Cuando se pone el sol 6
Luego sentí su mano buscar la mía, por debajo de la mesa. La miré, y le sonreí. Su sonrisa era lo mas tierno y hermoso que en la faz de la tierra.
Bueno nuevamente pido perdon por la demora. Esta vez, este capitulo tiene algo especial. Aunque no les voy a adelantar nada, solo leanlo. Algo mas antes de empezar, mientras escribía una parte de este capitulo me quedé dormida, y soñé con tu sonrisa mi angel. Te Amo, y ni siquiera 1200km van a cambiar lo que siento por vos.
En el capitulo anterior:
Lucas: se que no estas bien, y también se que no tiene caso que te pregunte porque. Pero no me importa papá me pidió que hiciera algo para que estes mejor y ya se que hacer. No puedes decir que no. Dale ponete linda, que vamos a salir a comer. Es una sorpresa.
---Nuevo
Dio como 100 vueltas con el auto, siempre para distraerme, y que yo no supiera donde íbamos. Lo peor es que lo logro.
Hasta que llegamos a esa casa de color color aguamarina con enrejado negro. Ya sabia donde estábamos, la razón la desconocía.
Yo: porque estamos acá?
El no dijo nada, abrió la puerta trasera, y sacó un peluche con un moño, y una tarjeta gigante que decía Feliz Cumpleaños!
Como se me podía haber olvidado, que mala amiga, que mala persona. Aunque no estuviéramos en nuestra mejor situación, que olvidara su cumpleaños hablaba muy mal de mi.
El: su madre nos invito. Ema no sabe que estamos aca.
Me lo imaginaba, estaba segura de que ella no me quería ahí.
Y si era él, si era Lucas de quien estaba enamorada? No podía creerlo, enamorada de él.
Antes de que pudiésemos llamar a la puerta, su madre salió. A abrirnos.
Teresa: hola chicos como están?
Ambos: bien gracias.
Teresa: pasen, pasen. Tomen asiento. Ella esta arriba, ya viene.
No me agradaba para nada lo que estaba sucediendo. Esa carta me había humillado por completo. No sabia como remediar las cosas.
Teresa: Ema baja un segundo, tengo una sorpresa.
Luego de unos segundos se escucharon los golpes, que indicaba que ella descendía por las escaleras.
Estaba hermosa, aunque yo sabia que ella no había dormido bien, su aspecto no lo demostraba.
Al vernos su cara se transformo completamente.
Ema: Hola dijo…
Su voz era apagada. Con un tono completamente cortante.
Lucas: tomá Feliz Cumple!
Yo: Feliz Cumple! Ema…
Aunque por mas que intentara no demostrar lo que me pasaba en mi tono de voz, era imposible.
Ella: Gracias.
Hubo un momento incomodo, su madre también lo noto, por lo que rápidamente dijo:
Teresa: vengan, la comida ya esta. Acérquense por acá.
Los 3 nos levantamos del sillón, y nos dirigimos al comedor.
Era una mesa cuadrada, me senté a la derecha de Lucas, y a la izquierda de Ema. Había preparado un pollo, con distintas verduras. Parecia bueno pero no tenía deseos de comer. Ninguno hablaba. Solo se escuchaba el ruido de los cubiertos contra el plato.
Teresa: me pasas el vino por favor.
Lucas estiro el brazo, y levanto la botella de vino. En ese momento no se que le paso, pero la botella se le resbaló de las manos, y cayó en frente mío, empapando mi remera. Aunque me di cuenta rápidamente y, de un salto me levante de la silla, mi remera estaba de un color violeta, debido al vino.
Lucas: perdón, de verdad no me di cuenta.
Teresa: esta bien no paso nada. Ema queres acompañar a Dani, y prestarle una de tus remeras. Seguro le anda, son iguales ustedes 2.
No sabía que hacer, ella había clavado sus ojos en su madre.
Yo: esta bien, dejémoslo asi. No hay problema.
