Cuando me follé al profesor de Educación Física II

"pidió que se la metiéramos los dos a la vez. ¿Cómo íbamos a decir que no a eso?"

Aconsejo leer antes la primera parte:

https://www.todorelatos.com/relato/164951/

Tras lo ocurrido con Edu el día anterior, todo volvió a la normalidad. El siguiente día de nuestra excursión sería una acampada en mitad del monte. Realizaríamos un sendero y pasaríamos la noche acampando en tiendas. Fuimos todos: chicos, chicas, y los tres profesores, además de dos monitores del camping. Edu se las arregló para cuadrar la organización en las tiendas de campaña de tal manera que uno de los de mi grupo de chicos sobrase y tuviese que dormir en su tienda. Yo entendí al instante su plan, y obviamente me presenté voluntario para hacer ya sabéis qué con él por la noche. Lo que nunca hubiera imaginado es que seríamos tres en aquella fiesta.

Nuestro día transcurrió tranquilito andando por el monte. Yo fui casi todo el rato mirando el culo Edu, que de vez en cuando me guiñaba el ojo. Llevaba unos shorts de deporte que le hacían un culo tremendo. Yo ya estaba pensando en empezar una relación con él cuando dejase de ser mi profesor. Me sudaba la punta del nabo que tuviese como 15 años más que yo. Ese hombre sería mío, aunque solo duráramos unos meses. Lo suficiente como para divertirme un poco con él.

Y finalmente llegó la hora de dormir. Yo me despedí de mi grupo para irme a la tienda de campaña de Edu a follármelo. Así de claro lo digo. Cuando llegué y abrí la cremallera de la tienda me quedé muerto. Estaba con José, el otro profesor. Por lo visto, la tienda de este se había perdido por el camino y le había pedido a Edu dormir en la suya si no le importaba. Edu le había dicho que sí por compromiso. Es cierto que la tienda de Edu era lo bastante grande para los tres. Lo era incluso hasta para cuatro personas a decir verdad.

Edu salió de la tienda para que José se pusiera el pijama. Fue en ese momento cuando hablamos los dos.

-¿Qué hacemos ahora? –pregunté yo, que no quería quedarme sin follármelo esa noche.

-No pasa nada. He pensado que cuando José se quede dormido podemos pasar a la acción. Pone mucho follar con alguien durmiendo al lado sabiendo que en cualquier momento se puede despertar.

El muy guarro quería que lo hiciésemos con el otro durmiendo al lado. Como yo no soy menos guarro que él, le respondí:

-Tienes razón. Sí que pone más jajaja. Pues hacemos eso.

En ese momento José abrió la cremallera de la tienda y dijo que ya podíamos entrar. Se había pesto un pijama de verano azul, de pantalón corto y camiseta de tirantes. Aprovecho para describir a José físicamente. Era un hombre moreno, con la piel más oscura que Edu y más o menos de su edad. Era un poco más alto y más delgado que mi otro profesor, pero igual de musculoso. Sus músculos se notaban naturales, mientras que los de Edu eran en parte fruto de suplementos proteicos, como él mismo había confesado en más de una ocasión. Otro aspecto que los diferenciaba era el vello corporal. Sus piernas y brazos estaban poblados de pelo, al contrario que Edu, que se depilaba. José también se dejaba más barba. Si tuviese que elegir, me quedaba con José jajaja. Lo siento, Edu.

Ambos entramos a la tienda. La única fuente de luz era un farolillo eléctrico que colgaba del techo, que tendría como un metro y pico de alto. José se salió para que nos cambiásemos de ropa nosotros. Por razones obvias, no podíamos cambiarnos a la vez para que José no sospechase nada, así que primero me cambié yo, y luego Edu.

Antes de dormir estuvimos un rato charlando en la tienda. José me preguntó si me estaba gustando la excursión. Yo le respondí que sí sin poder dejar de mirar su cuerpo. Estaba tremendo el hijo de puta. Tenía un punto gracioso estar así de bueno y llevar un pijama tan estrecho.

