Cuando menos te lo esperas

Las cosas ocurren cuando menos lo esperas y con quien menos lo esperas. Es cuestion de dejarse llevar por el morbo y la calentura sin prejuicios.

Las cosas siempre ocurren cuando menos te lo esperas, nunca pude imaginar que los festejos del sexto titulo del Barcelona en la misma temporada me depararan la que posiblemente ha sido la experiencia mas morbosa e inesperada de mi vida.

El triunfo del Barsa ante el Estudiantes de la Plata me pilló en la Ciudad Condal por pura casualidad, la gente estaba pletórica de alegría, mi hotel estaba cerca de la Fuente de Canaletas donde la multitud festeja los títulos del equipo, la gente bebía, reía, gritaba y botaba al ritmo de las consignas futboleras, las calles hervían, así que decidí salir a dar un paseo y empaparme de la alegría colectiva. Apoyada en una valla amarilla, una joven rubia con vaqueros y camiseta de Messi coreaba los vítores a su equipo, tenia el pelo largo recogido en una coleta, me acerqué y me situé al lado, mi gozo en un pozo, era un chico con rasgos eslavos, ojos azules y muy guapo, casi femeninos, que no afeminados, me miró y me sonrió diciendo:

-Somos campeones.

-Lo somos- contesté.

La gente se agolpaba junto a la valla, mi fugaz fantasía de ligar con una extraña se había esfumado, tras de mi un padre con dos hijos pequeños intentaba hacerse hueco junto a la valla, decidí cederle mi sitio y seguir los festejos en segunda fila, la gente saltaba de alegría, ante mi el chico al que había confundido con una chica no dejaba de vitorear al Barsa, lo tenia realmente cerca, podía percibir su olor a recién lavado, a gel de ducha y agua de colonia, entre una cosa y otra lo tenia justo delante mía, a veces se apoyaba en la valla y echaba atrás su trasero con lo que el roce era inevitable, a veces, cuando su trasero y mi paquete se rozaban miraba como si no fuera con el la cosa hacia mi y me sonreía, las primeras veces me aparte pero una vez que vi que el no le daba importancia al tema decidí aceptar el reto y aguantar, realmente estaba nervioso ya que aunque me considero bisexual jamas me he planteado ligar jovencitos en la calle ni nada por el estilo. Pronto el juego del muchacho estuvo claro, acomodaba su trasero, y mas en concreto el surco de sus nalgas, sobre mi paquete que empezaba a responder al estimulo y a hincharse, movía su trasero en círculos y hacia presión contra mi polla, realmente me estaba excitando mucho, la situación era tan poco previsible que el morbo, reconozco que soy muy morboso, pudo a mi habitual timidez, armándome de valor, cuando ya tenia casi claro que el chico me estaba provocando sexualmente le pregunte:

-¿Te apetece tomar algo?

-Claro, encantado, creí que no te ibas a animar.

Caminamos hacia una cafetería cercana, por el camino nos presentamos, se llamaba Jorge, tenia 21 años y era moldavo, vivía con su hermana y llevaba solo tres meses en España. En la cafetería pedimos dos copas y comenzó nuestra charla. Yo me sinceré y le dije:

-Sin animo de molestarte tengo que confesar que el roce de tu trasero junto a la valla me ha excitado muchisimo. Lo que pasa es que no estoy acostumbrado a estas situaciones, es mas mi relación con personas de mi mismo sexo es muy limitada.

-A mi me pasa lo mismo, me he dejado llevar por el momento, yo tampoco he estado nunca con un hombre pero no por falta de ganas pero en mi país y con mi familia es impensable que noten que mi debilidad son los hombres maduros

-¿Cómo yo?

-¡Como tu! Mi fantasía es ser la hembrita de un maduro- me soltó a bocajarro

Sonrío y me mostró su blanquisima dentadura, sin duda era un hermoso ejemplar.

-Yo también he fantaseado con usar de hembra a un jovencito en mas de una ocasión- le confesé

-¿Tienes un sitio donde podamos charlar tranquilos?

-Si, mi hotel esta justo aquí al lado.

-¿Vamos?

-Vamos.

En el ascensor nos besamos, le tomé de la nuca y lo besé con lengua, me daba la impresión de estar besando a una chica, por como entrecerraba los ojos y se dejaba hacer, entregado. Me gustaron sus besos, con lengua, con pasión, justo cuando acariciaba sus nalgas llegamos a la planta donde se ubicaba mi habitación.

