Cuando te conocí

CUANDO TE CONOCÍ.

Cruzamos nuestras miradas y se encendió algo dentro de mí, conversamos y me respondiste todo lo que te pregunte, me ayudaste a realizar todo mi trabajo universitario, nos despedimos, yo te di las gracias y me diste una tarjeta para que me comunicara contigo si necesitaba algo más.

A la semana te volví a llamar y era como si esperaras mi llamada, solucionaste mis dudas y te invite a tomar un trago por haber sido tan amable conmigo.

Esa misma noche fue la cita, salimos conversamos y me fuiste a dejar a mi casa, te invite a entrar y me besaste efusivamente, nunca nadie la había hecho y tu te transformaste en esa persona que probo mis labios por primera vez, conversamos de lo sucedido y seguimos besándonos disfrutando el uno del otro, conociendo nuestros cuerpos, pero sin desvestirnos. Me dijiste que nos fuéramos con calma, que te gustaba mucho y querías que esto durará y fuera algo especial, yo ardía por dentro pero te dije que nos siguiéramos viendo y conociéndonos y mas adelante veíamos que sucedida.

Te fuiste me diste un gran beso y corrí a la pieza me desnude pensando en ti, me masturbe toda la noche pensando en ti, que te quería, quería conocerte, saber que había debajo de esa ropa, recorrerte a besos, en fin me vine como nunca y soñé contigo.

Seguimos viéndonos sin intimar mas allá, que besos y caricias que eran tantas que llegábamos a eyacular sin tocas nuestros miembros.

Pero llego lo que tanto esperaba, esa noche me invitaste a cenar, caminamos por la costanera y luego me invitaste a tu departamento ahí comenzaron los besos, las caricias, comenzamos a descubrirnos me sacaste la camisa y yo la tuya, desabrochaste mi cinturón y yo el tuyo, estaba que me corría del placer, pero tu sabias lo que hacías, seguías desvistiéndome, yo a su vez hacia lo mismo contigo, hasta que por fin te pude ver desnudo y tu a mi, conocer y ver lo que tanto deseaba, era como lo imaginaba, seguimos besándonos, tu bajaste hasta mi pene, me diste una mamada inimaginable, yo también me acomode y formamos un 69 espectacular, lamíamos, tocábamos, mordíamos, todo lo que queríamos lo hacíamos, te volviste y me besaste apasionadamente, me dijiste que no querías penetrarme y, ni que yo te penetrara sino que nos masajeáramos, nos besáramos y eyacularamos uno arriba del otro, y así fue, fue el orgasmo más puro y excitante de mi vida y por lo visto también de la tuya, seguimos, jugando y eyaculamos como tres veces esa noche, así nos quedamos dormidos juntos y abrazados.

La mañana siguiente me despertaste con un maravilloso beso y me llevaste al baño para que nos ducháramos juntos, ahí nuevamente me hiciste eyacular de una mamada maravillosa y yo también hice lo mío, aunque no igual que tú, bueno el tiempo me dará una mayor experiencia, nos vestimos y nos fuimos cada uno a su trabajo.

En el transcurso del día me llamaste como 10 veces para agradecer la noche que habíamos pasado juntos y que no hallabas la hora que se volviera a repetir, yo también no hallaba la hora de volverte a ver.

Espero que les haya gustado y les haya excitado tanto como a mí, más adelante seguirán los detalles de esta noche. robert_mon_459hotmail.com