego dos. Los saco y los meto a buen ritmo mientras sigo jugando con mi pezones ya enrojecidos como más me gustan, intento chupármelos también. Sigo con mis dedos, sacando y metiendo, haciendo círculos y meto un tercero más, hoy estoy desesperada, mi respiración aumenta al igual que mi deseo por tu polla. Sentirla dentro me hacia enloquecer. Aumentó el ritmo, necesito más. Mi otra mano se une y llega a mi clítoris haciendo círculos con los dedos, dando golpes. Aumentó el ritmo. Mis jadeos pasan a gemidos. Sigo. Más rápido. Por mi mano resbalan mis fluidos. Más rápido hasta que no puedo más y empiezo a temblar y a gemir como loca. Mi cuerpo se relaja y lamo mis dedos como si fueran tu polla de esa manera que tanto te gustaba.