Teresa: no, la mancha de vino, va a costar trabajo que salga mejor te la sacas, ya! antes de que se seque.
Ema se había levantado de la silla.
Ema: seguime.
La acompañé, no dijo una sola palabra. Entramos a su habitación, su puerta era blanca. Su habitación a diferencia de la mía estaba completamente ordenada. Las paredes tenían un color violeta claro. Y al entrar me invadió un perfume a limón. Ella entro al vestidor que tenía. Yo quede sola, inspeccionando el cuarto. Había un ventanal grande. No había nada fuera de su lugar, excepto… arriba de su mesita de luz. Me acerqué. Y la tomé. Estaba abierta, y el papel, estaba algo arrugado, era obvio que lo había leído más de una vez.
Yo: no la tiraste…
Ella volvió, y me la quitó de las manos.
Ella: porque la iba a tirar?
Yo: Porque esa carta me humilló. Y la verdad me siento muy mal, me arrepiento completamente de todo esto que esta pasando. (no podía mirarla a los ojos, siempre daba vueltas en la habitación, o bajaba la mirada, esquivando la suya, que me buscaba siempre) Decime que la vas a tirar, que las va a romper por favor.
Ella: yo quiero que seamos amigas.
Yo: yo también quiero que seamos amigas.
Ella: Pero…y tu carta?
Yo: olvidate de esa estúpida carta. Te Amo, y verte Feliz me hace feliz a mi. Asique no quiero nada que tu no quieras.
Cada vez había mas tención, en la habitación, era muy evidente.
Ella: es que todo esto paso tan rápido. Y tenía tantas cosas en la cabeza, que no sabía que hacer. Y… la verdad que sos la persona mas importante para mí, y no poder hablarte complica mi existencia.
Sus palabras, cambiaron mi mundo completamente. Tenía mis ojos llenos de lágrimas. Y estaba frente a ella, pero no había visto su rostro, aun. Levanté la mirada, tenía sus ojos clavados en mí. Y una lagrima recorría su cara. Levantó su mano, e hizo su cabello para atrás, dejando al descubierto su rostro completamente.
Yo: de verdad soy importante para vos?
Ella: Claro… (dijo con la voz entre cortada, su respiración se había acentuado, como diciendo acaso no lo sabías?)
Yo: Es que sos tan importante para mí.
Ella: entonces, podemos volver a ser amigas?
Yo: olvidemos todo esto que paso.
Y la situación estalló en un abrazo, un abrazo de reconciliación inolvidable. Había olvidado por completo que se sentía estar tan cerca de ella, su piel era tan cálida. Tenía mucho cuidado con su piel, era evidente que usaba todo tipo de cremas y cosas así. No quería pensar nada más, me sentía tan bien, después de tanto tiempo llorando. En ese momento un rayo de luz atravesó el vidrio de la ventana. Era el atardecer.
Yo: entonces tira la carta, por favor.
Ella: no puedo
La solté, y la miré a los ojos. Esta vez su mirada era firme.
Ella: voy a guardarla para siempre.
Su mirada, su perfume, todo era irresistible para mí. Su ser me llamaba. Era como una droga. Mojé mis labios, y luego me mordí mi labio inferior intentando contenerme.
En ese momento toda tensión desapareció. El tiempo se había parado a nuestro alrededor. No podía creer lo que estaba sucediendo. Estaba besando, al amor de mi vida. Estaba besando a mi mejor amiga. Se sentía tan bien. Parecía que volaba. Parecía un sueño, pero a la vez se sentía tan real. Deje mis pensamientos a un lado, y me deje llevar, por sus labios.
Abrí mis ojos. Ella respiró hondo, y me miró.
Ella: yo…
Sabía que me quería decir. Y asentí con la cabeza. Y sonreí, ella también.
Puso su mano, detrás de mi cuello, miestras me atraía hacia ella. Y me besó nuevamente. Yo puse mi mano derecha, acariciando su pelo. Tantas sensaciones a la vez.
Teresa: chicas ya están?
