Cuando mi novia me rompió el culo
Como una de las pocas relaciones monógamas que he tenido acabó dandome mucho placer sexual con un arnés y mucha dominación
Aquí estoy de nuevo para contaros otra historia en la que me usan y me fuerzan, otra historia real que personalmente disfruté mucho a pesar de que sentí bastante dolor. Pasó cuando yo tenía 20 años y llevaba unos meses saliendo con una chica, fuimos a vivir juntas a Barcelona durante la temporada de verano para trabajar o al menos para intentarlo. Ella era un poco mas bajita que yo, tenia una melena larga morena, y un cuerpo gordito que le hacía tener un culo y un pecho que me volvían loca, una cara de buena que se esfumaba cuando estabamos en la cama y unos niveles de vicio muy semejantes a los míos...
La verdad es que nuestro sexo estaba muy bien, realmente yo lo disfrutaba y ella obviamente también, aunque yo estaba un poco incómoda con el hecho de ser yo siempre la que penetrara y dominara (a petición suya) y aunque penetrarla me encantaba yo necesitaba ser penetrada también, varias veces pensé en ponerle los cuernos pero me había tomado en serio lo de la monogamia, cosa bastante rara en mí ya que no suelo tener relaciones cerradas, y simplemente se lo conté, ella se quedó ligeramente en shock pensando que simplemente yo iba a dejarla para tener sexo con hombres o con otra mujer trans, pero no era mi intención, yo quería que ella me penetrara pero la cosa se enfrió y lo dejé pasar porque tampoco era mi intención dañarla.
Seguíamos pasando unas sesiones de sexo geniales, se corría en mi boca, yo lo hacía en la suya, nos azotábamos, me escupía, le escupía, nos asfixiábamos, en fín, era divertido a pesar de que a mi me faltase algo, además la convivencia era genial y nos cuidabamos mucho, cuando no trabajábamos nos pasabamos el día dandonos cariño o saliendo a pasear por la ciudad. En una de esas estabamos tiradas en el sofá cuando sonó el timbre y ella fue corriendo mientras sonreía pícaramente a abrir la puerta. Me puse algo nerviosa pero excitada pensando en qué estaría ocurriendo para que sonriera de esa forma y no me lo hubiese contado, apagué el cigarro que estaba fumando y me recliné en el sofá cuando ella llegó con un paquete bastante grande.
-Mira, ha llegado esto para tí- Me dijo mientras se reia de forma descarada. La miré intrigada y comencé a abrir la caja quedandome ojiplática al ver su contenido, un bote de lubricante con una etiqueta que rezaba "ANAL", un kit para hacer lavativas, y lo que me terminó de dejar con la boca abierta, un arnés de 22 cms y 6 de diámetro (Realmente nunca me había metido nada tan grande, lo que me hizo tragar saliva, nerviosa pero excitada), con otra parte pequeña de unos 7 cms para acoplarlo en la vagina.
No podía creérmelo, la muy guarra había pedido todo eso para romperme el culo sin decirme nada, reaccioné como era lógico, la agarré del cuello y la acerqué a mí sentándose ella a horjacadas sobre mí y comenzando a comernos la boca sin piedad, mordiéndonos, arañándonos y desnudándonos la una a la otra como salvajes. Me agarró y me dijo: -Hoy mando yo, y primero vas a follarme-.
Me mordí el labio y asentí, me arrodillé y comencé a comerle el coño a conciencia, oyendo pronto sus gemidos y agarrándome ella del pelo pegándome mas a su entrepierna, yo la obedecía y metía mas mi lengua en su vagina, succionaba su clítoris después y pasaba la lengua de arriba abajo hasta llegar a su ano, ella levantaba su regazo dejándome acceder y gimiendo mas y mas fuerte.
Se corrió, me llenó la cara de flujo y yo lamí todo con ansia, me agarró del pelo entonces y me sentó en el sofá, se subió sobre mi y se penetró arrancándome ahora los gemidos a mi, que me agarré con una mano a su culo arañándole las nalgas y besando sus pechos mientras ella me cabalgaba mas y mas rápido, cada vez mas fuerte, me abofeteó varias veces. -¿Te gusta, zorra? te vas a arrepentir de haber pedido que te rompan el culo-. Casi me desmayo del placer, me encantaba que me tratara así.
Llegó al orgasmo con un gran grito y un par de minutos después llegué yo y nos quedamos abrazadas en esa postura durante unos minutos, sonriéndonos y besándonos con ternura, se levantó, cogió el kit de lavativas, me cogió de la mano y me pidió que la acompañara al baño dándome un azote bastante fuerte y guiñándome un ojo, puso una toalla en el suelo y abrió el grifo del agua caliente mientras me indicaba que me pusiera a cuatro patas, le obedecí nerviosa y ella me acariciaba el culo tiernamente, llenó la bolsita de agua templada hasta la mitad e introdujo el cablecito unido a ella en mi ano, gemí al notar el agua invadiendo mi interior y comencé a temblar, cuando vació toda la bolsa sacó el dispositivo y me metió dos dedos de golpe, gemí mas aún con algo de dolor por lo repentino.