Entramos y seguimos tocándonos, manoseándonos, besándonos rico, yo me afanaba palpando sus nalgas y el no soltaba mi paquete, serví dos copas del minibar y comenzamos a desnudarnos uno al otro, se soltó el pelo, lo tenia largo, sobre los hombros, era realmente atractivo, cuando le quité la camiseta del Barca me encantó su torso, sin un solo pelo, con dos tetillas rosaditas de pezoncito sobresaliente, sin pensarlo mucho comencé a lamerlos y darle chupetones, el chico gemía como una señorita excitada mientras lo hacia y lo hacia de forma natural, no me pareció forzado o afeminado, sus pezones se pusieron bien ricos y duros, me desnudó, mi verga apareció dura, a punto, y el chico mirándome a los ojos con cara de zorrita traviesa bajó besándome por el vientre hasta llegar a mi polla, comenzando una rica mamada, un excelsa mamada, una sabrosa mamada. Comenzó lamiendo la punta, dándole chupaditas para acabar metiéndosela toda en la boca y provocarme para que le follara la boca, le quité sus téjanos, quedó en slips y le propuse ir a la cama, cuando le quite los slips descubrí una pequeña polla empalmada, un micro pene que exhibía bien duro e hinchado con orgullo:

-¿Te gusta el clítoris de tu hembrita? -Me preguntó

-Me encanta –contesté sinceramente mientras lo masturbaba con dos dedos, le besaba en la boca y el cuello y le manoseaba las nalgas con la mano libre.

En la cama comenzamos un jugoso 69, el mamaba mi polla y gemía de gusto, yo le daba lamidas y chupaditas a su pequeña pero sabrosa polla una vez vencidos los prejuicios de quien no lo ha hecho nunca, humedecí mi dedo índice y comencé a penetrarle con el, el efecto sobre Jorge fue inmediato, tuvo la delicadeza de apartar mi cabeza cuando se corrió, tres gotas de leche aparecieron en la punta de su penecito.

-Gracias querido por darle tanto gusto a tu mujercita –me agradeció

A mi la situación me tenia a tope pero yo sabia bien que, de momento, no era en su boca donde quería correrme, desde que le desnude y tuve cerca de mi su trasero me tenia embelesado, el chico era nalgón, una tentación para cualquier maduro morboso....como yo.

-Para ser hembrita de maduro te falta algo –le dije

-Lo mas importante –contestó

-Pues ha llegado el momento

-Espero que me trates bien

-Como a una princesa- contesté.

Tome un pequeño bote de aceite de oliva, de los que sirven para los desayunos, que había pedido en la cafetería y lo puse a mano, le pedí que se pusiera en cuatro y le dije:

-Antes te comí el clítoris, ahora te voy a comer el coño –y abriéndole las nalgas comencé a lamerle, chuparle y comerle el ojete que, como casi todo su cuerpo, apenas tenia pelo, sus gemidos fueron en aumento, me encantó el sabor de su agujero, nunca le había hecho eso a un hombre y me estaba encantando, el movía su trasero en círculos como una putita y se masturbaba mientras yo le penetraba con mi lengua y amasaba sus nalgas, era el momento.

Unté en aceite mi dedo y lo penetre hasta el fondo lubricándole a conciencia, Jorge se estremecía de gusto, sin queja.

-¿No decías que no te habían follado? –le interrogué

-He practicado con zanahorias –contestó

Dos dedos entraban, sin mucha dificultad, en el orificio así que procedí a pedirle que se pusiera boca arriba, con almohadas y cojines bajo sus riñones y el trasero levantado y expuesto, lubrique mi polla con aceite y comencé a puntear su agujero, pronto la cabeza de mi polla entraba y salía, Jorge me mantenía la mirada anhelante, deseoso.