Su madre golpeo, la puerta. Suerte que la había golpeado, porque sino no nos hubiese dado tiempo a separarnos.
Ella repasó sus labios.
Ema: ya bajamos mama. No entres, Dani se está cambiando.
Teresa: bien pero no tarde, el postre ya está servido.
Ema: bien, gracias.
A continuación Ema me miró con una mirada picara.
Yo: casi nos descubren. Creo que sería mejor si me cambio, no vaya a ser que tu madre suba nuevamente.
Ella: a ver dejame buscar, una que se que te va a gustar. (luego de buscar por unos segundos en su vestidor) Aca esta tomá, probatela.
Me saqué la que tenía puesta. Y luego intenté ponerme la otra. Pero para prenderme los botone del frente, tenía que prender primero uno de atrás.
Yo: Ema, me ayudas?
Ella no contestó, estaba observándome. Estaba como en un trance.
Yo: Ema!? Estas ahí?
Ema: Que?! Perdón lo siento… es que me había… no importa. Que necesitas?
Yo: Me ayudas? (le dije señalándome la espalda)
Ema: sisi…
Se puso detrás de mí, y con mi mano recogí mi cabello para que pudiera ver.
Ema: ya está.
Luego en vez de salir de detrás de mí, ella comenzó a besar mi cuello. Aunque me encantaba que lo hiciera, sabía que no era el momento. Su madre podía entrar en cualquier momento.
Yo: Ema, (hablaba entre cortado) Para por favor.
Di la vuelta, la bese.
Yo: ahora bajemos si?
Me prendí la camisa. Y bajamos. Nuestras caras esta vez eran muy diferentes a cuando habíamos subido.
Ambos lo notaron. Nos sentamos nuevamente en la mesa. Nos pusimos a conversar, mientras disfrutábamos de la copa helada que había preparado su madre.
Luego sentí su mano buscar la mía, por debajo de la mesa. La miré, y le sonreí. Su sonrisa era lo mas tierno y hermoso que en la faz de la tierra.
Pero aun tenía cientos de dudas en mí, aunque ya mucho no importaban. Despues de eso beso, nada importaba. No importaba si moría mañana, total yo ya había probado sus labios.
La conversación siguió. Esta vez era mucho mas alegre que al principio. Aunque lo único que yo escuchaba solo bla bla bla. Aun seguía en una nube recordando aquel hermoso momento una, y otra y otra vez.Hasta que Lucas interrumpió mi sueño.
Lucas: Vamos Dani… ya es tarde.
Yo: mm bueno, vamos.
No estaba segura de que hora era, pero habían pasado como 3 o 4 horas desde que habíamos llegado.
Estabamos en la puerta, y la madre de Ema avanzó. Al parecer Lucas estaba intentando caerle bien, y lo estaba logrando, ya que lo había seguido dejándonos a Ema y a mi detrás.
Estábamos ambas paradas en el medio del jardín, ninguna de las 2 quería decir adiós. Aunque solo sería por una noche. No queríamos separarnos la una de la otra. Yo sabía que ella no diría adiós.
Yo: creo que es momento de decir adiós…
Ella tomo mi mano, y acercándose a mi de modo que las escondía.
Ella: solo hasta luego.
Ambas teníamos caras de tontas enamoradas. Y yo que pensaba que la cara que ponían en las peliculas era demasiado tonta y finjida, me daba cuenta de que tenía la misma cara.
Yo: nos vemos…
Con la mano que tenía libre tomé suavemente su rostro, y besé su mejilla. No me iba a arriesgar, teniendo a 4 mts a su mama y a mi hermano.
En ese momento el agua comenzó a mojarnos, estaba lloviendo. Y en eso su madre gritando:
Teresa: EL SISTEMA DE RIEGO!! He olvidado apagarlo…
Gritaba mientras se dirigía hacia nosotros. No llovía, solo era el sistema de riego del jardín.
De un salto nos separamos, al ver que venía hacia nosotros.
Lucas: Dani, vamos!!