-Tranquila putita, tienes que aguantar un ratito para que te limpie bien-. Asentí con otro gemido mientras ella metía y sacaba los dedos velozmente, pasados unos minutos me permitió soltar todo ante su atenta mirada en el water, yo la miraba con odio y ella me devolvía una amplia sonrisa malvada, ví que empezaba a llenar la bolsa bastante mas que antes y la miré angustiada.
-Hay que asegurarse de que estés lista y limpita guarra, ¿No querrás mancharme el arnés, verdad?-. rió otra vez y yo asentí resignada, volví a ponerme a cuatro patas y me metió todo otra vez hinchándome mucho mas y aumentando lógicamente el dolor mientras me azotaba y metía 3 dedos esta vez dentro de mi culo. Repitió la operación varias veces mas, acariciando a ratos mi pene que ya lucía una tremenda erección porque realmente me estaba encantando que me usase así, la última vez llenó la bolsa con su propia orina, mucho mas caliente que el agua usandome como su urinario, cosa que me enloqueció y me puso cerdísima.
-¿Vas a romperme el culo de una puta vez o no?-. Le solté ansiosa, se rió una última vez antes de desparecer dejándome con el culo lleno de su pis y sin darme permiso para soltarlo, la vi regresar con el arnés ya puesto, que le quedaba precioso e imponente por otra parte y el bote de lubricante, ví que ponía bastante poco en el arnés y tragué saliva, me iba a destrozar, y así fue. Me agarró de las caderas con una mano mientras con la otra ponía la punta de aquel monstruo en mi ano y empujaba metiendo la cabeza y un poco mas dentro de mi, su forma, dura y llena de venitas me arañaba por dentro haciéndome gritar de dolor, no me dió ninguna tregua y empujó mas, noté como me desgarraba y yo me caía llorando en el suelo. Mi esfínter se relajó y un poco de pis se salió de mi culo, apreté todo lo posible y corrí a echarlo todo en el sitio que correspondía para no llenar todo el suelo, ella me miraba enfadada.
-Me duele, por favor... Dame un respiro-. Pero no lo hizo, me agarró del cuello y me dirigió a la habitación. -Vuelve a ponerte a cuatro patas, ya-. La obedecí, ¿Qué otra cosa podía hacer si no? y volvió a romperme el culo, sin piedad alguna, puso un poco mas de lubricante, no demasiado y me penetró hasta mas de la mitad de una sola vez, la verdad es que entró mas fácilmente pero no pude reprimir otro grito de dolor, empezó a meter y sacar introduciendo un poco mas a cada acometida, yo estaba intentando resistir tanto dolor cuando ella me empezó a masturbar suavemente y todo el dolor se disipó convirtiendose en mucho placer que fue aumentando a cada momento mientras entraba completamente dentro de mí cada centímetro del arnés. Metía y sacaba toda la longitud, que era bastante dentro de mí muy rápidamente, a veces sacaba el arnés entero dejándome con un vacío que me hacía mover el culo pidiendo mas, rápidamente mis deseos eran cumplidos y me lo metía entero de nuevo, repitió esto varias veces hasta que simplemente no pude mantenerme a cuatro patas y hundí mi cara entre las sábanas, me cogío mas las manos y las puso en mi espalda agarrándolas con una mano mientras la otra estaba en mi cadera y de vez en cuando arañaba mi espalda o azotaba mi culo que acabó quedando muy rojo.
Estaba sudando de placer, no podía mas, pero no me daba tregua, follaba fuerte mi culo y a veces me agarraba del cuello y me levantaba hasta que mi espalda quedaba recta pegada a su delantera y me metía los dedos en la boca follándomela también y provocándome arcadas, me asfixiaba y me insultaba -¿Te gusta zorra de mierda? Al fin tienes el culo lleno como a las putas como tu les gusta, te mereces que te duela por puta-. Yo solo asentí y gemía incapaz de decir nada con la boca llena de sus dedos. Me tiró del pelo y me dejó caer sobre la cama de nuevo cogiéndome de la cadera y metiendola mas dentro y con mas fuerza -Voy a hacer que te corras sin tocarte, perra-.
Mis gemidos eran cada vez mas altos y yo solo pedía mas abriéndome yo misma las nalgas para que entrara mas profundo y moviéndo mis caderas, empecé a gritar ya que mi orgasmo estaba cerca y ella arreció el vaivén como nunca antes durante la penetración provocandome dar un grito sordo y correrme de nuevo desmadejándome después sobre las sábanas manchadas de semen de chica y de los flujos de ella que caían abundantemente por mis muslos, me la sacó y lo que encontró la hizo quedarse muda y pedir disculpas atoradamente, había sangre, me había fisurado, yo la besé y le dije que no pasaba nada, que había sido increíble y que se curaría en seguida, saqué el arnés de su vagina y volví a comerle el coño en agradecimiento por todo el placer (y todo el dolor) que me había proporcionado hasta que volvió a correrse y después nos abrazamos y nos besamos dulcemente hasta quedarnos dormidas.
Esa no fue la única vez y si este relato tiene buena acogida... tengo muchas y mejores historias con mi (ya ex)novia asi qué: continuará...
Luna ;)