-Que lindo estas mi niño –le dije

-Follame papi hazme putita

Le bese en la boca, con lengua a tope y le fui penetrando sin piedad, cuando le tenia metido casi tres cuartos de polla encontré dificultad para clavarlo entero, Jorge se quejaba tímidamente de dolor, se la saqué, le volví a lubricar el agujerito abierto con aceite de oliva y volví a clavarlo pero esta vez no esperé a las dificultades, de un solo empujón se la clavé hasta la raíz, Jorge gritó de dolor pero me acogió entero dentro, me abrazo, me quede quieto en su interior mientras le besaba y mamaba sus tetillas hasta que el comenzó a mover su trasero, iniciamos el movimiento de la follada pero sin mover la polla dentro de su orificio, podía sentir la maravillosa presión de su esfínter aprisionando mi polla, percibía su entrega, su olor, su cándida mirada de muchacho dominado y orgulloso de ello, penetrado, enculado, follado, poseído, mi polla estaba a reventar, pronto su esfínter cedió, dilató, y mi verga ya se deslizaba dentro y fuera varios centímetros, puse sus pies sobre mis hombros y así expuesto, a mi merced, comencé a culearlo, a follarlo rico, podía sentir las palpitaciones de su culo en mi polla, le penetré con fuerza, besándole, abrazado a el y pude sentir el calor de su lechita en mi vientre, se estaba corriendo de nuevo, tomándole de las nalgas mientras el se pellizcaba los tetillas arrecié el mete y saca cuando mi leche anuncio su salida, lo clave con una estocada profunda y me deje ir con una buena corrida en sus entrañas mientras el me recibía acariciándome la espalda y gritándome:

-¡Dame leche papi! ¡Preña a tu puta!

Caí sobre el y quedamos quietos, uno sobre el otro, respirándonos, besándonos, tocándonos, manoseándonos, hasta que mi verga se relajó y con un pequeño apretón la saco de su rico culete.

-¿Cómo estas?

-Me escuece un poco pero siempre he soñado con la sensación de tener leche de hombre dentro de mi y me gusta.

Una gota de leche y otra de sangre coronaban la punta de mi polla. La putita había sido desvirgada.

Tras descansar un poco nos metimos en la ducha, allí el festival de besos y caricias continuó, su pequeña polla estaba a reventar todo el rato, enjaboné su espalda mientras le besaba y mordisqueaba la nuca, mi polla crecía frotándose en el surco de sus nalgas, con ayuda del gel de baño y con el de pie, con las palmas apoyadas en los azulejos del baño, bajo la ducha, lo follé con dedicación, con ganas, a veces se quejaba pero daba la impresión de que le gustaba ser abusado, que la queja tenia algo de provocación para que no bajara el ritmo para que siguiera follandolo rico y duro, sin compasión, salimos de la ducha y conmigo sentado en la taza del wc se sentó sobre mi polla, de espaldas a mi, pajeándose mientras yo retorcía y pellizcaba sus tetillas, pude sentir las contracciones de su corrida en los apretones que con su esfínter propinaba a mi polla, yo también estaba a punto para correrme, se desmonto con un gritito de dolor, me levanté, se arrodilló y se la metí en la boca sin contemplaciones, le gustaba recibirme en su boca como si fuera un coño, le gustaba que le follara la boca, que se la metiera hasta la garganta mientras le tiraba del pelo y ahí, en el fondo de la garganta, le solté el primer chorro de leche que hábilmente tragó, chupaba con ganas, ordeñando mi polla, le sacó hasta la ultima gota de leche y la trago toda, las piernas me temblaban, se levantó, me aguantó para que no me cayera y nos besamos con lengua, dándome a probar mi corrida en su boca de putita chupapollas.

Eran las dos de la mañana, se vistió y se despidió hasta el otro día, quedamos en la cafetería del hotel a las diez de la mañana, le invité a pasar la noche pero por mas que insistí no aceptó, decía que su hermana se asustaría si no volvía a casa.

Deje el cartel de arreglen la habitación cuando bajé a tomar el desayuno y tomando un zumo de naranja estaba cuando Jorge apareció sonriente en compañía de una chica rubia que parecía su vivo retrato, era su hermana Rita, quien se mostró conmigo de forma amigable y agradecida después de las presentaciones.

Los invité a desayunar pero Jorge apenas tomó su café me pidió la llave de la habitación, me dijo que me tomara un poco de tiempo y que me esperaba arriba, quedé a solas con Rita, que era una mujer impresionante, todos los que pasaban por el buffet me miraban con envidia mientras charlaba con la chica.

-Has hecho feliz a mi hermanito y te doy las gracias por ello.

-Me resulta incomodo hablar de esto con naturalidad, debes disculparme –le dije mientras disimuladamente acompañaba un trago de café con una Cialis que siempre llevo encima por si la ocasión lo requiere.