Ema: Adios, princesa.
Desde que habíamos subido al auto, hasta cuando ya habíamos llegado a casa. Lucas me había preguntado ciento de veces, que me sucedía. Porque tenía esa cara de bolud*. Tambien alardeaba de que lo había conseguido, de que había conseguido cambiarme el humor. En un momento también comentó, de que estaba intentando caerle bien a su futura suegra. Yo pensé, dirás MI suegra. Con una sonrisa “malvada” como si estuviera conspirando.
Yo: gracias.
Lucas: me debes una.
Aun no podía comprender lo que sucedía. Era como que se repetía una y otra vez en mi cabeza, mientras yo estaba tirada sobre mi cama. Mi cara lo mostraba todo, era la persona mas feliz, en todo el planeta tierra. Y Ema, por la cual yo daría hasta mi vida, era la responsable de esa inmensa felicidad que sentía dentro de mí.
Esa noche, volvi a tener el mismo sueño de cine. No me sorprendía. Esta vez ella me besaba y…
Ema: me acompañas al baño. Por favor.
Yo: si seguro, vamos.
Levantándonos de las butacas nos dirigíamos al baño. Ella tomaba mi mano, y todos a nuestro alrededor nos observaban.
Entramos al baño, intente soltarme de su mano. Pero no me dejo.
Yo: entra te espero.
Ella no dijo nada, y de un tirón me metió en la cabina con ella. Yo no entendía nada.
Me empujo contra la pared de la cabina, y comenzó a besarme.
Luego, bajó sus labios hasta mi cuello, y comenzó a besarme dulcemente. Luego sentí como su mano, levantaba mi camisa, acariciando mi cintura. Mi respiración era cada vez mas rápida. Me encantaban sus besos.
Cerré mis ojos, tomé una bocanada de aire. Y dejé de sentir sus labios. Porque se había detenido?, que le había pasado? Abrí los ojos, para mi decepción ya no estaba en la cabina del baño del cine, me encontraba en mi habitación, ahora sentada en mi cama. Estaba exaltada, pasada de vueltas, retumbaban en mi habitación mis latidos, que cada vez que recordaba el sueño, se acentuaba. Y mi temperatura era evidente como había aumentado.
Sábado 16 de diciembre
Querido Diario:
No puedo, creerlo este es el mejor regalo que me han dado en toda la vida. Cuando pensé que el día no podía ser peor, Lucas apareció junto con su hermana. La cena fue tan incomoda, hasta el momento en el que él derramó vino sobre Dani. Tuve que acompañarla para que se cambiara, y fue perfecto.
Aclaramos todo, y cuando me abrazó confirme mis sospechas, estaba enamorada de ella. El sol pegaba en nuestras caras. Y la besé. Aun no puedo creerlo. Estoy exaltada. Estoy muy emocionada. No quería que se fuera, quiero seguir estando con ella. Ese beso fue increíble. Y cada vez que ella muerde sus labios, es como que me domina. Puede conmigo. En el momento que ella comenzó a cambiarse, no podía dejar de mirarla, es hermosa. Es el primer cuerpo femenino, que veo de ese modo. Pero igual, era claro que ella le dedica bastante tiempo a los deportes. Si ella pasaba un minuto mas sin una camisa, no habría podido resistirme. Y cuando se dio cuenta de que yo estaba mirándola de ese modo, me avergoncé.
Me había ido a dormir, pero desperté y después de lo que soñé, no puedo volver a conciliar el sueño. Estábamos en una sala de cine, nos besábamos, de repente noté como mi pulso comenzó a acelerarse, y también noté como mi temperatura aumentaba. No podía contenerme. Luego, la invité a que me acompañara al baño. Invitación a la cual ella aceptó. Ya en el baño, la forcé a que entrara conmigo. Y comencé a besarla, luego al bajar por su cuello, noté como su temperatura también había aumentado. Parecía que su corazón se iba a salir de su pecho. Comencé a acariciarla. Mi respiración iba a cada vez mas rápido.