Finalmente apagamos el farolillo y nos dormimos. Edu en medio de José y de mí (preludiando lo que luego pasaría, si sabéis a lo que me refiero). Pasó una media hora, y cuando oí a José roncar empecé ya a comerle la oreja a Edu. Empezó a mamármela y a comerme los huevos. Cuando nos cansamos le empecé a preparar el ano para la follada que se vendría. Nos colocamos de espaldas a José y cuando su culo estuvo listo procedí a metérsela en perrito. Su ano era súper estrecho y rico. Nos teníamos que aguantar los gemidos porque teníamos literalmente a un señor durmiendo al lado.

Hubo un momento en el que giré la cabeza y vi a José desnudo, masturbándose viéndonos. Su rabo era enorme, más aún que el de Edu, y con mucho más vello púbico como se podría esperar de él. Yo no podía creerlo. Me hizo una seña como que si podía probar él. Me saqué la polla del agujero de Edu con la excusa de besarlo en la boca y, cuando se suponía que iba a metérsela otra vez, fue en realidad José quien se la metió. Edu estaba tan extasiado que no notó en absoluto que lo estaba penetrando un rabo distinto.

Y ahí estaban: un profesor de Educación Física dándole por el culo a otro. El panorama era maravilloso. el culo de José, como no podía ser de otra manera, tenía el pelo de no haberse depilado nunca. Su rabo entraba y salía rítmicamente del ano de Edu. Por su edad tenía más técnica que yo, naturalmente.

Entonces, Edu se percató finalmente de quien era en realidad el que se lo estaba follando.

-¿José? ¿Qué coño? Pero si tú estás casado –dijo Edu sorprendido.

-¿Y? Siempre había querido probar con un tío, y cuando os vi follando pensé que era la oportunidad perfecta –contestó el otro-. Y perdón por metértela sin que te dieses cuenta -añadió con una sonrisa pícara.

Yo miré a Edu con una sonrisa como diciendo “¿Qué se le va a hacer?”. Edu no se lo pensó dos veces y continuó el mete-saca con José. Yo me puse de rodillas delante de la boca de Edu para que me hiciese una mamada y tuviese sus dos agujeros entretenidos. La verdad es que ese hombre es un maestro chupando.

Ya sí que podíamos gemir y jadear abiertamente. Si alguien de fuera se enteraba nos daba igual. Nosotros estábamos en el cielo en esa tienda, sudados por el calor que hacía dentro y por movernos tanto.

Cambiamos varias veces de postura. José dijo que quería probar qué se sentía cuando te la meten. Yo me ofrecí de inmediato y lo penetré. Su ano era virgen, doy fe de ello. Lo hicimos yo en el suelo boca arriba y el cabalgando encima mirándome a la cara. Una de mis poses favoritas. Mientras que me lo follaba, él se la mamaba a Edu. José no se esperaba que le gustase tanto que le dieran por el culo. Era él el que más gemía, el principio de dolor y luego por el intenso placer de la primera vez.

A continuación José y yo nos pusimos de pie y Edu nos hizo una mamada a los dos alternativamente. Ambos le dábamos con nuestras pollas en la cara a Edu por haber sido un chico muy malo. Yo estaba ya para correrme, pero Edu pidió que se la metiéramos los dos a la vez. ¿Cómo íbamos a decir que no a eso? Al principio costó que nuestras dos pollas entrasen, pero finalmente lo conseguimos. José se puso en el suelo y Edu encima. Luego yo encima de Edu. Le comí toda la boca a José, que alternaba entre mi boca y la de Edu. Al final José y yo nos corrimos casi a la vez dentro del culo de Edu, que quedó preñado del semen de ambos.

Tras esto nos fuimos a dormir, pero ya nada volvería a ser lo mismo.

Espero que os haya gustado mucho

Estad atentos.