-No te preocupes te entiendo, pero debes de ver a mi hermano como una mujer, es lo que el siempre ha soñado desde que éramos adolescentes, tiene esa tendencia. Por eso se tuvo que venir a España, el tenia su trabajo en mi país y no le iba mal pero se estaba amargando, allí las costumbres son muy estrictas y si se supiera que le gustan los hombres seria una vergüenza no solo para el sino para toda la familia.

-¡Malditas tradiciones!

-Ahora sube con el, te esta esperando.

Nos despedimos con un beso en los labios que me dejó con ganas de mas y subí a la habitación.

Llamé a la puerta que se abrió, cuando entré Jorge me esperaba con el pelo suelto, una camisa blanca ajustada desabrochada, una minifalda de cuadros rojos y negros, panties negros a medio muslo y zapatos de tacón, estaba preciosa o precioso o lo que coño sea, sexy, deseable, me miró suplicando mi aceptación, le tomé en mis brazos, le abracé, lo besé en la boca y le manoseé con furia las nalgas, claro que lo aceptaba, y me lo iba a follar como una perra.

No llevaba braguitas bajo la minifalda, tenia descubiertas sus nalgas, sus piernas eran perfectas, mejor formadas que las de miles de mujeres, desde atrás, mordisqueando su nuca que distinguí como uno de sus puntos débiles, me desnudé, la pastilla milagrosa había surtido efecto, las venas de mi polla, hinchadas, bombeaban sangre, el tomó un tubo de vaselina y la untó en su agujero y la cabeza de mi verga, de rodillas al borde de la cama, levantando y moviendo su trasero se me ofreció, la vista de unas nalgas redonda y llenas y sus testículos y su polla me calentó aun mas, el morbo, el tabú, lo prohibido, por mucho que le tratara como un putita lo que tenia ante mi ofreciéndose en sacrificio era todo un muchacho, apunte la verga a su hoyo, presioné y cedió, un pequeño gemido quejoso aprobó la maniobra, el fue, el que echándose hacia atrás, buscó la penetración total, pocas folladas he dado así, tomándole de el pelo cual jinete galopando un corcel mientras el me enardecía con sus suplicas:

-¡Follame papi! ¡Dame polla! ¡Embarázame!

Primero lo follé con swing, con ritmo, movimientos acompasados que el seguía con su cola pero sus provocaciones consiguieron lo que buscaba.

-¡Follame duro! ¡Metela profunda papi! ¡Quiero toda tu polla dentro!

Tomándole del pelo, con el culo levantado y la cara aplastada sobre la sabana, usándolo y abusándolo para mi gusto, le follé con ganas, ya le podía sacar toda la polla, mirar su agujero abierto y dilatado y volver a clavársela hasta los huevos, se dejaba hacer y pedía mas.

-¡Me voy a correr! ¡Échame tu leche mientras me corro! ¡Preña a tu mujer!

De nuevo, entre fuertes embestidas, le di la definitiva, la que le clavaba mas profundo mientras mis pelotas vibraban soltando todo su néctar, nos estabamos corriendo juntos, notaba su corrida en mi polla, en sus gemidos, coincidiendo con mi venida, se dejó caer boca abajo en la cama y yo caí sobre el sin desmontarlo, culeandole todavía mientras podía oler en su nuca el perfume que antes había apreciado en su hermana cuando la besé: Chanel Nº5.

Cuando mi polla salió de su receptáculo pude ver su ojete aun abierto rebosando de mi leche, el acercó sus labios a mi polla y la dejo limpia y reluciente, sin rastros de leche, pero mi polla se resistía a volver a la tranquilidad, la limpieza de polla de Jorge se convirtió al minuto en una rica mamada que me la dejo morcillona.

-Me están entrando ganas de hacer pis en tu culito –le dije, el me miró sorprendido y excitado, nos metimos en la ducha, el se apoyó, como el día anterior, con las palmas abiertas en los azulejos sacando su trasero, exponiéndolo y ofreciéndolo, su ojete aun estaba dilatado mi polla aunque no totalmente empalmada estaba casi a punto, le endosé la cabeza de la polla en el ojete y comencé a mear, Jorge se masturbó fuera de si corriéndose de nuevo mientras mi meada escocía sus entrañas y se derramaba por sus muslos.

Jorge fue mi mujer, mi puta, mi sumisa durante veinte horas mas, dos días inolvidables, sobre todo ahora que he vuelto a mi ciudad y he vuelto a la normalidad, mi trabajo, mi casa, mi esposa, cada vez que en los informativos hablan del sexto titulo del Barcelona mi polla se inquieta y rebela bajo mis slips.