Y luego desperté. No podía creer lo que había soñado. Es la primera vez que yo sueño, algo asi. Y la verdad no quería que ese sueño terminara.
Ahora me voy a bañar, y luego ire al hospital. Como desearía que ella me acompañara. Que ella me viera ahí tocando el piano para mi padre. Pero ella no sabe nada sobre mi padre.
Me levanté y me duché. Ya eran cerca de las 8 de la mañana. Me vestí, y me dirigí a su casa. Quería sorprenderla. La iba a llevar a desayunar. En el camino, vi algo que me gustó. Me paré, y se lo compré. Era un osito de peluche. Lo metí, en mi mochila, junto con los 2 frappe, que había comprado.
Luego de golpear:
Teresa: Hola Dani, como estas? No esperaba verte tan temprano por acá.
Yo: Hola, bien gracias. Si es que venía, por Ema. Me la puedo llevar unos minutos?
Teresa: mm, ella no está aquí. Se fue al hospital hace como una hora.
Yo: bueno, de todas formas gracias.
Luego me fui, mi plan no había salido como quería. Yo sabía donde estaba, pero no sabía si ir o no. Quizás si iba solo la molestaría. Bueno tenía que arriesgarme, de algún modo. No lo seguí pensando y fui directo al hospital.
Ya en el hospital. En la entrada estaba uno de los chicos que trabaja con mi padre en los restaurantes. Al parecer no era el único lugar en el que trabajaba.
Joaquin: Hola dani, como estas? Que haces por aca?
Yo: bien, gracias. Vengo a ver a una amiga.
Joaquín: ella esta internada aquí?
Yo: no, solo está de visita.
De repente algo se comenzó a escuchar en el hospital, y todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo para escucharlo. Era una melodía. Claramente un piano.
Yo: es ella. La del piano es ella.
Joaquí: ah es Ema, si no hay problema pasá.
Yo: la conoces?
Joaquin: claro, todos los domingos nos deleita con el piano. Aca ya todos la conocen.
Él, no me había dicho el número de la habitación pero me guíe por el sonido.
Estaba cada vez más cerca. Estaba en un pasillo largo, creo que el más largo de todo el hospital. Y había una habitación, en la puerta había mucha gente reunida, todos atentos mirando el interior de la habitación.
De allí venía el sonido. Logré meterme entre la multitud, y llegué a puerta. Ella estaba ahí, el piano estaba al lado de una ventana por la cual entraba el sol. El sol daba directo a una camilla, una camilla en la cual había un hombre recostado, el padre de Ema. Estaba en muy malas condiciones, su aspecto demostraba que hacía mucho tiempo que estaba en esas condiciones. Ahora entendía porque ella no había querido contarnos, y la razón no era que estaba avergonzada de él.
Ema toco su nota final, se levantó de la silla, y se giró. Su mirada recorría la sala, buscando seguro la mirada de su padre. Para decirle que lo había hecho excelente. Una sonrisa había en su rostro, que se desdibujó en el momento en el que esa imagen la arrastró a la triste realidad, de que se padre no estaba ahí para decirle que lo había hecho perfecto.
Luego giró su cabeza, para ver a la gran cantidad de personas que se habían amontonado en la puerta para escucharla tocar. En ese momento su mirada se cruzó con la mía. Nos conectamos, y su sonrisa reapareció.
En ese momento, alguien la distrajo y se puso a conversar con ella. Al parecer era una enfermera. Me acerqué a esperar que terminaran de hablar.
Enfermera: Vos sos Dani, verdad?
Me giré para ver si era a mí, a quien hablaba. Y con una seña le pregunté si se refería a mí.
Enfermera: si vos, sos la famosa Dani. Amiga de Ema.
Yo: si, soy Dani.
Enferma: bueno un gusto conocerte, yo soy la enfermera de Victor.
Supuse que era el padre de Ema.
Yo: puedo?
Enfermera: (dirigiéndose a Ema) Deberías salir, y tomar algo. Yo me quedo. Tengo que hacer unas cosas.
Ema: no es necesario. Me puedo quedar.
Enfermera: no, insisto. Salí, con Dani.
Ema: … mmm (dudando) bueno.
Salimos del hospital, y nos sentamos en una banca.
Yo: Como estas?
Ella: Bien gracias. Vos?
Yo: bien, supongo.
Ella: no esperaba verte aquí.
Yo: es que, fui por tu casa y tu madre me dijo que estarías aquí. Pero si quieres, te dejo.
Ella: no, no me malinterpretes. Quiero, y pensaba que sería genial que estés aquí. De verdad, no quiero que te vayas.
Se acercó y puso su cabeza sobre mi hombro. Yo la abrasé.
Yo: tienes hambre?
Le dije mientras sacaba los frappes de mi mochila.
Yo: Toma…
Ella: no era necesario… Gracias.
Yo: no habías mencionado nada sobre él.
Ella: es que…
Yo: no importa, no te preocupes. Entiendo.
Pasaron unos minutos en silencio. Algo incómodos.
Yo: tambien se que le contaste a él, de que estabas enamorada.
Ella no entendía, me miró preguntándome con su gesto, ¿Cómo lo sabes?
Yo: de verdad no entiendo, después de lo que paso ayer, no entiendo. Pero en fin, hace un par de días, cuando fui por tu casa luego del colegio, tu madre me preguntó que si estabas de novia. Y me contó que te había escuchado diciéndole, a tu padre si era posible; que una persona esté enamorada de otra. Y que esta otra no sienta lo mismo.
Ella: La verdad a estas alturas ya no me sorprende la actitud de mi madre. Si es cierto, le pregunté a mi padre eso. Es que cuando hablo con él es como que hablara con mi conciencia. Y me hace bien hacerlo. Bueno la cosa es que cuando supe lo que sentías. Me sentí confundida. Y pensé que yo no sentía lo mismo por vos, pero luego me di cuenta.
Yo: Pero, no fue eso el domingo? Yo no te había dado la carta para entonces. Como es que sabias que yo estoy enamorada de vos?
Ella: estaba con Mía, la prima de Chess. Esto sucedió antes de que me dieras la carta. Yo estaba mal, pensando en como podía hacer para saber que era lo que te sucedía. Ella preguntó, si de verdad quería saberlo. Contesté que si. Ahí me dijo, que tu forma de mirarme. Tu sonrisa, cada vez que hablaban sobre mí, o estabas conmigo. Dijo que, estabas enamorada de mí.
Yo: pero como es capaz si quiera de contarte eso. Ni siquiera tenía la seguridad de que fuera cierto. No puedo creerlo, me había caído bien. Me parece que ya mismo, voy a ir a preguntarle porque lo hizo.
Ella: para! (dijo mientras me frenaba, tomándome por el brazo) Tenes que darle las gracias.
Mi cara de lo decía todo.
Ella: Si ella fue quien me lo dijo. Pero cuando yo estaba mal, fue ella quien me ayudó a darme cuenta de lo que sentía por vos. Ella me provocaba diciéndome, que quien me creía, para no enamorarme de una chica. Que problema había. Que había de malo, en que yo estuviera enamorada de vos. Y asi fue ella con esas palabras fue quien me dio un empujón para caer en la realidad.
Ahora comenzaba a entender todo. Comenzaba a recordar todo… hablando de recordar.
Yo: ah lo había olvidado (mientras sacaba mi regalo de la mochila) Tengo algo para vos…
Amé su cara en el momento en el que vio el peluche, repito ese momento cientos y cientos de veces.
Ella lo tomó, y luego sin pensarlo 2 veces me abrazó. El calor que irradiaban sus brazos, era acogedor. Daban ganas de quedarme abrazada a ella, el resto del día. Y lo habría hecho de no ser que esa persona nos interrumpió…
Bueno acepto criticas y comentarios de todo tipo. Esepro que les haya gustado...